Capítulo 61

Buenas, muchachas!!!!! ¿Cómo les va? Espero que todo bien por ahí ;) Gracias por la buena onda y por sus comentarios!!!!! jajaja me tienta cuando hay este tipo de escenas, son muy genias!!! Gracias, gracias :D un beso y hasta mañana!!!!

"No renunciers solo porque las cosas se pusieron difíciles. Recuerda: Si vale la pena, no será fácil"

Twitter: @Caparatodos

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-Ah bueno, eso suena mucho más cariñoso que Acusatrix Espósito –dijo-. Increíble.

Lali comenzó a reír.

-¿Acusatrix Espósito? ¿Me llamas así?

Capítulo 61:

-Tiene un aire autoritario que te queda como anillo al dedo –Peter la sorprendió observándolo-. ¿Qué?

Ella señaló la camisa y los pantalones que tenía puesto.

-¿A qué se debe la vestimenta informal de negocios? Estoy ansiosa, esperando a que me cuentes lo de ese maravilloso día que tuviste.

-Hoy he tenido dos entrevistas de trabajo.

Lali alzó su copa haciendo un brindis.

-Felicitaciones. Eso es genial, Peter. ¿Cómo crees que salieron las entrevistas?

-Muy bien. He contratado a los dos chicos.

Lali ladeó la cabeza, confundida.

-Espera… ¿Tú, los contrataste a ellos?

Peter tomó otro sorbo de su vino, muy complacido consigo mismo.

-No es exactamente lo que esperabas, ¿no?

-No. Pero ahora estoy realmente intrigada –Lali lo estudió con curiosidad-. ¿Qué te traes entre manos?

Así que él se lo contó. Mientras seguían bebiendo vino, allí sentados, Peter le habló sobre la empresa de Consultoría que tenía pensado abrir. Ok, solo entendió la mitad de lo que le estaba diciendo, ya que Peter expresó la otra mitad en términos informáticos, pero no le importó. Él estaba claramente entusiasmado con el tema, y motivadísimo, y logró que la conversación resultara totalmente fascinante.

Lali cayó en la cuenta de que, durante las últimas semanas, había estado tan centrada en verlo como su testigo y como ex-convicto, que había pasado esa faceta suya completamente por alto. Y ahora, de repente, lo veía exactamente como era: un genio de la informática, convertido en ejecutivo, que pensaba revolucionar el mundo de la tecnología.

Y no le quedó la menor duda de que lo conseguiría.

Cuando él hubo terminado, Lali sirvió una segunda copa de vino, disfrutando de la cálida sensación de relax que le había provocado el cabernet.

-Está bien, lo admito. Estoy impresionada.

Él se llevó una mano al corazón, fingiendo estar revolucionado.

-Espera. ¿Eso ha sido un halago?

-Por favor, no lo arruines. Es tan raro que compartamos un momento agradable…

Con una sonrisa, Peter se recostó en su silla.

-¿Sabes? Esta es la segunda vez que confiesas que te he impresionado. También me lo dijiste hace diez años, cuando mencioné que acababa de hacer el examen para mi doctorado –se colocó las manos detrás de la cabeza-. Empieza a ser demasiado para mi ego.

Lali lo miró, sorprendida. Así que, no era ella sola la que recordaba un montón de detalles sobre su primer encuentro.

-¿Todavía te acuerdas de lo que dije después de tantos años?

-Recuerdo casi todo lo que pasó aquella noche –se inclinó hacia delante para tomar su copa de vino-. En general, fue un fin de semana difícil de olvidar –dijo. Luego, bebió un sorbo y la miró.

Puesto que la mayor parte del tiempo que pasaban juntos, ella y Peter se limitaban a intercambiar bromas, Lali aprovechó esa pequeña grieta en su armadura para formularle una pregunta que le había estado rondando la cabeza desde que habían vuelto a reencontrarse.

-¿Te resulta extraño estar conmigo? -hizo girar su copa, vacilante-. ¿Te hago recordar todas las cosas malas que ocurrieron ese fin de semana?

-No –su tono se volvió suave, y su mirada inusualmente seria mientras sostenía la de ella-. Estar contigo me recuerda la única cosa buena que ocurrió ese fin de semana.

Lali sintió una opresión en el pecho.

Corre.

Una parte de ella creía que era lo mejor que podía hacer. Fuera de ese departamento, Peter y ella no tenían sentido como pareja –él era un famoso ex-convicto y ella una fiscal.

Sin embargo, aquella noche, dentro del apartamento… solo estaban los dos.

Lali se puso de pie y se acercó.

Sin mediar palabra, se sentó a horcajadas sobre él. Los ojos de Peter llamearon instantáneamente.

Ella bajó la cabeza.

-Recuerda tu promesa. Las manos quietas –luego entrelazó los dedos en su pelo y lo besó.

Durante un largo rato, sus labios y sus lenguas se limitaron a juguetear y a provocarse, como si fueran dos adolescentes besándose bajo las estrellas. Luego, Peter se apartó lentamente y le acarició la mejilla con un dedo.

-No estaba previsto que aparecieras en la sala del tribunal esa mañana, Mariana Espósito –sus ojos se posaron sobre los de ella-. Seré totalmente sincero contigo. Me gustas. Probablemente más de lo que deberías. Pero después de todo lo que pasó con Daniela, pensaba mantenerme alejado de una relación durante mucho, mucho tiempo.

Peter se detuvo, expectante, con el cuerpo bastante más tenso de lo que había estado hacía un momento, como si estuviera armándose de valor para enfrentarse a lo que viniera ya fuese una discusión, un interrogatorio, o simplemente una charla sobre sentimientos.

En cambio, Lali le deslizó las manos por el pecho.

-Apuesto a que esa parte del discurso sin ataduras de Juan Pedro Lanzani, no funciona tan bien con todas las mujeres con las que sales.

Él le pasó los dedos por el pelo, buscando su mirada.

-¿Eso significa que no te importa?

-¿Me estás preguntando si estoy interesada en empezar algo serio?

Él asintió.

-Sí. Y definitivamente, esto no forma parte del discurso.

Lali jugueteó con uno de los botones de su camisa, tratando de decidir cuál era el mejor modo de responderle. Le gustaba Peter, probablemente más de lo que debería, pero no estaba nada segura de que una relación entre ellos pudiera funcionar a largo plazo. Por el bien de los dos, probablemente fuera preferible mantener las cosas en un plano casual.

-Dados tus antecedentes con mi oficina, empezar una relación contigo resultaría… difícil –dijo-. Las fiscales no suelen salir con ex-convictos. Especialmente, una fiscal que está tratando de causar una buena impresión en su nueva oficina.

Esperó algún tipo de broma por parte de Peter, seguramente relacionada con las chicas buenas de la fiscalía. Pero, en cambio, su expresión permaneció seria.

-¿Y eso dónde nos deja? –le preguntó.

Continuará…