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@Caparatodos
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—Sí, lo hace. Hasta el momento ha peleado por miles
de ellos. Acaba de inundar la fiscalía con tantas mociones de indulto que
parece que ahí hubo un terremoto. Les va a llevar un mes dedicarse a procesar
todo eso. El fiscal me dijo ayer, en privado, que tendrían mucha suerte si
lograran llegar a juicio antes de verano.
Capítulo 7:
—Y... —Lali tragó con fuerza—... ¿y yo?
—Bueno tú... eres nuestra mejor carta. El resto de
las pruebas no tienen sentido. Ferrero sería capaz de salvar a Hitler con
tecnicismos, si quisiera. Al parecer, vas a tener que aguantar allá un poco
más.
Lali esperaba que el escozor húmedo de sus ojos se
debiera al viento y no a las lágrimas. Otros seis meses, tal vez más, en
Fiambalá. El pecho le ardía.
—¿Qué? —preguntó. Lavalle le había dicho algo, pero
sonó como si una tormenta hubiera golpeado los cables del teléfono—. No tengo
mucha señal, ¿qué dijiste?
Oyó un ruido y luego: «...raro».
—No te escucho —gritó—. ¿Qué dijiste?
De repente, la conexión se arregló y oyó a Héctor
Lavalle como si estuvieran frente a frente.
—Dije que si notaste algo raro últimamente.
—¿Raro? —Lali contuvo las ganas de comenzar a reír
como una loca—. ¿Algo raro, dices?
Miró a su alrededor. Las oscuras nubes se habían ido
amontonando hasta cubrir casi por completo el horizonte de capas sucias, de
forma que la luz del final del día aparecía por debajo del cielo, mostrando sin
piedad la decadencia del lugar.
Como siempre, en toda la avenida no había un alma;
los edificios necesitaban una buena capa de pintura, y el resto de las tiendas
estaban cubiertas por cartones. Lo que le sorprendía no era que los negocios no
funcionaran, sino que aún funcionara alguno. Fiambalá estaba muerta, pero su
cadáver aún no se había enterado de ello. Volvió a concentrarse en el teléfono.
—Aquí todo es raro. ¿Te referías a alguna rareza en
especial?
—Dios... —Para su sorpresa, Lavalle parecía
avergonzado. A lo mejor se debía a la conexión defectuosa—. Quiero decir, ¿has
visto a alguien diferente o fuera de lugar... por allí? Alguien... ¿extraño?
Lali pegó una patada y dio un suspiro de frustración
que salió con vaho. La temperatura caía por momentos.
—Aquí todos son raros. Parece ser que sus genes se
han vuelto locos. No hay nadie normal, si no, no estarían aquí; se habrían ido
hace siglos. ¿De qué hablas?
Le llegó un sonido de fondo tan alto que tuvo que
alejarse el auricular de la oreja para no quedarse sorda.
—¿Qué?
La voz de Héctor Lavalle se oía débilmente.
—Ordenador... codificado... confidencial. —Y
luego—:...archivos perdidos... la información... —Y después un ruido.
—¡Hey! —Lali se mordió la lengua justo antes de
decir el nombre de Lavalle—. Vuelve a decirme eso.
El ruido se detuvo repentinamente.
—...decía que hemos perdido una parte de nuestros
archivos de ordenador. Estábamos pasando los archivos a una memoria externa.
—Lali podía oír el entusiasmo en la voz de Lavalle—. Nos han traído un nuevo
programa para comprimir información que es buenísimo, hemos podido comprimir...
Lali se acurrucó en su saco y observó cómo los
nubarrones seguían cubriendo el cielo, que un relámpago iluminó por unos
segundos.
—Bueno, a ver si vamos abreviando. —El tono de chico
malo le salió sin poder evitarlo e hizo una mueca de disgusto—. ¿Por qué me
cuentas esto? ¿Qué tiene que ver conmigo?
—Ah. —Lali casi podía ver a Lavalle al otro lado de
la línea, sorprendido de que no mostrara ningún entusiasmo por su nuevo juguete
para la computadora. Oyó que tomaba aire—. Bueno, no creo que te afecte de
verdad, y no quiero preocuparte, pero hemos... traspapelado temporalmente
algunos archivos y parte de esos documentos que hemos perdido...
traspapelado... es algo temporal, ¿ok?, estaban relacionados con tu caso.
—¿Qué? —gritó, antes de bajar la voz por si había
algún ser humano por ahí cerca. El corazón le latía a mil por hora—. ¿Mi caso?
¿Te refieres a información acerca de dónde estoy ahora? ¿En documentos? ¿Qué
han perdido?
—Bueno... perder es una palabra bastante fuerte...
prefiero pensar que están traspapelados. Temporalmente. Pero... —Lavalle bajó
la voz hasta lo que probablemente consideró un tono de voz suave pero que sólo
consiguió aterrorizar a Lali aún más—... no te preocupes. Toda la información
estaba codificada y nuestros programas son muy seguros. Además, los archivos de
Protección de Testigos están doblemente codificados. A un genio o a una cadena
de computadoras les tomaría un mes descubrir el código y, créeme, Fabricio no
tiene acceso a ninguna de las dos cosas. Los archivos están programados para
que se autodestruyan a no ser que se introduzca un código especial cada media
hora, así que estás a salvo. Encontramos los archivos y los descargamos en un
nuevo programa de codificación.
Lali agarró el auricular con fuerza y escuchó su
sermón sobre informática, tratando de respirar y preguntándose qué hacer para
calmarse. Ni siquiera había una farmacia cerca. No había Manzanilla, ni Tilo y el
whisky le daba acidez. ¡Para colmo, por ahí, ni siquiera podía desquitarse con
algún revolcón de una noche!
—Sólo te preguntaba si habías visto a alguien
sospechoso por rutina, pero créeme —continuó Lavalle—, nadie sabe quién eres ni
dónde estás.
«Tiene
sentido, porque ni yo misma sé quién soy ni dónde estoy»,
pensó Lali. Volvió a dar una patada con sus pies congelados y el teléfono
volvió a hacer ruidos.
Un repentino golpe hizo que Lali se diera la vuelta
rápidamente con el corazón en un puño; pero no era más que un antiguo y
descolorido póster de Coca-Cola que el viento golpeaba contra una pared rajada,
así que Lali se volvió a dejar caer contra el vidrio, aliviada. La fuerza del
viento arrancó el póster de la pared, que salió volando por la vacía calle.
«Sé
exactamente cómo te sientes», pensó.
—La conexión vuelve a ser mala —gritó tapando con la
mano el altavoz, y colgó. Ya había tenido suficientes malas noticias. No era
suficiente con decirle que estaría ahí atrapada durante meses... al parecer,
alguien había estado cerca de descubrir dónde se escondía.
Cuando va a parecer peter ?
ResponderEliminarSubí más porfa
: D
Otrrooo :))
ResponderEliminarArii
Lavalle parece k no cuenta con la astucia d cierto Hacker,k para mi ya tiene la info k necesita.
ResponderEliminarNo me canso ,pobrecita.
Yo me hubiera largado el primer día.
En serio perdieron esos archivos? aunque sea por un tiempo alguien pudo haber accedido a ellos... quizas ese tiempo que los perdieron fue porque alguien los hackeo...
ResponderEliminarquiero masss
Más me encanta!
ResponderEliminar¿como van a perder esos archivos? Dios pobre Lali!!! ¿faltara mucho para que Peter entre a la historia??
ResponderEliminarEspero el proximo!!!
Obvio que no perdieron los archivos, los hackearon, y hasta me arriesgaría a decir que le estaban 'pinchando' la llamada para rastrearla.
ResponderEliminarQuiero más!
Lore
Pobre lali! mas novee
ResponderEliminarlali es mas demals y peter yo me pregunto cuando a parece
ResponderEliminarAy perdida ahi y ahora con posibilidad q alguien sepa donde encontrarla!
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