jueves, 2 de octubre de 2014

Capítulo 90


Buenos días su señoría matatirutirula! ¿Cómo les va? No me caí de la cama, solo quería subirles temprano jajjajaja Espero estén empezando el día con el pie derecho y con ganas! Es jueves y ya no queda nada para terminar la semana, así que métanle!!!!! Gracias por leer y por tantoooooo! Ayer entré al blog y habían más de 1000 personas leyendo, pueden ser más increíbles! Me llenan de felicidad y agradezco que sean tan espectaculares y lindas! Gracias, gracias y más gracias!!!!!!!!!!!!!! Nos leemos más tardecito :D Besos y que tengan un día provechoso!

Twitter: @Caparatodos
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—Me parece que se equivocaban con la nota —aseguró dándole una palmadita en la cadera y buscando sus pantalones—. Contesta el teléfono y yo abriré la puerta. Ahora vuelvo, no te vistas.

Capítulo 90:

Peter se abrochó la camisa mientras cruzaba la sala y se convencía que gritarle a su futura cuñada no estaba bien. Así que cuando abrió la puerta y se encontró a Benjamín casi se alegró. Con ese idiota podía pasarse cuanto quisiera.

—¿Está Lali? —preguntó casi con altanería.

—Sí, lárgate —le soltó empezando a cerrar la puerta, pero luego se acordó—. Ganaste, mañana te mando el cheque. Ahora largo.

—No creo —respondió bloqueando la puerta—. Tengo que verla.

—¿Benjamín? —preguntó Lali detrás de Peter y cuando éste se giró, se quedó sin aliento.

Se había envuelto con el edredón violeta azulado y Elvis se enroscaba en sus tobillos. Llevaba los hombros desnudos y parecía alborotada, tenía el pelo despeinado, las mejillas de muñequita encendidas, los labios magullados y sonrosados y Peter pensó: «Yo soy el responsable de todo eso» y la deseó tanto que dio un paso hacia ella.

—¡Dios santo! —exclamó Benjamín con la mandíbula desencajada.

—¡Ándate, La! —le ordenó Peter.

—Ganaste —dijo Benjamín ofreciéndole un cheque.— ¿Qué? No.

—La apuesta finalizaba a medianoche —le comunicó sin dejar de mirar a Lali—. Te han sobrado más de dos horas. Supongo que el gran Juan Pedro Lanzani es también Lanzani el rápido.

—¡Ah, bueno! —exclamó Peter al tiempo que Elvis bufaba y Benjamín dio un paso atrás.

—¿A medianoche? —preguntó Lali en voz demasiado alta acercándose a ellos y tropezando con el edredón. «¿Qué estás tramando, Mariana?», pensó Peter, y la observó con interés y renovada lujuria.

—Sí, claro —dijo Benjamín sonriendo triunfal a Peter—. Todas las apuestas terminan a medianoche.

—¿Me estás diciendo que Peter ganó la apuesta?—preguntó con voz quebrada subiéndose el edredón.

—Sí —contestó con desprecio.

—Entonces gracias —dijo Lali con voz normal mientras aceptaba el cheque—. Siempre vienen bien un extra.

—¿Qué? —exclamó Benjamín perdiendo toda su soberbia.

—Sé que Peter ganó, pero tenemos una regla no escrita por la que soy yo la que se queda todo el dinero que apueste por mí. Me estoy volviendo millonaria, así que... —dijo sonriendo alegremente. Miró el cheque y casi suelta el edredón—. ¡Dios mío!

—No son cien pesos —la corrigió cogiéndole el edredón antes de que se le cayera.

—¿Apostaste diez mil dólares a que te acostarías, conmigo? —le preguntó desconcertada.

—No. Voy a hacerme un polo con la frase «No hice la apuesta».

—Diez mil dólares —repitió Lali mirando el cheque otra vez—. Si me lo hubieras dicho la primera noche y hubieras aceptado ir a medias me habría acostado contigo directamente.

—¿Sí?

—No.

—Eso pensé —dijo Peter quitándole el cheque para dárselo a Benjamín—. Ya puedes irte.

—¿Qué es eso? —preguntó Benjamín señalando hacia el sillón.
Peter miró hacia allí y vio el cinturón todavía atado al brazo del sillón.

—Me ató. Después me arrancó el camisón, me cubrió con chocolate y lo lamió. Fue una verdadera pesadilla. Si te vas, lo haremos otra vez. Toda-vía quedan churros, ¿no? —preguntó mirando a Peter.

—Si no hay, bajaré corriendo a buscarlos. La palabra clave será «correr».

—Eso es... —empezó a decir Benjamín, pero se quedó helado. Lali esperó—... tan poco habitual en ti.

—No lo era, pero ahora lo es.

—Pero... —comenzó Benjamín en el momento en el que María José y Carlos lo alejaban para entrar.

—Buenísimo —dijo Peter desprovisto ya de toda lujuria por la mirada que le había dado Carlos.

—Es lo que he venido a decirte —dijo Lali sujetando con fuerza el edredón—. Benjamín llamó a Ana y ésta me avisó que posiblemente se había enterado más gente.

—¡Tú! —exclamó Carlos dirigiéndose hacia Peter, pero Lali se interpuso.

—Estás reaccionando de forma exagerada —le dijo a su padre.

—Nunca me gustó tu departamento, mi amor —comentó María José mirando a su alrededor. Entonces vio la bolsa verde y blanca en la mesa—. ¿Churros?

—Deberías haber traído cocaína. Me han dicho que adelgaza.

—Lali, Benjamín dice que este hombre hizo una apuesta en la que... —dijo Carlos, que se mantenía calmado.

—No, Benjamín intentó convencerlo para que la hiciera, pero Peter le dijo que no. Grítale a él.

—Entonces, ¿qué es esto? —dijo quitándole el cheque de las manos de Peter—. Es... —leyó el importe— por diez mil dólares. No sólo eres inmoral, sino además un imprudente con el dinero.

—No hice la apuesta. Nadie me cree.

—Yo sí —dijo Lali sonriendo.

—Entonces, me importa poco y nada el resto —dijo Peter acercándose a ella.

—Mariana, agarra tus cosas que te vienes a casa —le ordenó Carlos enderezándose.

—Papá, tengo treinta y tres años. No voy a ir —respondió quitándole el cheque—. Vete a casa y llévate a mamá.

—¡Juan Pedro! —exclamó una voz fría desde la puerta.

—Genial, éramos pocos y parió la abuela —dijo Peter, que se había girado y había descubierto a su madre. Después miró a Lali—. Ésta es mi fantasía: logro hacerle el amor a la mujer de mis sueños y mi madre aparece para el postre.

—Bueno —dijo Lali sujetando el edredón—. La fiesta no está completa hasta que alguien trae el hielo.

—¿Perdón? —dijo María José intentando alejar a Carlos—. Usted es Claudia Lanzani, ¿no es así?
Claudia la miró como si formara parte del personal de servicio.

—Soy María José, la madre de Lali. Encantada de conocerla —se presentó ofreciéndole la mano.

—¿Cómo está usted? —contestó Claudia sin aceptarla, antes de mirar a Peter—. Juan Pedro...

—Hola mamá. Ésta es la mujer con la que voy a pasar el resto de mi vida. Si no das tu aprobación pasaré los terceros domingos de mes oyendo a Elvis durante la cena. Tú dirás.
Claudia lo miró durante un momento y entonces éste vio que Melisa aparecía por la puerta, blanca como la nieve.

—¿Melisa?

—La llamé yo —explicó Claudia—. Pensaba que...

—No —dijo Peter mirándolas a las dos.

—No lo dirás en serio —dijo Claudia.

—No lo presione —le aconsejó Melisa—. Es lo que estuve intentando decir todo el tiempo. Es encaprichamiento. Se le pasará. Dele tiempo.
Peter meneó la cabeza y empujó a Lali hacia el sillón, lejos de los lunáticos.

—Yo le daré tiempo —aseguró Carlos con mirada furiosa—. Le daré al idiota...

—¡Le darás tiempo! —lo interrumpió María José—. Como si tú no fueras peor que él.

—¿Qué? —exclamó éste.

—Te debo cien pesos, ya que me has hecho esperar hasta las nueve y media —dijo Lali acurrucándose contra Peter y entrelazando sus dedos con los de él. —Sí —aceptó Peter apretando la mano—. Pero los gané haciendo una apuesta, así que serán para ti otra vez.

—¡Sé lo que estás haciendo! —le dijo María José a Carlos con voz llena de cólera.

—Le estoy gritando al idiota que ha seducido a mi hija —respondió éste, que había perdido el hilo.

—Sé lo que haces en tu hora libre para comer —le explicó con mirada asesina.

—Comer —aseguró confundido.

—Sí, pero ¿a quién?

—¡Por Dios, mamá! —exclamó Lali. Claudia miró a María José con desdén y Melisa cerró los ojos. Benjamín parecía frustrado, confuso y muy enojado. Entonces entró María con Agustín y los miró a todos con el ceño fruncido.

—¿Qué pasa aquí?

—¡Agustín!—lo llamó Peter en tono tenso.

—Que conste que he intentado detenerla.

—¿Por qué no cerraste la puerta con llave para que nadie pudiera entrar? —le preguntó María a Lali.

—Lo hice. Fue Peter el que la abrió. Grítale a él.

—Golpéame y así ahorrarás tiempo —dijo Peter.

—¿Qué intentas decir con eso? —preguntó Carlos, que se había ruborizado.

—Tus comidas. Te llevas a la secretaria todos los días a comer —aseguró María José levantando la voz.

—No grites —le pidió Lali pensando en los vecinos.

—Son comidas de trabajo. Necesito una secretaria para trabajar —se justificó Carlos.

—A mí nunca me llevas a comer —gritó María José.

—Tú no comes —respondió Carlos.

—Sabes, la apuesta era de diez mil dólares —le comentó Lali a María.

—No me friegues —dijo ésta y se giró hacia Peter—. ¿Apostaste diez mil dólares que...?

—No, por Dios, no —dijo cogiendo el cheque de las manos de Lali y rompiéndolo en dos pedazos—. ¿Ves? No hay apuesta.

—Nos habría venido muy bien —dijo Lali para nada enojada.
Todo el mundo empezó a hablar y Peter miró a Lali pensando: «Lo único que quería era estar solo con ella el resto de mi vida».

—¡Basta! —exclamó y todos se voltearon para mirarlo con diferentes grados de desprecio, desesperación y cólera. Agarró un churro y volteó a mirar a Lali—. Mariana Espósito, te amo y lo haré siempre. ¿Te quieres casar conmigo?

—Es tan repentino —dijo Lali sonriendo.

—Tenemos público, Lalita. ¿Vas o no vas?

Continuará…

19 comentarios:

  1. Obvio q va a ella tb le gustan las apuestas jajajajaja

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  2. jajaj me encantooooooooooooooo

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  3. que buen caaaaaaaaap, lo que me rei, continualaaaa ! besos

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  4. JJAJAJJAJAJAJAJAJJAJAJA tente bocha jajjajaja buy bueno el cap de verdad jjjaja
    ++++++
    @x_ferreyra7

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  5. Me he reído demasiado con el capi y todo le salio mal a Benja menos el que vayan por Lali sus familiares jajaja que risa que verguenza y la parte de las comidas muy graciosa y pues claro que se van a casar.
    Bueno nena me voy a recoger a mi bebe del cole :)
    Ruthy

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  6. Jajaja es una locura esto es peor q esperando la carroza jajaja
    Maass

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  7. Nueva lectora recien termine de leer todos los cap, me encanta!! @LaliPeter_TA

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  8. jajjajaja q capitulo,estan re locos todos

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  9. Jaja me encanta esta nove
    Más porfa

    : D

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  10. jAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!, ese departamento es como el camarote d los hermanos Mars,todos hablando y discutiendo.
    Me parece a mi k los k están más divertidos son los implicados Lali y Peter.
    Casamiento ,justo delante d todos ,y con ese caos.
    Perdiste Benjamín ,perdiste Melisa!!!!!!

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  11. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas... =D

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  12. Me has hecho reir fuerte,no faltó nadie a la cita y ellos dos me encantan,JAJA!

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  13. Jajaja ésa escena me ha recordado la típica película española que se lía todo y al final todos terminan juntos en un cuarto discutiendo Jajaja o encanta plena estén tan enamorados. . .y hay una cosa que no entiendo muy bien, que ha querido decir Claudia cuando a traído a Melisa?? No o ha quedado claro. . .

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  14. me encanto jajajaja buenisimo cap ay que diga que si asi les da a meli y a benja la estocada final jajajaj ay benja benja querias ganar y perdiste ja una ves mas todo te salio mal y me ja creia que era encaprichamiento ja pobre ilusa aun tenia esperansa pero no jejej que papelon uuoh y en caunto los papas de lali y peter bueh de nada sirvio que fueran jaja mas que para ver el amor que se tiene laliter y que no era ni apuesta ni enserio aun que para benja si por lo que se la hicieron creer que mal quedo uuu je seguilaaa ay benja que mal te salio todo hizo todo ´por la apuesta mas no por recuperara a lali igual por mas que hiciera ni ay ganaba triple papelon hizo jajajaja

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  15. ay si quediga que si asi con eso le arian saber a los demas que van en serio que se aman y que no es un juego y menos una apuesta aunque todo aya empesado asi jeje y de paso seria como para dejarles en claro a benja y a meli pero mas que todo a benja que se pertenecen que pitt logro ver lo qu él no y que lali bueh al fin encontró a su elvis y que por mas ue ayan echo de nada les sirvio por que el amor pudo mas jajaja... por cierto pitt sabra en algun momento hacerca del libro que meli escribia de él aun que dudo que despues de esto logre publivarlo jajaja ay meli para mi que te toco hacer otro pero esta ves con distinto tema jejeje o dedicarte a otra cosa uuuoh jajaja

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