Hola, hola!!! ¿Qué tal todo por esos lares, chiquillas?
Espero que todo bien y que hayan pasado un buen sábado! Gracias a todas por
leer, firmar y estar! Por ahora ando complicada de tiempos y no puedo hacer
maratón para meterle pata y que disfruten de los momentos que más les gusta…
Pido disculpas si la nove va un poco lenta o les está aburriendo… :S Gracias
por el aguante, de verdad!!! Un beso a todas y mañana nos leemos! Igual, hoy, a
falta de más, larguito ;)
♫ Just give me a reason (Pink ft Fun) ♪
Twitter:
@Caparatodos
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Alguien más dijo algo y todos se rieron. Excepto Lali. No
creía que hubiera nada de qué reírse. No, no había absolutamente nada gracioso
en la pequeña punzada que sintió bajo el esternón, ni en el ardiente fuego
líquido que atravesó sus venas despertando un deseo que encontró imposible de
ignorar.
Capítulo 48:
Lali se metió en la boca un espárrago y miró su reloj.
Las nueve y media. Parecía bastante más tarde.
—Si no tienes cuidado, Marcela te va a robar el novio.
Lali miró por encima del hombro a Ignacio, luego volvió
la mirada al policía encubierto al que obviamente se le había olvidado que
tenía una novia y que supuestamente debía estar buscando el Monet del señor Arredondo.
A menos que Marcela ocultara la pintura debajo de la
ropa, Peter no iba a encontrar nada hablando con ella. Estaba parado, al otro
lado de la sala, con un brazo apoyado sobre la barra y un vaso medio lleno en
la mano. Su cabeza se inclinaba hacia Marcela como si no pudiera soportar
perderse ninguna de las fascinantes palabras que salían de los labios rojos de
la mujer.
—No me preocupa. —Lali cogió un bocadito con queso Brie.
—Creo que debería. A Marcela le gusta robar esposos y
novios.
—¿Cómo les fue hoy en la tienda? —preguntó, cambiando de
tema adrede y captando la atención de Ignacio.
—Vendimos algunas piezas importantes y aquella gran canasta
de mimbre para picnic. En total unos seiscientos pesos. Supongo que no está mal
para la época. —Se encogió de hombros—. ¿Y a ti cómo te fue con los aceites?
—Vendí casi todo. A las dos sólo me quedaban unos frascos
de filtro solar. Así que recogí y pasé el resto del día en casa pintando y durmiendo
una siesta.
Le dio un mordisquito al bocadito, y su mirada atravesó
de nuevo la habitación. Ahora se sonreían mutuamente y se preguntó si Peter estaría
quedando para salir con Marcela después. Hacían buena pareja. Marcela no sólo
era linda sino que también tenía una imagen pálida y frágil como si necesitara un
hombre que la protegiera. Uno que pudiera levantarla sobre su hombro y salvarla
de cualquier peligro. Un hombre como Peter.
—¿Estás segura de que no te preocupan Peter y Marcela?
—En absoluto. —Para probárselo, les dio la espalda
decidida a olvidarse del detective Lanzani. Hubiera tenido éxito si su risa,
ronca y profunda, no le hubiera llegado por encima del ruido del lugar recordándole
su posición exacta junto a la barra, al lado de la rubia con diminuto vestido—.
¿A que no adivinas a quién vi hoy? —preguntó a Ignacio, tratando de
distraerse—. A ese chico con el que salía el año pasado, Gabriel. Da
tratamientos Reiki. Tiene un puesto en el festival y cura auras.
—Era un poco raro. —Ignacio se rió entre dientes.
—Ahora es gay. —Frunció el ceño—. O tal vez ya lo era
antes y yo no me di cuenta.
—¿En serio? ¿Cómo sabes que ahora es gay?
—Me presentó a su amigo Bernardo. —Se metió el resto del aperitivo
en la boca y luego tomó un sorbo de vino blanco—. Y no había ninguna duda
acerca de los gustos de Bernardo.
—¿Algo de pluma?
—Mucha, y lamento decir esto, pero ¿cómo pude salir con
un gay y no darme cuenta? ¿No se nota?
—Bueno, ¿trató de acostarse contigo?
—No.
Ignacio le rodeó los hombros con el brazo para darle un
apretón reconfortante.
—Ahí está la respuesta.
Ella miró sus familiares ojos azules y sintió que se
relajaba un poco. Había tenido este tipo de conversaciones con Ignacio en el
pasado, sentados los dos en la oficina en días con poco trabajo, con los pies
encima de la mesa, ignorando los mil y un detalles que atender del pequeño
negocio mientras hablaban de cualquier cosa.
—No todos los hombres son como tú.
—Sí lo son. Pero la mayoría de ellos no van a ser
sinceros si creen que tienen la menor posibilidad de conseguir algo. Yo lo soy
porque sé que no tengo nada que hacer contigo.
Se rió y tomó otro sorbo de vino. Ignacio podía ser tan
superficial como el resto de sus amigos, pero no era así con ella. No sabía
cómo podía manejar dos personalidades diferentes, aunque lo hacía. Con ella era
sincero, comprensible y muy divertido; casi podía conseguir que se olvidara del
hombre del otro extremo de la sala o de por qué estaba allí.
—¿Así que sólo me dices la verdad porque sabes que nunca
vamos a tener relaciones sexuales?
—Más o menos sí.
—Si hubiera alguna posibilidad, ¿mentirías?
—Como un loco.
—¿Y crees que todos los hombres son como tú?
—Por supuesto. Si no me crees, pregúntale a tu novio.
—Dejó caer la mano de su hombro.
—¿Preguntarme qué?
Lali se volteó y se encontró bajo la atenta mirada de Peter.
Se le formó un nudo en el estómago e intentó convencerse de que era por el queso.
No quería ni imaginarse que fuera por otra razón que la sabrosa comida.
—Nada.
—Lali no cree que los hombres les mentimos a las mujeres
para llevarlas a la cama.
—Dije que no creía que todos los hombres lo hicieran —aclaró
ella.
Peter miró a Ignacio, luego devolvió la mirada a Lali y
deslizó la mano al hueco de su espalda.
—Esta es una de esas preguntas con truco, ¿no? Diga lo
que diga voy al muere.
Un cálido estremecimiento le recorrió la espalda y se
apartó de su mano. No quería pensar en cómo la mirada o el tacto de cierto
hombre en particular le afectaba.
—La verdad es que ya estás en el muere de todas manera.
Quizás deberías prestarle más atención a Lali y menos a Marcela —dijo Ignacio,
notando la reacción de Lali e interpretando, erróneamente, que eran celos. Por
supuesto que no lo eran.
—Lali sabe que no tiene por qué preocuparse de otras
mujeres —dijo tomando su copa y colocándola sobre la mesa—. Siento una
verdadera fascinación por esa marca que tiene en el interior del muslo. —Llevó
la mano a su boca y le dio un beso en los nudillos—. Se podría decir que me
tiene obsesionado.
Él clavó los ojos en ella por encima de la mano. Sus
dedos temblaron y Lali trató de recordar si tenía una marca en algún sitio,
pero no pudo.
—¿Te provoca algo? —preguntó contra sus nudillos.
—¿Qué? —«¿Se estaba refiriendo realmente a comida?»—. No
tengo hambre.
—¿Nos vamos entonces?
Ella asintió con la cabeza lentamente.
—¿Ya se van? —preguntó Ignacio.
—Hoy hace un mes que nos conocimos —aclaró Peter bajando
la mano y abrazándola con fuerza—. Soy un poco sentimental para estas cosas.
Vamos a despedirnos y a recuperar tu cartera.
—Yo lo traeré —ofreció Ignacio.
—No te molestes, ya lo buscamos nosotros —insistió Peter.
Despedirse de los amigos de Ignacio les llevó
aproximadamente tres minutos la mayoría de los cuales se dedicaron a convencer
a Marcela de que ya tenían que irse. Peter entrelazó los dedos con los de ella
y atravesaron la habitación agarrados de la mano. Si hubieran sido pareja de
verdad, ella podría haber apoyado la cabeza sobre su hombro y él habría girado
ligeramente la cara para darle un beso suave en el cachete o susurrar algo
tierno en su oído. Pero no había nada suave ni tierno en Peter, y no eran
pareja. Era una mentira y se preguntó por qué nadie se daba cuenta.
La cálida sensación de su contacto provocó en ella un
deseo físico aún más intenso, pero esta vez tenía la mente y el espíritu bajo
control. Por si acaso, retiró la mano y puso distancia entre ellos. La verdad,
no entendía cómo Ignacio podía estar tan ciego.
Ignacio miró la espalda de Lali mientras se alejaba con
su novio. Observó cómo soltaba la mano de Peter y supo que estaba molesta por
algo. Pero fuera lo que fuera, Ignacio estaba seguro de que su novio se lo
haría olvidar. Los hombres como Peter siempre se salían con la suya. Podían ser
perdedores y aun así siempre conseguían lo que querían. No como Ignacio. Si él
quería algo, tenía que tomarlo.
Miró a su alrededor, a sus jóvenes y ricos invitados que
comían su comida, bebían su bebida y disfrutaban de su casa. Había llenado su
hogar de pinturas maravillosas y delicadas antigüedades. Tenía una de las
mejores vistas de la ciudad, pero nada de eso había sido barato. Lo había
trabajado, aunque sólo mirar a alguien como Peter hacía que volviera a tener
hambre y que en su cabeza volviera a resonar la vieja frase de que nada era
suficiente, nunca era suficiente. Suficiente dinero o ropa, suficientes casas
espectaculares o veloces autos. Suficientes mujeres guapas para no sentirse en
desventaja ante cualquier otro hombre del planeta. Para no sentirse invisible.
Su hambre interior era insaciable y algunas veces temía que nada fuera
suficiente.
lo hombres como peter afakadad.
ResponderEliminartiempo sin comentar. una vida loca. espero que estés bien.
me encanta la historia lo mas!!!!
espero mas mas mas!
Lali celosa,Ignacio sospechoso y Peter es o se hace????Juega con fuego!!!!!!!!!!
ResponderEliminarLali esta celosa me encanta y ignacio esta sospechando peter no tendria que haber mentenido esa conversación con Marcela tan amigable!!!
ResponderEliminarespero el proximo
Me encanta más!!
ResponderEliminarEse hambre le hará a ignancio pisar el palito?
Me encanta!
ResponderEliminar@ligiaelenaCM
Qué le pasa a Peter con esa Marcela??... Es o se hace?
ResponderEliminarQuiero más!
Lore456
Me encanta subi mas noveee
ResponderEliminarya quiero que pase algo entre
lali y Peter jaja
ATTE: Valeria : )
mmmm me parece a mi o aca estamos un poco celositos??jeje..me reencanta ver Lali asi..jeje..y Peter??no enntiendo q le pasa..la quiere o no??esta un poco confundido el señor..jaja..peroo poobree Ignacioo..quiere ser como Peter!!estas seguro??np digo..me parece q es mejor quedarte a donde estas..si tranqui..es mejor asi..jeje..@pl_mialma
ResponderEliminarA Lali ya la entiendo... Pero Peter me tiene confundida... No se si la quiere si solo le atrae o no..qui za estubiera hablando con Marcela de pavadas.... O intentando sacar los lugares de la casa... Igual tanta risita no me gusto eeeh... Jajajaa genial como siempre Cami! Beso grandee:)) espero el prox;)
ResponderEliminarQue llegue el Rock ya!!!!
ResponderEliminar@laliteronfire
Parece que Ignacio es mas peligroso de lo que parece...=S
ResponderEliminarY Peter? un marca en el muslo de Lali? que bien la vio (si es que la tiene ajajajaa)
espero el siguienteeeeee la relacion entre lali y pitt esta auentando en tension y atraccion jajajaja
besosss MUACKS!
PD: AMO esa cancion =)
amo la cancion de pink!! Me encanto el capitulo de hoy..fue divertido y intrigante..ya quiero ver que pasa jajaja! me mato la excusa de peter para irse.."hoy hace un mes que nos conocimos y soy sentimental ajjaja!espero mas!Giu
ResponderEliminarQuiero más nove :)
ResponderEliminarEstos dos están que no pueden más con las ganas jajaj mujer quiero rock yaaa jajja
ResponderEliminar@Masi_ruth
lali le tiene unas ganas a peter jajaja
ResponderEliminarbesos
a esa marcela y a la otra le vamo a quemar la choza! jajaja
ResponderEliminar¬¬ de que hablo con Marcela el chamuyero ese? ¬¬ @LuciaVega14
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