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@Caparatodos
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El mozo regresó con la botella
de vino y, al mismo tiempo, la maître
anunció que su mesa estaba lista. Lali no quería cambiar la magia del bar al
aire libre por el bullicio del comedor, pero su estómago no opinaba igual. Y
una vez que entraron y los arropó el aroma de la cocina casera, se planteó
seriamente quedarse allí para siempre.
Capítulo 19:
—Morí y fui al cielo —comentó
ella apartando su plato, demasiado saciada como para poder comer un bocado
más—. Estaba delicioso.
Había pedido un chancho que el
mozo había recomendado.
—¿Significa eso que no quieres
probar un poco de lo mío? —inquirió Peter, acercándole un tenedor con pollo en
salsa picante que olía exquisito.
—Eres cruel, ¿lo sabías?
Él le acercó el tenedor.
—Está buenísimo. Dale, La, deja
de resistirte. Sabes que quieres probarlo.
Ella se movió inquieta en su
asiento.
—Nada de excusas —dijo él,
inclinándose hacia ella con el tenedor.
El mismo cubierto que había
estado en su boca momentos antes.
Lali abrió la boca, cerró los
ojos, y se obligó a centrarse en la comida. Era el pollo más delicioso que
había probado nunca.
Abrió los ojos, con la
intención de decirlo, y vio que Peter tenía la vista clavada en sus labios.
Entonces él la miró a los ojos, y durante unos instantes Lali vio el deseo
escondido en ellos.
Se concentró en tragar la
comida. Podía manejar sus propios pensamientos lujuriosos, pero no era buena
idea entrar en ese terreno juntos. Amigos y sexo no cuadraban bien. Y la
posibilidad de perder a Peter igual que había sucedido con Benjamín… no podía
ni planteársela.
—Tienes un poco de queso —dijo
él.
Acercó su mano a la barbilla de
ella y la limpió con un gesto tan suave, que Lali contuvo un grito ahogado de
placer.
—Mucho mejor —dijo él,
retirando la mano.
La repentina falta de contacto
dejó a Lali con una sensación de vacío y frío donde él la había acariciado.
«No», pensó. «Nada de mucho mejor».
Agarró su cartera y se levantó
de su asiento.
—Tengo que ir al tocador. ¿Nos
vemos en la entrada?
—Claro —respondió él.
Lali sintió la mirada de Peter
en la espalda mientras se alejaba, y sólo se relajó al doblar la esquina de los
baños. Entonces, se apoyó contra la pared, respirando aceleradamente, cerró los
ojos y se preguntó en qué lío se había metido.
Peter vació el vino que le
quedaba en la copa, cerró los ojos y vació también la copa de Lali. No le
preocupaba estar a su lado, era su mejor amiga, pero sí dónde acabaría todo
aquello. Porque, aunque había seguido el consejo de Bauti y se había comportado
igual que siempre, aquel día había notado un sutil cambio: no se había
contenido.
Antes, siempre se había
asegurado de no cruzar la línea. De mantener la amistad por encima de todo, y
quitar importancia al hecho de que él era un hombre y ella una mujer, y que
entre ambos había una química poderosa.
Pero, una vez que había
descubierto que ella quería una historia con otro hombre, se había acabado lo
de quitar importancia. Quería ver en los ojos de ella el mismo deseo que la
noche en su departamento. Su objetivo eran la lujuria y la pasión desenfrenada.
Sin duda, saltaban chispas
entre ellos en aquel momento.
«Pablo Martínez, no tienes
chance».
Miró la botella de vino,
dudando si terminarla para mantener el valor, pero decidió no hacerlo. Una cosa
era cierta desinhibición; demasiada, sin embargo, podía terminar con él
cantando canciones de amor mientras paseaban por las tiendas de la famosa
plaza. Algo poco sutil.
Se encontró con ella delante
del restaurante. Vio que le brillaba el rostro, había desaparecido casi todo su
maquillaje, y tenía húmedo el pelo alrededor de la cara.
—¿Te sientes bien?
—Sí, solo me mojé un poco la
cara. Estamos levantados desde el amanecer, y empiezo a notarlo. Creo que me
porté de una forma un poco alocada. No como suelo ser, tú me entiendes —comentó
ella y sonrió levemente—. Lo siento.
—No te preocupes —dijo él—. No
me di cuenta de nada. Para mí, eres simplemente Lali y, alocada o no, estoy
contento de que hayas venido conmigo.
A Peter le pareció que Lali se
ruborizaba, y su sonrisa reflejaba un placer sincero. Por un brevísimo
instante, la culpa le encogió el estómago: había cambiado las reglas sin
comunicárselo a ella. Había cambiado la dinámica entre ambos, y estaba jugando
sobre seguro.
Sin embargo, ella no jugaba.
—¿Tú estás bien? —inquirió
ella, mirándolo atentamente.
—¡Genial! —contestó él—.
Supongo que también un poco cansado.
Y, por si ella se planteaba
acortar la velada, le ofreció su brazo.
—Bedoya-Agüero viene aquí a
interceptar un mensaje —relató y, a pesar de que acababa de inventárselo, no le
pareció una mala idea—. Quiero seleccionar el mejor lugar.
La miró de reojo mientras
caminaban y vio que fruncía los labios.
—Algo típico de Punta del Este,
¿verdad? No necesariamente algo navideño.
—Exacto —dijo él.
Maaasss
ResponderEliminarme encanto,muy buen capi,espero otro
ResponderEliminarQuiero más!
ResponderEliminarLore
Valor Peter.
ResponderEliminarYa Lali está participando en la novelita Bedoya Aguero y Victoria.
Peter coje el valor de thoago bedota aguero che jajjajaj, me enoja lali simepre comparando su amistad de peter con el mono, vamos queremos laliter!!
ResponderEliminarIsakrn22
Más me encanta!
ResponderEliminarme encanta :)
ResponderEliminar@ligiaelenaCM
interesante viaje va a ser este
ResponderEliminarla cena ya dio el punto de partida
espero que las cosas sigan asi de bien
besos
Otrooo :)) es genial!!! Me encanta, besooo n.n
ResponderEliminarArii
ESTOS DOS ESTAN EN LAMAS! C: ok no exagero ella tuvo que labarse la cara para poder reunirse con el... imagino como sera esta viaje y me da un escalofrio... ¡¡¡¡¡PIITT TIENE QUE TRATAR DE SER COMO BEDOYA!!!!! aunque sea una vez...
ResponderEliminar¿y? ¿la luz se fue en tu casa? =)
besooos...
@AnglesCasi.
PD: cambie mi nombre ¡¡WII!! c: chauuuu.
POCO A POCO Pitt va dejando pistas jajaja
ResponderEliminarespero el sigueinteee tq!
Aofpslfa lo lei ayer solo que no me dejo comentar y bueno me encanta el bedoya-lanzani! Now leo el otro capi
ResponderEliminarSor