Hola, hola!!!! ¿Cómo les va? Espero que todo bien por
ahí y disfrutando de las vacaciones, del día frio o caliente, como sea el caso
;) y si no están de vacas, bueno nada, dale dale que mañana ya es viernes y
estamos a un paso del fin de semana, fin de semana ♫ Besos y hasta mañana!
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@Caparatodos
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Se dio la vuelta para mirarse en el
espejo y Lali vio el polisón de gasa fruncida en la base de la espalda, del que
salían más y más volados y pliegues que conseguían que la parte de atrás del
vestido adoptara vida propia y se agitara cuando Ana se movía.
Capítulo 18:
—¿Qué
te parece? —preguntó Ana inexpresiva.
«Pareces
una princesa obsesionada por el sexo, con sobredosis», pensó.
—Estás
preciosa —porque también era verdad.
—Estás
guapísima —dijo Salida estirándole la falda, aunque no hiciera falta.
—¡Sí!
—exclamó Calentona. A Lali le hubiese gustado sentir pena por ella, no debía
ser fácil ver cómo tu mejor amiga se casa con tu ex novio, sobre todo si no te
ves bien vestida de verde, pero tenía tan poca gracia que era difícil tenerle
compasión.
—No
quedaría bien en una boda que se celebrara de día —aseguró Ana tocando el lazo
que tenía a la altura del pecho—. Ni en una por la tarde, pero la mía es al
anochecer. La hora mágica que lo cambia todo.
—Parece
que tienes magia —dijo Lali reconociendo la misma tensión en su voz que había
oído la noche anterior en el contestador automático—. ¿Estás bien?
—Tú
no te pondrías esto ni loca, ¿verdad? —le preguntó volviéndose hacia el espejo.
—Si
me quedara como a ti, lo pensaría.
Calentona
miró a Lali de pies a cabeza y se fijó en el corsé a punto de reventar y en el
sujetador blanco.
—No
es su estilo —aseguró.
—¿Te
parece? Porque pensaba llevar el corsé en la oficina cuando acabara toda esta
historia. ¿Me dejan hablar un rato a solas con mi hermana?
Salida
se fue muy contenta hacia los probadores y Calentona arqueó las cejas, pero
cuando Lali cruzó los brazos y la miró, se dio por vencida y se fue también.
—¿Qué
pasa? —le preguntó a Ana.
—Nada
—contestó observándose en el espejo—. Bueno tenemos un problemita con la torta,
pero por lo demás, todo va viento en popa.
—¿Es
por Javier? —preguntó Lali pensando «Yo no me casaría con un tonto por muy
guapo y rico que fuera». Si lo hacía, sería con alguien con gracia, alguien que
fuera pícaro, lanzado e interesante.
—Javier
es perfecto —aseguró Ana ahuecando los volados que conseguían que su cadera
pareciera más angosta.
—Muy
bien. ¿Qué pasa con la torta?
—La
torta... —Ana se aclaró la garganta—. No la hemos encargado a tiempo.
—Creía
que Javier conocía a un excelente pastelero.
—Sí,
pero... se olvidó y ahora es demasiado tarde, así que tengo que buscar otro.
—¿Quién
va a hacer una torta enorme para dentro de tres semanas?
—Él
no tiene la culpa, ya sabes cómo son los hombres. No se puede confiar en ellos
para ese tipo de cosas. La culpa es mía por no chequear.
—No
todos los hombres son poco confiables. Anoche conocí a un auténtico idiota,
pero él no se habría olvidado de la torta.
—Bueno,
al menos Javier no es un idiota. Prefiero estar con un buen hombre que se
olvida de las tortas que con un idiota que se acuerda de ellas.
—Tienes
razón. No te preocupes, yo te encontraré la torta. Es lo menos que puedo hacer
para enmendar mis meteduras de pata.
—¿Qué
pasa? No has hecho nada —dijo Ana olvidándose de los volados y dándose la
vuelta.
—Terminé
con Benjamín y estoy demasiado gorda para este corsé —confesó levantando los
extremos de las cintas.
—No
estás gorda —la tranquilizó Ana bajando de la tarima—. Seguramente se han
equivocado con la talla. Déjame ver.
Lali
se desabrochó el corsé, se lo dio a su hermana y la observó mientras rebuscaba
con habilidad en su interior.
—¿Qué
pasó con Benjamín? —preguntó Ana frunciendo el ceño al ver la etiqueta.
—No
me acostaba con él y decidió dejarme.
—¡Qué
imbécil! —dijo levantando la mirada desconcertada—. Es treinta y ocho, debería
quedarte bien.
—¿En
qué planeta? —protestó Lali escandalizada—. No tenía esa talla ni cuando nací.
¿Quién la pidió?
—Yo
—confesó María José a su espalda—. Pensé que ibas a adelgazar para la boda de
tu hermana. Sigues a dieta, ¿no?
—Sí
—dijo Lali tajantemente mientras se daba la vuelta para ponerse frente a su
madre—. Seamos realistas. Compraste una blusa para que me quedara bien —dijo
mirando hacia donde los botoncitos sobresalían en la parte del pecho—. Más o
menos. ¿Por qué no...?
—Has
tenido un año —respondió su madre cogiendo un montón de encajes del departamento
de lencería—. Pensaba que el corsé cerraría aunque te sobraran unos kilos para
alcanzar tu objetivo, pero has tenido tiempo más que suficiente para perder
peso.
Lali
inspiró profundamente y reventó el botón de la falda.
—Mira
mamá, no voy a ser flaca nunca. Si querías tener una hija flaca no deberías
haberte casado con un hombre cuyos antepasados tuvieran genes de contextura
gruesa.
—Sólo
tienes genes, lo que no es excusa, porque hay un montón de chicas con ese. Sólo
comes para llevarme la contraria.
—A
veces no tiene que ver contigo —le espetó sujetando la falda—. Es cuestión
genética.
—No
me levantes la voz —le ordenó volteándose para mirar a Ana, que tenía el corsé
en la mano—. Tendremos que ajustarlo más.
—Buena
idea, así cuando me desmaye en el altar podrás presumir de lo delgada que soy.
—¡Mariana!
¡Es el casamiento de tu hermana! Podrías sacrificarte un poco.
—No
pasa nada, no pasa nada —intervino Ana levantando las manos—. Todavía hay
tiempo para hacer otro de la talla de Lali. Todo irá bien, no te preocupes.
—Buenísimo
—dijo Lali subiendo a la tarima para mirarse en el espejo de tres lunas.
Parecía la desaliñada camarera que trabajaba en el hostal de detrás del
castillo y que recogía la ropa que ya no quería la princesa—. Ésta no soy yo en
absoluto.
—Ese
color te favorece mucho —la animó Ana poniéndose detrás de ella y Lali se
inclinó para tocarla con el hombro.
—Vas
a ser una novia espectacular. La gente se quedará con la boca abierta cuando te
vea.
—Contigo
también —dijo Ana apretándole el hombro.
«Sí,
cuando explote el corsé y golpeé con las tetas al cura.»
—¿Qué
te ha pasó en el ojo? —le preguntó al oído para que María José no pudiera
oírla.
—El
idiota me dio un golpe —contestó y cuando Ana puso cara de asombro añadió—: Me
di contra su codo, no tuvo la culpa.
—Ese
sujetador no va con el vestido —dijo María José a sus espaldas.
—No
serás mi madrastra, ¿no? —comentó Lali hacia el reflejo de su madre—. Porque
eso explicaría muchas cosas.
—Toma,
hija —dijo ésta dándole cinco sujetadores de encaje de diferentes colores—.
Pruébatelos y dame esa cosa de algodón que voy a quemarla.
—¿Qué
cosa de algodón? —preguntó Ana.
—Tengo
puesto un sujetador blanco —se justificó Lali bajando de la tarima con un
montón de encaje en la mano.
—Pues
irás al infierno —dijo Ana con los ojos muy abiertos y mirada afectada.
—¡Ana!
—la regañó su madre.
—Ok,
ok —dijo Lali de camino a los probadores—. Allí en donde están los mejores
hombres.
—¡Mariana!
¿Dónde vas? —le preguntó su madre.
—Es
jueves, quedé con María y Candela para cenar y no tengo más ganas de hablar
sobre mi ropa interior dijo parándose en la puerta del probador—. Ah, encarga
una talla más grande de corsé. Mucho más grande. Repetiremos todo esto cuando
lo tenga.
—Nada
de carbohidratos ni de mantequilla —gritó su madre cuando Lali entró en el
probador.
—Sé
que me robaste a mis verdaderos padres. Ellos sí que me dejaban comer
mantequilla —Lali cerró la puerta antes de que le prohibiera también el azúcar.
masssssssssssssss
ResponderEliminarJajajaja me encanta!
ResponderEliminarQuiero más!
Lore
PD: Gracias Vami, recién hoy pude leer el capitulo ☺
Hola!!! Soy Maria de novesdepeterylali.blogspot.con
ResponderEliminarÚltimamente no he tenido mucho tiempo para comentar, pero solo decirte que me encanta tu nove!!!! Odio lo pesada que es la madre de Lali con su gordura, me pone muy nerviosa! Y ya tengo ganas de que vuelva a haber un encuentro Laliter! Es genial, enserio :)
Espero el próximo, besos!!!!
Me encanta Cami
ResponderEliminarpobre la :(
ResponderEliminar++++++++++++
@x_ferryra7
La madre es insoportable!Una madre asi consigue generar todo tpode desordenes en sus hijas!Yo q Lali voy y me empacho de chocolates!JAJA
ResponderEliminarQue tal si la madre empieza aceptar a Lali por como es? Me recuerda mucho esta nove a una serie "ciega a citas" que ahora están emitiendo en España una versión (porque la original es argentina). y tanto la serie como la nove ME ENCANTAN!!!!!
ResponderEliminarespero maaaaaas
la mamá que insoportable!!1
ResponderEliminarMe encanta la nove!
@ligiaelenaCM
Pobre lali insoportable la madre! Mas me encanta!
ResponderEliminarJajjaja,me encantó ,la madre la vuelve completamente loca ,jajajajaj,y las contestaciones d Lali me mataron.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarOtrooooo :))
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaaaas...
ResponderEliminarAngy.. =D