Hola, hola!!!!! ¿Cómo las trata el finde, muchachas?
Espero que todo bien y aprovechando los días libres y de descanso para muchas
;) Pásenla lindo, nos leemos mañana!!!! Besos y gracias por leer!!!!
Twitter:
@Caparatodos
____________________________________________________
—Algo típico de Punta del Este,
¿verdad? No necesariamente algo navideño.
—Exacto —dijo él.
Capítulo 20:
—Candela dice que existen
ayudas para el arte callejero, y que los artesanos locales venden sus joyas en
el puerto.
—Yo también leí eso, y no se me
había ocurrido el buen escenario que resulta ese lugar para un espía. Eres
brillante —alabó él, sincero.
—Gracias —dijo ella, y miró
alrededor con el ceño fruncido—. ¿Habrá gente todavía a estas horas?
—No son ni las siete —le recordó
él—. Además, debido a las vacaciones hay muchos turistas. Seguro que los
puestos están abiertos todavía.
—Es probable. Lo que tenemos
que hacer es encontrar ese lugar.
Resultó tarea fácil, y
enseguida caminaban por el puerto, sonriendo a los vendedores, muchos de los
cuales parecían tan viejos como las historias que escondía aquel maravilloso
lugar.
—Mira esto —dijo Lali,
mostrándole un círculo adornado con algodón, plumas, cuentas y cuero.
—¿Qué es?
—Un atrapasueños —respondió
ella—. A Candela le encantaría, ¿no crees?
Peter reconoció que a la amiga
de Lali seguramente le gustaría un regalo así.
—Hemos cambiado el festejo de
Navidad para el lunes que viene —explicó ella, mientras compraba el
atrapasueños—. Ya que tú y yo estamos aquí el día en cuestión, vendrá a mi casa
el lunes y comeremos pavo, ensalada y todo eso. ¿Te apuntas tú también?
Peter no necesitó ni un segundo
para pensarlo.
—Yo llevo el puré de manzana.
Me sale muy rico.
—Buenísimo —dijo ella con una
carcajada y se agarró de su brazo, con su reciente compra en la otra mano
mientras seguían mirando las artesanías, la mayoría de ellas joyería de plata.
—Para mi mamá —dijo Peter,
mirando un par de aretes—. El hotel ofrecerá servicio de envíos, ¿no crees?
—Seguro. Le van a encantar. ¿Y
para tu papá?
—Podría comprarle una hebilla
gigante para la correa —comentó él, señalando una expuesta en el suelo—. Pero
ya le regalé una suscripción a Pesca y
Botes y un vale de consumo. Es muy fácil hacerle regalos.
—¿Estás triste por no ir a casa
este año?
Él la miró y sacudió la cabeza.
—Los extraño, por supuesto,
pero estoy muy feliz con cómo están yendo las cosas este año.
Ella clavó la mirada en los
puestos de los artesanos.
—Yo también.
—Mira qué bonito —señaló Peter
unos pasos más adelante.
Se había detenido delante de
una gran manta gris cubierta de pulseras de cuero y plata labrada. En un
extremo, estaba sentado un anciano con una pipa en la boca y penetrantes ojos
azules, casi escondidos entre los pliegues de su rostro acartonado. Tenía el pelo
blanco y un aire de misterio.
Cualquier duda que Peter
hubiera tenido de incluir aquel escenario en el siguiente libro de
Bedoya-Agüero, se disolvió en el acto. Aquello era perfecto. Miró a Lali por el
rabillo del ojo y la vio agachada, estudiando atentamente las pulseras.
«Sí, es perfecto», pensó él.
—Es una artesanía hermosa
—comentó, escogiendo una pieza con unos diseños tan intrincados que dedujo que
eran antiguos y de profundo significado.
El anciano inclinó la cabeza.
—Gracias, es usted muy amable
—dijo y, tras mirar a Lali, se dirigió a Peter—. ¿Desea comprar algo para su
pareja?
—Esto…
Lali dio un paso atrás y negó
con la cabeza.
—Él no es mi novio.
Peter no supo si frustrarse por
la rápida negación de ella, o disfrutar de que el artesano hubiera pensado que
eran pareja. Decidió lo segundo, mejor pensar en positivo. Tal vez el anciano
había percibido algo.
—Somos amigos —dijo Peter,
agarrando la mano de Lali—. Buenos amigos.
El hombre entrecerró los ojos y
miró a Peter. «Lo sabe», pensó él, y carraspeó, temeroso de que Lali
descubriera su verdad. Una verdad que él le estaba ocultando. Al menos por el
momento.
—Entonces, éste —dijo el
anciano, tendiéndole otro de diseño igualmente intrincado—. Para la amistad.
Se llevó la mano al corazón.
—Un verdadero amigo vive aquí
para siempre.
—¡Qué bonito! —intervino Lali.
—Me la llevo —dijo Peter y se
giró hacia ella—. ¿Me dejas que te la regale?
—Peter, no puedes.
—Claro que puedo. Sólo tengo
que sacar la billetera del bolsillo —dijo él, mientras lo hacía.
Ella puso los ojos en blanco,
enojada.
—Discúlpenos —le rogó al
artista, y se llevó a Peter a un lado—. No tienes por qué comprarme nada. Hay
asuntos más importantes de los que preocuparte, como pagar el alquiler y comer.
—No soy un indigente —respondió
él.
Pero que mania con el dienerooooo!!!! creo que Lali usa cualquier excusa para no estar cerca de Peter y no poder tener una relacion con el y el dinero es su mayor excusa
ResponderEliminarespero mas novee
lali q problema tiene XD,mas nove :D
ResponderEliminarhay q amor peter
ResponderEliminarlali tiene que dejar de ser tan arisca
beso
Qué ironía sería que ella lo crea casi un mendigo y él sea un millonario heredero renegado de la familia o simplemente un heredero bohemio! ESO me encantaría.
ResponderEliminarY que se encontraran con un vidente o gitana que les vaticinara el futuro en la feria.- jaja
Quiero más!
Lore
Desde el principio me da k Peter no es nada pobre.Solo trabaja y hace lo k le gusta.
ResponderEliminarLali es la obsesiva con el dinero.
El viejo sabio je!! más!! Me encanta!!
ResponderEliminarNo soy un indigente toma lalu!! Que lindoos
ResponderEliminarMore Me encanta
Sor
lali no sabe cómo esquivar cualquier situacion q la ligue a él,y él es un DIVINO!!!!!!!!
ResponderEliminarLalita el dinero no es todo en la vida!!!! Peter un tierno como siempre!!
ResponderEliminarEspero el proximo!!