sábado, 11 de enero de 2014

Capítulo 20



Hola, hola!!!!! ¿Cómo las trata el finde, muchachas? Espero que todo bien y aprovechando los días libres y de descanso para muchas ;) Pásenla lindo, nos leemos mañana!!!! Besos y gracias por leer!!!!

Twitter: @Caparatodos
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—Algo típico de Punta del Este, ¿verdad? No necesariamente algo navideño.

—Exacto —dijo él.

Capítulo 20:

—Candela dice que existen ayudas para el arte callejero, y que los artesanos locales venden sus joyas en el puerto.

—Yo también leí eso, y no se me había ocurrido el buen escenario que resulta ese lugar para un espía. Eres brillante —alabó él, sincero.

—Gracias —dijo ella, y miró alrededor con el ceño fruncido—. ¿Habrá gente todavía a estas horas?

—No son ni las siete —le recordó él—. Además, debido a las vacaciones hay muchos turistas. Seguro que los puestos están abiertos todavía.

—Es probable. Lo que tenemos que hacer es encontrar ese lugar.

Resultó tarea fácil, y enseguida caminaban por el puerto, sonriendo a los vendedores, muchos de los cuales parecían tan viejos como las historias que escondía aquel maravilloso lugar.

—Mira esto —dijo Lali, mostrándole un círculo adornado con algodón, plumas, cuentas y cuero.

—¿Qué es?

—Un atrapasueños —respondió ella—. A Candela le encantaría, ¿no crees?
Peter reconoció que a la amiga de Lali seguramente le gustaría un regalo así.

—Hemos cambiado el festejo de Navidad para el lunes que viene —explicó ella, mientras compraba el atrapasueños—. Ya que tú y yo estamos aquí el día en cuestión, vendrá a mi casa el lunes y comeremos pavo, ensalada y todo eso. ¿Te apuntas tú también?
Peter no necesitó ni un segundo para pensarlo.

—Yo llevo el puré de manzana. Me sale muy rico.

—Buenísimo —dijo ella con una carcajada y se agarró de su brazo, con su reciente compra en la otra mano mientras seguían mirando las artesanías, la mayoría de ellas joyería de plata.

—Para mi mamá —dijo Peter, mirando un par de aretes—. El hotel ofrecerá servicio de envíos, ¿no crees?

—Seguro. Le van a encantar. ¿Y para tu papá?

—Podría comprarle una hebilla gigante para la correa —comentó él, señalando una expuesta en el suelo—. Pero ya le regalé una suscripción a Pesca y Botes y un vale de consumo. Es muy fácil hacerle regalos.

—¿Estás triste por no ir a casa este año?
Él la miró y sacudió la cabeza.

—Los extraño, por supuesto, pero estoy muy feliz con cómo están yendo las cosas este año.
Ella clavó la mirada en los puestos de los artesanos.

—Yo también.

—Mira qué bonito —señaló Peter unos pasos más adelante.

Se había detenido delante de una gran manta gris cubierta de pulseras de cuero y plata labrada. En un extremo, estaba sentado un anciano con una pipa en la boca y penetrantes ojos azules, casi escondidos entre los pliegues de su rostro acartonado. Tenía el pelo blanco y un aire de misterio.

Cualquier duda que Peter hubiera tenido de incluir aquel escenario en el siguiente libro de Bedoya-Agüero, se disolvió en el acto. Aquello era perfecto. Miró a Lali por el rabillo del ojo y la vio agachada, estudiando atentamente las pulseras.
«Sí, es perfecto», pensó él.

—Es una artesanía hermosa —comentó, escogiendo una pieza con unos diseños tan intrincados que dedujo que eran antiguos y de profundo significado.
El anciano inclinó la cabeza.

—Gracias, es usted muy amable —dijo y, tras mirar a Lali, se dirigió a Peter—. ¿Desea comprar algo para su pareja?

—Esto…
Lali dio un paso atrás y negó con la cabeza.

—Él no es mi novio.

Peter no supo si frustrarse por la rápida negación de ella, o disfrutar de que el artesano hubiera pensado que eran pareja. Decidió lo segundo, mejor pensar en positivo. Tal vez el anciano había percibido algo.

—Somos amigos —dijo Peter, agarrando la mano de Lali—. Buenos amigos.
El hombre entrecerró los ojos y miró a Peter. «Lo sabe», pensó él, y carraspeó, temeroso de que Lali descubriera su verdad. Una verdad que él le estaba ocultando. Al menos por el momento.

—Entonces, éste —dijo el anciano, tendiéndole otro de diseño igualmente intrincado—. Para la amistad.
Se llevó la mano al corazón.

—Un verdadero amigo vive aquí para siempre.

—¡Qué bonito! —intervino Lali.

—Me la llevo —dijo Peter y se giró hacia ella—. ¿Me dejas que te la regale?

—Peter, no puedes.

—Claro que puedo. Sólo tengo que sacar la billetera del bolsillo —dijo él, mientras lo hacía.
Ella puso los ojos en blanco, enojada.

—Discúlpenos —le rogó al artista, y se llevó a Peter a un lado—. No tienes por qué comprarme nada. Hay asuntos más importantes de los que preocuparte, como pagar el alquiler y comer.

—No soy un indigente —respondió él.

Continuará…

9 comentarios:

  1. Pero que mania con el dienerooooo!!!! creo que Lali usa cualquier excusa para no estar cerca de Peter y no poder tener una relacion con el y el dinero es su mayor excusa

    espero mas novee

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  2. hay q amor peter
    lali tiene que dejar de ser tan arisca
    beso

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  3. Qué ironía sería que ella lo crea casi un mendigo y él sea un millonario heredero renegado de la familia o simplemente un heredero bohemio! ESO me encantaría.
    Y que se encontraran con un vidente o gitana que les vaticinara el futuro en la feria.- jaja
    Quiero más!
    Lore

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  4. Desde el principio me da k Peter no es nada pobre.Solo trabaja y hace lo k le gusta.
    Lali es la obsesiva con el dinero.

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  5. El viejo sabio je!! más!! Me encanta!!

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  6. No soy un indigente toma lalu!! Que lindoos
    More Me encanta
    Sor

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  7. Lina (@Lina_AR12)12 de enero de 2014, 7:35

    lali no sabe cómo esquivar cualquier situacion q la ligue a él,y él es un DIVINO!!!!!!!!

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  8. Lalita el dinero no es todo en la vida!!!! Peter un tierno como siempre!!
    Espero el proximo!!

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