jueves, 18 de julio de 2013

Capítulo 69




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—No estaba allí.

—Enviamos a alguien a casa de Espósito. Tenías el auto estacionado fuera, pero nadie abrió la puerta.

Capítulo 69:

No había oído a nadie tocar, pero, por supuesto, en algunos momentos clave ni se habría enterado de una banda de música tocando a medio metro de él.

—Debió de ser cuando salimos a desayunar —improvisó—. Fuimos en el auto de la señorita Espósito.
Vázquez se detuvo en la puerta.

—¿Le contaste lo de Pérez y tenía ganas de desayunar? ¿Se sentía con ánimos para manejar?
Era el momento de cambiar de táctica. Miró de frente al jefe y dejó escapar el enojo que había estado conteniendo.

—¿Estás tratando de hacerme enojar, Vázquez? El robo Arredondo es el caso más importante del departamento y me perdí el arresto porque estaba haciendo de niñera de un colaborador. —Dejar escapar parte de la furia lo hizo sentir bien—. He trabajado bastante en este caso y he realizado muchas horas extra. Tuve que aguantar las estupideces de Pérez todos los días y quería ponerle las esposas yo mismo. Merecía estar allí y no sabes cuánto me jode habérmelo perdido. Así que si estás tratando de hacerme sentir como un idiota, ya puedes olvidarte. No puedes hacer que me sienta peor.
Vázquez se balanceó sobre los talones.

—Está bien, Lanzani, lo dejaré pasar a menos que vuelva a salir el tema.
Ojalá y no fuera así. Peter no podía explicar lo que había pasado entre Lali y él. Ni siquiera se lo podía explicar a sí mismo.

—¿Estás seguro de que no hueles a flores? —preguntó Vázquez, y olfateó el aire—. Algo como el perfume de lilas de mi esposa.

—No, no huelo nada. —«Lo sabía. Sabía que olía como una mujer»—. ¿Dónde está Pérez?

—En la tres, pero no habla.
Peter se dirigió a la sala de interrogatorios y abrió la puerta. Y allí estaba Ignacio sentado con una mano esposada a la mesa.
Ignacio levantó la mirada y torció la boca con desprecio.

—Cuando uno de los policías me dijo que había un detective infiltrado trabajando en Whim supe que tenías que ser tú. Desde el primer día me di cuenta de que eras un perdedor.
Peter apoyó un hombro contra el marco de la puerta.

—De repente, pero no soy el perdedor que atraparon con el Monet del Sr. Arredondo, ni el perdedor que llenó su casa de antigüedades robadas. Tampoco soy el perdedor que va a pasar de quince a treinta años tras las rejas. Ese perdedor eres tú.
La pálida cara de Ignacio palideció aún más.

—Mi abogado me sacará de aquí.

—Creo que no. —Peter se retiró para dejar entrar a Valdés en la sala—. No existe abogado tan bueno.

Valdés se sentó en la mesa frente a Ignacio con una voluminosa carpeta llena de documentos. Peter sabía que algunos no tenían nada que ver con Ignacio. Una de las más antiguas tácticas policiales era hacer creer a un criminal que tenía un grueso expediente.

—Salazar está colaborando más que usted —comenzó Valdés, lo cual, supuso Peter, tenía tantas posibilidades de ser mentira como verdad. Él también creía que cuando Ignacio viera la cantidad de pruebas que había contra él cantaría rápidamente. Si no le quedaba más remedio, Ignacio Pérez se preocuparía sólo de salvar su propio pellejo. Sin duda daría el nombre del ladrón que había contratado para robar la pintura y el de los demás involucrados.

—Deberías pensar seriamente en cooperar antes de que sea demasiado tarde —sugirió Peter.
Ignacio se recostó en la silla y ladeó la cabeza.

—Púdrete.

—Ok, piensa en esto. Mientras tú estés en una cómoda celda de la cárcel yo me iré a casa a celebrarlo con una buena parrilla.

—¿Con Lali? ¿Sabe ella quién eres en realidad? ¿O sólo la utilizaste para acercarte a mí?

El peso de la culpa se le asentó en el estómago. Culpa y el mismo sentimiento protector que había sentido la noche que había visto a Lali colgar de la terraza. Aquello lo tomó desprevenido y se impulsó desde la puerta.

—No me hagas hablar de quien ha utilizado a Lali. Tú lo hiciste durante años sólo para tener una pantalla. —En ese momento sintió que el estómago revuelto era por algo más que el deber de proteger a su colaboradora, pero no estaba de humor para pensar en ello.
Ignacio se dio la vuelta.

—Estará bien.

—Cuando hablé con ella esta mañana, no lo parecía.
Ignacio se volteó y por primera vez le brilló en los ojos algo más que arrogancia.

—¿Qué le dijiste? ¿Qué sabe?

Continuará…

19 comentarios:

  1. Ay no me digas que después de todo Ignacio tiene corazón?
    Quiero más!
    Lore456

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  2. ay quiero más!!! necesito saber que va a pasar con Lali y peter ahora!!

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  3. Ay qué tierno Peter como la defiende!. Jodeme que Ignacio le importa Lali!. Más por fa

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  4. nou se preocupa por lali , no es tan malo

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  5. a ver si al final va a ser cierto que algo de cariño siente por Lali... espero ams novee besos

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  6. Porque le preocupa lali a nacho?? Más! Me encanta!

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  7. Me encanta subi mas noveeeee

    ATTE: Valeria : )

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  8. Jajsja...de reírse..Ignacio preocupándose por Lali..ahora tiene corazón??bueno o ya quiero mas..@pl_mialma

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  9. Ahora se viene a preocupar Ignacio.

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  10. Ignacio ni sospecha q Lali sabia!!!!!!menuda sorpresa se va a llevar,y Peter protegiendola!ME encanta!

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  11. jajaa Ignacio sorprendido nunca pensó de Lali y no creo que tenga corazón
    @Masi_ruth

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  12. Esto me hace pensar que Ignacio se preocupa mucho y en derio fe Lali
    espero mas
    Besos

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  13. ¿Que ha hecho Ignacio tiene corazón?

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  14. Awwwwwww salio su instinto protector mas tiernooo es mi vidaa <3 @LuciaVega14

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