Capítulo 35

Hola!!!! Cómo estuvo su día?! Espero que hayan empezado bien la semana y si es el caso "la rutina" también ;) Besos y mil gracias por estar ahí, son GENIAS GENIAS!!!! Nos leemos mañana y ya llega el final... últimos capítulos! ahhh le ponía suspenso jajajaja

P.D.: Me ayudan a ayudar a Cata a encontrar una nove??? Si alguien la leyó, sabe cuál es o de dónde, me avisa??? Les dejo lo que busca! "Se trataba de que Lali y Peter se conocían de pequeños cuando Lali venia con su papa y su hermano a la Argentina ya que ella vivía en España y se hacía amiga de Peter y de Euge... Cuando estaban volviendo a España el papa de Lali tuvo un accidente, cuando Euge le cuanta la noticia a Peter el se siente muy mal"

Twitter: @Caparatodos

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Y al ver que Lali los miraba con cara de sospechar algo, pensó que necesitaría todos los aliados del mundo. Sus fantasías chocaban con la realidad: Lali tenía el mismo interés en casarse que ocho meses atrás.

Capítulo 35:

Peter había llamado a Claudia para ir a verla a la mañana siguiente. A pesar de ser un hombre hecho y derecho, conocido por su eficiencia y decisión a la hora de los negocios, no sabía muy bien qué hacer.

El jardín de su madre era armonioso y bello, incluso en mayo. Había sido el trabajo de Lali, pensó Peter, y tocó el timbre.

–¡Qué alegría verte! –Claudia lo abrazó y lo hizo pasar–. Llegas tarde, diría yo, para casarte con esa encantadora muchacha que diseñó mi jardín, la que está embarazada de mi nieto, ¿no es así? –y enseguida le sirvió una taza de café.

Peter apoyó la taza sobre el plato con mano temblorosa.

–¿Cómo...?

–Peter, tengo más de setenta años, pero no soy tonta. Sospeché que pasaba algo el día de mi cumpleaños cuando se encontraron aquí. Y la noche del concierto lo confirmó. Y si te digo la verdad, no me pareció bien la forma en que te comportaste...

–A mí tampoco –e inclinándose hacia adelante empezó a contarle toda la historia del trato que habían hecho.

–Lo hice por Milagros –terminó diciendo para justificarse–. Pero ya no quiero seguir con eso. Quiero casarme con ella, mamá.

–¡Estaba tan preocupada porque tú te culpases por ese terrible accidente el resto de tu vida! ¡Me gustaría mucho tener a Lali como nuera! –le dijo Claudia con lágrimas en los ojos. Ella que no solía llorar casi nunca.

–El bebé es un niño. Nacerá a fines de junio. Pero Lali no quiere casarse conmigo ni con nadie. Está divorciada y su primer marido la hizo odiar el matrimonio.

–Mmm… Pero no parece indiferente a ti cada vez que los veo juntos.

Cande había dicho lo mismo.

–Lo opuesto a la indiferencia no es necesariamente amor.

–La mujer que arregló mi jardín no creo que tenga nada de mezquina. Estoy segura de que todo irá bien.

Peter no estaba tan seguro. Pero después de estar en casa de su madre, fue a ver a Lali. No estaba. Fue a su oficina, y encontró a David detrás del mostrador, lo que lo hizo sonreír.

David se puso de pie al ver a Peter.

–¡Mira quién está aquí! ¡Lali no está, y no voy a decirte dónde está!

–Déjame decirte algo, David. Estoy enamorado de Lali. Quiero casarme con ella. Sé que me ha llevado mucho tiempo darme cuenta de ello, pero ha sido así. Lamentablemente, Lali ha rechazado casarse conmigo. Quiere tener ese hijo ella sola. Así que ponerme a mí como el villano de la película no es muy justo. Ni siquiera quiere salir a comer conmigo, ¡por Dios! –agregó desesperado.

El puño de David se relajó imperceptiblemente.

–¿Estás enamorado de ella? ¿No me engañas?

–¿Por qué no le preguntas por qué no se casa conmigo ni con cualquier otro? Y además pregúntale de quién ha sido la idea de quedar embarazada.

–Probablemente lo haga.

–¿Y ahora, vas a decirme dónde está?

–En reuniones, con el concejo. No creo que tarde. Y luego se va a casa. Un día entero de burócratas no es la idea que tiene Lali de pasárselo bien.

–Gracias, David –dijo Peter– ¿Tienes idea de por qué tu jefa odia el matrimonio como si fuera un delito o algo así? –se animó a preguntar tras una pausa.

–No. La primera semana que trabajé aquí quise salir con ella, pero me sacó corriendo. Somos compañeros. No hay nada de sexo, y somos buenos amigos.

Para David eso de que no hubiera sexo debía ser una frustración. Peter trató de no sonreírse.

–Intentaré localizarla en casa. Nos vemos, David.

Compró flores en el camino. Las rosas que le había recomendado Bruno le parecían muy poco originales, por lo que le compró unas azucenas.

Al llegar, el auto de Lali estaba estacionado en el camino que llevaba a la casa. Al tocar la puerta, ésta se abrió instantáneamente. Lali estaba parada en el hall, con su maletín aún en la mano. Y no pareció sorprenderse de verlo.

–Acabo de llegar, y estoy cansada. ¿Qué quieres? –dijo, desganada.

–Quería darte esto –dijo Peter con la mejor sonrisa, y le entregó las flores.

A Lali parecieron gustarle. Pero enseguida cambió la expresión amable de la cara.

–Intentas sobornarme...

–No desprecies cada gesto que tengo contigo, Lali. Las azucenas me recuerdan a ti. Apasionadas y tercas.

–Eres bueno para el palabrerío, ¿no?

–Hay una palabra que podrías agregar a tu vocabulario. «Sí».

–Sí, puedes irte ahora mismo –dijo ella con una sonrisa tensa.

Tenía ojeras, y se apoyaba en el marco de la puerta.

–Durante el viaje leí un libro acerca del embarazo. Pondré las flores en agua y te daré un masaje en la espalda, y luego hablaremos de lo que va a pasar.

La idea de un masaje en la espalda le parecía maravillosa. Estaba agotada. Y si había podido soportar la reunión con el comité podría soportar cualquier cosa.

Continuará…