sábado, 18 de enero de 2014

Capítulo 27


Hola, hola!!!! ¿Cómo les va? ¿Qué tal su sábado? Espero que todo bien y lo estén/hayan disfrutado y aprovechado a full!!!! Gracias por leer y ya sé que quieren acción... no falta nada, se los aseguro... banquen que mañana :O jajaja Besos y hasta mañana!!!!

Twitter: @Caparatodos
____________________________________________________

—De hecho, no —dijo ella, ruborizándose, y evitando su mirada—. Me parece que, si quiero una reunión de negocios, debo avisarle con tiempo. No me parece correcto esperar al último minuto.
Le estrechó la mano, soltándola demasiado rápido para el gusto de Peter, y dio un paso atrás.
Alejándose de él y acercándose al enemigo.

Capítulo 27:

«Cielo santo», pensó Lali. Tenía un problema.

Recordó el roce de la erección que había notado en los pantalones de Peter y se corrigió: tenía un problema muy grande. Su imaginación estaba extrapolando lo que había visto el día de la ducha, aplicándolo a lo que acababa de ver, y… era demasiado peligroso seguir por ese terreno.

—Negocios —murmuró—. No pienses en Peter. Piensa en que quieres comer todos los días y tener un seguro.
Asintió firmemente, se alisó la blusa y cruzó la habitación con su sonrisa para los negocios.
Vio girarse a Pablo, y advirtió el ardor de su mirada.

—Lali —dijo él, tendiéndole una mano para que se uniera al grupo—. Escuchen todos, quiero presentarles a Mariana Espósito. Fuimos juntos al colegio, pero no me odia por aquellos tiempos locos.
Le presentó una por una a cada persona, haciéndola sentirse a la vez acogida y especial.

—Ya conoces a María —añadió, señalando a la rubia a quien Lali recordaba bastante bien.

—Su cita para cenar, a falta de otra —dijo ella con una sonrisa y se giró hacia Pablo en tono de burla—. Será mejor que disfrutes de mí mientras puedas. Francisco llega mañana, y a partir de entonces seré toda suya.

—María y mi primo Francisco están comprometidos —explicó Pablo—. Las mujeres de mi familia han estado haciendo turnos las últimas semanas para hacerme compañía, me guste o no.
Lanzó una mirada de furia fingida a María, quien sonrió.

—Terminó con su novia hace unos meses —informó ella y se giró hacia él—. Deja de mirarme así. Apareció en todas las publicaciones de sociedad, no estoy diciendo nada que medio mundo no sepa ya.

—María…
Ella levantó las manos, rindiéndose.

—Está bien, está bien—. Le sonrió a Lali, quien dio un paso atrás, sintiéndose de repente como un filete expuesto en una carnicería—. ¿Y tú a qué te dedicas?

—Soy abogada —respondió Lali, y ladeó la cabeza hacia Pablo—. De hecho, por eso venía. Quería pedirte un rato para poder hablar sobre negocios contigo.
Él se llevó una mano al pecho.

—Y yo que creía que no podías resistirte a mis encantos…
Lali rió sinceramente. A pesar de ser tener tanto dinero, Pablo seguía siendo tan campechano y agradable como ella recordaba.

—No voy a negarte que tienes muchos atributos —dijo ella, devolviéndole la broma—. Pero soy una profesional muy centrada. Me gusta pensar que ése es uno de mis atributos.

—Me gusta esta chica, Pablo —dijo María y se le acercó—. Vamos a tomar unas copas a la habitación. Tiene un pabellón en uno de los extremos del complejo, con una vista espectacular. ¿Quieres venir?

—No podría —contestó Lali automáticamente.
Mentalmente, se dio una reprimenda. Aquello era justo lo que debería hacer. Él estaba libre, y sentía atracción hacia ella.
¿Acaso podía haber algo más perfecto?

«Sí, mucho más», le dijo una vocecita en su interior.

Pensó en Peter y supo que la voz tenía razón. Pensó en el cosquilleo provocado por sus caricias; en cómo se había estremecido al ver su mirada de deseo, mientras ella se lamía el marshmallow del dedo; y en la calidez y humedad de su entrepierna al darse cuenta de que él tenía una erección.

Sólo con recordarlo, tuvo suficiente para disculparse con Pablo e irse elegantemente de la conversación.
Necesitaba estar sola.
Necesitaba una ducha fría.
¿Qué era lo que decían de los planes mejor trazados?
No estaba segura, pero los suyos se habían ido al tacho.


—Necesito ayuda —dijo Lali por teléfono. Al otro lado de la línea, Candela bostezó.

—¿Mamá?

—¡Candela, despiértate! Soy yo, Lali. Tengo un problema.

—¿Estás herida? —preguntó Candela, repentinamente alerta y preocupada—. ¿Ya avisaste a la policía? ¿Dónde estás?

—Estoy en el baño del bar del hotel de Pablo, y no es ese tipo de problema. Es de hombres.

—Ah —dijo Candela, de manera cómplice—. ¿Qué sucede con Pablo?

—Nada.

—¿Nada? —repitió Candela—. ¿Ya lo viste?

—Sí. Me invitó a su habitación. Y dejó bastante en claro que está solo.
Hubo un silencio, y Lali estuvo segura de que Candela intentaba atar cabos.

—¿Puedes repetírmelo? —pidió su amiga.
Lali lo hizo.

—¿Y has dicho que no? —preguntó la más delgada sin dar crédito—. ¿Rechazaste una invitación para ir a la suite del propietario del hotel?

—Pero sí conseguí la cita con Pablo. Y me refiero a la relacionada con los negocios. Mañana daremos un paseo a caballo, y ha dicho que luego me concedería una hora, lo que yo necesite.

—Seguro que sí —dijo Candela—. Lali, ¿en qué demonios estabas pensando?
Lali respiró hondo y respondió en un susurro, como temiendo que Peter fuera a oírla.

—Creo que… me gusta Peter.

—¡Eso está buenísimo, La! Son la pareja ideal.

—No, nada de ideal —replicó Lali—. Esto es un gran problema.

—¿Por qué? ¿Él no está interesado en ti? Ya sé que nunca se te ha insinuado ni nada por el estilo, pero yo siempre pensé que era tímido, el típico escritor introvertido. Aunque ya sabes lo que dicen de las aguas mansas —dijo, en un tono tan lujurioso, que Lali se ruborizó.

—Sí que está interesado —aseguró—. Pero es mi amigo, Candela. Junto contigo, es probablemente mi mejor amigo.

—¡Eso es perfecto! Al menos ya saben que se llevan bien. No podría ser mejor.

—También con Benjamín me parecía todo perfecto, y ahora ni siquiera contesta mis llamadas.

—Peter no es Benjamín.

—Cierto, no lo es —dijo Lali.
Benjamín había sido un sólido candidato a novio: era ingeniero en una fábrica local, solvente y económicamente responsable. Nada que ver con Peter.

—¿Y por qué Peter no puede ser una aventura? —propuso Candela—. No sientes atracción hacia Pablo, perfecto; creo que estás loca, pero bueno. Peter te excita, y tú a él. Se están hospedando en la misma habitación, y ambos tienen más de veintiún años. ¿Cuál es el problema?

—Ya sabes cuál es —afirmó Lali.

—Tonterías, no me lo creo. Tal vez empezaste pensando que el sexo interferiría en la amistad, pero, ¿sabes qué? Ya lo ha hecho. Se te ha metido en la cabeza, y no va a irse de ahí.
Ella tenía razón.

Continuará…

11 comentarios:

  1. aaaaaa
    por fin lo acepta, que bien ame el capi

    ResponderEliminar
  2. EXACTO!!!!!! ya sabiendo y reconociendo que Peter le gusta, va a cambiar su actitud con él, así que ¿por que no dar un paso mas?

    espero el siguienteeee

    ResponderEliminar
  3. Buen consejo de Cande,bien ahí,y bien ella reconociendo lo q le pasa ahora sólo falta tirarse a la pileta,agua hay....

    ResponderEliminar
  4. bien cande !!! Buen consejo. Lali hacele caso a cande .
    mad noveeee!!
    gala

    ResponderEliminar
  5. Cande es la viva voz d la conciencia d Lali

    ResponderEliminar
  6. Lo Reconocio! (BAILE DE LA VICTORIA*) XD
    Ahora esperemos que el otro no se aya enojado por irse con pablo no? Como es eso que lo vio En la ducha(?) Kjjsd #Muero! :D

    Ansiosa por el cap' De mañana C:♥

    ResponderEliminar
  7. Ves ? Cande piensa como yo hay que disfrutar de las oportunidades
    Ayyyy espero con ansias los capítulos

    ResponderEliminar
  8. Oh por dios! Porque mis amigas no son como candelaa
    Me encanta
    More
    Sor

    ResponderEliminar