Capítulo 39

Hola, hola!!!!!!  Cómo van pasando o pasaron el domingo?! Espero que bien y que empiecen y tengan una buena semana, y si no es así make it work ;)!

MUCHAS GRACIAS A TODAS, una vez más por compartir, leer, emocionarse, aguantar y comentar una nueva nove junto conmigo! Gracias por permitirme entretenerlas un ratito día a día y GRACIAS sobre todo por darme cariño y dejarme leer cada uno de sus comentarios! NUNCA me cansaré de agradecerles por todo lo que me dan día a día! Son LO MÁS!!!!! Las quiero y aunque como dijo Lina, hoy es otro FIN! Eso anuncia que mañana es un nuevo comienzo no?! Así que nada, nos volvemos a leer mañana con el primer capítulo de “Arte para los Problemas 2: De ladrona a…” Las espero ;)

Link1s de descarga:

http://www.4shared.com/office/Jx4b5gbw/Enredo_Amoroso.html Ya saben, si alguna tiene problemas con la descarga mándeme un mail a Caparatodos@hotmail.com que yo se las mando!!! :D

Y, sí me había olvidado, así que ya que estamos con links… les dejo también el de Arte para los Problemas!!! http://www.4shared.com/office/X8AnF-Jp/Arte_para_los_Problema.html

Twitter: @Caparatodos

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—No, claro que no fue todo mal… al contrario.

Capítulo 39:

La limusina llegó a los treinta minutos exactos, de los cuales Lali había pasado veintinueve tratando de decidir qué se ponía. Por fin, se decidió por un provocativo vestido azul marino, con un cuello cerrado japonés y una gran abertura en la pierna. Un poco de maquillaje y un collar de perlas añadían el toque perfecto.

Ese era el final definitivo, el adiós para siempre, pero le dejaría a Peter algo que recordar.

Al bajar, encontró la limusina, con un chofer vestido impecable que le abrió la puerta. Pero cuando llevaba unos minutos dentro, se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Iba a ver a Peter. ¿Estaba loca? Su vida volvería al caos y no se lo podía permitir.

—Chófer —dijo ella—. Lléveme de vuelta a mí casa. Cambié de opinión.

—No puedo, señorita.

—¿Qué quiere decir? No me puede obligar a ir a donde no quiero, eso sería un secuestro.

—Estamos llegando, señorita. En cuanto el señor Lanzani haya hablado con usted, si quiera que la lleve de vuelta a su casa, lo haré.

¿Qué era todo eso? No importaba. Fuera lo que fuera, para ella no era más que el final definitivo.

Eres todo lo que pedía
pues mi alma vacía
esperaba solo a ti
eres el amor que esperaba
lo único que faltaba para ser feliz

Muy pronto, el vehículo se detuvo frente al museo de arte. El guardia se acercó y abrió la puerta. La guió al interior del museo. Lali los siguió intrigada, hasta que el hombre la llevó a la cocina.

—¿Qué hacemos aquí?

—El señor Lanzani la está esperando —respondió él.

—¿En la cocina?

—No, señorita. En la parte de atrás.

El hombre abrió la puerta trasera y ante sus ojos apareció un improvisado restaurante que imitaba al que habían cenado por primera vez. Decenas de antorchas iluminaban la escena.

La mesa estaba decorada con velas, y flores de olores intensos.

Eres todo lo que pedí
lo que mi alma vacía
quería sentir
eres lo que tanto esperaba
lo que en sueños buscaba
y que en ti descubrí

Sintió algo húmedo en la mano, bajó los ojos y se encontró a Rufus, con un collar muy elegante y un ramo de rosas entre los dientes. Dejó las flores a sus pies y se escondió debajo de la mesa.

—Rufus estaba seguro de que vendrías. Yo no.

—¡Esto está precioso! ¡Ni siquiera huele! —dijo ella con una risa nerviosa.

Peter le ofreció una silla. Lali dudó unos segundos, pero no se sintió capaz de rechazarlo. Él sirvió un poco de champán en las copas e hizo una señal a la mesera.

—¡Esa es la misma chica que nos atendió aquella noche en el restaurante!

—Sí. La contraté por una noche.

—¡No puedo creer que hayas hecho todo esto! Aquí fue… bueno, recuerdo aquella noche…

—La noche en que nos conocimos… ¡la bandeja de canapés!

Se rieron juntos.

—El baile…

—¡Y a la salida me habían desinflado las llantas! Por cierto, que no estaban reventadas.

Tú has llegado a encender
cada parte de mi alma
cada espacio de mi ser
ya no tengo corazón
ni ojos para nadie
solo para ti

—¿Por qué me recuerdas todo esto? ¿Para hacerme sentir mal? —preguntó ella.

—Al contrario. Lo recuerdo porque nada de lo que he compartido contigo me puede parecer malo. Sé que todo lo que hiciste fue por amor a tu hermana. Fui un estúpido al no darme cuenta de eso antes.

—Bueno, no todo fue por amor. Lo de que cavaras en mi jardín fue un auténtico acto de venganza.

Peter se rió.

—¡Me lo merecía! ¿Tú sabes el miedo que pasé? Durante unos minutos estuve convencido de que te iban a meter en la cárcel y de que no había nada que yo pudiera hacer al respecto.

Lali sonrió.

Peter enlazó sus dedos con los de ella.

—Sólo ha habido otro momento en mi vida en que he pasado tanto miedo: cuando pensé que te perdería para siempre.

Lali se tensó y bajó la mirada, para encontrarse con sus dedos unidos en un abrazo.

—He venido aquí para decir adiós. Pero ahora no estoy segura de poder hacerlo.

Peter se puso de pie y la abrazó con fuerza.

—Entonces, no lo hagas, Lali. No podría imaginarme la vida sin ti. No quiero que olvidemos nada de lo que pasamos, sino que lo recordemos como lo que nos dio la oportunidad de encontrarnos. Pero sí me gustaría que la memoria de esta noche se imponga por encima de todo. Empecemos de nuevo, desde ahora mismo, para poder tener un futuro juntos. Te amo, Mariana Espósito.

Lali no podía creer lo que estaba oyendo. Su corazón estaba lleno de emoción.

—Yo también te amo, Peter.

Eres el amor de mi vida
el destino lo sabía
y hoy te puso ante mí
y cada vez que miro al pasado
es que entiendo que a tu lado
siempre pertenecí

—Al fin —dijo él y suavemente la abrazó, para acabar con un tierno beso.

—Realmente, elegimos una extraña forma para conocernos —dijo ella.

—Así tendremos algo que contarle a nuestros nietos —contestó Peter.

—Pero nunca nos creerán.

—¡Nunca! —gritó él con una expresión de alegría.

Tu, has llegado a encender
cada parte de mi alma
cada espacio de mi ser
ya no tengo corazón
ni ojos para nadie

La tomó en sus brazos y Lali sintió que sus pies estaban a varios centímetros del suelo. Se preguntó si alguna vez volvería a tocar tierra otra vez. Esperaba que no. El amor había llegado a su vida del modo más absurdo, envuelto en un juego absurdo de venganzas, pero lo había hecho y no lo iba a dejar escapar.

Porque la verdadera felicidad era la más dulce de las venganzas.

Solo para ti, solo para ti
Solo para ti, solo para ti

Esto es de verdad
lo puedo sentir
sé que mi lugar
es junto a ti

Es junto a ti

Eres todo lo que pedía
lo que no conocía
y que en ti descubrí..

FIN