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Una lágrima rodó por esa misma
cara, y Lali se la limpió con impaciencia. La profunda furia que había hervido
dentro de Juan Pedro desde que se percató de que alguien intentaba hacerle daño
a Lali se acercó a la superficie. Puede que hubieran dejado la pistola fuera de
juego, pero existían otras formas de herirla… y Laura o Daniel habían
encontrado una buena manera de hacerlo.
Capítulo
96:
—Él lo entenderá, lo sabes.
Cuando te vea, entenderá que tienes un plan. Todo saldrá bien.
—Después de que prácticamente
prometí entrar allí y sacarlo por la fuerza. —Dejó escapar una bocanada de
aire—. Vamos.
Ni siquiera sabía dónde se
encontraba el juzgado, y tuvo que acceder al sistema de GPS para dar con él. El
estacionamiento estaba completo, pero se las arregló para encontrar un lugar
libre a una cuadra y media del edificio principal.
—No es necesario que entres —dijo
cuando las puertas se abrieron y salió del auto.
—Sí, lo es —le ofreció la mano.
Lali la agarró con fuerza, y
ambos caminaron hasta las puertas de entrada. Aquello tenía que ser tan difícil
para ella como entrar en una comisaría de policía por primera vez; había
mencionado que no se había atrevido a acercarse al juzgado durante el proceso
de su padre, por si alguien que testificara contra él la reconocía. Ese día no
corría tal peligro, pero la alta seguridad y la policía armada por todas partes
tampoco harían de aquello un paseo.
Gastón le había proporcionado el
número de la sala, y preguntó en la recepción dónde podían encontrarla.
—Tercer piso —murmuró Lali
mientras se dirigían hacia las escaleras—. Demasiado alto para trepar.
—No habrá ninguna escalada en mi
presencia.
Un resplandor destelló en sus
ojos, y Peter se sobresaltó. ¡Genial! Por supuesto que habría reporteros en el
juzgado. Y, naturalmente, estarían interesados en ver qué podría estar haciendo
Juan Pedro Lanzani allí.
—Mierda —susurró Lali—. Como si en
estos momentos necesitara esto.
—Ignóralos.
—¿Por qué está aquí, señor Lanzani?
—dijo un reportero, abordándolos. El resto de la manada lo siguió de inmediato.
—Sin comentarios —respondió,
manteniéndola cerca mientras continuaban por el pasillo—. Discúlpenme.
—Pero…
Peter aminoró el paso, clavando
una furibunda mirada en el periodista.
—Sin comentarios.
La prensa retrocedió. Los observó
tomar nota de la sala a la que se dirigían Lali y él y luego correr escaleras
abajo para confirmar quién estaba en el sumario de causas pendientes esa
mañana. Una cosa era segura: a Gastón no iba a gustarle nada eso.
Lali hundió los hombros tan
pronto cruzaron las puertas del tribunal.
—¿Te sientes bien? —preguntó
Peter.
—Quiero saber cuál de los
Bedoya-Agüero le tendió la trampa —articuló, sentándose en el banco del fondo
de la sala—. Quienquiera que lo hizo, va a lamentarlo enormemente. Y veré la
expresión de sus ojos cuando los atrapen.
La visión del hombre de cabeza
rapada, vestido con un uniforme a rayas blanco y negro, era probablemente lo
peor que Lali había tenido que presenciar en su vida. O eso pensaba ella, hasta
que vio la expresión de sus ojos cuando la divisó.
—¡Ay, Dios! —susurró, hundiéndose
un poco más en el banco.
—Lo entenderá —insistió Peter,
aunque incluso él comenzaba a parecer inseguro. Y se suponía que debía ser él
quien hiciera de soporte.
Cuando el guardia pronunció en
voz alta el número de caso, el abogado defensor asignado cruzó la puerta
giratoria. Nicolás lo miró, luego se dio la vuelta para dirigir de nuevo la
mirada a Lali. Frunció las cejas, para preguntarle claramente qué estaba
pasando.
«Lo siento», dijo sin pronunciar
palabra. Cualquier otra cosa más consistente tendría que esperar hasta después
del partido de polo y lo que de ahí sucediera.
Peter le tomó la mano, los dedos
entrelazados con los de ella. Lali estaba acostumbrada a valerse por sí misma,
a tomar sus propias decisiones y a enfrentarse a las consecuencias de sus
actos. Pero, probablemente por primera vez, se le pasó por la cabeza que no
hubiera sido capaz de hacer aquello sin apoyo.
El fiscal leyó la lista de
cargos, y ella hizo una mueca de dolor. Robo; posesión de propiedad robada;
allanamiento de morada, seguido de un posible cargo por homicidio.
—Dios mío —susurró.
—Sabías que sería así —respondió
Peter también en voz baja—. Tranquila.
Su abogado defensor dijo entonces que Nicolás
se declaraba inocente, y se percató de lo mismo que Julián Reyes, que Nicolás
había mantenido un informe policial limpio durante los últimos veinte años, que
era un residente establecido de Buenos Aires.
Sin apenas pausa para que el
fiscal refutara aquellos puntos, el juez denegó la fianza y ordenó que Nicolás
permaneciera bajo custodia. Nicolás le lanzó una última mirada furiosa por
encima del hombro y desapareció de la sala.
Aquella mirada en realidad la
consoló un poco. Al menos él sabía que no lo había abandonado. Por lo demás, si
no lograba terminar con los Bedoya-Agüero, sería culpa suya lo que le pasara
después.
—Eso apesta.
—Sí, pero has cumplido con tu
parte, y ahora le toca a Laura.
—Sí, le toca. Y más vale que
cumpla. —Se puso de pie, deseando de pronto salir del aquel lúgubre edificio—.
Vamos a desayunar. Y será mejor que después hablemos con Castillo.
Continuará…
maaaasss por favor y que ya pase esto que me pone mal ver que Lali esta así, ojalá Laura cumpla y todo se solucione.
ResponderEliminarPeter lo mas estando a lado de ella en esos momentos.
María.
Q fea sensacion la de ella.Y Peter sin palabras!Es lo más,el mejor!Nada le importa si tiene q apoyarla a ella!UN GENIO!
ResponderEliminarAaa Lali debe sentirse fatal, esperemos qe Laura cumpla su parte!!
ResponderEliminarEspero maas, besote :D
Arii - @AriadnaAyelen
poco a poco se va dejando aconsejar y deja que Peter la acompañe =) eso es muy bueno =)
ResponderEliminarespero mas nove! TQ
quiero mas pobre nico!:(
ResponderEliminarUuu pobre lali y nico lA debe odiar peter un tierno total :3 masssss
ResponderEliminarLos dos hermanitos Bedoya son culpables.
ResponderEliminarPeter ya no la deja sola ni un momento,eso si k es apoyo ,incluso está junto a ella en ese juicio ,acompañándola ,dándole fuerzas ,sosteniéndola .
ResponderEliminarEspero k Nico haya comprendido la difícil posición en la k se encuentra LAli,respecto a su caso ,y confíe en ella ,x todos los años k llevan juntos ,y lo bien k se conocen.
ResponderEliminarPobre Nicolás!!!
ResponderEliminarMe encanta esta historia.
Quiero más!
Lore456
Nos olvidamos d la palmera ,¿dónde se habrá metido?.
ResponderEliminarPobre Lali!!!!!!!! :( que tierno Peter me encanta cuando la apoya y la cuida es mas lindo <3 @LuciaVega14
ResponderEliminarMe encanta!! Pobre nico y lali que se siente culpable!!!! Más!!
ResponderEliminarMASS!!
ResponderEliminarHorroble el momento que tuvo k paar x culap de uno de lso Bedoya pero espera k pronto todo eso acabe y pueda lograr la libertad de NICO.
ResponderEliminarPETER nunc la abandona eso demuestra k la ama de verdad y esta en ella en cualquier momento.
ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Pobre Lali, a de ser horrible ver a quien quieres como tu hermano que lo metan a la cárcel por algo que no hizo. Me encanta que Peter no la deje sola y la apoye en lo que hace este o no de acuerdo, así o mas AMOR
ResponderEliminar@Titel842
Me encantaaaaaaa!!!!!pobre Nicolás,y lali,Peter es un tierno!!!seguilaaaaaaaaa,masmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmas,besos
ResponderEliminarBeth
Pobre Lali que decisión tan difícil ha tomado y esperemos que Nicolas entienda y que Laura cumpla
ResponderEliminarTe firmo luego de 2 semanas creo ando en casa de hermana
@Masi_ruth