Capítulo 29

Hola!!!!! Cómo están?! Qué tal empezaron la semana??? Espero que bien y tengan una buena semana! Ya se acaba noviembre, que horror cómo se pasa el 2012!!!! :O ajajjaja parezco anciana hablando así, pero es la verdad :P El tiempo se pasa volando!!!! Bueno chicocas, nos leemos mañana! Muchas gracias a todas por siempre estar ahí ;) Besos!

Twitter: @Caparatodos

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—¿Cómo puedo estar seguro si no me deja acercarme a ella lo suficiente como para saberlo?

—Tienes razón —aceptó Eugenia, aunque no parecía muy convencida.

Capítulo 29:

Peter salió de Delica’s, siguió por el callejón hasta la Bv. Buenos Aires y se encontró con un vendedor de flores. Compró un inmenso ramo y siguió su camino hacia el Beleco Spa. Al rodear el edificio vio que el estacionamiento estaba lleno.

Entonces se dio cuenta de que no había tenido en cuenta la política de admisión. ¿Intentaría echarlo alguno de esos entrenadores antes de que pudiera llegar a hablar con Lali? Tendría que arriesgarse. En aquellos momentos, estaba tan decidido a arreglar las cosas con ella que se llevaría por delante a cualquier que se interpusiera en su camino.

Manteniendo la mirada en el frente, entró al edificio y se dirigió hacia lo que parecía la zona de oficinas. Apenas había dado diez pasos en territorio prohibido cuando Candela se interpuso en su camino. A pesar de su intento por parecer inflexible, una sonrisa curvaba sus labios.

—Sabes que no puedes estar aquí —le dijo.

Peter le puso las flores en los brazos.

—¿No podrías olvidarte de las reglas por diez minutos? —le suplicó.

—¿Crees que puedes conquistar a Lali en diez minutos?

—Haré lo mejor que pueda. ¿Está con una clienta?

Candela negó con la cabeza.

—Está tomándose un descanso en el jardín. No creo que a nadie le importe mucho que vayas allá —sonrió—. Salvo a Lali, naturalmente. Parece estar muy enojada contigo.

—De eso ya me he dado cuenta —dijo él, y se inclinó para darle un beso en la mejilla—. Gracias.

—No hay de qué —respondió Cande, devolviéndole las flores—. Algo me dice que vas a necesitar todo esto y mucho más. Buena suerte.

—¿Quién necesita suerte? —preguntó él—. Tengo flores, facturas y crocante de manzana.

Afuera, se encontró a Lali leyendo una novela romántica bastante usada. A Peter le pareció una señal alentadora… Parecía que Lali no era del todo inmune al amor, aunque fuera pura ficción.

—¿El chico se queda con la chica? —preguntó, sentándose junto a ella.

Lali levantó la mirada y parpadeó.

—¿Qué haces acá?

—Vine a verte.

—Me refiero a qué haces en el spa a estas horas. A Candela le dará un ataque si te ve.

—En realidad, fue ella la que me dio permiso de pasar —dijo él. Intentó darle las flores, pero ella las ignoró y Peter las dejó sobre la mesa—. También te he traje facturas y crocante de manzana.

—¿De Delica’s?

—Obviamente.

—¿De quién fue la idea?

—Ha sido una especie de unión —respondió él.

—¿Qué quieres decir?

—Nicolás me recomendó que agachara la cabeza. Teresa mencionó las facturas y el crocante. Eugenia puso su granito de arena cuando fui a recoger el pedido. Me encontré con un vendedor de flores cuando venía hacia aquí. Intenté dárselas a Candela para sobornarla, pero me dijo que las necesitaría para ti —la miró esperanzado—. ¿Hay algo que haya funcionado?

Lali logró mantener su expresión inalterable durante un minuto más, pero finalmente desvió la mirada hacia la bolsa.

—¿Te has acordado del helado con el crocante?

—Debe de haberse derretido, pero creo que también hay helado.

—Está bien —dijo ella, y agarró la bolsa con impaciencia. La abrió mientras respiraba hondo y suspiró—. ¿Hay algo mejor que el olor a canela o facturas recién hechas?

—Creo que el perfume que usas huele mejor —dijo él.

Ella lo miró, sorprendida por el cumplido.

—¿Lavanda?

—No sabría definirlo, pero me encanta.

—Peter, tienes que dejar de decirme esas cosas.

—¿Por qué? Es la verdad.

—Siempre eres igual de sincero, ¿no?

—Intento serlo.

—Y por eso me contaste que tu estancia en Monte Grande es temporal.

Él parpadeó ante el tono acusatorio de su voz.

—¿Por eso te fuiste sin dar explicaciones? —le preguntó con incredulidad.

Ella asintió.

—Por primera vez en mi vida no tengo la menor intención de comenzar algo que sólo puede acabar mal.

—Puede que no acabe —arguyó él—. No lo sabremos hasta que no pasemos algún tiempo juntos.

—¡Por supuesto que lo sabemos! Ya dejaste claro que te irás de acá. Tal vez no mañana ni la semana que viene, pero sí algún día.

—Y si ese día llega, ¿qué te impide venir conmigo? —le preguntó, confundido por la actitud que le estaba demostrando Lali.

—No funcionará —dijo ella—. Lo sabes muy bien.

Él levantó una mano.

—Tranquila, Lali. Creo que nos estamos adelantando. ¿Qué te parece si salimos juntos antes de empezar a hablar de la ruptura?

—Sé a dónde nos lleva ese camino, y es un camino que no quiero tomar —dijo ella testarudamente—. Si quieres que seamos amigos, me parece bien. Pero nada más.

—Creo que los besos que nos dimos demuestran que hay algo más que amistad entre nosotros.

—Dale, Peter. Somos grandes. Los dos sabemos cómo funciona la química. Tal vez podamos iluminar el cielo por unas cuantas semanas, pero al final todo se acabará. Uno de los dos sufrirá, y con toda seguridad sería yo.

—Eres la mujer más pesimista con la que he intentado salir.

—No me faltan razones para serlo.

—Entonces, ¿estoy pagando lo que alguien te hizo en el pasado?

—Claro que no. Simplemente soy una mujer que finalmente ha aprendido la lección.

Peter se hizo un poco para atrás.

—No vas a ceder, ¿no es así?

—No —declaró ella, muy orgullosa de sí misma—. Por una vez, no voy a ceder.

Peter se preguntó si sabría lo tentador que era oír esa declaración.

—Eso me suena a un desafío —le dijo, guiñándole un ojo—. Ya te lo advertí una vez, pero volveré a hacerlo. Nunca dejo de lado un desafío… Estaremos en contacto, chiquita.

Pudo ver el destello de pánico en sus ojos antes de levantarse e irse. Genial, pensó. Hacerla cambiar de opinión se había convertido en su objetivo personal.

Y tenía el presentimiento de que iba a ser mucho más entretenido que nada que hubiera hecho hasta ahora.

Continuará…