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Capítulo 1:
30 de marzo, Buenos Aires.
—Su nuevo nombre es Daniela Rinaldi —dijo el jefe de
policía.
—Eso es absurdo —protestó Mariana Espósito,
indignada—. ¿Tengo cara de Daniela?
—Bueno, a decir verdad... —El jefe de policía la
observó de arriba a abajo, con compasión—. Ahora mismo tiene una cara terrible.
—Muchas gracias. —Lali, como la llamaba todo el
mundo, tiró de la mugrienta y desgastada manta de hotel para taparse más los
hombros, convencida de que generación tras generación de comerciantes
ambulantes habrían dormido sobre ella. Pero era calentita. Hacía tres días que
no lograba quitarse el frío de los huesos. Claro que también, hacía tres días
que un tipo la perseguía para matarla, factor más que suficiente para que
cualquiera se quedara helado.
El hombre se sentó junto a ella en la apestosa cama
de hotel y la agarró de la mano. Héctor Lavalle no era ningún galán de película,
algo habitual entre los oficiales de policía. No era mucho más alto que ella, y
tenía más pinta de contador que de policía.
Si Lali hubiera trabajado en la Administración,
habría elegido a alguien diferente para que desempeñara el papel de Jefe de
policía y, si alguien le hubiera preguntado el porqué, habría alegado que
Héctor Lavalle simplemente no daba el perfil. Los jefes de policía deberían ser
altos y atléticos, debían tener una mirada afilada y una pistola en la cadera;
no bajos, rechonchos y miopes, y con un celular en la pistolera. Pero nadie le
había pedido su opinión y tendría que conformarse con lo que tenía.
—Escuche, Daniela...
—¿Daniela?
—De ahora en adelante se llama Daniela Rinaldi.
—Héctor Lavalle sacó unos cuantos papeles de su saco—. Su nombre completo es
Daniela Rinaldi. Nació el 19 de febrero de 1977 en Mendoza y es hija de Manuel
y Laura Rinaldi, editor y ama de casa, respectivamente. Ha vivido toda su vida
en San Rafael y nunca viajó fuera, ni
siquiera a Uruguay. Se graduó como profesora en 1999 y daba clases desde
entonces. Quería alejarse de sus padres, así que acaba de aceptar un trabajo en
Fiambalá, Catamarca, como profesora de alumnos de segundo de primaria.
¿Una profesora de primaria? Ajjjjjjjj.
—¡Ni loca! —dijo Lali con firmeza, levantándose de
su asiento. La minúscula alfombra color mugre con manchas de café y quemaduras
de cigarro que había sobre el suelo era demasiado pequeña como para caminar
sobre ella, así que se conformó con ponerse a temblar—. Esto no va a funcionar.
Nunca estuve en San Rafael, ni en Catamarca. Dudo mucho que pueda hacer de
profesora de primaria; soy hija única, nunca estuve con niños, no me interesan
los niños y no sé nada de ellos. Soy editora —y buena, por cierto—, no
profesora. Tanto mi padre como mi madre están muertos y, decididamente, no
eran... ni Manuel ni Laura. Nací en Buenos Aires. Y le aseguro que no puedo
llamarme... Daniel. —Se detuvo para tamborilear los dedos sobre la estantería
de plástico sobre la que estaban los artículos personales que el policía le
había traído de la farmacia, y después volvió a sentarse sobre la cama,
abrazándose con la manta—. Así que, como puede ver, será mejor que se invente
algo mejor.
Héctor Lavalle había estado escuchando sus quejas
con la cabeza ladeada, mirándola con seriedad y dejando que se desahogara.
—Bueno —dijo, frotándose las manos en las rodillas y
frunciendo los labios—, supongo que todo esto no es tan necesario.
Lali pestañeó. ¿Ah, no?
Héctor suspiró.
—Siempre puede decidir no testificar contra Fadul y
nosotros seguiremos adelante con las pruebas que tenemos. De acuerdo con la
ley, podríamos retenerla como testigo material, pero preferimos no presentarla
así. Nadie puede obligarla a que cumpla con su deber de ciudadana para poner a
la escoria de la sociedad entre rejas. Si de verdad quisiera, podría salir
ahora mismo de esta habitación, volver a su casa y retomar su vida desde donde
estaba antes de que viera cómo Isaías Fadul le disparaba a Javier Echarri, el
sábado pasado.
Recobró la esperanza de golpe. ¡Síííí! Todo aquello no era más que una pesadilla y parecía que por
fin se acababa. Lali empezaba a sentirse bien por primera vez en tres días, y
el dolor que le oprimía el corazón desde hacía tres días empezaba a remitir.
No se le había ocurrido que pudiera haber una
salida. Por supuesto que, como ciudadana, su deber era que se hiciera justicia.
Durante unos dos segundos, Lali sopesó su deber como buena ciudadana con
recuperar su vida.
La pelea ni siquiera fue justa: su vida ganaba por
mayoría absoluta.
Tiró la manta sobre la cama.
—Bueno, si ese es el caso, creo que...
—Claro que —murmuró Lavalle, quitando pelusas
imaginarias de la manta—, no duraría más de cinco minutos ahí fuera. De acuerdo
con lo que cuentan, Fadul le ha puesto precio a su cabeza... y no estoy siendo
poético, querida, quiere su cabeza, literalmente. Ofrece un millón de dólares,
Daniela...
—Lali —susurró mientras se dejaba caer de nuevo
sobre la mugrienta cama. Podía sentir cómo la sangre se le agarrotaba en la
cabeza.
—Lali —dijo Lavalle con firmeza—. Como le iba
diciendo, el primero que la atrape, recibirá un millón de dólares. En efectivo.
Más de uno de ellos haría cosas peores que matar y decapitar por mucha menos
plata. Acaba de empezar la temporada de caza, Lali... ¡y usted la presa!
Su garganta emitió un sonido y Lavalle asintió.
—Perfecto. —Lavalle volvió a consultar su cuaderno
de notas—. Déjeme hablarle sobre usted. Nació en España, el 6 de septiembre de
1977, hija única de padres ya mayores. Su padre era un directivo de una empresa
multinacional y usted se crió por todo el mundo, yendo a colegios británicos.
Sus padres están muertos y no tiene ningún otro familiar vivo. Tras graduarse,
volvió a los Argentina para continuar sus estudios y se licenció en Literatura.
Desde el 2001 ha estado trabajando como editora de una prestigiosa editorial de
Buenos Aires. Gana un buen sueldo. Se compró un departamentito en Buenos Aires
con lo que sus padres le dejaron, donde vive sola, con su gato, Federico. Le
encantan las películas, cuanto más antiguas, mejor. Le apasionan los libros y
pasa la mayoría de su tiempo libre en librerías. Su mejor amiga se llama
Candela. Le encanta la comida italiana y de vez en cuando sale con un tipo
llamado Gabriel. —Levantó la cabeza y la miró con expresión suave—. ¿Hasta ahí
qué tal?
Lali lo miró boquiabierta, incapaz de decir palabra.
—Todo lo que acabo de contarle está en los archivos
públicos; sus vecinos y compañeros estuvieron más que dispuestos a contarnos
sus costumbres. Créame, cualquiera podría conseguir esta información. Un millón
de dólares es un incentivo más que razonable. Así que, tenemos aquí el retrato
de una joven muy sofisticada y que ha viajado mucho, a la que le encantan las
ciudades, los libros y las películas de arte, y que ha vivido siempre en la
capital. ¿Ve por qué tenemos que enviarla a Catamarca, a un pueblo pequeño que
no tiene ni librería, y convertirla en una profesora de primaria?
Lavalle se puso su saco pasado de moda y se dirigió
hacia la puerta.
—Por favor —susurró Lali—. No puedo hacerlo. —Su voz
no era más que un susurro tembloroso.
Lavalle la miró con gesto sombrío.
—Bienvenida a la vida, Daniela —dijo quedamente,
giró el deslustrado y grasiento pomo de la puerta y salió.
Eso de que vaya a ser maestra sin serlo.... mmmm tengo mi crítcia al respecto puesto que me estoy tirando unos años estudiando para llegar a serlo y demostrar que no too el mundo puede ser maestro jajaja
ResponderEliminarPero dejando eso a parte VOLVIO LA ACCION!! tremendo novelon subiste esta vez amiga!!! genial te juro genial me encanta desde el primer momento.
un besazo
Me gusta!! Más!!
ResponderEliminarMe gusto mucho!!! sos genial escribiendo nunca me voy a cansar de decirtelo!!!
ResponderEliminarEspero el proximo y volvee se te extraña!! jaja
besos
Sofi
Bien ahí, me gustan esas novelas seudo porliciales románticas jajaja
ResponderEliminarQuiero más!
Besos
LOre
He leido tu capitulo y me ha encantando.Espero el proximo. Esta novela se ve muy interesante como todas las que escribes.Eres fantastica. Gracias por hacernos soñar.
ResponderEliminarpobre Lali, debe ser horrible que te saquen asi tu vida!!
ResponderEliminarquiero más nove
como siempre muy buena
@rochi16ta
novela policial :D bien me gusta
ResponderEliminarAdoro Las Novelas Piliciales/Romanticas jkklsd Me Da Como Q Lo Conoce En El Colegio (?) Juro Me Encanta Todas Las Novelas De Este Blog Las Abre Leido Dos Veces CadaUna
ResponderEliminarJajajja,volvemos a la intriga.
ResponderEliminarPobre ,Lali ,ni su nombre puede conservar.
Me encantó el comienzo , pero faltó el titulo ,o me lo perdí x ahí .
Besos.
Gouuu masss
ResponderEliminarOtroooooo, empezo muy interesantte!!
ResponderEliminarArii
I love it!
ResponderEliminarMore
Sor
Waooo!
ResponderEliminarMe gusto :)
@ligiaelenaCM
Policial,q bueno,me gusta el genero!
ResponderEliminarMuy buena historia, pero comparto con Inma aquí nosotras dejandonos la piel y viene Lali y ya es profesora jaja
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