Hola, hola!!!! ¿Cómo les va? Espero que hayan o estén
teniendo un buen día! Gracias por ser tan lindas y por todos sus comentarios,
ME ENCANTA que les haya gustado!!!! Nos leemos mañana!!! Besos :D
Twitter:
@Caparatodos
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¡Ay,
Dios...! ¡En qué lío se había metido! Lo único en lo que podía pensar era en
que tenía que lograr, y cuanto antes, salir de él.
Capítulo 2:
Flashback:
la noche anterior…
—¡Ay,
por favor! Estamos hablando
de inseminación artificial
—dijo Talía parpadeando
con incredulidad—. Eso hace que se pierda toda la diversión.
Mariana
Espósito se terminó su martini y se recostó en el mullido sillón de cuero del
casino. Mientras consideraba tomarse otra copa ignoró como pudo la discusión de
las otras dos damas de honor.
Parecía
que les era indiferente que fuera de ella de quien estaban hablando, y de que
ya hubiese tomado una decisión.
—La
diversión viene nueve meses después —respondió Jimena—: una personita con su
pijamita, su gorrito de lana y su chupón. Y sin ninguno de los «efectos
secundarios» indeseados que tendría tu plan.
El
«plan» de Talía, si Lali no lo había entendido mal, giraba alrededor del polo
que había doblado sobre la mesita entre ellas. Un polo fucsia que tenía
escrito: HAZME UN HIJO.
—Porque,
hablando en serio —continuó Jimena—: imaginemos que Lali se la pone. ¿Quién te
dice que el primer tipo con el que se cruza, atraído por ese polo, no tiene
alguna enfermedad o algo? Es una locura tener sexo con un desconocido y sin
preservativo y estás intentando convencer a Lali de que lo haga.
Lali
levantó de nuevo su copa, la puso boca abajo, y observó cómo se deslizaba hasta
el borde la última gota de martini. La atrapó con la lengua y rogó por que la
mesera lo interpretara como un ruego desesperado de que necesitaba otra más. Y
pronto.
—Eres
una santurrona; es patético —le contestó Talía.
—Lo
que soy es una señorita y por eso no voy a decir lo que eres tú —le reprochó
Jimena.
—Chicas,
por favor —intervino Lali antes de que corriera sangre—. Agradezco que se
preocupen por mí, pero no quiero que discutan.
No
era verdad que lo agradeciera. Habría preferido parecerles tan aburrida que no
hubiesen sido capaces de recordar su nombre en todo el fin de semana y que la
hubieran ignorado durante toda la cena. Pero como su madre era incapaz de
guardar un secreto, toda la familia se había enterado de que iba a someterse a
una inseminación artificial dentro de dos meses, y, al llegar a Las Vegas para
la boda de su prima Macarena, se había encontrado con un millón de opiniones
con respecto a su decisión.
—Talía,
me encanta, de verdad que me encanta este polo, pero donde va a ir es a mi caja
de los recuerdos. Y Jimena, agradezco tu apoyo, pero...
Jimena
levantó una mano para interrumpirla.
—En
realidad no es que apoye tu decisión; pienso que deberías esperar a encontrar
un marido, como el resto de las mujeres.
Los
recuerdos de los dos años que había estado saliendo con Benjamín asaltaron a
Lali, y sintió que el remolino de
emociones deshechas, vergüenza,
ira, frustración, impotencia,
amenazaba con absorberla. No
podía dejar que eso sucediera.
Las
palabras de Benjamín galoparon en su mente: «Lali, te juro que yo mismo no
podía imaginar que esto fuera a pasar. De repente me di cuenta de que seguía
enamorado de ella».
No
iba a volver a darle vueltas a ese tema, no iba a perder ni un segundo más de
su vida desperdiciando un solo pensamiento en el hombre que se había ido a una
conferencia hablando de formar una familia con ella y había regresado casado
con otra.
Se
enderezó y tomó las riendas de sus pensamientos. No necesitaba a Benjamín. No
necesitaba a ningún hombre para tener el hijo que siempre había deseado. Bueno,
solo necesitaba a uno que hubiese pasado cinco minutos a solas con un vaso de
plástico en un banco de semen.
—Criar
a un hijo es algo muy especial, pero, si esperas a que aparezca tu príncipe azul,
tendrás a alguien con quien compartirlo, y será una experiencia aún más dulce
—le dijo Jimena con un suspiro.
—Bueno,
en realidad... —comenzó a responder Lali, pero Jimena no había terminado.
—Tú
y toda la gente de tu especie son el problema que tiene nuestra sociedad. La
vida no es obtener lo que quieres en el instante en el que tú quieres; hay
cosas por las que vale la pena esperar. Pero dicho eso, entre acostarte con un
extraño que podría tener algo contagioso y lo de la inseminación artificial, apoyo
lo segundo.
Lali
sintió que le ardían las mejillas de ira, pero pensó en Macarena, y en cómo se
sentiría si sus tres damas de honor se comenzaran a pelear y se mordió la
lengua.
—Ya
veo. Bueno, gracias por... por darme tu opinión al respecto.
A
Talía se le escapó la risa por la nariz y Lali estiró el cuello, intentando
llamar a la mesera.
Sin
embargo, lo que captó su atención fue el hombre que pasó por delante de su mesa
en ese momento con una mano levantada, como saludando a alguien. Era alto,
morocho, y guapo en el amplio sentido de la palabra: atlético, sexy... La
simetría de sus facciones era tan perfecta que habría sido un rostro casi
insípido de no ser por su boca y los lunares.
Tenía
una sonrisa seductora, de esas en las que solo la mitad de la boca se molesta
en sonreír. Era la clase de sonrisa que hacía que una mujer perdiera la razón
intentando descubrir los misterios que escondía.
Pero
Lali ya estaba curada de espantos, y apartó la mirada de la mesa en la que el
hombre se sentó con un amigo, o socio, o lo que fuera, y enfocó su mirada en
Talía y Jimena... que estaban mirándola fijamente.
Talía
se inclinó hacia delante, apoyando los codos en la mesa.
—¿Buscando un
espécimen con los
genes apropiados para
que haga de
donante, Lali? —le preguntó con una sonrisa burlona y una
ceja enarcada—. Ese que pasó, ¿te parece que podría dar la talla?
Jimena
entrecerró los ojos.
—El
terno que tiene puesto le queda demasiado bien; tiene que ser hecho a medida
—murmuró—. Y miren ese reloj, y los gemelos... Ese tipo es un buen partido,
está claro. Lali, apúrate, cruza las piernas y súbete un poco la falda del
vestido para enseñar carne. Talía, haz que mire para acá.
Lali
abrió la boca para protestar, pero Talía era una mujer de acción y no se hizo
de rogar.
—¡Wow,
Lali! —exclamó—. ¡Sabía que eras gimnasta, pero no tenía ni idea de que alguien
pudiera hacer eso
con las piernas!
—luego esbozó una
sonrisa insolente y
se cruzó de
brazos, recostándose en su asiento—. No es necesario que me des las
gracias.
Jimena
y ella comenzaron a reír, y Lali se puso roja como un tomate y bajó la mirada a
la mesa deseando que se la tragara la tierra, o que su vaso vacío se rellenara
por arte de magia.
Asi que quería buscar un hombre para tener un hijo!!
ResponderEliminarEligio al perfecto!! jajajja
Tendran un hijo???
Segui!!
@gbv_17
me encanto
ResponderEliminarno pudo elegir mejor
ResponderEliminaranda en busca de un hijo
queria un hombre para tener un hijo!! Ninguna boluda para elegir ee!! jajajaja
ResponderEliminarespero el proximo!!
Buen ojo Lali!!!!.
ResponderEliminarJimena y Talía ,son amigas d ella, o solo conocidas x ser las damas d honor las tres.?
Jajajajaja son unas capas,k humor más lindo....y acertado.!!
ajajajaj muy buenoo...
ResponderEliminarmmasssssssssss
@x_ferreyra07
ja ja!! El marido ya le tiene el hijo también?? No pierde el tiempo! Me encanta Más!
ResponderEliminarOtroooo, es genial :D
ResponderEliminarMuy buena quiere ser mamá!! que lindo pues me.parece a mi que ya tiene papa para su bebé :-) más Vale me encanta
ResponderEliminar@casiamaia Amaia
Me mueroooo
ResponderEliminarMaass
massssssssssssssssssssssssssss , me encanta mirala a lali buscando un hijo es lo mas me hace reir tu nove ajjaj a
ResponderEliminarmasss
mas nove
ResponderEliminarMás ya quiero saber que paso
ResponderEliminarPorfíss
jajajajjaja mori de risa con las amigas de lali! Maaas novee
ResponderEliminarMe encanta!!
ResponderEliminar@ligiaelenaCM
Como que re entiendo jkkjsd bueno ya... Me Emociona Mucho Lo que leo!!!
ResponderEliminarSegila♥
jajajaja
ResponderEliminarque locas
me encantaaaaaaaaaaaaa!!
besos