Capítulo 78

Buenas, buenas! Cómo les va?! Espero que todo bien! Gracias por sus comentarios, son lo máximo, pero sobre todo gracias por compartir conmigo esta locura y hacer que el blog pase las 800 mil visitas! Sin ustedes nada es ni hubiera sido posible! Ustedes hacen día a día que esta idea sea lo que es, pero sobre todo que siga adelante! Gracias por acompañarme, por estar, por compartir conmigo su tiempo, por leer, por pasar, simplemente GRACIAS por ser las lectoras que son!!!! Las adoro y me encanta leerlas siempre, son unas loquitas lindas que alegran mis días con sus palabras, imaginación y más ;) las quiero y una vez más, gracias por compartir conmigo del otro lado!!!!!! 

Les va para celebrar, uno más tarde?! (Para tí, Lu -@22lulii- jajajjajaja)

Twitter: @Caparatodos

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—Papá, Lali insinuó que mamá y tú me habían estado ocultando algo. Cosas que explicarían por qué todo esto es tan importante para ustedes. ¿Se trata de eso? ¿Es por lo que hizo el abuelo?

Capítulo 78:

—Nos llevó casi a la ruina, no sólo económica, sino social. Ya sé que las cosas que preocupan a tu madre te parecen frívolas y superficiales, pero son importantes. Lo son porque hemos tenido que luchar muy duro para recuperarlas.

—Entiendo.

—¿De verdad lo entiendes, hijo?

—Creo que empiezo a hacerlo.

—Intenta ser más comprensivo con tu madre, ¿puede ser?

—Sólo si ustedes también lo son —dijo Peter—. Quiero a Lali y tengo intención de casarme con ella… si me acepta.

—Por favor, Peter, no lo hagas. Tu mamá se moriría del disgusto.

—Por eso insisto en que la conozca. Papá, siento lo que hizo el abuelo, pero no tiene nada que ver conmigo. Y estoy seguro de que la gente ya se ha olvidado. Nunca he oído una sola crítica contra él.

—Porque tu madre y yo hicimos todo lo posible por silenciar sus escándalos. Tienes un legado del que puedes estar orgulloso. Y en gran parte es gracias a tu madre, por haberse arriesgado conmigo.

—Siempre he estado orgulloso de ti, papá. Pero no necesito todo esto —dijo Peter, señalando la habitación con la mano—. He encontrado lo que quiero. Un trabajo que me gusta y una mujer a la que amo. Y no cambiaré de opinión. ¿Puedes aceptarlo?

—Lo intentaré —concedió su padre en tono abatido—. Y ahora vuelve a la fiesta. Es casi la hora de cenar. Dile a tu madre que enseguida voy.

—Papá, lo siento si te he hecho daño. De verdad.

—Tranquilo —dijo su padre con una triste sonrisa—. He superado cosas peores. Y sé muy bien que un hombre tiene que elegir su propio camino. Igual que hice yo para no parecerme a mi padre… Y por cierto, hijo. Me gusta esa muchacha. Esperaba que encontraras a alguien por acá, pero Lali tiene agallas. Si te casas con ella, espero que sean tan felices como tu madre y yo lo hemos sido.

Peter salió de la habitación y vio a Lali alejándose de la puerta. La siguió y la alcanzó antes de que pudiera entrar en otra habitación.

—Estabas escuchando, ¿no?

Ella asintió.

—No era mi intención. Salí a tomar un poco de aire y escuché voces.

—Siento algunas de las cosas que ha dicho mi padre —dijo Peter, y entonces sonrió—. Aunque también has oído decir que le gustas.

—Sí, y significa mucho para mí —ella también sonrió—. Ahora sólo tengo que ganarme a tu madre.

—Podríamos dejarlo para otra noche —sugirió él—. ¿Quieres que nos vayamos?

—Me encantaría, pero no creo que a tu mamá le guste la idea. Y tengo que ganar puntos con ella…

En ese momento una empleada anunció que la cena estaba servida. El comedor lucía sus mejores galas con relucientes candelabros, plata y porcelana y velas blancas que ardían entre hojas de acebo. La cena transcurrió sorprendentemente bien. La señora Lanzani se mostró muy amable, y su marido intentó incluir a Lali en las conversaciones. Tal vez fuera el vino, combinado con la comida y un postre de chocolate exquisitos, pero hubo muchas bromas y risas. Cuando se sirvió el café, todo el mundo parecía estar satisfecho.

De camino a la sala, Peter se inclinó hacia Lali.

—¿Qué te parece si nos vamos? Se hace tarde, y mañana por la mañana tenemos que estar en el festival.

—Pareces muy entusiasmado con el festival —dijo ella con una sonrisa—. Vamos a despedirnos de tu madre.

Se abrieron paso entre la multitud de invitados hasta encontrarla. La señora Lanzani estaba radiante de felicidad por el éxito de la fiesta.

—Ma, lo siento mucho, pero tenemos que irnos —dijo Peter.

—Ha sido una velada encantadora —dijo Lali con sinceridad—. Gracias de nuevo por haberme invitado. Siento que tengamos que marcharnos, pero mañana por la mañana tenemos que estar en el festival navideño… Debería venir uno de estos días —le sugirió—. Los kioscos están abiertos todo el día, los coros de la iglesia son magníficos y todas las calles y tiendas están llenas de adornos.

—Suena encantador.

Lali intentó percibir un tono despectivo en su voz, pero parecía decirlo en serio.

—Anímese a venir —insistió—. Peter ha trabajado mucho en el festival, y el árbol es impresionante.

—Tal vez vayamos —dijo ella finalmente, y se giró para mirar a Peter con expresión dudosa—. Si a ti te parece bien.

—Obvio, Mamá —respondió él con una sonrisa—. Lali y yo estaremos allí. Ya sabes dónde encontrarnos.

—Y gracias otra vez por la invitación —volvió a decir Lali.

La señora Lanzani dudó un momento, como si buscara las palabras adecuadas.

—Me alegra que hayas podido venir —dijo, obviamente incómoda. Le dio un beso en la mejilla a Peter—. Le diré a tu padre lo del festival. Puede que nos veamos mañana.

Una vez afuera, Lali soltó un suspiro de alivio.

—Al fin puedo volver a respirar.

—Y yo —asintió él, aflojándose la corbata.

—No ha sido tan horrible como pensaba —admitió ella, mirándolo fijamente—. ¿Hablabas en serio cuando le dijiste a tu padre que querías casarte conmigo?

—¿Eso también lo escuchaste? —preguntó él, sonriendo.

—No se lo susurraste al oído, exactamente. ¿Y?

—Lo tengo pensado —dijo él—. Pero cuando me declare no será en la entrada de la casa de mis padres. Tiene que ser en un escenario romántico.

Una sonrisa curvó los labios de Lali.

—Es bueno saberlo…

Continuará…