Hola, hola!!!!! ¿Cómo las trató el día? Espero que bien!!! Gracias por sus comentarios! Me encanta que interactúen con los comentarios, son lo más, sépanlo!!!! :D Un beso y hasta mañana!
Twitter: @Caparatodos
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—Supongo
que eso significa que de verdad te importó —susurró Lali al cabo de un rato.
Peter
sonrió con tristeza.
—Supongo
que sí.
Capítulo
80:
—¡Uff!
—Dos tardes despúes Peter rodaba sobre su hombro. Agradeció de inmediato las
colchonetas que había puesto en la sala de Lali para practicar Aikido.
—¡Lo
logré! —gritó Lali, subiéndose a horcajadas sobre Peter y golpeando el aire,
fascinada—. ¡Lo hice! ¡Te tiré! —Se levantó y realizó un bailecito triunfal,
golpeando con ferocidad a enemigos imaginarios.
—Y,
sí… Lo lograste. —Peter sonrió y se levantó. Le encantaba verla así de feliz y
triunfal.
Le
había costado tirarse al suelo sin que se notara, pero había valido la pena. Ya
se sabía un par de llaves básicas, y Peter empezaba a convencerse de que podría
derrumbar a un atacante poco entrenado. Uno muy débil y poco entrenado. Pero
quería que supiera lo que se sentía tumbando a alguien, que ganara confianza.
Lali
estaba tarareando la canción de Rocky y golpeaba el aire como si fuera una
campeona de pesos pesados.
—No
eres tan fuerte como crees, grandulón —dijo y se comenzó a reír.
Peter
sonrió.
—Supongo
que no; aunque es algo humillante.
—Quiero
un premio por haber ganado. —Lo rodeó haciendo como que boxeaba—. Si no quieres
que te dé una paliza.
—Me
tienes tiritando de miedo. —Era incapaz de resistirse a ella cuando estaba de
tan buen humor—. Está bien, está bien. Dime qué quieres. Cualquier cosa.
Lali
se detuvo y lo miró a los ojos.
—¿Lo
dices en serio?
Sonrió
ante la idea de darle algo.
—Sí,
claro. Cualquier cosa. ¿Quieres un caballo? —le preguntó animado—. Tengo una
yegua maravillosa de boca muy suave. Te encantará.
Lali
sacudió la cabeza. Ok, caballos no.
—¿Joyas?
Volvió
a sacudir la cabeza.
—¿Ropa?
Sacudió
la cabeza otra vez.
—No,
eso tampoco.
—¿Bueno,
y qué quieres? —Si podía dárselo, se lo daría.
—Quiero
ir a la fiesta de Euge.
La
sonrisa se borró de los labios de inmediato.
—No
—dijo—. Definitivamente no.
Ella
también dejó de sonreír.
—Me
habías dicho que podía tener lo que quisiera; y lo que quiero es estar allí
cuando Euge y Nadia vean el éxito que es.
—No.
—Peter apretó la mandíbula—. Cualquier cosa, menos eso. Puedes pedirme perlas y
diamantes. Te doy mi mejor semental, si quieres. Pero no quiero verte entre la
multitud el día de la fiesta. Y no hay más que hablar.
El
aire se llenó de tensión. Lali dejó de bromear y se quedó quieta, muy recta.
—Trabajé
durante días para renovar la cafetería. Euge es mi amiga. —Tragó con fuerza—.
Si no puedo tener amigos, y no puedo ver cómo triunfan, ni hacer planes, me da
igual existir o no, Peter. Poco importaría que estuviera muerta. Te lo estoy
pidiendo como un favor; quiero compartir al menos parte de ese día con Euge.
Sólo un ratito. —Lo buscó con la mirada—. Por favor, Peter.
—¡Ahhh!
—Peter quería golpear algo. Sabía muy bien qué le estaba pidiendo; y era una locura.
Pero también sabía lo mucho que se lo merecía, lo que significaría para ella,
para Euge y Nadia, que estuviera allí el día de la fiesta.
No
volvió a suplicárselo; dejó la pelota en su cancha, que decidiera qué hacer.
Era una locura, pero se merecía estar allí.
«No
quiero hacerlo, —pensó—. No quiero decirlo». Pero lo hizo.
—Ok,
está bien, vamos.
—¡Ay,
Peter! —La espantosa sensación de haber cometido un error cediendo casi valió
la pena por ver cómo se le iluminaba el rostro—. Ay, Peter, ¡gracias! —Lali lo
abrazó—. Llevo tanto tiempo deseándolo. Sé lo mucho que ha trabajado Nadia para
hacer el menú y va a ser... —Se detuvo y lo miró con cuidado—. Me dijiste que
no quieres que esté cerca de ningún extraño.
—Ya
lo sé.
—Quiero
decir que la idea de la reunión de mujeres te aterraba.
Apretó
la mandíbula.
—Sí.
—Así
que esta es una concesión enorme de tu parte —dijo.
—Sí.
—Es
nuestra segunda pelea.
—Sí.
—Y
has cedido. Dijiste que sí.
—Ehh...
—Sólo
será una tarde, Peter —dijo Lali—. Un par de horas. Y a lo mejor tú también
podrías venir.
—Por
supuesto que iré. —Peter se la quedó mirando. ¿Cómo podría pensar lo contrario?
Estaría allí... y armado. Igual que Pablo, Salvador, Alonso y Santiago. Iba a ser todo lo seguro que
pudiera.
—Bueno,
me alegro de que cambiaras de opinión. —Le sonrió y él la abrazó con fuerza. Al
cabo de un rato, le dijo—: Me alegra saber que no siempre eres tan terco.
—Gracias
—respondió forzando una sonrisa—. Creo.
Continuará…
Son tan lindos!! Más!!
ResponderEliminarJajaja me encanta!
ResponderEliminarQuiero más!
Lore
Jajjaajjaaja,se agrando Lali luchadora.
ResponderEliminarCada vez Peter ceda más rápidamente -
Ya me lo imagino armado hasta los dientes ese día
Ayy me encantaaa jejeje
ResponderEliminarMaaaaa
Me encanta presiento que algo malo le va a pasar a lali en esa fiesta
ResponderEliminarSubí más porfíss
Jajaja se cree mil la peti...ajjajaa
ResponderEliminarMe encanta que lindos....Peter..lo amo...Dios porque??!?!?!
Lali una encantadora...seduce a Peter con sus encantos!! jajajaja
Segui!!
@gbv_17
Me dan mucha risa jajaja
ResponderEliminarMaaas novee
jjajaja me encanta
ResponderEliminarmas mas ma
@x_ferreyra07
÷÷÷÷
ResponderEliminar@laliteronfire
Jajaj otrooo :)) son lindos!!
ResponderEliminarArii
Lo convenció!Q amor haciendose el vencido para subirle el ego! Parecen la bella y la bestia estos dos!Q miedo me da esacreunion!
ResponderEliminarEsa caida me mato de risa jajajja
ResponderEliminary Lali otra vez, TIENE QUE CUIDAR SUS PALABRAS!! Obviamente que Peter va ha armarle un dispositivo de seguridad que ni los de las personas más importantes del planeta... espero mas noveeee y haber por donde sale la idea de ir a la fiesta
muacksss