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Salió disparada antes de que él
pudiera responder. Manteniéndose agachada al moverse, esquivó las flores hasta
el punto de luz. Este no procuraba excesivo resguardo, pero, dado que la cámara
sólo enfocaba en dos direcciones, quienquiera que observara las pantallas,
tendría que prestar una atención extremadamente alerta para verla allí
agachada. Naturalmente, Peter era treinta centímetros más alto que ella, pero
no pensaba perdérselo.
Por mucho que odiara admitirlo,
le divertía aquello. Era excitante. Y adictivo. No era de extrañar que a Lali
le costara tanto renunciar a ello.
Capítulo
94:
Con un impulso apenas
perceptible, Lali se enderezó y corrió hacia la casa. No había bromeado acerca
de la importancia de ser veloz. Juan Pedro no se dio cuenta de que había estado
conteniendo el aliento hasta que lo dejó escapar, aliviado, cuando ella llegó
al pequeño hueco junto a la chimenea.
Consciente de que Lali ya estaría
probablemente en la casa si él no hubiera insistido en acompañarla, Juan Pedro esperó
la señal y a continuación fue agachado hasta el punto. Eso había sido bastante fácil,
aunque reprimió severamente el impulso de sonreírle a Lali. Demonios, se
suponía que debía disuadirla para que no hiciera esa clase de cosas, no
animarla a seguir. Estirando las piernas, dobló con cuidado el lateral para
observar la cámara. En cuanto ésta lo pasó de largo, salió a campo abierto,
corriendo hacia la casa, y menos mal que todavía iba al gimnasio de la planta
baja de su casa.
Se deslizó entre los arbustos y
se apretó junto a ella contra la pared.
—¿Qué te pareció? —preguntó.
—Olímpico. —Lali tenía un pequeño
rasguño en una mejilla, probablemente a causa de los arbustos, pero no se
esforzó en ocultar el hecho de que la estaba pasando genial—. Muy bien. De
acuerdo con los planos, estamos apoyados contra la sala de estar. El baño está
cuatro ventanas más allá. Es allí adonde nos dirigimos.
Tenía sentido. Pequeño, cerrado
y, dado que se encontraba en la parte principal de la casa, seguramente los
empleados no lo utilizaban. No iba a preguntar cómo pensaba ella abrir la
ventana, cuanto más tiempo tuviera que detenerse a dar explicaciones, mayor era
la posibilidad de que lo atraparan.
Continuaron pegados a la pared
hasta la cuarta ventana y Peter la levantó hasta el marco. Al cabo de unos
pocos segundos escuchó un leve pop, y
los fragmentos de cristal cayeron a sus pies. Lali empujó el marco hacia arriba
y atravesó la ventana como pudo.
Se asomó de nuevo un segundo
después.
—Espera hasta que ponga una
toalla sobre el marco —susurró—. No quiero la sangre de Juan Pedro Lanzani esparcida
por ahí.
—Tengo la piel muy gruesa —le
respondió en un murmullo, luego se impulsó hacia arriba sin esperarla—. Alguien
se dará cuenta de que la ventana está rota —comentó mientras la cerraba.
—La atravesaré con una rama al
salir.
Por primera vez, Juan Pedro
empezaba a entender la suerte que había tenido al atraparla en la biblioteca de
su casa tres semanas atrás… o en Sonne Brilliant hacía tres meses. Se movía
igual que una sombra, pasando en un abrir y cerrar de ojos.
—¿Y dónde estará la pistola?
Lali fue hasta la puerta del baño
y la abrió.
—En algún lugar en que pueda
verla de vez en cuando para recordarse a sí mismo que tuvo las pelotas para
matar a su padre, tan cerca que la policía casi pueda encontrarla pero que no
dé con ella. También es fanático de la adrenalina.
«También.» Igual que ella.
Una vez que estuvieron en el
interior de la casa, Lali había tenido razón sobre la seguridad; los sensores
de movimiento estaban apagados para comodidad del servicio, y Peter no percibía
signo alguno de que guardias de seguridad patrullasen los corredores. Tan sólo
el distante sonido de música, proveniente de la cocina, delataba el hecho de
que, después de todo, había alguien allí.
Peter disminuyó el paso en el
exterior de la puerta del escritorio de Bartolomé, pero ella continuó en
dirección a las escaleras traseras. En el segundo piso comenzó a mirar las
puertas de las habitaciones. Juan Pedro la alcanzó y se dirigió al fondo del
pasillo. Sobre una estantería, nada más atravesar la tercera puerta, divisó un
trofeo náutico.
—Lali.
Se reunió con él delante de la
puerta, luego entró y la cerró con ellos dentro.
—Tienes talento natural para esto
—dijo—. Registra el ropero y yo me ocuparé del escritorio y la cómoda.
Peter se alegraba de haberse
acordado de llevar guantes. Probablemente Daniel tuviera su propio estudio en
la casa, pero Juan Pedro estaba de acuerdo con Lali en que era más lógico
registrar primero el dormitorio de Daniel. Fanático de la adrenalina o no,
Daniel querría estar lo bastante cómodo con el entorno como para creer que podría
ocultar el arma a la policía. Con la vista fija en el ropero, Juan Pedro prendió
la luz y comenzó a buscar detrás de la ropa. Cuando Lali susurró su nombre unos
minutos más tarde, se reunió con ella delante del escritorio.
—Daniel tiene un montón de
camisas de polo —comentó.
Lali le lanzó una fugaz sonrisa.
—¿No te parece corto esto?
—preguntó, abriendo el último cajón de abajo de la mesa.
—¿Cómo… ? —De pronto comprendió a
qué se refería ella.
El escritorio en sí tenía unos
sesenta centímetros de fondo, pero el cajón parecía unos quince centímetro más
corto.
—¿Puedes levantarlo?
Lali se arrodilló y sacó el cajón
de madera, inclinándolo hacia arriba el último par de centímetros para
liberarlo del carril. Hecho eso, se puso en cuclillas para mirar por la
abertura.
—¡Bingo!
Lali metió la mano en el
escritorio y sacó una pequeña caja de metal. Poniéndose de pie, la dejó sobre
la suave superficie de caoba.
Peter tomó cartas en el asunto,
abriendo la cerradura y levantando la tapa. Una pistola del calibre 45 yacía en
un flojo envoltorio de tela.
—Lo hizo él. Mató a su propio
padre. —Se estremeció visiblemente—. Y nos aseguraremos de que no nos dispare
con esta cosa.
—Pero no podemos moverla sin
comprometer la investigación policial.
Cogió el mechero, metido en un
rincón de la caja.
—Que pillo este Daniel, metiendo
coca en casa de papá —dijo, lanzándoselo a él y cerrando la caja de nuevo.
Peter lo atrapó, observando
mientras ella desenrollaba un alambre supuestamente de cobre de su muñeca y
enderezaba los últimos centímetros. A su señal, Peter encendió el mechero, y
Lali sostuvo el alambre sobre la llama hasta que éste comenzó a ponerse al rojo
vivo. Luego lo introdujo en el pestillo y lo retorció hasta que el cable se partió.
Repitieron el proceso varias veces, hasta que trocitos de soldadura endurecida
del cable obstruyeron las bisagras y cerradura tan sólidamente que seguro se necesitaría
una sierra metálica para abrir esa cosa.
—Qué bonito, MacGyver. ¿Bastará
con eso? —preguntó.
—Gracias. Es un tanto
improvisado, pero creo que sí. Un minuto para que se enfríe y lo pondremos de
nuevo en su sitio y saldremos disparados de aquí.
—La policía sabrá que ha sido
manipulado.
—Sí, pero aun así tendrán una
pistola con las huellas de Daniel, y encajarán con las pruebas de balística del
arma que mató a Bartolomé. Y no podrán demostrar que hemos estado cerca de
ella.
—Eres maravillosa —le dijo,
besándola en la mejilla.
—Sí, soy la mejor de la profesión
obstruyendo las cosas —dijo, poniendo la caja a su lugar y quitándose de en
medio mientras él volvía a colocar el cajón—. Salgamos de aquí. Deberíamos
irnos de picnic de verdad, aunque sólo sea para cubrir nuestras huellas. —Lali
le devolvió el beso, pero en la boca—. Y de repente estoy un poco acalorada.
—¿De repente? No estoy seguro de
poder salir de nuevo por la ventana.
—Mmm. No bromees conmigo, muchacho.
Espero que conozcas una buena playa privada.
Continuará…
peter se convirtió en un muy buen ayudante jajajaj mas nove...!
ResponderEliminarHasta haciendo allanamiento de morada son tiernos estos dos! je!! Me encanta más!!
ResponderEliminarjajajaja me encanta el equipo q hacen juntos son lo mas!!!
ResponderEliminarespero el prox!
bsos =)
@YanisJPLTAMO
jajajaj qe buena aver como escapan ahora :)
ResponderEliminarFuaaa si qe es buena en eso jaja y Peter acompañandola mas!
ResponderEliminarEspeero mas, besote :)
Arii - @AriadnaAyelen
coqueteando hasta en situaciones al limite vamos jajaja
ResponderEliminarves, hasta Peter se dio cuenta que tiene que disuadiral apara que deje de ser ladrona (o entrar en casas ajenas para solucionar un asesinato), no animarla
espero mas nove! TQ!!!!!
vamos que para que ella comparta ese tipo de "situaciones" con el es que siente un vinculo muuuy fuerte aunque no lo quiera admitir con las palabras que todas esperamos, me encanta esa dupla lo digo siempre y ya mas capítulos por favor aunque siento que se viene el fin y no estas para saber si estoy en lo correcto o no jaja ...
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssss
María.
Jajaj,me encantaaaaaaa,seguilaaaaaaaaa,masmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmas,besos
ResponderEliminarBeth
me encanta!!! Son una buena dupla estos dos!!
ResponderEliminarespero más novee
besos
Jaja me encanta, esa ambigüedad de Peter de disfrutar el allanamiento, pero a su vez tratar de verse relajado y sereno para no alentarla. jaja es genial.
ResponderEliminarQuiero más!
Lore456
LALI PETER son un buen duo ojaal esta xperiencia no haga cambiar de profesion a él jajaja-
ResponderEliminarLALITER hicieron un buen trabajo juntos.
ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOO
MASSSSSSSSSSSSSSSSS
jajaja me encanta
ResponderEliminarhace un duo muy bueno
besos
Ya no la anima a k deje d robar ,el mismo la acompaña.Son dos locos,amantes del peligro.
ResponderEliminar-Q te pareció?
ResponderEliminar-Olimpico!
Son geniales!Juntos son insuperables!
JAJAJAJAJAJ de repente estoy acalorada!! esta on fire(? jajajajajaja me encantoooo @LuciaVega14
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