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@Caparatodos
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Peter la aprisionó contra la puerta, volviendo a captar
su atención, y enredó su lengua con la de ella. Una vez más logró hacerla gemir
y arquearse instintivamente hacia él, retrocedió un instante para mirarla con
expresión traviesa y los ojos oscurecidos.
Capítulo 50:
-¿Estás segura de que esto es lo que deseas?
Ella le enredó los dedos en el pelo.
-Sí.
-Bien –le tomó las manos y la hizo entrar en el
dormitorio, dirigiéndole una provocativa mirada-. Entonces, déjame mirar
–liberándole las manos, se acercó a uno de los sillones y se sentó. Como el
millonario que era, acostumbrado a estar al mando, se mantuvo a la espera-.
Empieza por el vestido.
¿Ah,
sí? Lali ladeó la cabeza.
-Si quieres ver lo que hay debajo tendrás que quitármelo.
Él realizó un perezoso ademán negativo.
-Lo siento, abogada. Pero esto no es el tribunal. Yo
pongo las normas esta noche.
Por suerte, todavía tenía el vestido puesto; de lo
contrario Lunarcito habría notado cómo se le endurecieron los pezones en el
acto.
Adoptando un aire indiferente, se situó entre sus piernas
y alzó la mano para bajarse el cierre del vestido. Sosteniéndole la mirada,
dejó que un tirante se le deslizara por el hombro, y después el otro. Luego,
muy lentamente, hizo descender la tela sobre las copas de su sostén sin
tirantes, sobre el estómago y las caderas, y lo dejó caer a sus pies.
Los ojos de Peter abrasaron cada centímetro de su cuerpo
y vagaron entre cada pieza de su ropa interior de seda a juego, color marfil..
-Eres tan hermosa, Lali –su mirada descendió hasta el
sostén-. Ahora déjame ver esos pechos con los que llevas toda la noche
provocándome.
-Si insistes –con una ligera sonrisa, Lali se llevó las
manos a la espalda y abrió el broche de su sujetador. Luego se bajó las copas y
lo dejó caer al suelo, junto al vestido.
Por un momento, Peter se limitó a mirarla sin decir nada.
Después, le hizo una seña con la mano.
-Ven aquí.
Ella sacudió la cabeza.
-Todavía no he terminado.
-Ven de todas maneras.
Lali se deshizo de los zapatos y se sentó a horcajadas
sobre su regazo, acomodando su gruesa erección entre las piernas.
Peter tensó la mandíbula mientras la miraba con los ojos
entrecerrados.
-Bésame.
Sintiéndose ligeramente escandalosa, pero también
terriblemente sexy al estar casi desnuda mientras él seguía completamente
vestido, Lali se inclinó hacia delante, tomándose su tiempo para mordisquearle
el labio inferior antes de entrelazar la lengua con la de él. Cuando Peter
trató de profundizar el beso, retrocedió y lo provocó con los labios hasta que
lo oyó emitir un sonido gutural.
-Las chicas buenas de la fiscalía no deberían provocar a
un hombre que ha estado en la cárcel –le advirtió en voz baja.
Lali se inclinó hacia él para poder susurrarle al oído.
-Creía que ya habíamos establecido que esta noche no voy
a ser una chica buena.
Complacida, sonrió al sentir tensarse su erección entre
las piernas. Luego, tuvo que ahogar un jadeo cuando él deslizó las manos hasta
sus pechos.
-Entonces, descubramos lo que les gusta a las chicas
malas de la fiscalía.
Peter le rozó los tensos y sensibilizados pezones con los
pulgares, adoptando un ritmo desesperantemente lento. Ella cerró los ojos,
respiró entrecortadamente, y luego gimió cuando sintió que reemplazaba las
manos por la boca.
-Peter… -le introdujo los dedos en el pelo, arqueándose
mientras su lengua le lamía un pezón y luego el otro, convirtiéndolos en
rígidos y doloridos picos.
-Voy a hacerte sentir demasiado bien, nena –murmuró él. Y
como si pretendiera demostrárselo, jugueteó con sus pechos, provocándola con
los labios, los dientes, y la lengua hasta que ella comenzó a merecerse
suavemente en su regazo, pidiendo más.
-Agárrate a mí –le susurró.
Lali le rodeó el cuello con los brazos y se aferró con
fuerza a él, mientras se levantaba del sillón y la transportaba hasta la cama.
La depositó sobre el edredón y luego posó una ardiente mirada sobre ella, en
tanto empezaba a desnudarse, deshaciéndose en primer lugar del saco y la
camisa, y a continuación del resto.
A lo largo de los años, Lali había albergado ciertas
fantasías secretas sobre cómo se vería Juan Pedro Lanzani desnudo, basándose
principalmente en las sensaciones que le había provocado al apretar su cuerpo
contra el de ella mientras se besaban.
Ninguna de sus fantasías se acercaba remotamente a la
realidad.
Mientras se erguía desnudo ante ella, Lali contempló
descaradamente cada duro y tallado centímetro de su cuerpo: el pecho firme, los
abdominales marcados y los muslos fuertes y tonificados, y llegó a una
conclusión.
La cárcel le había sentado de maravilla.
Luego, desplazó la mirada hacia su erección, grande,
dura, y más que dispuesta. Con una arrogante sonrisa, Peter se inclinó sobre
ella en la cama e introdujo los dedos bajo el elástico de su tanga. La bajó, se
la deslizó por las piernas, y luego retrocedió un poco para mirarla.
-Perfecta –dijo con voz ronca.
Descendiendo hasta apoyarse sobre los antebrazos, la
besó, deslizándole una mano entre los muslos. Lali tembló al sentir cómo
ascendía para separarle los suaves pliegues. Hábilmente, la provocó con el dedo
índice, haciéndola jadear contra su boca, antes de deslizarlo en su interior.
-Estás tan húmeda –añadiendo un segundo dedo, comenzó a
moverlos siguiendo un ritmo suave y tortuoso-. Voy a estar aquí dentro en unos
minutos.
-Peter –instintivamente, se arqueó contra su mano
mientras él la hacía arder.
-Tócame, Lali –murmuró acariciándole el cuello.
Luego rodó sobre un lado y ella lo siguió, feliz de
satisfacer esa demanda en particular. Lali le deslizó las manos por el pecho,
descendiendo hacia el estómago, y lo oyó tomar aire mientras seguía bajando.
Peter cerró los ojos y gimió cuando le envolvió el pene
con una mano.
-Dios, sí…
Su palpitante erección se endureció todavía más, cuando
le acarició suavemente la punta con el pulgar, adoptando el mismo ritmo lento
que Peter había empleado con ella. Inclinándose hacia adelante, lo besó,
rozándole el pecho con los pezones mientras sus lenguas se enredaban. Una y
otra vez, lo acarició y lo provocó, percibiendo cómo su respiración se iba
volviendo más y más irregular.
Repentinamente, él la hizo rodar de nuevo hasta quedar de
espaldas, y le sujetó las manos sobre la cama.
-Necesito estar dentro de ti –musitó con aspereza-.
Ahora.
Lali sintió cómo la recorría una llamarada.
-Por favor, dime que tienes...
Como respuesta, él alargó una mano y abrió el cajón de la
mesita de noche. Rasgó el envoltorio de un condón, se lo colocó, y luego se
situó entre sus piernas.
Presionando el extremo de la erección contra su cálida y
húmeda entrada, le separó las piernas con una rodilla. Después, se introdujo
lentamente en ella, llenándola por completo, hasta que estuvo totalmente
enterrado en su interior.
-Dios, eres tan dulce –gimió. Tensó la mandíbula mientras
comenzaba a moverse-. Voy a pasarme toda la noche dentro de ti –dijo en tono gutural.
Luego enlazó su mirada con la de ella mientras la tomaba con acometidas suaves
y profundas-. Justo así.
-Sí –jadeó Lali, arqueándose para salir a su encuentro.
Juntos encontraron el ritmo perfecto y, cuando ella comenzaba a aproximarse al
clímax, Peter se apoyó sobre las rodillas para provocarla con breves y
superficiales acometidas.
-Quiero verte cuando te corras –dijo, bajando una mano
para acariciarla entre las piernas. Lali dejó escapar un grito y estalló,
mientras él seguía penetrándola, con más fuerza e intensidad ahora, empujándola
más allá del clímax. Después, se incorporó, alzándola hasta colocarla a
horcajadas, y le ahuecó el trasero, guiándola hacia arriba y hacia abajo sobre
su pene, mientras Lali le cubría la cara con las manos y lo besaba. Estaba tan
duro y la fricción entre sus cuerpos resultaba tan intensa que sintió
avecinarse un nuevo orgasmo.
Lali jadeó contra su boca y las piernas le temblaron.
Peter la sostuvo con firmeza, ejerciendo la presión exacta al estrecharla
contra su cuerpo, y no quedó la menor duda de que sabía perfectamente lo que
estaba haciendo.
Lali gimió cuando alcanzó el segundo orgasmo y él se hizo
cargo de mantener el ritmo, sincronizando el movimiento de sus cuerpos, hasta
que repentinamente la agarró por las caderas y gruñó, mientras explotaba dentro
de ella.
Durante varios segundos, permanecieron entrelazados,
ambos jadeando, hasta que finalmente Lali se deslizó sobre la cama. Peter la
siguió, apoyándose sobre ella, con el pelo cayéndole sobre la frente y las
mejillas enrojecidas.
Una chispa de orgullo centelleó en sus ojos cuando la
miró.
-¿Y?
Ella sonrió.
-Bueno. Puede que esta vez se merezca algo más que un “no
ha estado mal”.
-¿Sabes? Eres un auténtico dolor de cabeza.
Lali se rió al escucharlo y estiró una mano para
acariciarle la cara.
-¡Por Dios, Juan Pedro Lanzani! Dices unas cosas tan
lindas…
me encantooooo! quiero massssssssssss
ResponderEliminarokey, que zarpados que están estos pibes -.-
ResponderEliminarME ENCANTA!
@AnglesCasi.
jajajjajajajajja ame el capiii!! mas!!!!
ResponderEliminarnaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa buenisimo
ResponderEliminarincreíble capitulo muy bueno,quiero saber como sigue..
ResponderEliminar@mygreathappines
Quiero más!
ResponderEliminarLore
Woww!! Maas novee
ResponderEliminarEstos chicos tienen las hormonas a baño maria!!! Me encanto el capítulo espero que después de esto no hagan como si nada porque juro que los mato!!
ResponderEliminarespero el proximo!
Wow!!! Más! Me encanta!
ResponderEliminarwow una pasada! mas que increible!! merecio muchisimo la pena esperar! bien zarpado Peter eeh jaja y Lali de chica mala me encanto. Dejo atras sus pensamientos, sus planes de futuro y simplemente se dejo llevar. Me gusta esa Lali.
ResponderEliminarDescargaron la libido q habian retenido durante 10 años,JAJA Q encuentro!Y mira vos lalita...escondia una fiera!JAJA MUY BUEN CAP!
ResponderEliminarJajaj me encanto!!!!!!! Es muy genial :))
ResponderEliminarArii
OMG que buen capítulo si que saben como descargar jajaja mejor me callo sale mi lado pervertida si no jaja
ResponderEliminarAmiga me leí los capis de toda la semana :) espero que hayas pasado super tu cumple, te quiero.
@Masi_ruth
Este capitulo no tiene nada que envidiar a 50 sombras de grays 0.o
ResponderEliminar@isakrn22
DIEZ AÑOS esperando eso!!!
ResponderEliminarSe liberaron los dos .
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