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—Deberías hacerlo. La mayoría de la gente no tiene ni
idea. Te sorprendería cuántas imitaciones cuelgan en galerías prestigiosas.
Hubo una en...
Capítulo 22:
—Era un velatorio —interrumpió Lali antes de que Ignacio
dijera nada más—. Pujábamos por un velatorio.
Ignacio sacudió la cabeza mientras ella se acercaba.
—Creo que no. Los velatorios no me gustan mucho.
Peter miró sobre su hombro.
—¿Eso no trae mala suerte? —No era tonto. Sabía lo que
ella estaba haciendo.
—No. —Tampoco le importaba que lo supiera—. Si bien los
cuadros de velatorios están hechos con pelo del difunto, fueron muy populares
en los siglos XVII y XVIII, y aún hoy se puede encontrar ese tipo de arte en el
mercado. No todo el mundo tiene aversión a los retratos funerarios realizados
con pelo de la tatarabuela. Algunos son muy hermosos.
—Demasiado morbosos para mi gusto. —Peter se giró y usó
el cordón anaranjado para bajar el taladro al suelo.
Mara arrugó la nariz.
—Estoy de acuerdo con Peter. Morbosos y de mal gusto.
Lali amaba el arte funerario. Siempre lo había encontrado
fascinante y no importaba cuan irracional pareciera, sentía la opinión de Mara
como una traición.
—Tienes que ir a atender al cliente que está mirando los
floreros —le dijo a su empleada en un tono de voz que resultó más gritón de lo
que pretendía. La confusión provocó que Mara frunciera el ceño mientras
atravesaba la tienda. Lali volvió a sentir el tic en el ojo y se lo apretó con
el dedo. Su vida se hacía pedazos, y la razón estaba delante de ella embutida
en un jean apretado y un polo igual de pegado, pareciendo uno de esos obreros de
revista.
—¿Estás bien? —preguntó Ignacio; su obvia preocupación la
hizo sentirse peor.
—No, me duele un poco la cabeza y tengo el estómago
revuelto.
Peter recorrió la corta distancia que los separaba y le
colocó el pelo detrás de la oreja. La tocó como si tuviera todo el derecho del
mundo, como si se preocupara por ella, pero por supuesto no lo hacía. Todo era
una mentira para engañar a Ignacio.
—¿Qué comiste en el almuerzo? —preguntó.
—El almuerzo no me hizo daño. —Miró con tristeza los ojos
del morocho y contestó sinceramente—. Eso
empezó esta mañana. —El pequeño aleteo en la boca del estómago había comenzado
con el beso. El beso de un policía sin sentimientos al que disgustaba tanto
como él a ella. Peter le dio unas palmaditas en la mejilla con la cálida palma
de su mano como para darle ánimos.
—¿Eso? Ah, calambres —dedujo Ignacio como si de repente
su extraño comportamiento tuviera perfecto sentido—. Creía que habías preparado
un remedio de hierbas casero para esos cambios bruscos de humor.
Peter curvó los labios en una sonrisa divertida y bajó
las manos para enganchar los pulgares en la correa de herramientas.
Era verdad. Había creado un aceite esencial para ayudar a
su amiga Eugenia con las molestias de todos los meses, pero Lali no lo
necesitaba. No tenía malestar y siempre era amable con todo el mundo.
—No tengo cambios bruscos de humor. —Se cruzó de brazos e
intentó no parecer indignada—. Soy muy agradable todo el tiempo. ¡Pregúntenle a
cualquiera!
Los dos hombres la miraron como si temieran decir una
palabra más. Ignacio, obviamente, la había traicionado. Se había pasado al
bando enemigo, su enemigo.
—Tal vez deberías tomarte el resto del día libre —propuso
Ignacio, pero ella no podía hacerlo. Tenía que quedarse y protegerlo de Peter,
y de él mismo—. Tuve una novia que se ponía una manta eléctrica y comía
chocolate. Decía que era lo único que la ayudaba con los dolores y esos repentinos
cambios de humor.
—¡No tengo ni dolores, ni repentinos cambios de humor!
—¿No se suponía que los hombres odiaban hablar de esas cosas? ¿No se suponía
que les daba cosa? Pero ninguno de los dos parecía sentir vergüenza. De hecho, Peter
la miraba como si estuviera intentando no reírse.
—Tal vez deberías tomar alguna pastilla —añadió Peter con
una sonrisa, aunque sabía perfectamente bien que lo que ella tenía no se curaba
con medicamentos.
Ignacio asintió con la cabeza. El dolor de cabeza de Lali
se le pasó a las sienes y ya no le importó rescatar a Ignacio de Juan Pedro
Lanzani ni que acabara tras las rejas. Le importaba poco y nada que terminara
preso con una bola de hierro atada al pie, tenía la conciencia tranquila. Lali
se llevó las manos a las sienes como si así pudiera librarse del dolor.
—Nunca la he visto tan enojada —dijo Ignacio como si ella
no estuviera allí presente.
Peter ladeó la cabeza y fingió estudiarla.
—Tuve una novia que me recordaba a una mantis religiosa
una vez al mes. Si decías algo incorrecto, te arrancaba la cabeza de un
mordisco. Sin embargo, el resto del tiempo era verdaderamente dulce.
Lali apretó los puños. Quería dar puñetazos a alguien.
Alguien de ojos verdes y pelo oscuro. La estaba obligando a tener malos
pensamientos. La estaba obligando a crear mal karma.
—¿Qué novia fue ésa? ¿La que te dejó a los dos meses?
—No me dejó. La dejé yo. —Peter se acercó a Lali y le
pasó un brazo alrededor de la cintura. La apretó contra él y le acarició la
piel a través de la delgada tela de la blusa—. Dios mío, me encanta cuando te
pones celosa —le susurró en voz baja y sensual justo encima del oído—. La
mirada se te pone muy sexy.
Su cálido aliento le calentó la piel y sólo tenía que
girar la cabeza un poquito para que le acariciara la mejilla con los labios. El
embriagador olor de su piel se le subió a la cabeza, y se preguntó cómo un
hombre tan horrible podía oler tan bien.
—Aunque pareces normal —dijo—, realmente eres un demonio.
—Y le clavó un codo con fuerza en las costillas. Peter soltó una bocanada de
aire y ella aprovechó para escapar rápidamente de su abrazo.
Continuará…
jajaj maass :D
ResponderEliminarojala estuviera Ignacio todo el dia delante de ellos asi tendrian que fingir constantemente jajajaja de verdad que son lo mas los dos, deberian reconocer que al menos hay una tension sexual no resuelta demasiado grande jajaj
ResponderEliminarespero con ganas el siguiente cap! BESOS!
Aaaayyy me encantaaaa
ResponderEliminarEsto esta buenisimo! Más me encanta!
ResponderEliminarmassssssssssss
ResponderEliminarajjaaj me encanto el capítulo!!!!
ResponderEliminarespero más!!
jajajajaj Es genial!!! me encantaaaa
ResponderEliminarMaaaaaas!!!!
ResponderEliminarSe van a matar estos dos!E Ignacio q cada vez entiende menos creo yo!
ResponderEliminarjajajajjaa Ignacio el celestino de los chicos!! bien ahi!! ojala no sea culpable de nada pero haga que de tanto finjir se enamoren:)))
ResponderEliminarGENIAL Cami! besooo:)
fghgf pobre lali
ResponderEliminarjajaja hombres!! Siempre, pero siempre se confabulan para hacer bromas al respecto!!
ResponderEliminarPeter, la está matando!! jaja
Quiero más!
Lore456
Jajaj se enamora de su olor!!!!! Bien Lali ya mérito cae en las redes de Juan Pedro Lanzani :)
ResponderEliminarSúper el CAP saludillos
Titel :)
Me encantoo!
ResponderEliminar@ligiaelenaCM
Peteer esta dispuesto a volverla loca a Lali, y si ella piensa que se amigo Ignacio no tiene nada que ver que empiece a ayudarlo no a tratar de cubrirlo porque es peor,, espero mas! Beso :)
ResponderEliminarArii
Que se la chape ajjaja! La esta volviendo loca, ya esta cayendo en sus redes! Me mata como la "falsa quimica" se convierte en nerviosismo para lali ajjaja!Espero mas,besos!Giu
ResponderEliminarAwwwwww se puso celosa!! me encantoooo ♥ jajajaja @LuciaVega14
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