Hola, hola!!!! ¿Qué tal todo? Ojalá hayan tenido un
buen día y si no, mucho brazo para remarla y hacerlo llevadero ;) Gracias por
leer!!!! Un beso! GIU y Rita, capítulo
para ustedes dos una para que se mejore prontito y la otra para que no deje de
soñar nunca!!! Las quiero!!!!
"No te compliques más, siempre hay una razón...
Tratar de revivir, tratar de estar mejor"
Twitter: @Caparatodos
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Les llegó el turno en
recepción, lo cual puso fin a sus pensamientos cada vez menos favorables hacia
Pablo. Al poco tiempo, tenía la llave de su suite júnior deluxe, junto con una
guía de actividades navideñas, y Lali y él seguían a un eficiente botones por
un camino techado hacia las habitaciones. El ambiente era cálido. Peter respiró
hondo, pensando que aquél era el tipo de lugar al que uno llevaba a su esposa
en la luna de miel. No donde uno llevaba a una mujer que prefería estar con
otro.
Capítulo 23:
—Estaba repleto —le comentó a
Lali, y quiso darse de cachetadas.
Eran amigos desde hacía dos
años, y sólo se le ocurría decirle algo superficial e insulso.
—Diría que hoy es el día que
más gente ha llegado. Apuesto a que mañana estará más tranquilo.
—Ya lo creo —intervino el
botones—. Hoy nos hemos vuelto locos para que todo el mundo llegara a su
habitación asignada, pero mañana todo estará resuelto.
Señaló más adelante de ellos.
—Ustedes vayan por la
izquierda, pasando las escaleras. Yo iré por el camino largo, ya que necesito
una rampa para el carro —añadió y se desvió, dejando a Peter y a Lali juntos en
un incómodo silencio, el primero desde que se conocían.
Ella carraspeó.
—Espero que tenga razón
respecto a lo de que mañana todo estará más tranquilo. Necesito reunirme con
Pablo, y creo que va a ser más difícil de lo que había pensado.
—Estoy seguro de que no tendrás
problemas —dijo Peter tajantemente.
Ella lo miró de reojo mientras
subían las escaleras.
—¿Qué te pasa?
—Nada —respondió él, y se encogió
de hombros.
Lo cierto era que sí que
pasaba: Lali deseaba a Pablo, había ido a ese viaje con el propósito específico
de atraparlo. Y, por lo que él había visto, Pablo estaría más que feliz de
dejarse atrapar.
—Algo te pasa —insistió ella.
—Olvídalo —dijo él, respiró
hondo y se obligó a centrarse—. Estoy seguro de que Pablo te concederá una
reunión.
—Genial —dijo ella, y lo miró
con los ojos entrecerrados—. ¿Por qué tengo la sensación de que a ti no te lo
parece?
Tal vez porque quería que Lali
lo deseara a él, no a Pablo, y el abrupto cambio en su comportamiento después
de haber hablado con el empresario lo había frustrado y entristecido. ¿Cómo iba
él a competir con Pablo Martínez, un hombre guapo, inteligente y millonario?
Claro que no podía decirle nada
de eso a ella.
—¿Peter?
—Nada —dijo él—. Sólo estoy
cansado.
Ella no dijo nada, pero siguió
mirándolo atentamente.
Llegaron a la suite, Peter
metió la tarjeta y sostuvo la puerta abierta para que ella entrara. Al pasar a
su lado, ella lo miró a los ojos.
—Es sólo que…
—¿Qué? —saltó ella, exasperada.
—Quiero que tengas cuidado
—escupió él—. Con Pablo, me refiero. No me gustaría verte teniendo una aventura
con un tipo que no busca más que algo de momento.
Contuvo el aliento, esperando
que ella lo negara. Esperando que le asegurara que sólo se trataba de negocios.
Pero ella no dijo nada. En
lugar de eso, se mordió el labio inferior y evitó mirarlo a los ojos.
—Puedo arreglármelas sola.
—Entonces, ¿él no te interesa?
—preguntó Peter, esperanzado.
Ella no respondió. Miró la
habitación que se abría delante de ellos. Dio unos pasos y él la siguió, hasta
que la vio detenerse en seco.
—¿Lali?
Ella se giró, con una expresión
mezcla de confusión y horror.
—Peter, ¿dónde está el otro
dormitorio?
Objetivamente, la habitación
era espectacular. Lali la observó detenidamente, maravillándose con la
decoración, que combinaba arte y arquitectura, con servicios de lo más
modernos. Caminaron sobre una alfombra tejida, y a su derecha se encontraron
con una pequeña cocina. Detrás había un pequeño comedor con fabulosos muebles
de madera. En mitad de la habitación, Lali vio una cama con una con un tejido
maravilloso. Una cama. Sólo una.
Tras ella, se encontraba una
separación de piedra, que daba acceso a la sala de estar, con un acogedor
sillón, una chimenea con repisa y un reloj encima junto a una puerta abierta
que daba a la playa.
A la izquierda, frente a la
cama, se ubicaba la zona de trabajo: un escritorio con una cómoda silla. En la
pared, encima del escritorio, colgaba un televisor, en posición perfecta para
poder verlo desde la cama.
Todo fabulosamente diseñado y
decorado.
De hecho, sólo faltaba una
cosa: otro dormitorio. Pero aquello era todo…Una habitación. Una cama.
Y el sofá no era cama, podía
verlo de lejos.
Se giró y miró a Peter, quien
todavía no había respondido a su pregunta, así que se la repitió:
—¿Dónde está el dormitorio?
Él parecía igual de confundido.
—Creo que estamos en él.
—Creí que tenías una suite
—atacó ella.
—Y yo —se defendió él y leyó el
papel que contenía la tarjeta-llave—. Aquí dice «suite júnior deluxe».
El botones entró por la puerta
abierta detrás Peter.
—¿Hay algún problema?
—Ninguno —le aseguró Peter.
—¿Dónde está el dormitorio?
—dijo Lali, exactamente al mismo tiempo.
El botones los miró
alternativamente.
—Déjenme adivinar: no desean el
obsequio de champagne y fresas para los recién casados.
Lali se pasó los dedos por el
pelo y frunció el ceño.
—Es una habitación maravillosa,
una de las mejores que he visto. Sólo que nosotros no… —se detuvo y carraspeó—.
Esperábamos una suite.
El botones miró a Peter, quien
se encogió de hombros. El empleado lo imitó, y Lali se preguntó si los dos
hombres se habían intercambiado algún mensaje secreto.
—La suite júnior es una
habitación diáfana con distintas zonas. La suite completa y la de famosos
tienen dormitorios separados, pero le prometo que ésta es de las que más gustan
—aseguró, mirándola esperanzado, pero al ver su reacción, frunció el ceño y
carraspeó—. Al menos a la mayoría de nuestros clientes.
Lali abrió la boca para
preguntar acerca de la posibilidad de cambiarse a otra habitación, pero la
cerró al instante. Se había autoinvitado, y eso la privaba del derecho a
escoger. Además, el sillón parecía cómodo.
jajajajjajaja se puso buena la historia
ResponderEliminaruna sola cama upps
Genial! más me encanta!
ResponderEliminar''El Sillon Se Veia Comodo'' jkklsd (como que ella se Quiere matar) xD Igual pablo Los Iba a separar
ResponderEliminarWow, una sola cama, que bueno ahora creo que pasa algo entre ellos. jajajaj
ResponderEliminarEspero el próximo.
Puntito para Peter!!!.
ResponderEliminarDudo k le permita quedarse en el sillón
Espero que Pablo no encuentre otra habitacion para Lali.
ResponderEliminarPeter.... casi le dice a Lali algo más sincero
Lali... ¿de verdad cree que Peter la va a dejar dormir en el sillon??
espero mas noveeeee tqqq
Maaasss :)
ResponderEliminarQuiero más!
ResponderEliminarLore
jajajaj claro el sillon es super comedo solo que Peter no la va dejar dormir en él y creo que él tampoco va a dormir en ese sillón!!
ResponderEliminarEspero el proximo capítulo!!
JAJAJA Solo que el problema es que Pitt no la va a dejar dormir en el sillon!
ResponderEliminarArii
Que mala lali :( pobre mi peter que tiene de malo el sofa?? Bad eh! Bad
ResponderEliminarAun asi me encanta
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Sor
jajajajajajaj obviamente peter no la dejara dormir en el sillon!
ResponderEliminarmas novee
A q el q duerme en el sillon es Peter,Pobre cómo se banca todo!
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