Hola, hola!!!! ¿Cómo están? Ojalá que todo bien,
muchachas!!!! Les cuento que el capítulo de mañana lo dejo programado porque
supuestamente van a cortar la luz de toda mi urbanización, así que por las
dudas, mejor prevenir que lamentar! Así que nos estamos leyendo ;) besos y buen
finde!!!
Twitter:
@Caparatodos
____________________________________________________
—Porque me muero de hambre.
Comamos algo, y después buscamos el hotel. Además, quiero empaparme del
ambiente local.
—Sin duda, ahí lo tienes —dijo ella, contemplando La
Plaza.
Capítulo 18:
El sol se había puesto hacía
poco y las luces parpadeaban en las tiendas que rodeaban el famoso parque.
Faroles en bolsas de papel flanqueaban el pasillo de entrada, iluminando el
jardín y otorgando a la escena una atmósfera aún más mágica.
—Estaciona por aquí —dijo
ella—. Seguro que hay algún buen restaurante cerca.
Una vez que detuvieron el auto,
se les acercó un perro con un collar de luces navideñas.
—Sí que viven el espíritu navideño
en este lugar —comentó Peter despectivamente.
—Me encanta —dijo Lali,
abriendo la puerta y aspirando el aroma a madera de pino quemada—. ¿Puedo
quedarme aquí el resto del viaje, simplemente oliendo?
—Creo que en algún momento
necesitarías comer. Por cierto… —dijo él y señaló con la cabeza una calle que
daba a la plaza—, aquello parece un restaurante.
Se encaminaron hacia allí y,
efectivamente, encontraron un restaurante llamado “El Faro”, con un bar
exterior para entretener a los clientes que esperaban mesa. Porque tuvieron que
esperar. Al principio, Lali estuvo a punto de negarse, deseosa de ir al hotel y
comer algo allí. Pero no dijo nada. A pesar del calor, el lugar resultaba
atrayente, con las luces y el olor de la madera, y se le pasó todo deseo de
marcharse. Al menos por el momento, ya que estaba divirtiéndose tanto con
Peter.
Era la manera perfecta de
relajarse antes de ponerse a trabajar, se dijo: una cena en un buen restaurante
con un buen amigo. Porque, una vez que llegara al hotel, empezaría a trabajar,
tanto para conseguir el cliente como al hombre.
Observó a Peter hablando con la
maître y admiró sus anchos hombros y
lo bien que le quedaba la camisa.
Lo vio girarse, sonreírle e
indicarle con gestos que se acercara. Cuando ella lo hizo, la agarró del codo
con naturalidad y la guió al bar exterior.
—Tardaremos una media hora en
tener mesa, pero acepté. Espero que no te importe. Podemos esperar cerca del
fuego hasta que nos llamen.
Media hora para una mesa
suponía una hora o más hasta poder comer. El tiempo volaba y, de nuevo, a Lali
le asaltó la urgencia de que, si quería ver a Pablo aquella noche, debería
ponerse a trabajar. Salvo que no quería hacerlo. Tal vez porque, en cuanto
llegara al hotel, no podría escapar a la realidad de su misión. La presión se
activaría, y ella perdería aquel tranquilo placer de estar con Peter,
saboreando un vino y riendo como si no tuviera ninguna preocupación.
Sorprendida, advirtió que Peter
estaba mirándola. Se removió inquieta, sintiéndose casi desnuda bajo la fuerza
de aquella mirada.
—¿Qué? —preguntó, pasándose una
mano por los labios, dudando de si se le habría corrido el maquillaje.
—La luz —dijo él, ladeando la
cabeza pero sin quitarle los ojos de encima—. Hace que te brillen los ojos.
Ella se ruborizó, halagada por
el cumplido, y se concentró en la carta de vinos.
—¿Pedimos un par de copas, o
una botella entera?
—Una botella —respondió él y
sonrió—. Vivamos peligrosamente.
No había nada inusual en su
tono, ni siquiera en sus palabras. A pesar de eso, Lali se estremeció, mientras
la palabra «peligrosamente» no dejaba de resonar en su cabeza. Se removió en su
asiento e intentó recuperar la cordura.
—Estoy abierta al peligro
—comentó, con la sonrisa que reservaba para Peter.
Una sonrisa para un amigo
íntimo con el que salir por ahí. Y que la había dejado quedarse con él durante
una semana.
Cielos. Claramente, eso había
sido un gravísimo error. No deberían compartir habitación. Tal vez había
cruzado a otra dimensión al besarlo la noche anterior, pero últimamente él se
filtraba demasiado a menudo en sus pensamientos, que con frecuencia no se
reducían a ser simplemente amigos.
Lo cual era inaceptable. Se lo
repitió en su interior para asegurarse de que lo había entendido: era
inaceptable.
—Tengo que confesarte algo
—dijo él, tras pedir una botella de vino shiraz—. Tengo un motivo oculto para
no querer ir directamente al hotel.
Lali tragó saliva. A pesar de
la pequeña charla que acababa de darse a sí misma, la palabra «oculto» desató
en ella imágenes inapropiadas. Maldición. Tenía que dejar de comportarse como
una idiota.
—¿Compras navideñas de última
hora en alguna de las tiendas locales? ¿Un deseo secreto de ponerte en una
esquina a cantar villancicos?
—Ambas opciones muy atractivas
—bromeó él—, pero no. Quiero investigar un poco para Thiago Bedoya-Agüero, y
esperaba que tú me ayudaras.
—¿De verdad? Suena divertido.
¿Qué tengo que hacer?
—Sólo sé tú misma —respondió
él, pero algo en su manera de decirlo hizo estremecerse a Lali.
Ella estaba decidida a
mantenerse tranquila y centrada. Y en un estado de ánimo no sexual y sí
amistoso, se repitió.
—¿Y cómo voy a poder ayudarte?
—Parte del próximo libro sucede
aquí —explicó él—. Quiero darme una vuelta, visitar lugares donde iría
Bedoya-Agüero. Ponerme en su piel.
—Creí que los libros de
Bedoya-Agüero eran en otro continente.
—Son sólo un par de escenas
—replicó él—. Quiero aprovechar el haber estado en el escenario. Tengo que
escribir para el blog de la revista esta noche. He pensado que, de paso, podía
investigar también para la novela.
Se creó un silencio expectante.
—¿Aceptas?
—Claro. Parece divertido.
—Era todo lo que quería oír.
El mozo regresó con la botella
de vino y, al mismo tiempo, la maître
anunció que su mesa estaba lista. Lali no quería cambiar la magia del bar al
aire libre por el bullicio del comedor, pero su estómago no opinaba igual. Y
una vez que entraron y los arropó el aroma de la cocina casera, se planteó
seriamente quedarse allí para siempre.
Más quiero saber que va a pasar con estos dos solos jaja
ResponderEliminarOtroooo :))
ResponderEliminarLe encanta estar con Peter... en serio cree que quiere a Pablo?
ResponderEliminarquiero masssss
tq amigaa
Quiero más!
ResponderEliminarLore
Ama estar con Peter, pasar tiempo con él y tenerlo cerca!!! no se para que lo quiere a Pablo!!!
ResponderEliminarEspero el proximo!!
me encanto
ResponderEliminarotro :D
ay me encanta mas mas mas askldnaskjdnaskj
ResponderEliminarMe encanta más!!
ResponderEliminarMaaass :O
ResponderEliminarJodeme! Oh si Bedoya!!
ResponderEliminarMore More Me encanta
Sor
tranqui tranqui van, pero van
ResponderEliminarbesos
me encanta
ResponderEliminar@ligiaelenaCM
Me encanta como Peter se arriesga
ResponderEliminar