Hola, hola! ¿Cómo les va? Espero que bien! Solo quiero
decirles gracias por ser el mimo en momentos felices, por ser mi salvavidas y
flotador cuando el barco se hunde! Las quiero, son muy especiales!!!! Gracias,
gracias!
Twitter:
@Caparatodos
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—Son
horribles, Lali —dijo tirándolas por la ventanilla.
—Sí,
gracias —dijo intentando no sentirse rescatada.
Capítulo 56:
Al
día siguiente, Lali se vistió con mucho cuidado para la cena con los Lanzani.
Volvió a sacar el vestido negro, limpió los zapatos negros chatos e intentó
hacerse ondas en el pelo. La llamada de María José no la ayudó nada.
—Hija,
Peter es maravilloso.
—Gracias
mamá —dijo Lali preparándose para lo que viniera a continuación.
—Papá
ha comprobado su situación financiera y es solvente.
—¿Un
sábado por la noche? ¿Y cómo lo hizo?
—Ya
conoces a tu padre —contestó en un tono que Lali desearía que no tuviera—. Y
parece que le gustas mucho. Lo del pan y la mantequilla ha sido muy dulce. No
volverás a comerlo, por supuesto, pero...
—Un
hombre que te alimenta es bueno.
—No
lo pierdas. Me enojé mucho cuando cortaste con Benjamín. No dejes escapar a
Peter también.
—Mamá,
no lo quiero —mintió.
—Pues
claro que lo quieres. Tendrán unos hijos preciosos.
—Tampoco
los quiero. Cambiando de tema: estoy pensando en dejar mi trabajo y hacerme
cocinera.
—No
hables pavadas, hija. ¿Tú rodeada de comida? Explotarías como un globo.
—Muchas
gracias, mamá. Tengo que colgar.
—¿Dónde
vas?
—A
comer con los padres de Peter.
—Qué
lindo. ¿Quiénes son?
—Juan
y Claudia Lanzani. No creo que...
—¿Vas
a comer con Claudia Lanzani?
—Sí,
pero porque parió a mi acompañante, sino no lo haría.
—Lali,
Claudia Lanzani es una muy importante economista—aseguró con voz cargada de
respeto.
—Lo
siento mucho —dijo Lali, que era la primera vez que oía decir a su madre la
palabra «importante» con aprobación.
—Nada
de carbohidratos. Y cuéntamelo todo cuando vuelvas a casa.
—¡Dios
mío! —exclamó antes de colgar y volver a sus problemas con el pelo.
Cuando
Peter tocó su puerta, ella y Elvis estaban contemplando una cinta para el pelo
con cierto recelo.
—¿Qué
te parece? —le preguntó a Peter al abrir la puerta.
—No,
por Dios —dijo agachándose para acariciar al gato, que ronroneaba a sus pies—.
Mírate, parece que vas a un duelo.
—No
intentes convencerme para que me cambie de vestido.
—Al
menos, déjame los pies. ¿Por qué no te pones los de los lazos negros, los que
tenías la primera noche?
—¡Peter!
—No
es mucho pedir —dijo sonriendo apoyado en el quicio—. Anda a cambiarte de
zapatos y después nos enfrentaremos juntos a los dragones.
—La
táctica del encanto no funciona conmigo —dijo sonriéndole muy a su pesar, antes
de ir a cambiarse de zapatos.
—Bueno,
¿tengo de saber algo sobre tus papás? —preguntó ya dentro del auto.
—No.
Serán educados, pero no simpáticos. En casa no hace falta enfriar el vino, el
ambiente se encarga de hacerlo.
—Buenísimo,
elegiste el mejor momento para hacer chistes.
Cuando
llegaron, se dio cuenta de que hablaba en serio. La casa era inmensa, una de
esas mansiones que a Lali siempre le habían parecido excesivas. La empleada que
estaba en la puerta de paneles era amable, la entrada de madera, y cuando
pasaron a lo que Lali dudó si llamarla sala, los padres le parecieron
absolutamente gélidos.
—Estamos
encantados de que hayas venido —la saludó Claudia Lanzani dándole la mano. No
parecía encantada; no parecía otra cosa que oscura, sorprendente e
increíblemente guapa, al igual que su marido, Juan y su hijo Jaime, seguramente
el único hombre en todo el planeta que hacía que Peter pareciera sencillo.
—¡Lali!
—exclamó Tomás a su espalda y al girarse vio que iba hacia ella jalando a
Bárbara.
—Hola.
Gracias por invitarme a comer, me moría de hambre —dijo agachándose.
—Me
gustan tus zapatos. Los lazos son muy lindos —le susurró sonriendo, feliz de la
vida.
—Gracias
—dijo Lali mirando de reojo a Peter. Había puesto cara inexpresiva y se dio
cuenta de que no había abierto la boca desde que habían llegado. «Bueno
—pensó—, bienvenida al infierno».
Hizo
todo lo posible por mantener una conversación fríamente educada hasta que se
sentaron y les sirvieron unos platos hermosamente presentados con espirales
dibujados con salsa. Después se dio por vencida y simplemente comió.
—¿A
qué te dedicas, Mariana? —le preguntó Juan cuando les sirvieron los filetes de
carne con papas.
—Soy
asesora de seguros —contestó rezando por
que no se le hubiera quedado nada entre los dientes.
—¿Y
para quién trabajas? —continuó, nada impresionado, aunque tampoco despectivo.
—Para
ASESTA —le informó antes de concentrar su atención nuevamente en la carne. La
comida estaba bien presentada y era muy buena, eso tenía que reconocerlo, pero
no era como la de Emilio's. Para que esa sala se animara hacía falta alguna
foto exótica y cómica en las paredes. Y no iban a admitir que eran exóticos. Miró
a los comensales. Conservadores, presumió. Contempló su magníficamente
presentado plato. La hambruna de la papa había quedado muy atrás.
—Espósito
—dijo el padre de Peter y Lali se dio cuenta de que había estado callado un
buen rato—. El vicepresidente es Carlos Espósito, ¿no?
—Es
mi padre.
—Así
que trabajas para la empresa de tu padre —concluyó Juan sonriendo.
—Bueno,
no es el dueño exactamente —le aclaró Lali, que sabía que en algún momento de
la conversación pisaría una mina—. Pero me ayudó a conseguir el puesto.
—No
necesitabas ayuda. Eres asesora de seguros. Seguro que te hicieron cuarenta
ofertas —intervino Peter.
—Sí,
hubieron varias —dijo Lali, que no sabía muy bien qué estaba pasando—. Pero no
eran nada interesantes. Así que mi padre me ayudó.
—Muy
inteligente por tu parte —la alabó Claudia Lanzani. Lali miró sus oscuros ojos
y pensó: «No quiero que me dé su aprobación, señora»—. Aceptar ayuda de un
padre me parece muy inteligente.
—Bueno,
no implicaba ningún compromiso, así que no había lado malo.
En
un extremo de la mesa, Juan sonrió y su aspecto mejoró considerablemente. «Tú
tampoco caes bien», pensó Lali. Bárbara estaba inmóvil, no asustada, como
alerta, y entre ellos, Tomás hacía lo que podía con las papas, mirándolos a
todos.
—Y
sí muchas ventajas. Estoy seguro de que tu padre te ayudó todo el tiempo
—intervino Juan.
—Ella
lo logró sola —la defendió Peter con voz apagada—. Las empresas de seguros no
dependen de cuestiones sentimentales. Es la persona que más veces han ascendido
en la empresa y nadie cree que se lo deba a su padre. Es inteligente,
trabajadora y muy buena en lo que hace.
Había
algo sombrío y espantoso en su voz, desproporcionado para el tono de la
conversación y Lali le puso la mano en la espalda con mucha discreción. Incluso
a través de la ropa notó que tenía los músculos tan tensos que le pareció estar
tocando cemento. Al sentirla, Peter se tensó aún más, aunque después relajó
ligeramente los hombros.
—Claro
que lo es —dijo Juan mirando a su mujer y esbozando una sonrisa—. Nos parece
admirable que haya seguido los pasos de su padre.
—Mi
padre no es asesor.
—No,
por supuesto —dijo Claudia con cierto tono de ironía en la voz—. Te admiramos
por haber hecho la elección adecuada y haberte quedado en el negocio de tu
padre. ¿No crees, Peter? —preguntó sin dejar de sonreír.
—No
creo que ella cometa errores. La comida está deliciosa —dijo Peter.
—Peter
no quiso entrar en la empresa familiar —le informó Jaime sonriendo con fingida
animosidad y Lali pensó: «Y tú eres un tonto por decirlo en voz alta».
—¿Y
por qué debería haberlo hecho?
masssss
ResponderEliminarAmo como se defienden el uno a otro
ResponderEliminar+++++
@x_ferreyra7
Chicos me encantan!!
ResponderEliminarOh, oh! Pero que familia tienen ambos!
ResponderEliminarEspero mucho más, esta genial! Ya quiero ver como termina la cena, esa pregunta de Lali esta genial!
Ánimos!
ResponderEliminarPor Twitter, por Facebook, por Whatsapp, por el pensamiento... ;) sabes que estoy y te mando un gran beso y abrazo! Te quiero, besos
MASmasMAS
ResponderEliminarMaass
ResponderEliminarOtrooooo :D
ResponderEliminarTodo el tiempo en guardia ,pero x sus familias.
ResponderEliminarJajjajaja,y siguen con el fetichismo d los zapatos,Peter y Tomás.
Maas nove
ResponderEliminarMaaaas!
ResponderEliminarEstas dos criaturitas estan como oa juntar a sus familias, eso podria ser un caos absoluto. Espero mas tq
ResponderEliminarYo q ellos me armo un bolso y cambio de continente,JAJA q entorno el de ambos flias/amigos todos para regalar,JAJA
ResponderEliminarEn cuanto a vos aqui estamos y estaremos,a veces las cosas no son fáciles pero siempre hay algo porq luchar,algo q nos sca una sonrisa cdo no tenemos ganas,hay q aferrarse a ello y resistir!Beso y abrazo!
maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas... =D
ResponderEliminarq familia XD apoyo a la de arriba armen su bolso y váyanse xd q buen capi..
ResponderEliminarq tengas lindo dia,gracias por tan lindas historias