Hola, hola! ¿Cómo les va? Espero que todo bien y ya
listas pasa arrancar el finde! Gracias por sus comentarios, el tiempo, el
cariño y por leer!!!! Las quiero y leo mañana!!! Besos
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@Caparatodos
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—No
creo que ella cometa errores. La comida está deliciosa —dijo Peter.
—Peter
no quiso entrar en la empresa familiar —le informó Jaime sonriendo con fingida
animosidad y Lali pensó: «Y tú eres un tonto por decirlo en voz alta».
Capítulo 57:
—¿Y
por qué debería haberlo hecho? —preguntó Lali alegremente tras retirar la mano
de la espalda de Peter. «No voy a volver a ver a esta gente en mi vida, que les
den», pensó.
—¿Que
por qué no iba a entrar en la empresa de la familia? —repitió Claudia enarcando
una ceja, lo que molestó a Lali porque ella no podía hacerlo—. Porque es la
tradición.
—No
—dijo Lali y a Bárbara se le abrieron aún más los ojos—. Sería una
equivocación. Hace lo que tiene que hacer —se volteó para mirar a Peter y lo
encontró viendo la nada, al espacio que había entre Bárbara y Tomás. «Está
ido», pensó y miró a Tomás, que seguía mirándolos a todos con el tenedor en la
mano. No era de extrañar que vomitara a todas horas.
—¿Te
parece una equivocación entrar en un estudio de abogados respetado y
prestigioso? Tonterías, es la tradición de los Lanzani —aseguró Juan
aclarándose la voz.
—¿Usted
entró en el negocio de su padre? Creía que lo habían fundado usted y su socio.
Al
otro lado de la mesa, Bárbara hizo lo imposible y consiguió que su
imperturbable cara lo fuera aún más.
—Así
fue —intervino Jaime indignado—. Ellos comenzaron la tradición.
—No
creo que dos generaciones constituyan una tradición —aseguro Lali intentando
dar un tono intelectual a su voz, como si lo estuviera meditando—. ¿Tu quieres
ser abogado, Tomás?
—No,
quiero ser ictiólogo.
—¿Peces?—le
preguntó Lali.
—Sí
—dijo Tomás levantando la barbilla y sonriendo.
—Me
alegro.
—Tomás
es un niño. La semana que viene querrá ser bombero —comentó Claudia sonriendo a
su nieto casi con simpatía.
—No,
la semana que viene querré ser ictiólogo —aseguró éste antes de acabar su
comida.
«Te
quiero, campeón», pensó Lali.
—Tomás.
¿Por qué no te vas a comer el postre a la cocina con Silvia? —le propuso
Claudia.
—Dale.
¿Me permiten?
—Sí,
amor —dijo su abuela y Lali pensó: «Suertudo»—. Perdona que te haya
interrumpido, Mariana. ¿Qué estabas diciendo? —preguntó girándose para mirarla
con su reptilesca sonrisa como si quisiera decirle: «Es tu oportunidad para
retractarte».
Lali
le devolvió la sonrisa. «Que te den».
—Decía
que si analiza la situación se dará cuenta de que es imposible que Peter
entrara en la empresa —Juan dejó el tenedor en la mesa y Lali cogió su copa—.
Para empezar es el menor. Los mayores suelen seguir los pasos de la familia
porque lo que buscan es complacer —afirmó mirando a Jaime—. Por eso suelen
triunfar —tomo un trago del vino mientras todos la miraban con diferentes
grados de frialdad—. También suelen llevarse la mejor parte en cuestión de
atención y respeto, con lo que su éxito se convierte en una especie de
predicción que por su propia naturaleza contribuye a cumplirse. Pero los
menores saben que tienen que ser más exigentes para que les presten atención y
por eso rompen las reglas.
—Supongo
que tu psicología no es profesional —dijo Juan sonriéndole sin ninguna calidez.
—No,
es más bien un hecho. Incluso hay pruebas anecdóticas. Se remonta al mito y la
leyenda. En los cuentos de hadas siempre es el hijo más joven el que se va para
buscar fortuna.
—¿Cuentos
de hadas? —comentó Jaime soltando una risita tonta mientras Bárbara seguía
imitando a una lechuza congelada.
—Piense
en la personalidad de Peter. Sus amigos me han dicho que jamás pierde una
apuesta. La reacción instintiva ante eso es pensar que es un jugador, pero no
lo es. Si lo fuera habría perdido la mitad de las veces. En vez de eso, calcula
las probabilidades y sólo se arriesga cuando sabe que puede sacar provecho
—miró a Jaime—. Como hijo menor en la empresa de la familia nunca llegaría al
puesto más alto. Es un riesgo que no le conviene, no creo que se haya planteado
entrar en la empresa.
—Habría
sido socio —dijo Juan dejando de fingir que aquello era una conversación
trivial.
—Puede
que tercer socio, después de usted y Jaime. Además tendría que competir con su
socio y sus hijos. Dentro de la familia siempre será el pequeño. Tenía que
quedarse fuera y, por supuesto, está el tema de la dislexia.
El
silencio en la mesa fue tan glacial que Lali se sorprendió de que no se
hubieran llenado de escarcha. Volvió a coger el cuchillo y el tenedor para
cortar un nuevo bocado pensando que ojalá pudiera pedir una cajita de plástico
para la comida e irse a casa.
—Preferimos
no hablar de la discapacidad de Peter —le comunicó Claudia de forma tajante.
Lali
se tomó su tiempo con la carne y después tragó.
—¿Por
qué? Es parte de su ser, lo ayudó a ser quien es. No tiene por qué
avergonzarse. Más del diez por ciento de la población es disléxica, no es nada
raro. Y en buena parte es la razón por la que abrió su negocio. El noventa y
nueve por ciento de los disléxicos son autónomos. Necesitan controlar el
entorno en el que trabajan porque los ambientes normales de trabajo no se
preocupan por sus necesidades. Y suelen ser muy buenos porque normalmente son
inteligentes y empáticos. Tiene un hijo que es inteligente, trabajador,
triunfador, popular, sano, encantador y extremadamente guapo. Me extraña que no
enseñen su fotografía a los amigos para presumir de él —se giró hacia Peter y
vio que la miraba con cara inexpresiva—. Si fuera mi hijo, yo sí presumiría de
él.
—Por
supuesto que estamos muy orgullosos de Peter —replicó Claudia con voz lúgubre.
—Buenísimo
—dijo Lali—. También tiene razón en lo de la carne, está muy deliciosa.
—Gracias
—dijo Claudia antes de mirar a Jaime y preguntarle por su trabajo. Quince minutos
después sirvieron los postres. Jaime, Claudia y Juan hablaron de la empresa,
Peter siguió callado, Bárbara se comió tres rodajas de zanahoria y se tomó todo
su vino y Lali estaba harta.
—La
verdad es que había quedado con Tomás, así que si me perdonan, iré a verlo
—dijo dejando la servilleta al lado del plato antes de levantarse para
dirigirse a la cocina.
Tomás
estaba terminándose el helado bajo la atenta mirada de la mujer que les había
servido la cena.
—¡Hola
chico de los peces! ¿Queda algo de eso?
—Es
ésta, Silvia —dijo Tomás mirando a la mujer.
—Ya.
¿Qué quiere con el helado? —preguntó estudiándola de pies a cabeza.
—Chocolate.
El chocolate siempre es bueno—dijo sentándose frente a Tomás.
Este
terminó lo que quedaba en la copa con una cuchara y después se quedó mirándola,
con la misma cara de buho que su madre, hasta que Silvia le sirvió el helado.
Había muchísimo.
—Gracias.
Por cierto, me llamo Lali —se presentó ofreciéndole la mano.
—Silvia
—dijo estrechándosela—. Cómaselo antes de que se derrita.
Lali
asintió con la cabeza y hundió la cuchara. Estaba delicioso, suave y
excesivamente grasoso, y el chocolate exquisitamente ligero y amargo. Tenía que
reconocerlo, Claudia Lanzani hacía una comida excelente.
—¿Se
atrevió a contestarle a la Reina del hielo?—preguntó Silvia apoyándose en el
lavadero.
Lali
pensó en hacer como si no entendiera, pero, luego contestó.
—No
estaba de acuerdo con ella.
—No
volverá a esta casa —sentenció Silvia.
—¡Por
supuesto que no!
—¿Pero
vendrás al parque? —preguntó Tomás asustado.
—Sí,
aunque no sé si tu tío Peter quiera volverme a hablar.
—Parece
buena persona. Es reservado. No lo vemos mucho por aquí —le informó Silvia.
—Me
imagino. Hola —saludó a Peter, que acababa de entrar—. Tu madre tiene un gusto
maravilloso para el helado. Lo que, ahora que lo pienso, tiene sentido.
Peter
asintió con cara inexpresiva.
—¿Estás
lista?
Lali
miró su recipiente de azúcar y grasa de primera clase y suspiró.
—Sí
—dijo, y dejó obedientemente la cuchara. Debía de tener muchas ganas de salir
de allí.
—¿Puedo
comerme tu helado? —preguntó Tomás cuando Peter ya estaba en la entrada.
—¿Vomitarás?
—El
helado no.
—Come
hasta cansarte. Encantada de haberte conocido, Silvia.
—Igualmente.
Buena suerte.
Se
reunió con Peter en la puerta y éste la abrió sin decir nada. Casi estaban en
las escaleras cuando Bárbara apareció en la entrada.
—¿Todo
bien? —Peter meneó la cabeza y Bárbara le sonrió a Lali—. Me alegro de haberte
vuelto a ver —dijo como si realmente lo sintiera. Peter siguió bajando los escalones,
Bárbara desapareció y Lali lo siguió, segura de que iban a discutir.
Lali
no se arrepentía de nada. Entró al auto y se recostó en el asiento de cuero.
Bueno, extrañaría aquel automóvil y la comida, aunque siempre podía ir donde
Emilio sin Peter.
Peter
subió, dio un portazo y se quedó quieto un momento. Lali miró su tenso perfil y
pensó: «A ti también te voy a extrañar».
Me encantooooooooooooo
ResponderEliminarQue no se enoje!!! Mas me encanta!
ResponderEliminarnecesito masssssssssssssssssss me EN-CAN-TA MASmasMAS
ResponderEliminarOh por Dios! Buena Lali!
ResponderEliminarQue familia tienen los dos!
Oh, oh... Espero que Peter solos ste tenso por el shock, pero todo quede bien!
Me encanto, espero más.
Besos, te quiero
haaa espero que no se enoje
ResponderEliminar++++++
@x_ferreyra7
Maaas nove
ResponderEliminarSe jugó lali,para mí P no sólo no se enoja sino q la besa en premio!!!!!#Suegras una especie diferente,JAJA y aqui un buen modelo de ello!
ResponderEliminarPa mi que Peter mo esta enfadao con Lali sino cn sus padres. A saber que han dicho mientras Lali no estaba. Creo que lo que va a hacer Peter ahora es comerle la boca a su querida acompañante porq si le quedaba alguna duda de que "es ella, idiota" se han esfumado todaa. Espero maas
ResponderEliminarYo creo que sí se ha enfadado aunque piense que Lali tiene razón. . .creo que aquí se ha terminado su historia, esto los va a separar me da a mi. . .
ResponderEliminarOoooostras k repaso les dio Lali!!!!,muy bien merecido.
ResponderEliminarYo creo k Peter la besa allí mismo ,xk seguro el no tuvo nunca los coj......d enfrentarse así a sus padres,y ante tamaña defensa......si no lo hace, si k pensaré k es un tonto ,y un necio.
maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas... =D
ResponderEliminarMe quiero imaginar que Peter NO se va enojar con Lali? lo único que hizo fue defenderlo!! Espero el proximo capítulo!!!!
ResponderEliminarJAJAJ q risa ver q la mayoria pensamos q la va es a besar ojala q asi sea,lindo capi un aplauso para lali q bien q le dijiera todo eso q al fin y alcabo es la verdad
ResponderEliminarPobre Peter, qué familia!!!!
ResponderEliminarQuiero más!
Lore