Hola, hola!!!! ¿Qué tal todo por sus lares? Espero que después del finde largo volviendo con todo a ponerle el pecho a las balas y pasar la semana de la mejor manera posible, tratando de que día que pase, día que algo aprendemos y nos llevemos con nosotros! Además, nunca se olviden de que un día sin sonreír es un día perdido, así que por más peluda que se ponga la cosa sonrían y si no pueden háganse cosquillas que el intentarlo al menos, valdrá la pena jajajaj ;) Las quiero chicuelas!!!! Buen lunes y será hasta mañana!!!! XOXO
Twitter: @Caparatodos
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«Mmm…
interesante», pensó el profesional recostándose en la silla. «Daniela Rinaldi».
Ya
estaba. En menos de lo que canta un rayo el profesional estaría en un avión,
rumbo a paradero desconocido, con dos millones de dólares en el bolsillo.
Capítulo 78:
La
tarde del lunes siguiente, Lali estaba en la puerta de la tienda de los Valle,
escuchando atentamente las risotadas femeninas que llegaban del Sortie.
Euge
por fin había conseguido que la Asociación de Mujeres de El Puesto organizara
su reunión allí y, al parecer, todo el mundo estaba pasándolo genial en el
nuevo restaurante de moda en Fiambalá.
Todo
el mundo menos Lali.
Peter
le había dado la orden estricta de que lo esperara en la tienda de los Valle
hasta que pudiera pasar a recogerla. Hasta Beatriz había ido al restaurante y
probablemente se estuviera empachando con el mousse de chocolate y ron de
Nadia.
Para
ser honestos, Beatriz le había preguntado a Lali si no le importaba que fuera;
y ésta había apretado la mandíbula y le había dicho que no fuera tonta, que
vaya. Pero no era justo que tuviera que perderse toda la diversión.
Además,
aunque Peter llegara a tiempo, tampoco podría ir.
No,
señor.
Peter
le había dejado muy claro que la reunión de la Asociación de Mujeres de El
Puesto le quedaba terminantemente prohibida. La noche anterior lo habían
discutido y le había rogado que la dejara ir, pero no consiguió nada. Trató de
seducirlo, y eso sí que funcionó. Y muy bien. Aunque no para hacer cambiar de
opinión a Peter, sino para hacerle sentir seis o siete orgasmos alucinantes.
Hablar
con Peter era como hablar con las paredes; no había quién lo hiciera cambiar de
opinión. Era una locura pensar que algún miembro de la Asociación pudiera sacar
de repente una ametralladora de su cartera.
Lali
las había visto llegar a todas, una por una. Estaba claro que esas mujeres no
sabían que lo que estaba de moda eran las carteras un poco más chicas. A decir
verdad, algunas llevaban bolsos en los que entraba hasta la refrigeradora.
Aun
así, era ridículo que Peter sospechara de cualquiera de ellas. Todas se
conocían desde hacía siglos. Había intentado sonsacarle la verdadera razón para
que se negara a dejarla asistir, pero ahí también se había encontrado con un
auténtico muro de piedra. Lo único que había dejado claro era que no confiaba
en nadie que no hubiera conocido de toda la vida, infancia incluida, pese a que
la persona en cuestión fuera mujer, tuviera setenta años y artritis.
Vivir
así no era vida. ¿Qué sentido tenía estar viva si ni siquiera podías probar el
mejor mousse de chocolate y ron del mundo entero? Por no mencionar el pie de
crema de manzana o el bavarois de chocolate. Nadia se había superado. Lali lo
sabía porque le había dado a probar de las muestras. Pero ahora quería probar
los de verdad.
Le
llegó otra risotada desde el otro lado de la calle y Lali miró con pena hacia
allí. La calle estaba desierta, como siempre. No había asesinos locos con
pistolas, ni siluetas siniestras, ni siquiera un perro callejero. Estaba
completamente sola, pues todo Fiambalá estaba en la fiesta.
Todos
menos Gustavo, que estaba en la trastienda ordenando la mercadería. Pintura,
barniz, clavos, barriles de madera antiguos. El sábado iba a ser el gran día
para la tienda de los Valle, pues iban a redecorarla siguiendo los planos que
habían hecho Lali y Beatriz.
Lali
pudo oír a Gustavo murmurándose algo a sí mismo y sonrió. No estaba muy
familiarizado con la pintura y los artículos de ferretería, y Lali lo había
visto algo desbordado con los planes de remodelación; pero Beatriz estaba tan
entusiasmada con la idea que había aceptado hacerlo. Ahora probablemente
estaría llevándose las manos a la cabeza por la cantidad de cosas que habían
comprado.
Seguramente
estaría ocupado la siguiente media hora, repasando toda aquella mercancía de la
que nada sabía. Lali volvió a mirar la
calle, que seguía vacía. Todavía eran las cuatro y media; Peter le había dicho
que no llegaría hasta las cinco.
Cuatro
y treinta y tres. Lali volvió a chequear y observó la calle desértica.
¿Por
qué no? ¿Qué podría pasar? Podía ir un ratito a Sortie, tomarse una taza de té
rápido, probar un par de trozos de las obras maestras de Nadia, reírse un poco
y volver corriendo antes de que Peter o Gustavo se dieran cuenta siquiera de
que no estaba. No tardaría más de un cuarto de hora.
Se
sintió osada y volvió a mirar antes de cruzar corriendo la calle. Abrió la
puerta de Sortie y sonrió en cuanto le llegó el sonido familiar de una reunión
de mujeres y el delicioso olor de la comida.
—¡Lali!
—Euge corrió hacia ella sonriendo de oreja a oreja. Parecía joven, fresca y
feliz—. Qué bueno verte, aunque pensé que Peter había dicho... —Se giró al ver
que una mano la agarraba del brazo—: Sí, señora —le dijo a una señora grandota
con un espantoso vestido amarillento—, está al fondo a la izquierda. La flecha
rosa es el de mujeres. Espere, que la acompaño. —Aun sonriendo, miró a Lali y
se disculpó para acompañar a la señora. Eran como un punto de exclamación y una
calabaza.
«Le
va a ir bien», pensó Lali con orgullo mientras observaba a Euge. Miró a su
alrededor. Ahora que el restaurante estaba lleno, parecía un poco menos cursi.
De hecho, la mesa llena de comida de Nadia hacía agua la boca, el precioso
mantel azul clarito y las maravillosas tazas de té que ofrecían lo hacía
parecer hasta... elegante.
Nadie
parecía quejarse. Debía haber unas treinta personas ahí metidas y, al parecer,
todas ellas estaban disfrutando del encuentro. Y devorando la comida como si se
acabara el mundo.
Lali
observó la sólida barrera de espaladas que había junto a la mesa y estudió el
terreno. Tendría que ir rápidamente hacia la mesa de la comida. No tenía mucho
tiempo y quería probarlo todo. Empezó a caminar con paso decisivo, preparada
para la batalla.
—¡Hey!
—Una joven rubia se interpuso en su camino con un plato lleno de todo lo que
había en la mesa—. ¿Cómo estás? Es genial ver una cara conocida. ¿Ya probaste
esto de chocolate? Está delicioso.
Lali
estudió a la joven. Le resultaba familiar...
—Tatiana
—dijo de pronto, recordando—. Tatiana...
—Olavide.
—Hola.
—Lali no perdía de vista la mesa. Quedaban tres trozos de chocolate—. Nos
conocimos en la librería de El Puesto, ¿no?
—Sí.
—La joven se metió un churro en la boca—. Wow. ¿Qué es esto?
—Churros
—dijo Lali. Una mano de entre la multitud se llevó uno de los trozos de mousse
de chocolate. Uno menos; quedaban dos—. Si me disculpas...
La
joven apoyó una mano en la de Lali.
—Tenías
razón, ¿sabes?
—¿Ah,
sí? —Otro trozo desapareció y Lali suspiró—. ¿Con qué?
—Fue
una estupidez venirme aquí.
—Fue
una... ahh... si recuerdo. ¿Quieres decir que aún no has encontrado ningún
cliente?
—No,
he encontrado un par de clientes, pero...
A
Lali se le hacía la boca agua y le estaba costando concentrarse en la
conversación. Observó con envidia cómo Tatiana se acababa el último churro.
—¿Pero?
—No
lo sé —suspiró Tatiana—. He tenido un caso de divorcio y otro de lesión
personal. —Se encogió de hombros—. Pero el divorcio es de lo más amargo y la
pareja está usando a los niños como rehenes. Y el caso de lesión... —Se inclinó
hacia delante y susurró—: ...el hombre lo está simulando. Pretende sacarle una
tajada a la compañía de seguros.
—No.
—Lali trató de parecer impresionada.
—Sí,
créelo —dijo Tatiana con gesto solemne—. No pensé que esto fuera a ser... así.
Pensé que sería más como en las películas. Ya sabes, pelearse por que se haga
justicia y conseguir que un cliente inocente salga libre.
—¿A
qué rama del derecho está dedicado tu padre?
—Bienes
raíces. Antes pensaba que era aburrido, pero ahora... —Tatiana hundió el
tenedor en el bavarois de chocolate y se lo metió en la boca. A Lali le
entraron ganas de llorar—. Ahora ya no lo sé. En el derecho inmobiliario no hay
padres maltratadores ni certificados médicos falsos.
—A
lo mejor deberías volver a plantearte la situación... a lo mejor lo que hace tu
padre no está tan mal, después de todo.
—Sí,
a lo mejor. Iba a quedarme hasta Navidad pero, a lo mejor me regreso pronto.
Euge me ha dicho que Sortie va a organizar una fiesta en unos días. Después
creo que haré las maletas y volveré a casa. Papá se está portando muy raro; aún
no me dijo «te lo dije».
—Mmm
—respondió Lali con educación, tratando de acercarse sigilosamente a la mesa de
comida. El único trozo de mousse de chocolate que quedaba no iba a estar ahí
toda la vida—. Nos vemos en unos días entonces.
Una
mujer se acercaba al trozo de mousse y Lali se apresuró para llegar antes que
ella. De repente, una mano la agarró del hombro y la jaló hacia atrás.
—¿Qué
crees que estás haciendo? —El tono de voz era fuerte y enojado
«Oh,
oh», pensó Lali.
se le armo a Lali..
ResponderEliminarmaaaasssssssssss
@x_ferreyra07
Lo q se va a enojar Pter y creo q con razón,dificil cuidarla si no coopera!
ResponderEliminarUppsss alguien la ha pillado jajaja Ahora en serio, es normal que Peter se enoje, la está intentando cuidar y si ella no colabora...
ResponderEliminarespero masss
la que se le viene a lali,buen capi
ResponderEliminarLa cahoooo maass
ResponderEliminarUn lo que le va a tocar a Lali! pero se lo merece por no cooperar con Peter
ResponderEliminarEl la quiere cuidar y a ella no le importa!!
Segui!!
@gbv_17
Jajajajaja,la pillaron ,y encima se queda sin el trozo d mousse d chocolate
ResponderEliminarAhora k lo pienso .....muchas ansias ...o antojo d mousse d chocolate?!!!!
ResponderEliminarhay hay hay! agarrate lalita! que buen cap!! sube otro por favor!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarpobreeeeeeeeeee no llegaba mas a la torta jjajaj
ResponderEliminarJajjaaja DEJENLA COMER!! jajaja
ResponderEliminarQuiero más!
Lore
Más me encanta!
ResponderEliminarOh oh la va a ahorcar, otrooo :))
ResponderEliminarArii
jajajajaj peter la va a matar! Mas novee
ResponderEliminarNoooo el pedaso de mousse la señora va a llegar antes hjjksd xD mepa q era pitt el enojado no? La que le espera(...) Buen Cap
ResponderEliminarPobre mujer, dejarla comer el trozo de mousse!!
ResponderEliminar@Happiness_TA