Capítulo 17

Hola chicas!!!!!! Cómo empezaron el domingo?! Yo madrugador :P jajjjaja así que prefiero dejarles la nove más temprano! :D Por otro lado, ¡¡¡Qué felicidad hoy, qué lindo regalo del día del niño hacen los TA!!! Verlos de nuevo juntos aunque sea un ratito! A disfrutarlo ;) Besos y Mil gracias!!!!! ¡Qué pasen un lindo domingo!

Twitter: @Caparatodos

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—No he dicho que no confíe en usted. —Echó una mirada alrededor del salón—. De hecho, me agrada lo que ha hecho con su vida. Se necesitan agallas para abrir esa caja y salir de ella, jovencita.

—Gracias. Pero ¿de qué le sirve todo esto a usted?

Capítulo 17:

—Se acabaron los halagos, ¿eh? Muy bien. Poseo mucho dinero e influencia, y últimamente algunos de mis conocidos se han visto interesados en todo eso. Y las personas que trabajan para mí no son capaces de pensar más allá aunque sus vidas, o la mía, dependieran de eso.

Lali asintió.

—¿Depende de eso? Me refiero a su vida.

Tras dar otra mirada general, tomó un pequeño trago de vodka.

 —Sí, creo que podría ser.

—Entonces puede que necesite un guardaespaldas. Puedo pelearme con el mejor, pero lo mío son más las medidas preventivas.

—He estado sopesando contratar a un guardaespaldas —respondió—, pero, al igual que usted, prefiero una solución a corto plazo más pasiva.

—Entonces a dado con la chica indicada.

—Excelente.

Bedoya-Agüero inhaló, sus estrechos hombros se curvaron. Había estado preocupado porque ella lo rechazara, comprendió Lali. ¡Wow!. Había tenido la esperanza de que sus servicios fueran «requeridos», pero que fueran algo «necesario»… aquello hacía que a uno se le acelerara el corazón.

—Mire —dijo, bajando el tono voz tanto como le era posible en una habitación ruidosa—. No soy muy amiga de avisar a la policía, pero cualquier medida de seguridad que decidamos no va a ser inmediata. Si piensa que se trata de una amenaza inmediata, quizá deba considerar hablar con el Departamento de Policía.

—No, para tener éxito hay que…

—Aparentarlo —concluyó—. He oído el sermón. Y no intento imponerme en esto, pero en mi lista, seguir vivo es la prioridad. Si…

Bedoya-Agüero se rió entre dientes.

—Seguro es toda una lista, señorita Espósito.

Lali se encontró devolviéndole la sonrisa.

—Llámeme Lali. Y me parece que es consciente de que no bromeo.

—Lo soy. —Cambió el peso de pie, pasando un dedo alrededor del borde de su vaso—. Tal vez deba… hablar con alguien, supongo. ¿Se le ocurre alguien? ¿Alguien en quien confíe?

Había un policía en quien confiaba. Hablando de contradicciones. Con todo…

—Veré lo qu…

Se escuchó repicar una campanilla.

—La cena está servida —anunció un empleado del club vestido con uniforme.

Un músculo se contrajo en la mejilla de Bedoya-Agüero.

—Demonios. Quiero… —Su mirada se movió de nuevo—. Lanzani.

—Hola, Bartolomé —respondió Peter, acercándose desde detrás de Lali para tenderle la mano.

Bedoya-Agüero se la estrechó.

—Tu señorita Espósito es realmente encantadora.

Peter sonrió.

—Lo mismo pienso yo.

—Muy bien, caballeros —dijo—. Basta de halagos. Todavía tenemos asuntos que discutir, Peter. Danos un minuto.

—No. —Charles la miró fijamente durante un prolongado momento, como si tuviera algo más que quisiera decirle. Ella esperó, pero el hombre no tardó en aclararse la garganta—. Venga a mi casa mañana a las dos en punto. Quiero poner en práctica algo con relación… a lo que hemos hablado.

—Lo haremos. Lo veré mañana, señor Bedoya-Agüero.

—Bartolomé. Sí. Hablamos mañana, entonces. —Inclinó la cabeza—. Buenas noches, Lanzani, Lali.

Lo miró mientras se dirigía al comedor y fue interceptado por una versión de sí mismo de mayor altura y pelo castaño. El hijo, Daniel, supuso. ¿Qué, quién, era lo que le tenía tan preocupado? Daniel y él parecían bastante compañeros, aunque con el gentío de por medio era imposible escuchar su conversación.

Un momento después Peter le dio un empujoncito en el hombro.

—¿Hambrienta?

Ella se centró de nuevo.

—¿Alguna vez has tenido esa extraña sensación como si alguien caminara sobre tu tumba?

Peter posó la mano sobre su hombro y la rodeó para ponerse frente a ella.

—¿Eso sientes? Entonces no aceptes el trabajo, La…

—Yo no —lo interrumpió, ignorando por el momento que él intentaba darle de nuevo órdenes—. Él, Bartolomé.

Peter siguió su mirada.

—¿En serio? Lo que yo creo es que ha tomado demasiado.

Lali observó cómo Daniel colocaba un brazo de modo amigable alrededor de los hombros de su padre y se unían a la multitud que entraba en grupo al comedor.

—Quizá. Aun así quiero hablar de nuevo con él más tarde. Si tengo oportunidad de hacerlo. Algo importante le preocupa.

—Si no le preocupara nada, probablemente no hubiera sentido la necesidad de llamarte.

—Así que estás diciendo que tengo arte para atraer los problemas.

—Tienes arte para atraerme a mí —dijo contestándole. Peter le ofreció la mano—. Vamos, comamos. Al parecer la cena de esta noche va a costarme diez mil dólares, así que pretendo disfrutarla y, además, repetir.

—Supongo —susurró, tomando su mano—, que al menos cuando uno comienza la noche histérica, la cosa sólo puede ir a mejor.

—Exactamente —respondió, besándola en la frente—. Así que prepárate para consumir trece kilos de carne de primera y al menos cuatro litros de vi…

—¿Juan Pedro? ¡Ay, Dios mío, eres tú! ¡Peter! Su mano aferró compulsivamente la de Lali, luego se relajó de nuevo, y su rostro se quedó completamente inmóvil. «¡Mierda!» Fuera lo que fuese, aquello no era bueno. Únicamente había bromeado sobre el tema de las ex novias, por el amor de Dios. Incluso mientras abría la boca para preguntarle si estaba bien, él se volteo quedando frente a aquella persona de cultivada voz femenina.

Continuará…

Y... ¡¡¡FELIZ DÍA DEL NIÑO!!! Para quienes aún lo son y para las que ya no, pero que igual siguen teniendo ese niño dentro... Esa escencia, inocencia y alegría de la infancia! ;) Les presento a la mia! jajajajaja

 

Haz que tu cuento valga la pena,
haz de tus sueños la ilusión.
Y que se asome la primavera en las calles de tu corazón.
 Haz que tu ángel nunca se vaya
que cuide el niño que hay en vos,
y cuando crescas
nunca lo pierdas porque perderás tu corazón.