Hola, hola!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ¿Cómo andan? Espero que
todo bien! Yo las extrañé mucho!!!!! Si que fueron varios días sin leernos, ah!
:D Gracias por sus comentarios diarios, por los tws y por haber estado
compartiendo conmigo una nueva nove y un nuevo año del blog! Me encanta que les esté gustando tanto la nove! Son geniales :D
Gracias, gracias y más GRACIAS!!!!!!! Después de mucho, les digo, nos leemos
mañana!!! Besos y buen finde chicuelas, que lo empiecen a full!!!! Les dejo de
regalo un capítulo bastante largo… compensando las quejas o no Lore?! Jajajaja
Twitter:
@Caparatodos
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—No
pasa nada —susurró. Y al mirarla a los ojos se perdió en ellos—. Mis periodos
eran irregulares y la ginecóloga me recetó la píldora. No hace falta...
Lo
que fuera a decir se ahogó en la boca de Peter; la levantó en brazos y se la
llevó.
Capítulo 37:
Era
como volar.
Lali
sentía como si la situación no fuera real. Peter la cargaba con facilidad, como
si fuera un peso pluma. Lo que la mantenía en la tierra era el abrazo de sus
fuertes brazos y el beso de su boca.
No
vaciló ni revisó cuartos; como si viviera ahí toda la vida, Peter fue directo a
su cuarto. Abrió la puerta, que estaba medio cerrada, de una patada tan fuerte
que rebotó contra la pared. Hizo un sonido parecido al de una bala en una noche
silenciosa.
Era
la primera señal de que estaba perdiendo el control, la señal de que el puño de
acero con que se mantenía a raya estaba quebrándose. Si no la tuviera en una
red de fuego, se habría quedado helada. Pese a que todos sus músculos habían
sido fuertes y tensos cuando la besaba, habría sido imposible saber que los
besos la excitaban enormemente. Sus besos eran suaves y dulces, de hecho. Mucho
más suaves que muchos de los que le habían dado.
Cualquier
otro hombre habría ido directo al grano en cuanto hubiera aceptado acostarse
con él. Pero Peter no; Peter la había besado con cuidado, la había tocado con
cuidado y había estado pendiente de ella, esperando. Si no hubiera visto, y
percibido, la forma en que se controlaba, habría pensado que era del tipo de
hombres que se encienden despacito.
Pero
los músculos de su cara se habían tensado y sus fosas nasales se habían
abierto. Había percibido fugazmente su brutal erección a través de los
pantalones, aunque no se había atrevido a mirarla fijamente.
Ejercía
tal control sobre sí mismo que pensó que tal vez lograra hacerle el amor
suavemente, y después podría abrazarse a él. Esa era la parte que más le había
gustado siempre del sexo: el sentirse protegida. Pero si Peter empezaba
abriendo la puerta a patadas, la cosa iba a ser más dura de lo que pensaba.
Peter
fue directamente a la cama, donde la depositó sin dejar de besarla en ningún
momento. Cuando estuvo completamente recostada, se alejó.
La
pérdida de su intenso cuerpo la dejó helada. Allí, echada en la cama, Lali se
dio cuenta de que estaba completamente desnuda. Jaló de la colcha para taparse.
—No
—gruñó, sacudiendo la cabeza con fuerza—. No te tapes.
—Tengo
frío —susurró Lali. Y era verdad; aunque también estaba un poco asustada. Claro
que no podía decírselo; después de todo, ella había empezado aquello. No podía
mostrarse reticente ahora; había invitado a Juan Pedro Lanzani a su cama y ya
no había vuelta atrás.
Pero
había algo en la forma de desnudarse de ese hombre, con movimientos bruscos y
sin la gracia masculina que había admirado hacía unos minutos, que le daba un
poco de miedo. Sus gruesos y marcados músculos, que se flexionaban y se
tensaban a medida que se desvestía, lo hacían parecer aún más largo y más
poderoso que nunca. La luz de la sala que entraba por la puerta entreabierta le
permitía ver cómo se quitaba la chompa y el polo y los tiraba al suelo.
Lali
se estremeció de pronto al ver lo que había estado oculto por la ropa.
Había
visto cuerpos así desnudos antes, por supuesto, en su gimnasio y en las
revistas. Pero no tenían nada que ver con el poderoso ser que tenía desnudo
junto a su cama. El cuerpo de Peter no tenía nada que ver con el típico cuerpo
de modelo de portadas. Era mucho más fuerte, duro y resistente que eso. Tenía
el torso cubierto con una mata de pelo negro, así como en los brazos y piernas.
Los músculos que tenía no se debían a horas de gimnasio, sino a la vida, a las
batallas. Su cuerpo era ancho, fuerte y tenía cicatrices. Era el cuerpo de un
guerrero.
Era
un guerrero.
Lali
se había olvidado completamente de ello, había olvidado que no era un simple
amante de los caballos. Era, básicamente, un asesino entrenado. Probablemente
igual que los asesinos que la buscaban.
Presa
repentinamente del pánico, Lali se dio cuenta de que en su dolor y soledad
había roto una de las reglas de Héctor Lavalle: no involucrarse con nadie. En
teoría no debía dejar que nadie se acercara demasiado a ella; le había dicho
que era muy peligroso. No podía decirle a nadie que estaba en el Programa de
Protección de Testigos. Los tentáculos de Fadul eran muy largos y una
recompensa de un millón de dólares tentaría a cualquiera. Invitar a Peter a su
cama era como firmar su sentencia de muerte.
En
más de un sentido. Era el hombre más poderoso que hubiera visto nunca; podía
romperle el cuello con un movimiento de la mano.
Peter
se giró un poco hacia ella. Su masculinidad apuntándola, ya preparada.
El
peligro podía venir por distintos caminos; y éste era uno de ellos.
A
Lali le latía el corazón con tanta fuerza que pensó que la casa entera
temblaría con ello. El pánico, el miedo y la excitación se reunieron en un
único y gigantesco sentimiento demasiado grande como para que su cuerpo lo
albergara.
Peter
se arrodilló en la cama y el colchón se hundió con el peso de su cuerpo. Lali
tuvo que tensar los músculos para no rodar por el valle que había formado.
Cuando
se inclinó sobre ella, Peter no parecía un amante a punto de adorarla, sino un
guerrero a punto de matar. Los músculos de su pecho y de los brazos estaban en
tensión, los bíceps flexionados sobresalieron cuando la rodeó con un brazo para
colocarse sobre ella al tiempo que, con la otra mano, le abría los muslos. No
sonreía. Su rostro no mostraba ninguna suavidad cuando bajó la vista para
mirarla; la piel que cubría sus mejillas estaba completamente tensa y su boca
se había torcido en una mueca.
Era
el peligro personificado y podía escapar. El cuerpo se le cerró en banda, presa
del pánico, pero ya era demasiado tarde.
Peter
la cubrió. Era grande e intransigente. Durante unos segundos, fue incapaz de
respirar. Una mano enorme se puso entre ellos, buscando el punto de placer de
Lali. Sintió cómo ajustaba su miembro contra ella y, antes de que le diera
tiempo a relajar los músculos para facilitarle el paso, empujó con toda la
fuerza de su pelvis, con dureza y hasta el fondo.
Le
dolió. Era demasiado grande para ella y no estaba preparada. Le quemó el
interior, abriéndola sin piedad.
Lali
parpadeó para hacer desaparecer las repentinas lágrimas, se quejó una vez antes
de morderse el labio. Ella se lo había buscado, era lo que había querido. Si
era demasiado para ella, era su culpa.
Peter
levantó la cabeza y la tiró hacia atrás, buscando aire, como si surfeara una
ola. Un mechón de pelo caía por su frente; tensó la mandíbula y los tendones
del cuello se le marcaron como cuerdas.
—Dios
—dijo entre dientes, agarrándola con fuerza de las caderas—. No estás lista.
—Estaba sudando; una gota de sudor le rodó por la mejilla—. No puedo parar. No
puedo. Lo siento. —Su profunda voz sonaba tensa—. Perdón.
—No
pasa nada —le susurró.
Con
un gruñido, Peter bajó el pecho hasta echarse pesadamente sobre ella, con la
cara hundida en la almohada que había junto a Lali. Flexionó los muslos con
fuerza y empezó a dar empellones fuertes y duros, con toda la fuerza de su
cuerpo.
Era
como si estuviera atrapada en una tormenta, abofeteada por la fuerza del
viento. Lali se aferró a los hombros de Peter como se aferraría a un árbol en
una tormenta infernal, no como se abrazaría a un amante.
El
ritmo de los enviones de Peter fue in crescendo hasta acabar golpeándola,
provocando con ello que la cama diera con fuerza contra la pared y los muelles
chirriaran en protesta. Siguió así durante tanto tiempo que Lali perdió la
noción del tiempo; le daba la sensación de que el miembro de Peter llevaba toda
la vida dentro de ella, bombeando hacia delante y hacia atrás.
De
pronto, y sin previo aviso, Lali llegó al clímax. Gritó cuando la oleada la
golpeó con la fuerza de un tren en movimiento y todo su cuerpo se convulsionó.
Normalmente
tardaba mucho en llegar al orgasmo. Solía empezar sintiendo remolinos de
placer, como si vinieran de muy lejos; después, le empezaban a temblar los
muslos y sentía una oleada de calor en la parte inferior del vientre. De hecho,
su cuerpo solía avisarle con mucha anticipación de lo que iba a suceder.
Pero
esta vez no. Esta vez fue como si encendieran de pronto un poderoso
interruptor, provocándole el orgasmo más potente que hubiera experimentado
nunca y haciendo que su cuerpo se aferrara con fuerza al de Peter.
Peter
gritó contra la almohada; Lali sintió la vibración de su profunda voz contra
los brazos y el pecho. Gimió y gruñó, se hundió aún más en ella y llegó al
clímax él también.
El
orgasmo de Lali llegó a su fin. Se agarraba con fuerza a la espalda de Peter;
sus músculos estaban duros como piedras de la tensión y la espalda pegajosa de
sudor. Ella también estaba pegajosa, del sudor de Peter, del suyo propio. Lali
se dio cuenta de pronto de lo... de la forma tan educada en que había hecho el
amor siempre; habían sido sesiones de sexo amable, sin sudor, como si se tomara
el té con un tío, solo que más divertido y desnudos.
Con
Peter, sin embargo, había sido elemental, brutal, animal. Nada de amabilidad y
suavidad. Hasta el placer había sido un... placer animal, idéntico a la forma
en que copulaban las especies más salvajes.
Seguía
estando preparado dentro de ella. No había estado bromeando cuando le dijo que
con una vez no le bastaría.
Ella
había tenido más que suficiente con una vez.
Lali
estaba agotada, abrumada por la forma áspera e interminable en que le había
hecho el amor y el explosivo orgasmo. Se sentía incapaz de mover los músculos.
Peter pesaba tanto que tenía que inflar los pulmones con fuerza para lograr
respirar. Tenía los muslos abiertos de par en par, al máximo, completamente
abiertos para él. Lali estaba empezando a pensar cuándo podría empujar a Peter
para que se retirara, cuando las caderas de éste empezaron a moverse de nuevo.
«Oh,
Dios, otra vez no». Ya había sido el revolcón más largo de su vida. Y el más
excitante. De hecho, seguía siendo excitante. Pese a que su mente le decía que
ya estaba bien, la parte inferior de su cuerpo no quería hacerle caso.
Los
enviones profundos y pesados de Peter eran más excitantes que los de antes.
Ahora estaba completamente preparada. Peter se movía con habilidad dentro y
fuera de ella, abrasándola de placer.
Peter
levantó la cabeza y se la quedó mirando; su rostro era duro e inexpresivo.
Estaban unidos en el acto más íntimo entre dos seres humanos y, aun así, era
incapaz de saber en qué estaba pensando ni qué sentía.
Empujaba
pesadamente ahora; sus fuertes y profundos envites la llenaban de pasión.
Levantó las manos para rodearle la cara, apoyando los pulgares sobre las
mejillas. Lali estaba completamente inmovilizada; no podía mover el cuerpo en
ninguna dirección, pues la tenía presa con su pesado cuerpo. Tampoco podía
mover la cara, y su mirada era tan intensa que ni siquiera podía cerrar los
ojos.
Poco
a poco, Peter fue bajando la cabeza hasta que cubrirle la boca con la suya.
Para su sorpresa, su beso no fue áspero y posesivo, sino que le tocó la boca
con suavidad y cuidado, una y otra vez. Le cubrió las mejillas y los párpados
de ligeros besos, suaves y delicados como las alas de las mariposas. La boca de
Peter vagó por la frente de Lali, rozándole ligeramente la oreja y la línea de
la mandíbula. Su boca era cálida y suave. Dolorosamente tierna.
El
contraste entre sus besos, dulces y suaves, y la forma ruda, casi violenta, con
que hacían el amor era eléctrico, como si le estuvieran haciendo el amor dos
hombres distintos a la vez. Por primera vez en su vida, Lali se quedó sin
palabras y, aunque hubiera sabido qué decir, cada vez que quería decirlo se
encontraba con que tenía la boca ocupada.
Paseó
la mano por la fuerte espalda de Peter y se colgó de sus hombros, deleitándose
en el tacto de los músculos. Era tan asombroso; como el acero, solo que cálido.
Pese a que sus besos eran lentos y lánguidos, como si dispusieran de todo el
tiempo del mundo, como si fueran dos jóvenes besándose por primera vez en un
prado, los golpes de sus caderas eran fuertes y cada vez más rápidos.
Peter
abrió la boca de Lali son suavidad. El roce de la lengua de Peter contra la
suya fue suficiente para acabar de ponerla al límite. Su grito quedó ahogado en
la boca de Peter; Lali volvió a experimentar un orgasmo, más fuerte que el
anterior, las inmensas olas de ardiente placer la sacudieron. Era tan intenso
que le entraron ganas de gritar, de llorar; el corazón se le salía del pecho.
Se aferraba a Peter con los ojos llenos de lágrimas que rodaron por sus
mejillas hasta caer en la almohada.
Peter
murmuraba algo que no lograba descifrar. Era incapaz de oír ni de pensar, sólo
podía sentir.
Seguía
duro dentro de ella —parecía poder quedarse así el resto de su vida—, pero sus
movimientos habían cesado. El sexo había parado, pero seguía haciéndole el
amor, llenándole la cara y el cuello de suaves y cariñosos besos.
Lali
apretó su abrazo y escondió la cara en el pecho de Peter. No tenía nada que
decirle, absolutamente nada. Había roto todas sus defensas y, si abría la boca,
todos sus secretos saldrían a borbotones.
Así
que se aferró y escondió la cara, con los ojos firmemente cerrados, abrumada
por las emociones, con el pecho dolorido y esperando que su corazón se
tranquilizara. Agarrada firmemente a Peter, lo único estable en su destartalado
mundo, Lali se quedó dormida.
Continuará…
Me encanto el capítulo!!!! estan con las hormonas a full estos dos!!!!
ResponderEliminarque lindo volver a leerte a vos!! te extrañe todos estos días!!!! que tengas un buen finde!!!!
besos!!
QUE CAPITULON, INCREIBLE..ME ENCANTO
ResponderEliminarY BIENVENIDA NUEVAMENTE,SIEMPRE ES UN PLACER LEER TUS HISTORIAS
EliminarWooow! Muero por saber como van a actuar despues de esto
ResponderEliminarQue bueno que regresaste:)
Mas novee
Bienvenida!!!!!!!!!!
ResponderEliminarQ capitulo!!!!!!!!! Peter desbocado,JAJA ,la mato de pasion!!!!
Mierda Que Era Bruto jkklsajkr xD AQue Despues De Esto Se Toma El Palo El Muy Desgraciado MeEncanta
ResponderEliminarTremendo capítulo Vami!
ResponderEliminarMe alegra que me tomes en cuenta! jajaja
Quiero más!
Lore
PD: igual alguien que no voy a nombrar me había dicho "cuando vuelva hago una maratón Lore"... el capítulo largo vale también jjajajaja
Apoyo esa posdata d Lore!!!!,eso fue así .X ser el primer día, y cap largo ,lo pasaré x alto.
EliminarLa dejó d cama.
ResponderEliminarCuando será el día k Peter cambie la expresión d su cara.
Wow!!! La va a matar y no por la recompensa!! Me encanta más!!
ResponderEliminarme encanto quiero maaas!
ResponderEliminarte espero http://amorporcasiangeless.blogspot.mx/
besos!
Jajajaja buen capppp!!! Quiero mas ;)
ResponderEliminarvolvisteeeeeeeeeeeeeeeee!!!
ResponderEliminarme parecia raro q entre como todos los dias a las 14 y no estaba el cap
y dije, capaz que no se subio mal, quizas volvio....se me cruzaron muchas ideas por la cabeza
pero a la vez la intriga me estaba comiendo jajajaja
me alegro q estes de vuelta
beso
Que intriga como reaccionaran después de esa noche
ResponderEliminarOjalá que bien pobre lali la dejaron encama jaja
Más noveee me encanta
: D
massssssssssss
ResponderEliminarAMIGA VOLVISTE!!!!!!! feliz porque te fueras de viaje y lo hayas disfrutado pero ya te echaba mucho de menos!!! =)
ResponderEliminarAdemás volviste con TREMENDO CAPITULO! Creo que es la primera nove en tu blog en la que veo tanta pasión y necesidad de estar con el otro =) increible de verdad me encanta =)
me encanto el capitulo ! ahora que volviste a que hora pensas subir el cap !
ResponderEliminarMadre mía estan a mil estos dos jaja
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