miércoles, 26 de diciembre de 2012

Capítulo 67


Hola, hola!!! Cómo les va?! Qué tal empezaron la “semana” jajajaja después del finde largo, unos días de normalidad para volver nuevamente a celebrar! Así uno no se recupera bien de uno pues! Espero estén bien todas! Un beso y nos leemos mañana!!! Capi largo ;) y bienvenidas las nuevas lectoras!!!

Twitter: @Caparatodos
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—De verdad —le aseguró ella—. Pero… vuelve a sugerirlo de vez en cuando.
Al ver la sonrisa de Peter y el brillo de sus ojos, supo que no iba a costarle mucho hacerla cambiar de opinión.

Capítulo 67:

El comité navideño se reunió por última vez el lunes previo al segundo sábado de diciembre, fecha oficial para el inicio de las navidades. Osvaldo estaba chocho, tan impaciente como un niño por ver cuando el árbol se iluminase y la plaza se llenara de kioscos y música, pero su prolijidad con los detalles empezaba a sacar de quicio a Peter.

—¿Ha chequeado alguien a qué hora exacta se hace de noche? —preguntó Osvaldo—. El alumbrado tiene que estar programado al segundo para conseguir el máximo efecto. Se trata de dejar boquiabierto al público —antes de que Peter pudiera responder, Osvaldo se giró hacia María—. ¿Fiorella vendrá a casa este fin de semana? Siempre le ha encantado ver la iluminación del árbol.

—Dice que tiene que estudiar para los exámenes finales —respondió María—. Los tiene la semana que viene, y vendrá a casa después.

—Es una pena —se quejó Osvaldo sin ocultar su decepción—. Habría sido maravilloso tenerla aquí para el inicio de las fiestas.

María no estaba tan segura. Fiorella seguía insistiendo para irse a Mar del Plata, y todas sus conversaciones terminaban en una pelea. Ninguno de los planes que habían hecho Sebastián y ella parecía complacerla, y a María la empezaba a aterrar la idea de que su hija se empeñara en pasarla mal solo para darles la contra.

«Eso es un tema» era su comentario más repetido, y María lo había oído tantas veces que tenía que morderse la lengua para no regañarla por su actitud o… ¿O qué? No podía amenazarla con nada. Si le decía que no se molestara en ir a casa hasta que no supiera portarse, Fiorella saltaría de alegría y se largaría con su amiga.

A medida que avanzaba la reunión, María se iba sintiendo cada vez más sobrepasada. Deseaba que aquellas navidades fueran especiales para su hija y para toda la familia. Por primera vez en muchos años quería celebrar una Navidad familiar, llena de nostalgia y tradición. Hasta ahora no se había dado cuenta de lo mucho que extrañaba hacer planes con Sebastián, tener a alguien que la escuchara y quisiera complacerla…

Durante su matrimonio había dado por hecho que Sebastián siempre estaría con ella, y al separarse se había convencido a sí misma de que no necesitaba a nadie para salir adelante. Hasta cierto punto era así, ya que su situación económica era inmejorable. Pero se sentía sola. Muy sola.
Al finalizar la reunión, Lali se acercó hacia ella.

—¿Qué pasa? —le preguntó—. Pareces preocupada.
María estaba tan acostumbrada a ocultar sus sentimientos que a punto estuvo de negarlo, pero en vez de eso se permitió soltar un suspiro.

—Lo estoy.

—Vamos a Beleco —propuso Lali—. Ahí no tomamos un té y me cuentas lo que te pasa.

—¿Por qué? —preguntó María, sorprendida por la sugerencia.

—Porque parece que te vendría bien hablar con una amiga —respondió Lali simplemente.

María tuvo que hacer un enorme esfuerzo para contener el torrente de lágrimas que amenazaba con salir. Después de tantos años malgastando las energías en busca de un hombre, volvía a darse cuenta de lo mucho que necesitaba una amiga. Alguien que pudiera aconsejarla, que la hiciera partícipe de sus confidencias y que la hiciera reír igual que las Poderosas hacían entre ellas.

—No tienes que fingir que eres mi amiga —le dijo a Lali, movida por la costumbre. Se había pasado toda la vida protegiéndose de los demás.

—No estoy fingiendo nada —respondió Lali con impaciencia—. Creía que lo habíamos dejado claro. Puede que no encontremos el momento para ir al cine o comer juntas, pero eso no significa que no seamos amigas. Y ahora vámonos de aquí antes de que alguien te vea llorando y empiece a hacer preguntas indeseadas.

—No estoy llorando —protestó María mientras se limpiaba las lágrimas.
Lali impuso un ritmo bastante rápido desde las oficinas de la municipalidad hasta el centro de belleza, rodeó el edificio y señaló una mesa en el jardín.

—Siéntate. Hace un poco de frío para estar al aire libre, pero al menos aquí no nos molestará nadie. Espérame un segundo que voy por nuestros tés.
María se sentó junto a la mesa de fierro forjado y esperó. Lali volvió con dos vasos de té y dos facturas.

—No puedo comer eso —protestó María, pero Lali se la puso delante de todas formas.

—Para levantar el ánimo. Y ahora cuéntame qué te sucede. ¿Tiene algo que ver con Fiorella?
Sí… y no. Era difícil explicarlo. Partió un pedazo de su factura y pensó mientras suspiraba de delicia por el sabor.

—Todo empezó por Fiorella —dijo finalmente—. Quería irse a pasar las vacaciones con una amiga.

—A la playa —recordó Lali.

—Así es —afirmó María, metiéndose otro pedazo de factura en la boca—. Yo no quería que se fuera, y por eso me puse de acuerdo con Sebastián para intentar ofrecerle la mejor navidad posible a Fiorella.
Lali asintió.

—¿Y qué pasó? ¿Las cosas no han salido como tú esperabas? ¿Sebastián no ha estado dispuesto a cooperar?

—Sebastián ha sido un apoyo increíble —respondió María—. Realmente maravilloso.
Lo dijo con tanto énfasis que Lali abrió los ojos como platos.

—¿Te acostaste con él?

—No —respondió ella rápidamente, aunque sintió cómo le ardían las mejillas—. Pero ganas no me faltan —confesó en voz baja, a pesar de que no había nadie más en el jardín—. De repente vuelvo a desear a mi ex marido. Es una locura.

—Por favor, María. No es ninguna locura. Es un hombre guapo, divertido, triunfador. No deberías escandalizarte por sentirte atraída por él.

—Pero no me sentía tan atraída por él cuando estábamos casados —confesó María, antes de tomar otro bocado—. No lo valoraba como era realmente. Para mí sólo era Sebastián, el hombre que siempre me había querido. Mi único refugio seguro.

—¿Y ahora?

—Es muy sexy y atractivo. Me hace reír. Y me conoce mejor que nadie. Antes pensaba que era un metido, pero ahora me gusta abrirme por completo a él sin temor a recibir sus críticas —enterró la cara en las manos—. Perdón… Debes de estar harta de escucharme. Pero no puedo hablar de esto con nadie más, y tampoco puedo guardármelo para mí sola.

—Yo sé —la tranquilizó Lali con suavidad—. Parece que te enamoraste.
María se permitió un hondo suspiro.

—Sí, eso es lo que me temo.

—¿Por qué lo temes?

—Porque Sebastián ha seguido adelante con su vida. El otro día lo vi saliendo de Delica’s con una mujer que trabaja con él. No sé lo que habrá entre ellos, y nadie ha podido decirme nada. Lo único que sé con toda seguridad es que ya no me desea. Yo me encargué de matar todo lo que una vez sintió por mí.

—¿Cómo puedes estar segura si no le has dicho lo que sientes? —le preguntó Lali en tono razonable.

—Lo sé, ¿ok? No hace más que ignorar mis señales.

—¿Qué señales? ¿Señales de humo? —bromeó Lali—. Dale, Mery. Es un hombre. Tienes que ser directa.
María sacudió la cabeza.

—Le pregunté si extrañaba lo que habíamos tenido y me dio a entender que no. No puedo ser más clara y hacer que se ría de mí.

—Puede que no se ría de ti, ahora que han pasado tanto tiempo juntos —observó Lali—. Las relaciones cambian, igual que las personas. Con el tiempo se empiezan a ver las cosas de otra forma, y lo que una vez fue cierto puede que ya no lo sea. De cualquier manera, no lo sabrás a menos que hables con él sobre esto.
María deseaba creerle. Volvió a alargar la mano hacia la factura y se dio cuenta de que sólo quedaban unas migajas en el plato.

—Ha seguido adelante con su vida —insistió—. Fue él quien quiso el divorcio. Todo el mundo cree que yo lo dejé, pero no fue así. Me dejó él.

—¿Ha vuelto a casarse?

—Claro que no —respondió María con indignación—. Jamás se me ocurriría meterme con un hombre casado —frunció el ceño al ver la expresión dubitativa de Lali—. Nicolás no estaba casado con Eugenia cuando intenté seducirlo. ¿Por qué todo el mundo sigue pensando lo mismo? Estaban divorciados.

—Está bien, pero ahora no estamos hablando de eso, sino de ti y de Sebastián —dijo Lali—. ¿Crees que está saliendo con alguien? ¿Con esa mujer del trabajo, tal vez?

—No estoy segura. Puede ser.

—Y sin embargo va a pasar navidad contigo —señaló Lali—. ¿Qué importa que haya salido algunas veces con esa mujer? No puede ir en serio con ella si piensa dedicarte a ti las vacaciones. Ninguna pareja estable lo aceptaría. Y eso me dice que aún no ha llegado al punto sin retorno. Si realmente quieres recuperarlo, si piensas que el divorcio fue una equivocación, vas a tener que arriesgarte y decirle lo que de verdad sientes.

A pesar de ser totalmente sincera y directa en el trabajo, María apenas tenía experiencia con esa clase de riesgos en su vida personal. Sólo se había arriesgado con Nicolás, y el resultado saltaba a la vista. Todo el lugar se había reído de ella a sus espaldas.

—¿Alguna vez tú lo hiciste? —le preguntó a Lali.

—Hace muy poco —admitió ella, sonriendo con expresión avergonzada.

—¿Y cómo te fue?

—No muy bien, la verdad.
María la miró asustada.

—No es la clase de apoyo que estaba esperando.

—Bueno, al menos sirvió para abrir una vía de comunicación. Y me recordó algo que mi madre solía decirme… Si algo vale la pena, vale la pena luchar por ello.

Aquellas palabras tan familiares le llegaron hasta lo más profundo a María. ¿Cuántas veces se había dicho eso mismo cuando luchaba por dejar atrás el infierno de su infancia? Había luchado sin descanso a lo largo de los años, pero, por alguna razón, había dejado de hacerlo precisamente cuando más importaba el objetivo.
Acabó su té y se levantó.

—Muchas gracias —le dijo a Lali, dándole un fuerte abrazo.

—Lo único que hice fue escucharte.

—No. Has sido una amiga cuando más lo necesitaba —le aseguró María—. No te imaginas cuánto significa para mí. ¿Qué te parece si vamos a celebrar en mi casa después de iluminar el árbol? Espero contar con tu presencia. Y tráete a Peter.

—Me encantaría —dijo Lali—. Hablo con él y te aviso.

—No es necesario. Si pueden ir, no hace falta que me avises.

—¿Va a estar Sebastián?

—Ésa es la idea —dijo María. Sabía que podía contar con él. Era el hombre más digno de confianza que había conocido.

Pero si le confesaba todo lo que estaba sintiendo por él, lo más probable era que pusiera una barrera entre ellos y pasara las navidades tan lejos de Monte Grande, y de ella, como le fuera posible.

Continuará…

18 comentarios:

  1. pobre sita maria me da un nose qe espero qe termine de nuevo junto a sebastian :$

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  2. Pobre maria espero que pueda volver a reconstruir su relación con sebastian y lali más buena imposilbe escuchandola y dandole consejos ♥

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  3. Qué bueno que Lali le esté dando apoyo a Mary. Ojalá las poderosas notaran que Mary realmente necesita de amigas, al fin y al cabo si Nico y Euge estaban divorciados no hubo adulterio, a parte tampoco pasó nada.
    Quiero más!
    Lore456

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  4. Pobrecita Maria :( ojala eso se pueda arreglar <3 que tierna Laliii ME ENCANTO el cap, MUCHAS GRACIAS por publicar nove y avisarme!!!!!!!!!!! MAS NOVE POR FAS @LuciaVega14

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  5. creo que no hay nada mejor que defina la situacion de Maria que la cancion de Pablo Alboran, TANTO. Nunca valoramos lo que tenemos, nunca observamos a quien tenemos ni lo que tenemos solo nos damos cuenta de lo que nos falta o a quien no tenemos junto a nosotros... ese es el gran error del ser humano, no ser agradecido por lo que la vida nos da.

    y bueno, a Lali no le salio tan mal, simplemente que lo dijo de una manera equivocada, pero al final salio ganando =)

    el capitulo me ha pillao hoy entre melaconlica y filosofica jajaja XD espero mas nove! TQ muchisimos MUACKS <3

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  6. MAAAS NOVEELaaa.. POBRE MERY, ME DA LASTIMA, espero que vuelva con sebastian

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  7. Pobre maria,y q bueno q lali la apoye!Nos leemos!

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  8. no es tan mala maria jajaja ya me cae bien, lejitooos de peter...
    lali es un amor..
    espero mas noveeeeeeeeeeee!!!!!

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  9. Me encanta la novela,Dios!
    Me da lastima Maria:( Aunque estoy muy feliz que Lali la apoye despues de todo:) Sube mas please!
    Psd.Acabo de empesar a adaptar una novela Laliter en mi blog, me recominedas? te lo agradeceria muchisisisimo!
    Besos♥

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  10. Que bueno k LALI haya sido un gran apoyo para Maria.

    Muy triste lo de Maria pero logro desahogarse k es lo importante.

    ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

    MASSSSSSSSSSSSSSSSS

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  11. Me encanta!!! Más!!
    Y voy a seguir con 50 sombras!!

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  12. Me alegro que maria alla contado con la ayuda de Lali y este intentando de arreglar su relación con sebastian! :)
    Quiero mas! Muy buena nove :)

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  13. es un amor lali
    quiero una amiga como ella
    beso

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  14. pobree maariaa!! quiero leer massss amiguita! gracias por tu comentario en la nove!! te mando un beso enorme y te extraño!!

    te quiero!

    faty***

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  15. Naa yo creo que Sebastian la enteenderia, pero debe ser complicado para Maria tmb!
    Espeero mas, besotees :)

    Arii - @AriadnaAyelen

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  16. bueno yo aviso MERY X SABASTIAN Y LALI X PETER y como no vas a acabar en la carcel ... o yo ¬¬ ES BROMA ay pobre mery pero que buena a sido lali bueno mas nove



    SOFICUCHI

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  17. Poco a poco Maria se esta sacando el papel de odiosa ajja! se enamoro de vuelta de su marido y espero que se lo confiese! no veo la hora de leer la nove y quien sabe.. la cena y espero el acercamiento laliter! Besos! espero mas! Giu

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