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Su madre creía que si se esforzaba lo
suficiente, si hacía hasta lo impensado, no la dejarían, pero todos habían
terminado en hacerlo. Ernesto, Iván, Marcelo, Rubén, Leonardo, José y Darío.
Siete maridos que habían entrado y
salido de su
vida, y su
madre todavía no
había entendido que
una relación dependía de dos
personas y no solo de una, y que intentar aferrarse a un barco que se hundía
era prolongar lo inevitable.
Capítulo 24:
¿Estaría
repitiendo los errores de su madre aunque se había prometido cien veces que a
ella no le pasaría? Se había casado con un hombre al que acababa de conocer, un
hombre que estaba decidido a no dejarla escapar.
Peter
decía que le gustaba todo de ella, pero... ¿y si estaba equivocado? ¿Y si esa
noche bajo el efecto del alcohol no había sido ella misma? ¿Y si estaba tan
entusiasmado por que había accedido a casarse con él que todavía no se hubiera
dado cuenta?
¿Cuánto
tiempo pasaría antes de que la burbuja se rompiera y la viera tal y como era y
no como creía que era? ¿Sería durante esos tres meses de prueba... o cuando
ella hubiera empezado a hacerse ilusiones?
—Te
levantaste temprano.
Lali
se giró y encontró a Peter apoyado en el marca de la puerta de la sala. Tenía
puesto unos pantalones de pijama de color gris claro, pero tenía el torso
desnudo.
—Tú
también —contestó ella.
Estaba
guapísimo con el pelo revuelto y esa sombra de barba que le daba un aire de
sinvergüenza que encajaba perfectamente con la media sonrisa en sus labios y el
brillo travieso en sus ojos.
—Me
sentía solo en la cama sin ti —le dijo guiñándole un ojo—. Y estaba pensando
que quizás te gustaría que te hiciera un pequeño tour por tu nuevo hogar. ¿Te
provoca un café?
Al
oír esa palabra, a Lali se le escapó un gemido de placer. Hasta que no se
tomaba su taza de café por la mañana no era persona.
—Café...
sí, por favor. Me muero por un café.
Peter
se rio antes de ir junto a ella y agarrarla de la mano.
—Mi
ego me exige que la próxima vez que gimas de esa manera no sea por una taza de
café. Dale, vamos.
Ya
en la cocina, mientras él ponía a funcionar la cafetera, Lali vio qué podía
encontrar en la refrigeradora.
—No
soy muy buena en la cocina, por si no lo había dicho antes —le dijo girando la
cabeza—, pero aquí tienes unos crepes congelados que no deben ser difíciles de
preparar.
Peter
se le acercó por detrás y empujó la puerta de la refrigeradora con una mano
para cerrarla mientras con la otra le rodeaba la cintura.
—Después
—dijo dándole vuelta para que quedara frente a él.
A
Lali el corazón le dio un brinco y sintió un cosquilleo en el vientre.
—Peter...
—le advirtió dando un paso atrás.
—Relájate
—Peter la agarró de las caderas para hacerla retroceder hasta la mesa de la
cocina y
la levantó para
sentarla encima—. Lo
único que quiero
es el beso
de buenos días
que habíamos acordado.
Como
tenían distintas opiniones con respecto a ese punto, ella no quería que el sexo
le impidiera pensar con claridad, y él no quería prescindir del sexo—, después
de mucho debatirlo habían llegado a un acuerdo de cuatro besos al día: uno de
buenos días, otro de «que tengas un buen día», uno al llegar a casa, y uno de
buenas noches.
Cuatro
besos. Podía manejar cuatro besos, se dijo, pero una ola de calor la invadió
cuando Peter se inclinó hacia ella agarrándola de nuevo por la cintura para
acercarla más hacia él. Lali, que no sabía qué hacer con las manos, se las puso
en los hombros.
—Solo
un beso, Peter —le recordó en un susurro, sintiéndose algo embriagada por el
olor de su piel.
—Un
beso... como yo quiera —le recordó él también, rozándole la línea de la
mandíbula con la nariz.
—Sí,
pero solo uno —insistió ella cuando los labios de Peter se acercaban ya a los
suyos.
Él
esbozó una sonrisa lobuna.
—Veremos…
—murmuró.
—Nada
de sexo? —repitió Agustín tosiendo al otro lado de la línea.
Peter,
que había activado la opción «manos libres» en el celular porque iba manejando,
apretó irritado el volante. No le había pasado desapercibido el tono divertido
de su amigo, por mucho que hubiera intentado disimularlo. Al menos a alguien le
parecía gracioso.
—Sí,
yo tampoco puedo creerlo, pero Lali...
Suspiró
y miró un instante el paisaje para, luego, volver a fijar la vista en la
carretera.
Había
estado seguro de que lograría derrumbar se resistencia con aquello de la cuota
diaria de besos porque, cuando se besaban, se besaban de verdad. De hecho, solo
de pensar en cómo subía la temperatura cuando se besaban lo invadió una ráfaga de calor y tuvo que
desabrocharse el primer botón de la
camisa y aflojarse
la corbata. Sin
embargo, Lali seguía fiel a su postura.
—En
fin... —continuó—, dice que no quiere que nada le nuble el juicio mientras
intenta decidir si lo nuestro puede funcionar.
—Es
comprensible. El sexo puede hacer que uno confunda las prioridades, darle
sentido a lo que no lo tiene, hacer que algo parezca especial cuando en
realidad no lo es. Una chica inteligente.
Peter
apretó los dientes. No estaba seguro de qué respuesta había esperado de
Agustín, pero seguro no era esa.
—Bueno,
y dejando a un lado que tu mujercita te encuentra absolutamente «resistible»,
¿cómo te trata la vida de casado?
—Bien,
sin muchas sorpresas. Lali es más reservada de lo que me pareció la noche que
nos conocimos, y la noto algo obsesionada con asegurarse de que sé en lo que me
estoy metiendo. Me enumera los defectos que tiene porque dice que no quiere
arriesgarse a que, de repente, me encuentre con algo que luego se convierta en
causa de divorcio.
Agustín
se quedó callado unos segundos, y cuando volvió a hablar ya no tenía ese tono
de guasa.
—¿Causa
de divorcio?
Continuará…
espero que el ego no le juegue una mala pasada
ResponderEliminarespero masss tq
Maaas novee
ResponderEliminarmas, lali XD
ResponderEliminarme re gusto el cap
ResponderEliminarmassssssssssss
@x_ferreyra07
Quiero más!
ResponderEliminarLore
Más!!!
ResponderEliminarK resistencia tiene!!!!!
ResponderEliminarjajjaja yo pensé que agus había entrado a la cocina jajajja sip, como voy a disfrutar esta nove, me encantanta ,masss!! Besos
ResponderEliminarme encanta seguila!!!!!!, jajajj muero con peter jajja resistibe jajaj si claro como no jajja
ResponderEliminarbesos
Lali tiene miedo a enamorarse, tiene miedo a salir lastimada de nuevo por 1 hombre y quizá sabe que al tener sexo con el va a caer rendida a sus encantos y enamorarse más ya que las mujeres aunque digamos que no siempre incluimos sentimientos al acostarnos con alguien, pero caray ya están casado y que se arriesgue a vivir esta experiencia, el que no arriesga no gana.
ResponderEliminarNena volví luego de días no me había acordado que no avisas en tw y que se publicaban automáticamente, disfruta tu viaje amiga.
@Masi_ruth