♥ No se pierden más tarde el epílogo ♥
(18 Perú;
20 Argentina 00:00 España)
Twitter:
@Caparatodos
____________________________________________________
—¿Estás contratando a Ugarte & Asociados, o a
mí?
Pablo sonrió cómplice.
—Tú eres quien me impresionó, Lali. Te contrato a
ti.
Capítulo 45:
La pista de baile era
espectacular. La banda, increíble. Los bocaditos, deliciosos. Y, a Peter, todo
le daba igual.
Había esperado todo el día a Lali,
pero ella no había regresado. Peter ni siquiera quería ir a la fiesta, pero
temía que ella sí lo hiciera, y entonces no la vería. Aunque teniendo en cuenta
la multitud que había, ella podría estar a dos metros y no la vería.
¡Dios!, él sólo quería que
estuviera a su lado. Quería hablar con ella; saber que estaba bien.
Tampoco estaba realmente
preocupado, pero la había llamado al celular y había descubierto que se lo
había olvidado en la suite. Y, cuando había llamado a recepción, el hombre
había querido ayudar pero no sabía nada.
Si no la encontraba aquella
noche, se pondría a buscarla en serio.
Por todo el lugar, la gente
hablaba y reía. Las parejas se achuchaban. Los niños jugaban a perseguirse
alrededor del árbol de navidad. Incluso Soledad Monello y Marcelo Crais estaban
rodeados de periodistas ansiosos por una entrevista tras la subasta.
Lali, sin embargo, no aparecía
por ninguna parte.
Peter miró la hora: eran más de
las diez. Tomó una copa de champagne de un mozo que pasaba, mientras detestaba
aquella sensación de impotencia. Quería estar con Lali. ¿Por qué ella no estaba
allí? ¿Por qué no estaba en sus brazos? ¿Y qué podía hacer él para conseguirlo?
No tenía respuestas y, dado que
su tolerancia hacia el espíritu navideño comenzaba a disminuir, salió a la
terraza, donde había una temperatura agradable. La luz de las antorchas tenía
el cielo de naranja. Era una escena romántica, y deseó poder compartirla con Lali.
Pero ella no estaba a su lado,
así que Peter se giró para regresar a su habitación.
Entonces la vio, tan bella que
seguro la multitud abriría un camino a su paso, como el mar Rojo. Era evidente
que había pasado por la habitación, concluyó Peter, ya que llevaba un vestido
que él conocía. ¿Habría ido a cambiarse de ropa, o a buscarlo?
Diría que lo último, por la
manera en que ella estaba buscando entre la gente. El corazón le dio un brinco,
con esperanza renovada.
—Aquí —susurró.
Y, aunque no era posible que lo
escuchara, ella levanto la mirada, lo vio y sonrió.
Peter llegó hasta la puerta del
balcón y la abrió para ella, sin molestarse en fingir despreocupación.
—Lali…
La vio levantar una mano, y
temió haberlo arruinado todo. Que fuera demasiado tarde y ella sólo hubiera ido
a despedirse.
—Escribí una declaración para
mediación —anunció ella.
De todas las cosas que él
habría esperado que dijera, aquélla no estaba en la lista.
—¿Perdón?
—Quiero que funcione —dijo
ella, elevando la barbilla y tirando los hombros hacia atrás.
Tenía puesto un vestido rojo
con un solo tirante, y resultaba tan sexy,
que Peter casi no podía mantener las manos alejadas de ella. En silencio, rezó
para no tener que contenerse mucho más tiempo.
Ella sacó una hoja de su
cartera.
—Hice lo mismo que les pido a
mis clientes: escribir lo que no es negociable, y luego hice una lista de todo
lo demás.
—Perfecto, me parece bien —dijo
él—. ¿Qué no es negociable?
Ella se humedeció los labios y
lo miró.
—Tú.
Él lo recibió como un puñetazo
en el estómago.
—¿Cómo?
Temía haber entendido mal. Que
ella estuviera diciéndole que se fuera, no que se quedara.
—Tú —repitió ella, con un tono
tan suave que le indicó todo lo que él necesitaba saber.
¡Quería estar con él! Peter
creyó que iba a desmayarse de alivio.
—No me entiendas mal —continuó
ella—. Tengo otros puntos, pero el asunto es que estoy dispuesta a ceder en
ellos. Lo que necesito para que esta mediación tenga éxito es regresar a la
habitación contigo.
Peter no pudo evitar sonreír
ampliamente.
—Ése también es mi principal
objetivo.
—Entonces, creo que vamos a lograr
que esto funcione —dijo ella—. Creo que podemos, si ambos cedemos un poco.
Él le acarició la mejilla.
—Te amo, Lali. Y, si es
importante para ti, incluso buscaré un trabajo fijo.
Ella enarcó las cejas.
—¿Harías eso?
—Estamos negociando, ¿no? ¿No
me dijiste una vez que así es como funciona? No soportaría un trabajo de nueve
a cinco, pero estoy bastante seguro de que puedo encontrar algo como profesor
adjunto, y eso no sólo significaría un horario flexible, además me dejaría
tiempo para viajar —dijo y ladeó la cabeza—. Lo cual seguramente nos lleva a
nuestro primer punto en conflicto, porque tú no quieres que viaje, y yo quiero
que vengas conmigo.
—Está bien —dijo ella, con
mirada traviesa.
—¿Puedes repetir?
—He dicho que está bien,
viajaré contigo —repitió ella y estiró un dedo—. No al ritmo de locura que
llevas ahora, porque a mí me gusta disfrutar de mi casa. Pero quiero estar
contigo, y quiero viajar.
—Y yo quiero estar contigo.
Pero, ¿y tu trabajo? Me diste un discurso de que no tenías tiempo.
Ella lo miró, entre orgullosa y
tímida.
—Estoy trabajando en ese tema.
Creo que has tenido una buena idea. Me pasé el día llamando a mis clientes y
colegas, y estoy pensando en abrir mi propio estudio.
—La jefa puede viajar cuando
quiera.
—Siempre y cuando tenga un celular
con mail, y el viaje no interfiera con sus clientes, sí, claro que puede
—afirmó ella, abrazándolo por el cuello—. ¿Tu qué piensas? ¿Podemos encontrar
un terreno común?
Peter estaba seguro de que iba
a explotarle el corazón.
—Contesto con un entusiasta
«sí».
Ella levantó la barbilla en
silenciosa invitación, y él aceptó sin dudarlo. Sólo habían sido unas horas,
pero había extrañado sentirla y saborearla. ¡Ah, cuánto deseaba más, justo allí
y en aquel momento!
—Salgamos de aquí —propuso.
—Buena idea —murmuró ella,
suspirando en sus brazos.
Él le ofreció el brazo para que
se agarrara.
—¿Qué me dices del dinero? ¿No
vas a atormentarme con eso?
Ella se humedeció los labios.
—He decidido que es un área en
la que puedo no entrar. Después de todo, yo gano un buen sueldo. Y, como
dijiste, tú no eres un indigente.
—Estoy orgulloso de ti, Lali
—dijo él.
Lograron llegar hasta la
puerta, antes de la última pregunta, que él estaba esperando.
—Pero sí que me dijiste la
verdad acerca de tener una jubilación, ¿no?
—Sí —le aseguró él.
Lali nunca se había sentido tan
libre ni tan aterrada. Iba a introducirse en el mundo profesional, y saltar sin
paracaídas. Ésa era la parte que la asustaba.
¿Y cuál era la que la mantenía
cuerda? Que Peter estaría a su lado para sostenerla.
Nada más entrar en su habitación,
él comenzó a bajarle el cierre.
Lali rió y se separó de él.
—Aguanta un poco —le dijo—.
Tengo algo para ti. Me hubiera gustado habértelo dado antes, pero en vez de eso
decidimos tener nuestra primera pelea.
—Pensé que sería mejor
quitársela de encima cuanto antes —señaló él, irónico—. Ya sabes, así es más
fácil seguir con el resto de nuestra vida.
—Muy considerado —alabó ella,
desde el closet en el cual estaba rebuscando.
Regresó con una caja enorme y,
cuando la dejó sobre la cama, el colchón se hundió bajo su peso.
—¿Qué es esto?
—Ábrelo —lo animó ella—. Dale.
Él quitó el papel, abrió la
caja y ahogó un grito de entusiasmo.
—Lali… Es perfecta.
Eso pensaba ella. Una máquina
de escribir Remington antigua, hermosamente restaurada. Peter la sacó con
cuidado de la caja y le puso una hoja en blanco. Pulsó una letra y la máquina
respondió a la perfección.
—La encontré en la ciudad.
Quería sorprenderte.
—Es increíble —dijo él,
apretándole la mano—. Tú eres increíble.
Escribió algo y se hizo a un
lado, para que ella lo viera:
TE AMO.
—Ven acá —dijo Lali,
abrazándolo—, y demuéstramelo.
Él la apretó contra su cuerpo y
la besó apasionadamente. Lali se fundió con él, queriendo sentir cada
centímetro de su cuerpo, queriendo cerciorarse de que aquello era real.
El reloj dio las doce.
—Feliz navidad —deseó ella.
—Eres todo lo que siempre deseé
—dijo él.
—Y me tienes.
Peter la besó en los labios.
—Entonces, esta navidad quedará
como la mejor del mundo.
—Sí —dijo ella, apretándose contra él—. Por supuesto que
lo es
Son tan lindos!!Más!!
ResponderEliminarAaaaaaaaaaaah qe lindos!!! me encanto :DD
ResponderEliminarArii
No lo puedo creer! Al fin dejo de lado todos sus benditos fantasmas con el dinero y de se la jugo por Peter!! Son tan tiernos!!!
ResponderEliminarEspero el epilogo!
LINDOS!!!!!!!!!! Buena jugada PETER y buena decision LALI!!!!!!!!!!En definitiva hay equipo! Tontos si dejaban pasar lo q sentian!
ResponderEliminarhay por fin se decidió lindo capi
ResponderEliminar<3
ResponderEliminarAaaaaayyyyyy por finnnn lali se decidio, y que lindo mi peter, pero siempre me imagine que peter era millonario jajajaja a leer el epilogo ahora
ResponderEliminarMerkrn22
Muy buena negociadora!!!!!
ResponderEliminarEl momento Tú fue muy Pablo Alborán "Tu y tu y solamente tu....." Me encanta son tan tiernos
ResponderEliminar