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—Sí,
seguro... —al retirarse para que Peter cerrara la puerta vio una figura que se
alejaba de una ventana—. Bueno, al menos ganaste puntos con mi madre. Te estuvo
observando.
—Buenísimo,
ahora lo único que nos hace falta es sobrevivir a la cena.
Capítulo 55:
El
padre de Lali los recibió en la puerta. Era un hombre torpe y lento con una
buena mata de pelo negro y espesas cejas canas, que debería haberse mostrado
cordial y hospitalario, pero en vez de eso dio la impresión de ser un perro
pastor paranoico convencido de que sus ovejas conspiraban contra él.
—Papá,
éste es Juan Pedro Lanzani. Peter, mi papá, Carlos Espósito.
—Encantado
de conocerte, Peter —lo saludó Carlos con voz ronca y firme, como para
desmentir cualquier señal de que no se alegraba de verlo, aunque sus ojos le
preguntaron: «¿Qué intenciones tienes?».
—Encantado
de estar aquí, señor —mintió Peter y Lali le dio un golpe en la espalda, más
reconfortante de lo que podría haber imaginado.
—Llegas
tarde —regañó Carlos a su hija—. Ya tomamos el cóctel.
—Disculpe
—dijo Peter.
—No
tienes por que disculparte. Fue mi culpa. Tuvimos que volver a buscar algo.
—Bueno,
entren —los invitó. Lali suspiró y se dirigió hacia la sala y Peter la siguió
para conocer al dragón que tenía por madre.
La
casa era maravillosa, obra sin lugar a dudas de un decorador, y la mamá de
Lali, de pie en su sala perfecta, no desentonaba: ambas eran un producto de
diseñador y no tenían ninguna calidez. La casa, al menos, tenía algún color,
pero la madre era pequeña, delgada, morena, vestía de negro e iba acicalada a
más no poder, todo lo contrario a Lali.
—Ésta
es mi mamá, María José —la presentó prácticamente balbuceando—. Ma, él es Juan
Pedro Lanzani, Peter.
—Bienvenido,
Peter —dijo ésta con voz que podría haberlo ultracongelado al instante.
—¿Qué
hice? —le preguntó a Lali cuando su madre se giró para hablar con Carlos.
—Me
besaste en el parque encima de una manta de picnic —le susurró ésta.
—¿Y
cómo lo saben?
—Javier
nos delató. También les habló de tu pasado de conquistas abandonadas.
—Y
voy y le traigo el vino.
—Ahí
está. Javier, te presento a Juan Pedro Lanzani.
Javier
era joven y simpático, educado en colegios caros y ejercitado en el gimnasio
hasta que su exterior reluciera. Sonrió hasta que se dio cuenta de a quién le
estaba dado la mano.
—¡Ah!
—exclamó.
Peter
esperó a que dijera algo, pero fue todo.
—El
vino está en el asiento delantero del auto —le informó.
—Gracias
—dijo Javier suspirando aliviado y dándole una palmadita en el brazo—. Ahora
mismo vuelvo —avisó con voz ligeramente elevada—. Me olvidé el vino en el auto.
—Y
ésta es mi hermana —le presentó Lali con tono cariñoso. Peter vio una versión
más joven y dulce del dragón. Era morocha y encantadora, sin duda la princesita
de la familia. Sonrió al ver a Lali, le dio la bienvenida con más calidez que
el resto de los presentes juntos y le preguntó por su equipo de rugby.
—Muy
simpática chica —le comentó a Lali cuando su hermana fue a buscar al amnésico
con el que se iba a casar.
—¿Chica?
—Guapa,
pero no es como tú.
—No
eres el primero que se da cuenta. Mira, no dejes que mis papás te depriman.
Son... —su voz se fue apagando mientras pensaba en una palabra que los
definiera.
—¿Buena
gente? —dijo Peter antes de que María José llamara a Lali cuando Javier
apareció con las botellas.
Cuando
volvió al cabo de unos minutos, tenía el pelo sujeto con peinetas. Pasaron al
comedor.
—¿Qué
te pusiste en el pelo? —le preguntó Peter al oído cuando se sentaron.
—No
realza mi cara redonda si lo llevo suelto. No soy tan tonta.
—A
mí me gustaba.
—A
mí también —dijo Lali y entonces comenzó la cena.
—¿A
qué te dedicas, Peter? —le preguntó Carlos una vez terminada la sopa, animada
con una conversación trivial, y les sirvieron el plato principal.
—Doy
especializaciones, seminarios de formación empresarial —contestó mirando con
recelo a María José, que lo había estado observando durante el primer plato. No
podía asegurar que tuviera fruncido el entrecejo, porque no tenía la frente
arrugada, pero no tenía una expresión cálida.
—Así
que eres profesor. ¿Ganas dinero con eso?
—¡Papá!
—exclamó Lali.
—Lo
suficiente —contestó Peter distraído, porque Lali había comenzado a darle
discretos golpecitos en la espalda. Estaba agradecido por su apoyo, pero era
algo demasiado bueno como para disfrutarlo delante de su padre.
—¿Para
qué empresa trabajas?
—Lanzani,
Sierra y D’Alessandro —le informó, y después sonrió a la madre de Lali—. Esta
carne es deliciosa.
—Gracias
—dijo María José Espósito, nada tranquila.
—Lanzani.
Así que trabajas para tu padre. No te costó mucho encontrar trabajo, ¿no? —dijo
Carlos.
—No,
el jefe soy yo. La empresa es mía.
—Me
gustaría saber el porcentaje de hijas que vuelven a casa de sus padres después
de que éstos hayan acosado a sus invitados —comentó Lali mirando a su padre.
—¿La
heredaste?
—La
fundé yo.
—Supongo
que el porcentaje será muy bajo —continuó Lali.
—Pero
te financió tu padre.
—No,
quería que trabajara con él, así que tuve que recurrir a alguien que no fuera
de la familia para conseguir el capital.
—¡Por
Dios, papá! ¡Ya basta! —exclamó Lali quitando la mano de la espalda de Peter—.
Vamos a hablar de otra cosa. Tengo un gato.
—Así
que es una empresa nueva. El treinta y tres por ciento fracasa en los cuatro
primeros años.
—Es
una especie de gato mutante —añadió Lali.
—Hace
diez años sí que era nueva. Ahora funciona.
—Molesta
a mis amigos. Estoy pensando en llamarlo Carlos —amenazó Lali.
—Mariana
—la reprendió su madre—. ¡Compórtate!
—¿Un
poco de pan? —ofreció Lali poniendo la canasta debajo de la nariz de Peter.
—Sí,
gracias —cogió un pancito y le devolvió la canasta. Lali cogió uno también.
—¡Lali!
—exclamó su madre.
—Está
bien, está bien —accedió ésta y volvió a dejarlo.
—Así
que tienes negocio propio —comentó Carlos con desconfianza.
—Sí.
¿Por qué no puedes comer pan? —le preguntó a Lali.
—Ya
te dije, tengo que entrar en un vestido. No pasa nada, ya comeré pan en julio.
—Lali
será dama de honor de Ana la semana que viene y no queremos que esté demasiado
gorda —explicó María José.
—Ya
lo estoy —admitió Lali.
—Deberías
venir, Peter —lo invitó Ana, que no había probado el pan, la mantequilla ni la
carne, aunque le había dado un buen sorbo al vaso con agua—. Al casamiento, y a
la cena. Lali necesita un acompañante.
—¿Qué
clientes tienes? —le preguntó Carlos antes de que pudiera aceptar la
invitación.
—¿Hace
cuánto tiempo salen? —quiso saber María José.
—¿Tienes
familia? —le preguntó Lali jalándolo de la manga.
—Sí
—contestó con cierta reserva.
—¿Son
igual de horribles?
—¡Mariana!
—exclamó María José con tono amenazador.
—Bueno,
al menos me dejan comer pan —dijo Peter sin quitarle la mirada a María José—.
Aparte de eso, sí.
—¿Perdón?
—intervino Carlos.
—No
me importa que me interroguen sobre cómo me gano la vida. Su hija me ha traído
a esta casa y le concedo la importancia que merece. Tampoco me importa que su
mujer me pregunte por mi vida privada. Pero Lali es una mujer maravillosa y
durante toda la cena o no le han hecho ningún caso o la han acosado con un
estúpido vestido. Y que conste que no estoy de acuerdo con que esté demasiado
gorda para el vestido. Es el vestido el que es demasiado pequeño. Ella es perfecta
—puso mantequilla en un trozo de pan y se lo pasó—. Come.
Lali
parpadeó y lo cogió.
—No
he estado casado ni comprometido y mi última relación acabó hace dos meses.
Conocí a su hija hace tres semanas —le informó a María José. Después se volteó
hacia Carlos—. La empresa tiene saldo positivo desde hace tiempo. Si quiere
comprobarlo puedo darle referencias. Si la relación con su hija llega a ser
seria podré mantenerla.
—¡Hey!
Puedo mantenerme yo sólita —protestó con el trozo de pan todavía en la mano.
—Ya
lo sé, pero tu padre quiere saber si yo puedo hacerlo. Come —Lali mordió el pan
y Peter miró al resto de los comensales—. ¿Hay alguien que quiera saber algo
más?
Ana
levantó la mano.
—¿Sí?
—¿Vas
a acompañar a Lali a la boda?
Lali
intentó tragar.
—No
me lo pidió. ¿Quieres ir a la boda de tu hermana conmigo?
Lali
se atragantó y Peter le dio una palmadita en la espalda.
—Por
supuesto que quiere —aseguró María José sonriendo por primera vez en la noche—.
Estaremos encantados de que vengas. A la cena también.
—Buenísimo
—dijo Peter, notando que había hecho algún progreso, mientras Lali respiraba con
dificultad.
—El
vino es excelente —le comentó Carlos.
—Gracias,
esto... gracias a Javier. Sabe de vinos.
—Sí
—dijo Carlos mirando a Javier, que le sonrió débilmente.
—¿Tienes
un gato? —preguntó María José a su hija, y la velada transcurrió mientras le
soltaba un discurso sobre gatos, Carlos hacía preguntas sobre el negocio de los
seminarios, Javier miraba con el entrecejo fruncido, Ana sonreía y a Peter le
dolía la cabeza. Había pasado noches peores, pero no muchas.
—Lo
siento —le dijo Lali en voz tan baja que casi no la oyó.
—¿Por
qué? La estoy pasando de genial.
Cuando
terminaron el postre, que sólo comieron los hombres, Lali se llevó a Ana a la
cocina.
—¿Te
volviste loca? ¿Por qué le dijiste a ese hombre que venga a la boda?
—¿Por
qué no? Necesitas un acompañante y es simpático. No veo el problema.
—Eso
es porque no conoces su pasado.
—Bueno,
al menos ahora tienes pareja. Creo que ha sido buena idea.
—No
vuelvas a hacer una cosa así nunca más. Jamás —la amenazó con un dedo.
—Está
bien. A pesar de todo tienes un acompañante muy sexy.
Su
sexy acompañante apareció, dijo adiós amablemente a los padres, salió de la
casa, le abrió la puerta del auto, se sentó en el asiento del conductor y le
quitó las peinetas del pelo.
—Son
horribles, Lali —dijo tirándolas por la ventanilla.
—Sí,
gracias —dijo intentando no sentirse rescatada.
Continuará…
jajaja me encantooooooooo...
ResponderEliminarse los metio a todos en el bolsillo...
jajajaja... =)
Otroooooooooo :))
ResponderEliminarSi k la rescató ,pero d toda la familia.
ResponderEliminarHarta me tenían con tanta preguntadera.
Ayyy me encantaa ❤️❤️❤️
ResponderEliminarMaaass
Na na.... es genial, la familia insoportable y él un Duque! Más
ResponderEliminarQuiero más!
ResponderEliminarLore
me tiro del monte kikiriskiaga si llego a ener unos papas asi ... INFUMABLES
ResponderEliminar+++++++++++++++
@x_ferreyra7
Maaaaaaas!
ResponderEliminarVaya padres... Jajaja
Peter mas que un sexy acompañante practicMnt es su heroe jajajaja
ResponderEliminarEspero el prox. Tq
Jajaa genial! Familia!
ResponderEliminarMe encanto como Peter les puso los puntos.
Espero más!
Besos
con esa familia pa q enemigos XD muy bien por peter
ResponderEliminarAawwwww como Peter repondio :3
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