Hola, hola!!!! ¿Cómo les va? Espero hayan tenido un
buen día y si no que hayan remado para que terminen mejor ;) Un beso para todas
y mil gracias por estar ahí! Mañana nos leemos!!!
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@Caparatodos
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Si Ignacio los descubría discutiendo otra vez, o si a
Peter lo veía alguien que lo conociera, iba a tener que improvisar. Pero nada
de pegarse contra él, llenándose los sentidos con el perfume de su piel. No más
besos impersonales que le llegaban a lo más hondo y la dejaban sin aliento. Y
de ninguna manera pensaba ponerse algo sexy para él.
Capítulo 47:
Cuando a la tarde siguiente sonó el timbre de la puerta, Lali
creía que estaba absolutamente preparada para Peter. Ninguna sorpresa más.
Tenía todo bajo control y si él hubiera tenido puesto un jean y una camiseta,
habría conservado la calma. Pero fue mirarlo y su equilibrio interior se desapareció
en algún lugar del cosmos.
Se había afeitado la sombra de barba que le oscurecía las
mejillas a última hora de la tarde y los pómulos bronceados estaban suaves. Su
polo era de seda negra y se ajustaba perfectamente al ancho pecho y al estómago
plano. Una correa apretaba su pantalón gris de vestir. En lugar de viejas
zapatillas de deporte o botas para trabajar, llevaba zapatos de vestir. Olía
maravillosamente bien y se veía mejor aún.
A diferencia de Peter, Lali no se había tomado la
molestia de arreglarse. Se había vestido para estar cómoda con una sencilla
blusa blanca y un vestido a cuadros azules y blancos que le llegaba justo por
la rodilla. Se había puesto muy poco maquillaje y no había tratado de hacer
nada diferente con el pelo, simplemente lo había dejado suelto para que le
cayera sobre la espalda como siempre. Su única concesión a la moda eran los aretes
de plata en las orejas y el anillo del dedo corazón de la mano derecha. No tenía
medias puestas y calzaba unas zapatillas. Pensaba que no se le podría
considerar sexy bajo ningún concepto.
Él arqueó una ceja haciéndole saber que eso era lo que
opinaba.
—¿Dónde dejaste a tus ovejas?—preguntó Peter,
refiriéndose a la canción de Mary y las ovejas.
Tampoco estaba tan mal vestida.
—Mira, no soy yo quien se ponía los tacos rojos de su mamá
para saltar muros.
Él la fulminó con la mirada.
—Tenía cinco años.
—Eso es lo que dicen todos. —Salió de su casa y cerró la
puerta con llave—. Además, estoy segura de que es una fiesta informal. —Dejó
caer las llaves en su gran cartera y se enfrentó a él. Peter no retrocedió ni
un centímetro y su brazo desnudo le acarició el pecho.
—Lo dudo. —Peter la tomó del codo como si fuera una cita de
verdad y la guió al horrible carro beige que tan bien recordaba. La última vez
que había viajado en él iba esposada en el asiento trasero—. Conozco a Ignacio
y dudo que haga nada informal, aunque tal vez se deje llevar.
El calor de la palma de su mano se extendió por su brazo
hasta las puntas de los dedos. Se obligó a caminar tranquila a su lado, como si
su contacto no la hiciera desear más. Como si en realidad estuviera tan calmada
y relajada como Peter. Trató de ignorar las sensaciones que le hacían sudar las
palmas de las manos y ni se molestó en comentar la opinión que Peter tenía de Ignacio,
porque además, lo que había dicho se acercaba bastante a la verdad. Pero lo que
hacía Ignacio no era ni mejor ni peor que lo que hacían otros hombres.
—Ayer me dio la impresión de que tenías otro auto.
—Así es, pero Ignacio piensa que soy un perdedor nato. Y
quiero que lo siga pensando —dijo, y se inclinó hacia delante para abrir la
puerta del pasajero. Le rozó otra vez el pecho con el brazo y ella respiró
profundamente por la nariz, preguntándose si su colonia era una combinación de maderas
o tenía algo más.
—¿Por qué haces eso?
—¿El qué?
—Olfatear con la nariz como si oliera mal. —Le soltó el
codo y ella sintió que por fin podía relajarse.
—Son imaginaciones tuyas —le dijo, y se metió en el auto.
A diferencia de Peter el interior del carro olía horrible
como el día que la había arrestado. Como a aceite de motor, pero al menos los
asientos estaban limpios.
El camino a la casa de Ignacio le llevó menos de diez
minutos y Peter usó todo ese tiempo para recordarle el contrato de colaboración
que había firmado.
—Si Ignacio es inocente —dijo él—, no necesita tu ayuda.
Y si es culpable, no puedes protegerlo.
El aire fresco acarició sus brazos y piernas desnudos.
Deseó haberse quedado en casa. Deseó haber podido elegir.
Lali había ido a casa de Ignacio en varias oportunidades,
pero nunca se había fijado demasiado en ella. La moderna estructura tenía una vista
espectacular de la ciudad. El interior estaba decorado con mármol, madera y
acero, y parecía tan acogedor como un museo de arte moderno.
Lali y Peter se acercaron juntos por la vereda, hombro
con hombro, sin apenas tocarse.
—¿Qué pasa si uno de los amigos de Ignacio te reconoce?
¿Qué harás en ese caso?
—Ya improvisaré algo.
Eso era exactamente lo que temía.
—¿Como qué?
Peter tocó el timbre y esperaron allí uno al lado del
otro, con la mirada en la puerta.
—¿Te asusta estar a solas conmigo?
«Un poco.»
—No.
—Pareces preocupada.
—No estoy preocupada.
—Parece como si tal vez no confiaras ti misma.
—¿Sobre qué?
—Sobre tener las manos quietas.
Antes de que pudiera responder, se abrió la puerta y
comenzó el juego. Peter le rodeó los hombros con el brazo, el calor de su mano
le calentaba la piel a través de la delgada tela de la blusa.
—Me preguntaba si al final aparecerían. —Ignacio dio un
paso atrás y entraron. Como siempre, parecía como si acabara de salir de una revista.
—Te dije que podría sacarla de casa durante unas horas.
Ignacio recorrió con la mirada el vestido de Lali y
arrugó el ceño.
—La, ésta es una nueva imagen de ti. Interesante.
—No estoy tan mal —se defendió.
—No si eres parte de algún cuento. —Ignacio cerró la
puerta y lo siguieron hacia la sala.
—No me parezco a Mary. —Lali recorrió con la mirada el
vestido azul a cuadros para cerciorarse—. ¿De verdad me parezco a ella?
Peter la apretó contra su costado.
—No te preocupes, te protegeré de los monos voladores.
Ella lo miró a los ojos, a sus iris color verde y las
tupidas pestañas; no eran los monos voladores lo que más la preocupaban.
—¿Por qué no le das tu cartera a Ignacio para que la
guarde en alguna parte?
—Lo dejaré en el cuarto de invitados —propuso Ignacio.
—Prefiero tenerlo conmigo.
Peter se lo quitó y se lo dio a Ignacio.
—Te va a dar una tendinitis.
—¿La cartera?
—Nunca se sabe —respondió Peter mientras Ignacio se iba
con la cartera.
La sala, la cocina y el comedor compartían el mismo
espacio amplio y la espectacular vista de la ciudad. Un pequeño grupo de
invitados hablaba en la barra mientras la música llenaba la casa. Lali paseó la
mirada por la habitación, desde la piel de cebra en el respaldo del sillón a
los adornos africanos esparcidos por el lugar. Ignacio también necesitaba una
lección.
Cuando su socio regresó, les presentó a sus amigos, un
grupo de empresarios que estaban, por lo que Lali pudo notar, mucho más
preocupados por el estado de sus cuentas corrientes que por el estado de sus
conciencias. Peter mantuvo el brazo sobre Lali mientras saludaban a un
matrimonio que poseía una cadena de cafeterías de moda. Otros vendían
vitaminas, computadoras o propiedades y, aparentemente, lo hacían muy bien. Ignacio
les presentó a su novia, China, aunque Lali habría jurado que se llamaba
Eugenia la última vez que la vio. La mujer era alta, rubia y perfecta, y Lali
sintió un deseo abrumador de encoger los hombros.
Junto a China se encontraba una amiga suya igual de
perfecta, Marcela, que ni siquiera fingía estar interesada en nada de lo que Lali
pudiera decir. Centraba su atención en el hombre que permanecía pegado a ella.
Al mirarlo de reojo, observó que en su boca se formaba una sonrisa apreciativa.
Su mirada paseó por los pechos de Marcela y cambió el peso de un pie a otro. La
cálida mano se deslizó del hombro de Lali a su espalda, luego se metió las
manos en los bolsillos del pantalón y dejó de tocarla.
Debería haberse alegrado. De hecho lo hizo. Sólo se
sentía un poco dejada de lado y algo más. Algo muy parecido a los celos que la
hacían sentirse incómoda, pero no podían ser celos porque (a) Peter no era
realmente su novio; (b) él no le importaba nada; y (c) no se sentía atraída por
hombres tan poco espirituales.
Ignacio dijo algo que Peter debió de encontrar sumamente
gracioso porque echó hacia atrás la cabeza y rió, mostrando aquellos dientes
tan blancos y la garganta suave y bronceada. Aparecieron unas arruguitas en los
contornos de sus ojos y el suave sonido de su risa penetró en Lali para
asentarse en su pecho.
Alguien más dijo algo y todos se rieron. Excepto Lali. No
creía que hubiera nada de qué reírse. No, no había absolutamente nada gracioso
en la pequeña punzada que sintió bajo el esternón, ni en el ardiente fuego
líquido que atravesó sus venas despertando un deseo que encontró imposible de
ignorar.
Continuará…
Esta celosa y muere de ganas por él!!!!!!!!!Q de el brazo a torcer!!!!!!!!
ResponderEliminarcada vez mas interesante!!!! quiero mas!!
ResponderEliminarbesos!
@belteje
pa cuando maraton? :)
jaajajajaa celosa
ResponderEliminarme encanta maaas
celos de peter cuando mira a marcela tengo celos celos (8) arreee
ResponderEliminarigual ni celosa esta ee! esta recontra celosa y me encanta para que empiece a darse cuenta que Peter le importa enserio y podria aprovecharse de que Peter es novio en la fiesta para marcar territorio sutilmente!
ResponderEliminarEspero más
Los celos van a dar lindos frutos!! más!
ResponderEliminarCelos!! Es el mejor despertador de sentimientos ocultos!! jeje
ResponderEliminarQuiero más!
Lore456
Esta re celosa jajaj besooo :)
ResponderEliminarArii
De que se ríen???? De Lali de que esta muy celosa???? Me quede con un signo te de ??? Tamaño familiar
ResponderEliminarSaluditos buen finde!!!
Titel
Por favooor, no nos hagas sufrir mas, quiero escenas laliter ya!!! y sobretodo si se parecen a la que estaban en el puesto :P
ResponderEliminarMe encanta tu nove, mas porfa :)
besos
Ya quiero mas!!! Re celosa Lali jaja ya quiero laliter daleee no nos hagas suplicar jaja un beso genia!! Como siempre genial l capitulo! Un besoo @cf_planzani_cat
ResponderEliminarEsta muy celosa lali jaja me encanta subi mas noveeeeee
ResponderEliminarMe Muero por saber que pasa en esa noche de fiesta
ATTE: Valeria : )
Tengo nove en mi blog http://amorporcasiangeless.blogspot.mx/
ResponderEliminarapenas va por el capitulo 6, te espero!
Besos..
ESTA CELOSA!!! y de a poco no le queda otra que ir reconociendolo =)
ResponderEliminarespero el siguiente BESOS
Reconocelo Lali!!!! Estas hiper celosa. Peter te mueve el piso a mas no poder!!
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