viernes, 2 de mayo de 2014

Epílogo


Hola, hola!!!!! ¿Cómo les va? Espero que bien! Sé que no son horas de subir, pero recién me desocupé :$ Lo siento por hacerlas esperar!!!! Que disfruten el epílogo y gracias de corazón por estar una nove más leyendo, comentando y haciendo el aguante!!!! Son las mejores :D Gracias, gracias, gracias y más gracias!!!!! Un beso y mañana, si Dios quiere, nos volvemos a leer!!!

P.D.: Para la que quiera, acá pueden descargar Sobran Palabras!!! Gracias Inmilla por la foto :D Te pasaste!!!! GENIA GENIA!

Twitter: @Caparatodos
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—Lali. —Peter la levantó con cuidado. Se le quebró la voz—. No te me mueras, Lali. Te necesito. Aguanta, aguanta, te llevaré al hospital. Aguanta. Háblame, Lali. No te mueras, no dejaré que te mueras. Háblame, por favor. Háblame.

—¡Hey! —susurró Lali. Alargó una mano temblorosa y le rozó la mejilla. Estaba caliente, áspera y era sólida. Como Peter—. Esa frase es mía.

Epílogo:

Cuatro años después.

«FIN»

Lali se recostó en el sillón, contenta, observando el parpadeo del cursor durante un par de minutos más. Suspiró profundamente de satisfacción, guardó el documento, apagó la computadora y se estiró haciendo una mueca. El hombro le dolía más de lo normal, lo que significaba que seguiría lloviendo. Según el parte metereológico, se esperaba una tormenta para ese día del calibre de la sucedida hacía cuatro años.

Aquella tormenta había estado a punto de costarle la vida. Los médicos del hospital le dijeron que su presión arterial había estado por debajo de cincuenta y bajando cuando Peter la llevó allí. Pese a que apenas había estado consciente, las pesadillas de Lali seguían siendo blancas: la bata de los médicos y enfermeras, la luz de la sala de operaciones justo antes de perder el conocimiento...

Tenía suerte de seguir viva y de que la bala sólo le hubiera dejado un hombro que enseñar. Si Peter no hubiera sabido cómo vendarle la herida y si no hubiera luchado contra la tormenta para llegar al hospital... Lali no quería ni pensarlo.

En cuanto recuperó las fuerzas necesarias para incorporarse en la cama, Peter trajo a un juez para que los casara. Y allí, en aquella habitación de hospital llena de flores que Peter había traído y rodeada de sus amigos de Fiambalá, Lali había unido su vida a la de Peter.

Le había costado seis meses de yeso y otros seis de rehabilitación para volver a acostumbrarse a su hombro. Y durante todo ese tiempo, Peter le había prohibido trabajar. Claro que después de eso el nacimiento de las gemelas había ocupado todo el tiempo libre que pudiera tener en los próximos dos años.

La primera vez que pensó en tener hijos fue durante el viaje que hicieron a Buenos Aires cuando por fin pudo moverse con cierta facilidad. Allí, había puesto a la venta el departamento, había enviado sus cosas a Fiambalá y había tenido una conmovedora reunión con sus amigos. A todos ellos los había invitado a que fueran a visitarla, y alguno de ellos ya lo había hecho.

Tomar la decisión tampoco fue tan difícil. Después de hacer el amor durante toda la noche en su antiguo departamento, Lali le había dicho a Peter tranquilamente al oído:
—No he vuelto a tomar la píldora.

—Bueno —fue todo lo que dijo. Y ya está.

Nadie esperaba un par de gemelas revoltosas. Durante los dos primeros años trabajar ni siquiera se le pasó por la cabeza, hasta que Lali empezó a inquietarse. Y ahora había empezado su nueva carrera como editora independiente o, como lo llamaba ella; médico de libros. Su primer contrato fue para la novela de Rodrigo Madueño, que había ganado un premio por el artículo que escribió sobre ella: «El pueblo que salvó a Lali».

Peter le había contado la historia de Lali e, intrigado, había viajado a Fiambalá para investigar acerca de la historia. Allí había conocido a Euge y había decidido quedarse como director editorial del diario local. Su artículo había sido elegido como noticia nacional y había dado la vuelta al país. Lo que contaba en él acerca de la ineficacia del Programa de Protección de Testigos había llevado a que se nombrara un nuevo director y se donaran más fondos. «El pueblo que salvó a Lali» apareció en toda la prensa local.

Rodrigo bromeaba con frecuencia diciendo que, en realidad, Fiambalá era «El pueblo que Lali salvó». En esos años, se habían abierto un par de negocios en Fiambalá. El hermano de Rodrigo, ingeniero electrónico, los visitaba seguido y estaba pensando mudar a Fiambalá su nueva empresa. Rodrigo y Euge se habían casado el año anterior y estaban esperando su primer bebé.

Lali se levantó para ver qué hacían Peter y sus hijas. Le tomó un tiempo atravesar la inmensa sala que utilizaba como escritorio. Peter había habilitado todo el segundo puso de la casa para que Lali lo usara, y ésta tenía ahora más espacio que en la empresa en la que trabajaba antes. De la zona de trabajo a la puerta había al menos diez metros.

Lali tenía una zona de trabajo, una biblioteca para sus libros de referencia, una zona para poner la impresora, una zona de lectura y lo que Peter llamaba «zona de pensar»: una esquina espaciosa que daba a la parte anterior de la casa, desde donde podía observar a los hombres que trabajaban ahí tratando de evitar las travesuras de las pequeñas.

Lali se pasó una mano la panza. Si el test de embarazo de esa mañana estaba en lo cierto, en febrero se sumaría otro Lanzani al clan. Sería una niña, de eso estaba segura. La Maldición de los Lanzani se había terminado para siempre con el nacimiento de Almudena y Vera. Frodo también había encontrado pareja; una perrita collie con la que había tenido una camada, la mayoría hembras. Hasta las yeguas habían empezado a tener más potrillas. Peter estaba ahora rodeado de mujeres.

Lali abrió la gigantesca puerta de su estudio y descolgó el letrero de «La doctora de los libros está TRABAJANDO». Justo a tiempo. La puerta principal se cerró de golpe y oyó la fuerte voz de Peter y el parloteo de las niñas.
Se oyó el ruido de los zapatos y el arañazo de las uñas de Frodo, que los seguía. Lali sonrió desde las escaleras al ver Peter.

—¿Podemos subir? —Tenía a una niña cargada en cada brazo y parecía feliz y contento; como siempre desde la llegada de sus chiquitas.

—Claro. —Lali sonrió al ver a su familia—. Sube, tengo algo que decirte.
Peter subió el último tramo de escaleras.

—¿Ya terminaste? —preguntó—. ¿Cómo te fue?

—¿Con el libro? —Lali le hizo una señal con los pulgares hacia arriba—. Va a ser todo un éxito. Pero eso no es...

—¡Buenísimo! —Peter esbozó una sonrisa—. Fui a tomar un café y Euge se pasó la mañana entera rondándome, pero sin animarse a preguntarme por la novela. Al final le dije que estabas a punto de terminarla, para que se tranquilizara.

—Se lo entregaré en persona. Con mis comentarios. Positivos todos ellos. —Lali hizo trompita la boca para que le diera un beso. Peter se inclinó, sonriendo, y puso una mueca de dolor cuando Almudena le jaló del pelo con fuerza. El pelo de Peter, antes castaño, se estaba volviendo plateado, y todas y cada una de las canas eran causadas por las niñas.

—¡Auuu! Almudena, sueltáme. —Trató de desenredar con cuidado la mano de Almudena de su pelo—. Princesa, deja mi pelo—. Pero la pequeña tiró con más fuerza, parloteando alegremente, e hizo otra mueca de dolor—. Por favor, chiquitina; suelta a papá.
Suspirando profundamente, Lali se puso en puntitas de pie para mirar a la niña a los ojos y le dijo con firmeza:

—¡Almudena! Deja de jalar el pelo de tu padre ¡YA! —Sus ojos marrones se encontraron con los verdes de la niña y esta abrió su mano regordeta. Sabía quién mandaba ahí.

—¿Cómo lo haces? —Preguntó Peter con fastidio, frotándose el cuero cabelludo—. Yo nunca logro que haga lo que le digo. Ni Vera tampoco.
Lali puso los ojos en blanco, indignada.

—Sinceramente, Peter. Eres más grande y más fuerte que las niñas. Eres un experto en artes marciales; un antiguo miembro de los las fuerzas armadas, por el amor de Dios. Si no puedes convencerlas... usa la violencia.
Lali se mordió el labio al ver la cara de horror de Peter. El nacimiento de sus hijas había terminado por completo con su sentido del humor.

Las niñas se movían con impaciencia. Peter se inclinó y las dejó en el piso. Almudena y Vera se quedaron milagrosamente quietas unos segundos. Miraron a su alrededor, parpadeando, a la habitación que por lo general tenían prohibida la entrada, preguntándose qué maldad podrían hacer.

Lali observó a sus dos muñequitas con el corazón embargado de amor. Ambas la tenían siempre demasiado ocupada como para que se emocionara por el milagro de su existencia pero, durante unos segundos, mientras las observaba, Lali sintió que los ojos se le humedecían. Almudena y Vera habían heredado su pelo morocho, y los ojos verdes de su padre. Eran inteligentes y no le tenían miedo a nada. «Mis hijas», pensó Lali con una punzada de dolor poco característica en ella, «deben de ser las hormonas», pensó. De la nueva vida que ya crecía en ella. Se recostó contra Peter, quien le pasó una mano por los hombros mientras miraban a sus hijas moverse en direcciones opuestas.
Lali le dio un codazo a Peter en las costillas.

—Auch —se quejó débilmente—. ¿Y, ahora, eso por qué?

—Tengo que decirte algo, pero antes quiero que me des un beso.

—¿Eso es todo? —Los ojos de Peter brillaban—. ¿Y por qué no me lo pediste antes?
Lali le pasó a Peter los brazos por el cuello y se dejó llevar por la magia que seguía existiendo entre ellos aun después de cuatro años de casados.

Antes de perderse en su beso, Peter abrió un ojo, vigilante. Inmediatamente abrió el otro, horrorizado, mientras se alejaba.

—¡Vera! —Dio un par de zancadas y le quitó las tijeras a la niña justo a tiempo. Frodo estaba junto a ella, dejando tranquilamente que la pequeña le cortara los pelos largos y amarillos del estómago. Vera había estado a punto de asegurarse de que Frodo no volviera a tener nunca más hijos.
Peter se agachó.

—Vera, mi amor, no puedes hacer eso. Pobre Frodo, has estado a punto de...
La niña comenzó a llorar y Peter puso la cara de pánico que adoptaba cada vez que una sus chiquitas lloraba.

—Ayy, princesa —dijo sin saber qué hacer—. No llores, no pasa nada... —Levantó la mirada para encontrarse con una Lali muerta de risa—. ¿Qué? —preguntó con cara de cordero degollado.

—Es culpa tuya, Pitt. —Lali se recostó contra la librería—. Si tú, tus hombres y Rafael, y hasta Frodo se dedican poner esas caras con las niñas, les van a pasar por encima siempre. Almudena y Vera empiezan a estar convencidas de que cualquier cosa con cromosoma Y está ahí para servirlas.

Daba igual. Peter había cargado a Vera y la estaba arrullando, intentando que le sonriera. Lali casi podía ver las tuerquitas de la cabeza de su hija girando, maquinando cómo sacar provecho de la situación.

—Ya está, chiquitina. —Peter volvió a dejar a la niña en el piso y le dio una palmadita en el trasero.

—¿Peter?

—¿Sí? —dijo, mirándola con una sonrisa de oreja a oreja.

—Estaba intentando decirte que...

—Ah, se me olvidó decirte —la interrumpió Peter emocionado—, que
Salvador las subió en Estrella del Sur. Dice que Almudena tiene potencial de campeona. Vera necesita un poco de práctica pero...

—Peter —dijo Lali reprimiendo un suspiro—. Las niñas tienen dos años. Es un poco pronto para que Salvador sepa si tienen potencial como amazonas o no. Céntrate en lo que estaba tratando de decirte...

—No es tan pronto. —Peter frunció el ceño—. La nueva potra estará lista para domarse en unos dos años y medio, y las niñas deberían familiarizarse con ella cuanto antes. El otro día justo...

—Peter, hola, estoy intentando decirte algo...

—Pablo me decía que la nueva chica con la que estaba saliendo, ¿sabes de quién te estoy hablando?, la chica que entrena los caballos de los Lozano. Bueno, me dijo que le había dicho...

—Peter...

—... que había empezado a montar a los dos años. Su padre la subió a un pony en su segundo cumpleaños y no volvió a bajarse de él. Te apuesto lo que quieras a que nuestras hijas...

—Peter...

—... van a ser unas campeonas. Pero si hasta podrían ir a los Juegos Olímpicos si quisieran. A ver, lo más seguro es que hasta los Juegos Olímpicos del 2020 no puedan ir, pero si empezamos de una vez, seguro que podemos... —Lali le puso un dedo en los labios para que se callara.

—Peter —le dijo con cariño—. silencio.

FIN ;)

21 comentarios:

  1. Ja Ja!!! Ella quería que hable ahora que se lo banque! Me encanto!!

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  2. Jajaja antes no hablaba y ahora hay que hacerlo callar .
    Me encantó!
    Gracias ♥
    Lore

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  3. HERMOSA ESTA NOVE' creo q Abre entrado unas 5 veces para ver si habias Subido jkkks xD Re emocionada yo!! Que irritante podia llegar a ser pit Hablando. Gemelas que Amor!! Espero La Proxima :)

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  4. Juro que me morí de amor con este final! HERMOSO!!

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  5. Y al final no se lo dijo!!!! Jajajja me encanto ansiosa ya por leer la próxima novela!!!! Te quiero mucho Vale un beso enorme guapísima

    @casiamaia Amaia

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  6. El que no hablaba ahora no lo pueden callar jajajaj Me encanto el finaal!
    Gracias por subirla, Espero la proximaa

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  7. Siii me encanto+!!

    @laliteronfire

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  8. Es cosa mia o no quiere escuchar lo que Lali tiene para decirle porque ya lo sospecha? Seguro que con las dos gemelas tiene que le basta y le sobra pero la llegada de una nueva Lanzani va a traer alegria y mucha mas locura a esa casa que ya lo necesitaba =)

    HERMOSO FINAL!! me encanta eso del cromosoma Y no paro de reir JAJAJAJAJA Almudena y Vera son las reinas de la casa, eso es indiscutible

    espero la proxima nove un placer ayudarte con la portada UN BESAZO

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  9. Lina (@Lina_AR12)3 de mayo de 2014, 5:05

    Mori!Peter charlatan es lo más!JAJA no para de hablar,es la felicidad q corre por sus venas y q s cuida y consentidor de sus mujeres ni duda ,ahora se lo imaginan cdo le traigan novio?JAJA
    EXC nove,Gracias una vez más!

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  10. Jajaj antes quería que hable, bueno ahí lo tiene n.n Muy linda noove, esperare la próxima :)

    Arii

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  11. Jajaja ahora nose quiere callar peter.. me encantó la nove.

    Belu

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  12. jajaja que lindo final!!! tanto se quejo que no hablaba ahora que habla que no se queje!! jajaa
    Gracias por Otra hermosa historia compartida con nosotras!!!

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  13. me encantoooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! espero con ansias (si es que hay) otra novela, puesto que amo, AMO! tus novelas son como una droga!

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  14. Jaja Peter paso de no hablar a no parar, me encantó la historia y ya con ansias de la próxima que seguro nos a encantar igual

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  15. Hermoso final, uno de los mejores, lo amé.
    Esperando la próxima y que sea tan buena como esta.
    Besos
    Bianca :)

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  16. Ahora habla!!!!
    Jjaajjaja que lindo final!!!
    Espero tu proxima nove!!!
    @gbv_17

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  17. Jajajajajajajaja,se convirtió en un chusma Peter,jajajajajajaja.
    Las mujeres al poder,jajajjajajaaja.
    vaya par d gemelas ,k ideitas se les ocurren.
    Preparada para la siguiente novela.
    Besos.

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  18. jajajja ahora q habla lo calla jajaja
    muy buen final
    y por fin rodeado de mujeres :D

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  19. hermoso el final jajajaja peter hablando sin parar es lo mas jajjajajjaa
    encerio siempre que la leo lloro grito te odioo jajaja, y me rioooooooo, subi la otra rapido jjajaj besos

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  20. me encantooooooooo el finalllllllllll peter hablandoooooooooooo sin pararrrrrrrrrrrrr ja ja ja fue lo massssssssssssssss. felicidades por la novela tan maravillosaaaaaaaaaaaaaa. esperamos la proximaaaaaaaaaaaaaaaa. besos

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  21. oooooo me encantooo el fianal ...

    muy buena la nove me re gusto...espero con ansias la proxima que seguro sera tan buena como esta

    @x_ferreyra07

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