Hola!!!!!! Gracias por leer y estar, firmen o no,
del otro lado!!! ;) besos y nos leemos mañana!
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@Caparatodos
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—No
tiene por qué ser así —repuso Lali—. Puede ser genial si todo el mundo se lleva
bien, pero la mitad de las familias que conozco no pueden pasar ni diez minutos
juntas.
—¿Tu familia es una de ellas?
Capítulo
8:
—No
sabes cuánto —dijo Lali, pero enseguida volvió a cambiar de tema—. Tal vez, tú
también podrías ir a Mar del Plata. Así las dos consiguen pasarla como quieren.
Tú y Fiorella estarían juntas y al mismo tiempo ella podría compartir con sus
amigas. ¿Qué es lo que no permite que te vayas?
—La
tradición —respondió María—. Y a su padre le rompería el corazón si no vuelve a
casa por Navidad. Sebastián es una persona muy navideña, igual que su padre.
—¿El
intendente Laos?
Mery
asintió.
—Ese
hombre se pasa todo el año pensando en cómo va a hacer de Papá Noel para los
más chicos. No hay nada que le guste más que organizar la navidad acá en Monte
Grande. Ahora que soy la presidenta de la Cámara de Comercio voy a tener que participar en
el comité navideño, y te puedo asegurar que no me hace ninguna gracia. Osvaldo
y yo somos como el agua y el aceite, por decirlo de una manera sutil.
Lali la
miró con simpatía.
—¿No
pensaste en delegar tus tareas?
—¿Y dar
a entender que el comité navideño no es lo más importante en mi vida? ¿Es
broma? Osvaldo me lo sacaría en cara por el resto de mi vida.
—Candela
quiere que sea parte del comité en representación del spa —dijo Lali—. Y le he
dicho que no.
Los
ojos de Mery se iluminaron.
—¡Tienes
que hacerlo! —exclamó—. Por favor, Lali. Prométeme que cambiarás de opinión. Si
estamos juntas en el comité será divertido. De lo contrario me voy a volver
loca.
A Lali
le costaba creer que pudieran divertirse en un comité del que formaba parte el
ex suegro de María, uno de los hombres más presumidos e insoportables de Monte
Grande.
—Tal
vez Candela te permita decir que no —continuó Mery—. Pero yo no. Quiero que
ahora mismo me prometas que lo vas a hacer. Por favor, Lali. Sé que te gustan
los desafíos tanto como a mí, y éste es un desafío único. Di que sí —miró a
Lali esperanzada y esperó.
Lali suspiró.
—De
repente —dijo finalmente. No podía darle una respuesta más segura, pero cada
vez le costaba más negarse.
A Peter
le quedaba una última reunión el viernes antes de ir a su casa, en Pilar, para
asistir a un acto benéfico que su madre organizaba. Había prometido que se
quedaría a pasar la noche, pero tenía intención de volver a Monte Grande el
sábado por la mañana para empezar a buscar un departamento. El teléfono de su
oficina empezó a sonar.
—Agustín
Sierra quiere verte.
—¿Se
supone que tengo que saber quién es?
Teresa
suspiró.
—Voy
para allá.
—No te
he pedido que vengas —murmuró él, pero Teresa ya había colgado y estaba
abriendo la puerta de su oficina.
Con su
pelo corto y gris, su figura regordeta y su gusto por las blusas floreadas y los
pantalones color pastel, Teresa parecía un ama de casa dedicada a preparar
galletas, pero manejaba aquella oficina con la exigencia de un sargento. Y en
esos momentos miraba a Peter como una madre enojada.
—Si
vamos a llevarnos bien, tendrás que prestar atención cuando te hable —lo
regañó—. O por lo menos, leer lo que te escribo en la agenda todas las mañana.
Peter
hizo una mueca.
—Lo
siento —murmuró, revolviendo los papeles hasta encontrar la agenda que apenas
había mirado aquella mañana. Había realizado sus propias anotaciones en un
calendario, y aquella reunión no figuraba entre ellas—. Aquí está —dijo al
encontrar la agenda de Teresa—. Agustín Sierra, entrenador de rugby del
colegio—levantó la mirada hacia ella—. ¿Por qué quiere verme? No tengo nada que
ver con el sistema educativo.
Teresa
lo miró con impaciencia y señaló el papel.
—Para
organizar un equipo juvenil en la zona —leyó Peter en voz alta.
—Tendrás
que acostumbrarte a mi forma de trabajar —dijo ella.
Peter
apenas pudo contener una sonrisa. En todos los lugares donde había trabajado
era el jefe quien imponía el sistema de trabajo.
—Lo
intentaré —le prometió obedientemente.
—Eso ya
lo veremos —contestó ella, mirándolo con recelo—. ¿Hago pasar a Agustín?
—Por
favor.
Un
minuto después, el entrenador entró en la oficina con una sonrisa en la cara.
—¿Qué
has hecho para molestar a Teresa?
Peter
dudó y se encogió de hombros.
—Casi
todo lo que hago molesta a Teresa. Lo último ha sido olvidarme de leer sus
anotaciones.
Agustín
extendió una mano para estrechar la de Peter.
—Has de
saber que Teresa lleva quince años tomando decisiones en Monte Grande. Tú eres
sólo un intruso.
—¿Fue
secretaria local? —preguntó Peter, sorprendido por la información—. Nadie me
había dicho.
—Obvio
que no —dijo Agustín, riendo—. Pero tus antecesores le dejaban el camino libre.
Si esperabas hacer tu trabajo a tu manera, tendrás que ganártela.
—Lo
tendré en cuenta —dijo Peter, agradecido. Aquel dato le brindaba una nueva
perspectiva de la difícil relación que había tenido con su secretaria desde su
llegada—. Siéntate. ¿En qué te puedo ayudar? Acá dice algo de un equipo
juvenil.
Agustín
le entregó una carpeta.
—Está
todo ahí. Detallé los beneficios, los costes, las empresas que se han
comprometido a patrocinar a los equipos, los otros lugares con programas
similares…
—¿Qué
necesitas de mí?
—La
financiación inicial —dijo Agustín—. Ahí están las cifras. Y necesito otro
entrenador. Creo que tendríamos los chicos suficientes como para formar dos
equipos, por lo menos. Un equipo infantil y otro juvenil.
—¿Estás
insinuando que yo sea el entrenador? —le preguntó Peter, mirándolo fijamente.
Agustín
asintió.
—Jugabas
rugby en Alumni, ¿no? Si mal no recuerdo, eras uno de los pilares.
Peter
se quedó boquiabierto.
—¿Cómo
sabes eso? Sólo jugué un año en la universidad, hasta que tuve que dejarlo por
una lesión —abrió los ojos como platos—. ¿Agustín Sierra? ¿Jugabas para los
Pumas?
Agustín
asintió.
—Por
poco tiempo. Yo también tuve que dejar de jugar por una lesión, pero oí hablar
de ti. Eras una verdadera promesa, y por eso creo que estás ampliamente
calificado para ser entrenador de uno de los equipos. ¿Al menos lo pensarás?
—Primero
tienes que organizar los equipos —dijo Peter—. Evaluaré tu propuesta este fin
de semana y veré si encaja con el presupuesto.
—Perfecto
—dijo Agustín. Se levantó para irse, pero Peter lo detuvo.
—Antes
de que te vayas. Veo que te mantienes en muy buena forma. ¿Me puedes decir a
dónde vas a entrenar?
Agustín
pareció desconcertado por la pregunta.
—Si me
prometes que no se lo dirás a nadie, te contaré un secreto.
—Confidencialidad
es mi segundo nombre —le aseguró Peter.
Agustín
se acercó a la mesa, como si temiera que Teresa o alguien más pudiera
escucharlo.
—Me
cuelo en el Beleco Spa fuera de horario.
Peter
lo miró sin poder creerlo.
—¿Me
estás bromeando? Me dejaron muy en claro que no admiten hombres.
—Es
verdad —confirmó Agustín—. Estoy casado con una de las propietarias. Finge no
darse cuenta de que tomo prestada su llave de vez en cuando. Como es natural,
si alguien me ve, mi mujer me lanzaría a los cocodrilos y negaría tener
relación alguna conmigo.
Peter
no pudo evitar reír.
—Parece
una relación interesante, la de ustedes.
—No te
imaginas cuanto —dijo Agustín—. Candela es una mujer increíble, y lo mejor que
me ha pasado. Seguro que no tardaran en conocerse, sobre todo si vamos a
dirigir juntos este proyecto.
—Seguro
que no —dijo Peter—. Te llamaré la semana que viene para hablar sobre tu
propuesta.
—Gracias.
Que pases un buen fin de semana.
Peter
pensó en la cena que tendría que aguantar aquella noche y en el inevitable
sermón de su padre. La diversión no entraba en sus planes, eso era un hecho.
Continuará…
Se van acercando cada vez más... Y me encanta
ResponderEliminarJa ja una genio agustin!!! Peter utilizara la misma estrategia con lali para ir al gym?? más! Me encanta!!
ResponderEliminarQ le pasara a peter q parece tan aburrido?Por suerte alguien va a alegrarle el alma?Y ese karma de tantos con Navidad?
ResponderEliminarmaaas novellaaa.. jhedyugfyugryhrf maaas
ResponderEliminarJajajaj,me encanta,masmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmas,seguilaaaaaaaaa,besos
ResponderEliminarLALI al parecer esta mas cerca de aceptar la idea dee estar en la comision de Navidad Mery creo k la esta convenciendo para aceptar.
ResponderEliminarAGUS mas chistoso con lo k dijo jajaja.
ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
MASSSSSSSSSSSSSS
Jaja se van conociendo de a poco dx
ResponderEliminarEspeero mas, beso :),
Arii - @AriadnaAyelen
El destino los esta uniendo...que lindooo
ResponderEliminarEsta nove me encanta
@gaslitervetrac
Hoy ando corta de palabras y tiempo,espero el próximo capítulo y que bien que Peter ya se encontro con Agustin y que ya terminen de convencer a Lali :D ...
ResponderEliminarFeliz Jueves, María.
Valeeee mas mas!! Jajjaa laliter ya porfaaa te quiero hermosa
ResponderEliminar@casiamaia Amaia
Con Agustín ,ya tiene la puerta abierta al spa,claro k en secreto.
ResponderEliminareeiiii con Agus ya puede ir al spa jajaja
ResponderEliminarque ganas de laliter!!! quiero mas! besoss
AY QUIERO LALITER.. CADA VEZ SE ACERCAN UN POQUITO MAS... ESPERO EL PROXIMO!
ResponderEliminarME ENCANTA LA NOVE!! BESOS!! GIU DEL BLOG http://laliternuestrouniversoencomun.blogspot.it/
Me encantó!!!!
ResponderEliminarQuiero más!
Lore456
JAJAJAJAJAJA bueno por lo menos hace gimnasia, si Peter empezara a salir con Lali tambien lo poria usar? :O jajajaja me encantoo el cap! @LuciaVega14
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