Capítulo 47

Hola, hola!!!! ¿Cómo les va? Ojalá que todo bien por ahí! Gracias por leer y ya mañana el último capítulo! :D Besos y nos leemos!!!! 

Por fa!!! Le dan me gusta a este video de la uni?! :D Gracias desde ya!! https://www.youtube.com/watch?v=GHHsqtQH5dI 

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Parecía más delgada, y no le gustaban las ojeras que tenía, pero jamás había visto nada tan bello como le pareció Lali en ese momento.

Se aclaró la garganta y bajó la vista a la mano que ella tenía sobre su abdomen, como en ademán defensivo.

Capítulo 47:

—¿Por qué esperé tanto? —se preguntó en voz alta, consciente de la insignificancia de aquella pregunta.

Lali parpadeó. En sus ojos había confusión, dolor... y también determinación.

—Peter, tienes que poner fin a esto. ¿Por qué lo haces, por qué me llamas y te aparecer en mi puerta sin avisar? Me... —tragó saliva, y pareció que aquello le costara un esfuerzo monumental—. Me estás haciendo daño.

Peter se sintió fatal, sobre todo porque sabía que era la verdad. Si no hubiera sido tan estúpido, si se hubiese dado cuenta antes... No les habría hecho pasar a ninguno de los dos por todo ese dolor.

—Lo siento.

—Si lo sientes, ándate —murmuró ella. Una lágrima rodó por su mejilla, y el corazón de Peter se retorció de dolor—. Por favor, Peter. No puedo ser la clase de esposa que quieres que sea. Nunca podré serlo. Déjame ir.

—No —Peter sacudió la cabeza con determinación—. Lo intenté, pero no puedo.

—Pero tienes que hacerlo.

—¡Nunca podré dejarte ir!

Las palabras habían escapado de su garganta antes de que pudiera pensar siquiera en refrenarlas.

Lali se quedó mirándolo confundida, y cuando la vio parpadear, el primer signo de que estaba saliendo de ese estado momentáneo aturdimiento, Peter entró en pánico.

 No había dicho suficiente, no se había explicado, y no podía arriesgarse a que ella respondiera antes de que le dijera todo lo que necesitaba que supiera.

Por eso, recurrió al truco más bajo que tenía bajo la manga. Aquello era demasiado importante para él, Lali era demasiado importante para él como para arriesgarlo todo solo por seguir las reglas del juego.

Por primera vez en su vida no maldijo a su padre por los genes que formaban el lado oscuro de su carácter. Dio un paso adelante y le pasó una mano a Lali por la nuca antes de atacar sus labios con un beso primero tierno y luego apasionado, con el que intentó transmitirle todo lo que sentía: lo mucho que la había extrañado, cuánto la deseaba, el poder que ejercía sobre él...

Cuando despegó sus labios de los de ella, Lali, cuyas manos se habían aferrado a su camisa, lo miró aún más confundida, pero Peter no le dio tiempo a reaccionar, sino que prosiguió con su asalto, esa vez expresándole con palabras lo que había descubierto.

—Lali, yo no quería enamorarme —le confesó—. Vi lo que ese sentimiento le ocasionó a mi mamá y yo no quería sufrir de esa manera ni hacer sufrir a una mujer lo que sufrió ella. Es una emoción que he evitado durante toda mi vida,  manteniéndome siempre distante y poniendo barreras cada vez que iniciaba una relación. Cuando te conocí, todo cambió. En el transcurso de unas horas me había casado contigo y las reglas bajo las que siempre había actuado de repente se habían convertido en cosa del pasado. Me juré, de todas las formas posibles, que tendríamos un matrimonio que se basara en la sensatez y no en los sentimentalismos, en el que nadie resultara herido, pero ni siquiera podía mantener el control sobre mí. Contigo no me conformaba con algo a medias, y buscaba todas las excusas posibles, pero era incapaz de admitir lo que realmente estaba sucediendo.

—Peter... —murmuró ella.

—Te dije que no quería que fuéramos amigos, pero no es verdad. Quiero ser tu amigo, tu amante, tu esposo, y el padre de tus hijos —hizo una pausa y tragó saliva—. Sé que vas a decirme que ya es tarde, Lali, pero no lo es.

Se arrodilló en el piso y, bajo la atenta mirada de Lali, que estaba observándolo con los ojos como platos, sacó el anillo del bolsillo de la chaqueta y lo levantó.

—Querré a este bebé como si fuera mío —dijo poniendo la mano libre en el vientre de Lali. Y nunca tendré un solo momento de duda porque prometo amarlo tanto como te amo a ti.

Lali suspiró al oír aquella confesión.

—Sé que no recuerdas la primera vez que te propuse matrimonio, pero tengo la esperanza de que esta no la olvidarás. Lali, te amo y, si aceptas mi proposición, me gustaría darte una vida entera de lo que me has demostrado que es lo más importante: risas, amor, charlas hasta altas horas de la noche... Quiero que seas mi esposa, y que lo seas de verdad, porque te amo, durante los años de vida que Dios quiera darnos.

Con el corazón golpeándole a mil en el pecho y el aliento contenido, Peter esperó su respuesta.

Continuará…