Capítulo 70

Hola de nuevo!!!!! Les traigo otro capi! ;) besos y las leo en un rato! Gracias por leer y coparse con la maratón! 

Twitter: @Caparatodos

____________________________________________________

La cuestión era cuánto presionar. Sus propios padres habían muerto siendo él todavía adolescente, pero incluso en un colegio pupilo, a un continente de distancia y sin haberlos visto durante un año, no se sintió en condiciones de realizar ningún tipo de tarea durante varias semanas. El hecho de que Laura estuviera haciendo negocios inmobiliarios esa misma mañana no la convertía en culpable, pero a él sí lo hacía sospechar.

Capítulo 70:

—Te doy de nuevo el pésame por la pérdida de tu padre —le ofreció.

—Gracias. Ha sido difícil, pero Daniel y yo lo sobrellevamos.

—Siempre fueron bastante unidos, ¿no?

—Lo intentamos. Parece que cuanto más grandes nos hacemos, más difieren nuestros intereses —apuntó, girando a la izquierda hacia una acogedora travesía de casas de dos pisos. Sonrió cuando pasó por delante de un partido callejero de fútbol—. No te preocupes, no voy a enseñarte ninguna de éstas. En la colina hay algunas casas de clientes.

—Confío en ti.

—Hablando de lo cual, ¿no estarás pensando en vender Sonne Brilliant, verdad? Porque me sentiría muy dolida si no me dejaras ocuparme de la venta.

—No, no. Le prometí a una amiga que la ayudaría a mudarse a esta zona.

—A «una amiga» —repitió Laura—. ¿Te molestaría que mencione que, personalmente, no me… entristecería que terminaras de nuevo soltero? No es que le desee ningún mal a tu relación con la señorita Mariana Espósito, por supuesto.

Él le lanzó otra mirada fugaz, cerciorándose de que esta vez la viera.

—Me siento halagado.

Laura sonrió de nuevo.

—Bien.

Las casas a lo largo del lugar estaban varios niveles por encima de aquellas que habían pasado. Además, todas parecían tener bonitas vistas del río. Grandes patios, buenos para recibir visitas, y media docena de habitaciones, amplios pasillos y magníficas escaleras curvadas. Tomó nota mental de todo en el momento que visitaban las casas que ella había escogido, pero mantuvo centrada la atención en la mujer. Cuanto más pudiera hacerla hablar, más averiguaría.

—¿Vas a conservar la residencia Bedoya-Agüero?

—Seguro que lo haremos. Papá estaba muy encariñado con ella.

Bedoya-Agüero también había sido asesinado en esa misma casa, pero Juan Pedro no mencionó ese detalle.

—¿Tú y Daniel? —continuó, en cambio.

Ella lo miró de reojo mientras con un ademán le señalaba la salida de la casa que acababan de visitar.

—Permaneceremos juntos a menos que consiga una oferta mejor. ¿Qué opinas?

«Fue ella. No Daniel.»

—¿Que qué opino? —repitió—. ¿Acerca de la casa?

—Sí, de eso.

El le devolvió la sonrisa.

—Pienso en algo más íntimo. Un condominio, en un duplex. Una casa con jardín estaría al final de la lista. —Pamela requeriría una casa donde pudiera ser la pieza central. Un jardín supondría un desperdicio de espacio del que quejarse debido al costo de tener que contratar a alguien que se ocupara de su cuidado. Pero esta excursión no era por su ex mujer tanto como por Laura y por obtener una impresión de ella.

—Tengo dos en la lista que podrían cumplir tus expectativas —dijo Laura, sin consultar sus notas; debía tener memorizada cada lista.

—Vamos a verlas —respondió, guiándola con la mano de nuevo hacia el auto—. Si tienes tiempo, claro.

—Para ti tengo tiempo. —Emprendieron el regreso, continuando el recorrido.

—Entonces, debería invitarte a comer, por las molestias.

—No es molestia, Peter, pero me encantaría.

El asintió.

—¿Qué te parece en Pub Ness?

—¿Es el pub que proviene de Inglaterra, no es así?

—Traído piedra por piedra. Se dice, incluso, que allí hay un fantasma londinense de dos siglos de antigüedad. Un asesino o algo por el estilo. —En realidad, según contaban, Bertha había sido víctima de un asesinato, pero la otra interpretación quedaba mejor a sus propósitos.

—Oh, que espeluznante. Vamos. —Laura no se inmutó. Si era una asesina, era despiadada.

—Buenísimo. —Quizá la palabra «asesina» no la había molestado, pero formaba parte de la prueba.

—No has mencionado lo que piensas de Daniel y Pamela —dijo siguiendo la conversación.

Juan Pedro mantuvo la vista en la carretera, pero por poco. No lo habría logrado de no haber contando con casi veinte años de práctica en ocultar sus pensamientos y sentimientos. «¡Daniel y Pamela!» De repente unas cuantas cosas tuvieron sentido. Por eso Lali había optado por utilizar a Pamela para entrar en la casa de los Bedoya-Agüero. Lo cual significaba que Lali lo sabía, demonios.

—No creo que sea un tema por el cual deba opinar —dijo suavemente.

—Eso es muy… cortés por tu parte, supongo. Aunque me sorprendió escuchar tu voz en el contestador. Tu ex mujer y mi hermano se acuestan juntos y, aparte de eso, Pamela parece pensar que tienes algún tipo de rencor hacia ella.

—Se halaga a sí misma.

—Ah. «Ahora» estás enojado.

Él no pudo evitar reír.

—Lo que es irritante es la gente que piensa obsesivamente en el pasado. No resulta provechoso, en lo personal o en los negocios, mirar hacia atrás.

—Me gustaría pensar que soy una chica que mira al futuro.

Asintiendo, Peter quitando la mirada de la ventana, aunque toda su atención estaba fija en el asiento del conductor a su lado.

—He notado que la gente que pasa demasiado tiempo en el pasado tiende a no tener un plan de futuro.

—Parece que tenemos mucho en común. —Laura se rió entre dientes—. Sabes, siempre me he preguntado por qué no me pediste salir después de uno de esos partidos benéficos de polo que tanto les gustan a Daniel y a ti.

Había estado a punto de hacerlo una vez, hace unos meses después de su divorcio. Ella era lo que en un tiempo fue su tipo: atractiva, segura de sí misma y solía estar en el ojo público.

Continuará…