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—Señorita Rinaldi, mire, mire.
Capítulo 5:
Lali, que estaba pensando en qué tipo de padres
podía pasar por alto la infelicidad de un niño tan maravilloso, necesitó un par
de minutos para responder a la ilusionada petición. Se giró para encontrarse
con que doce caritas resplandecientes la miraban como flores al sol; si
supieran que sólo estaba improvisando...
—Mire lo que hemos hacido. —Ricardo estaba de pie, orgulloso, con una mano sobre la
enorme calabaza.
—Hecho —corrigió Lali. Bordeó sonriente su mesa y se
acercó, levantando una ceja al ver la mirada feroz de Don Grande. Los chicos
habían dejado parte de las pepitas en el interior, pues tampoco había demasiado
tiempo, pero habían esculpido el exterior hasta convertirlo en el sueño dorado
de algún fanático de las películas de terror.
Lali ladeó la cabeza con gracia.
—Da miedo. Parece hecha por Freddy Kruger. —Los
suspiros de satisfacción le provocaron un sentimiento punzante y doloroso en el
pecho, y se le borró la sonrisa. Eran tan chiquitos... tener miedo a su edad
era algo divertido: cosas que hacen ruido por la noche, fantasmas que salen de
los closets, y mamá y papá listos para ahuyentarlos con un abrazo y una
sonrisa.
¿Pero quién ahuyentaría sus fantasmas?
Se oyó un fuerte sonido metálico; Lali dio un brinco
al escuchar la campana y maldijo a Felipe. Pegar un salto y maldecir a Felipe
estaba empezando a convertirse en un acto reflejo.
—Adiós, señorita Rinaldi, adiós. —En uno o dos
segundos el aula se vació por completo. No había nada más rápido en la
naturaleza que unos niños pequeños que salen de clase al final del día. En un
periodo de tiempo sorprendentemente breve, el colegio entero estaba desértico.
Además, como era viernes, los profesores también se iban apenas podían.
Vería a la mayoría de los niños esa tarde vestidos
con sus disfraces; una bolsa llena de caramelos esperaba que llegara el momento
en la deteriorada y rayada mesita de la entrada de su casa.
Un par de veces por semana, Lali se quedaba horas
más con una excusa u otra. Héctor Lavalle le había pedido que lo llamara con
cobro revertido desde un teléfono público cada dos o tres días, pues la
cobertura ahí, rodeada de cordillera, no era demasiado buena y tampoco quería
que utilizara el teléfono de su casa.
Estaba claro que Lavalle no tenía ni idea de cómo
era Fiambalá. Había tres teléfonos públicos en todo el lugar: uno en el
colegio, otro en un restaurante y
otro en la tienda, y Lali tenía que rotar las llamadas entre los teléfonos para
no levantar sospechas.
Los pasos de Lali retumbaron por el desértico
pasillo mientras se dirigía a la salida. El portero llegaría enseguida, pero
por el momento estaba sola en el edificio. La alegre confusión que creaban los
chiquillos ocultaba lo viejo y destartalado que estaba el edificio. Pasó por
mayólicas rotas y se estremeció al ver las grietas y las amarillentas goteras
que había en la pared.
Lali se detuvo un minuto en la entrada del edificio
y observó el cielo. Por el momento había dejado de llover, pero las nubes
anunciaban una nueva tormenta aquella misma noche. Sabía que, por muy mal
tiempo que hiciera, los niños desafiarían la tormenta para poder pedir dulces.
Eran unos supervivientes pequeños pero fuertes; tenían que serlo, en aquella
zona tan dura.
El viento se levantó y Lali apretó más se ajustó más
el saco. Por unos segundos, sólo unos segundos, se sintió como si el viento la
empujara hasta el borde del mundo. Un paso más y se caería...
Se acordó de un mapa que había visto una vez. La tierra
era plana y estaban rodeados de montañas y cordilleras, donde el dibujante del
mapa había escrito: «Aquí están los Andes».
El fin de la civilización.
«Fadul
nunca podrá encontrarme, —pensó—. ¿Cómo iba a hacerlo, si no me encuentro ni yo
misma?».
Gotas de lluvia golpearon a su alrededor, pero un vistazo rápido al cielo le sirvió para
saber que la tormenta estaba más cerca de lo pensado. Y su estufa había
escogido ese preciso momento para declararse en huelga.
Sintió un repentino y profundo nudo de nostalgia en
la garganta. En casa, si le pasara algo a la estufa y no funcionara, habría
llamado a José desde el trabajo y, para cuando llegara a casa, estaría
arreglada. En casa, en un día frío y oscuro como aquel habría hecho lo que
fuera por hacer algo especial, como alquilar una película clásica, comprarse un
nuevo libro u organizar una cena con alguna amiga como Candela, por ejemplo. A
Candela también le gustaban las comidas raras y picantes en los días fríos y
grises. Habrían ido a ese nuevo
restaurante peruano en la costanera, o puede que se hubieran animado a probar
algún restaurante árabe... o a lo mejor habrían preferido algo mexicano...
O podría haber llamado a Gastón Dalmau y habrían
encontrado alguna comedia para ver, habrían tomado un daikiri en algún bar y un
café por la noche. Y después se habría planteado seriamente la posibilidad de
dejar que Gastón la sedujera. Hacía mucho, mucho tiempo que no estaba con
nadie. Desde la muerte de sus padres, de hecho. Tampoco había planeado que las
cosas fueran así pero, de todas formas, así es como habían salido.
Gastón podía ser la persona adecuada para volver a
introducirse en las profundidades de la sexualidad. Era guapo, gracioso y, si
la cosa salía mal, siempre podrían reírse de lo sucedido.
Pobrr Lali, que dificil se lr debe hacer!!
ResponderEliminarArii
Wow situacion complicada la que vive Lali
ResponderEliminarespero mas noveee
huy pobre debe ser dificil
ResponderEliminarPobrecita ,ahora solo vive d los recuerdos .
ResponderEliminarMenos mal k los niños parece k le dan vida.
GRACIAS x Unido a ti .Me encantó.
Pobre Lali!!! me gusto el caítulo!! Espero el proximo y quiero saber más de Peter!!
ResponderEliminarMás me encanta!!!
ResponderEliminarGastón Dalmau?? jajaja a quién engaña?? jajaja
ResponderEliminarObvio que este Gastón no tiene nada que ver con el real, no? jejeje
Quiero más!
Lore
que dificil lo q le toca a lali
ResponderEliminarbeso
Awwww Hacen Calabazas Para Hallowen Me Ubiese Gusta De Chiquita Salir Con Disfras pero Aca no se Selebra Fuck' El Capitulo Me Encanto... Gaston Enserio SiempreAme Gasli♥ Pero En Esta Me Gustaria Un Lalico♥ Cuando Apares pitt(?) SoySuperman
ResponderEliminarjkkksd No Agas Caso Ala Ultima Frase EsQ MeAburro
Me da pena....
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