Capítulo 65

Hola, hola!!!!! Cómo les va?! Es viernes y hay que festejar jajajaja Bueno espero lo hagan o al menos empiecen bien el finde!!!! Hoy acaba “Culpable en el Pasado” y yo, despistada como ando no me di cuenta… pensé que era mañana! Pero bueno, nada! Mañana a la tarde-noche, cuando vuelva de la universidad, les subo la nueva nove!!!! Me hubiera encantado que fuera hoy, pero mañana tengo 2 exámenes y si empiezo, no me dan los tiempos… :S Sorry por eso chicuelas!!!! Un beso a todas y una vez más, gracias por acompañarme en esta historia! Sobre todo gracias por el apoyo y la terminó feliz de saber que les gustó!

Acá les dejo links para que la descargue, tengan o relean (Y obvio que si no pueden, yo se las mando! Caparatodos@hotmail.com) ;)

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Buen finde para todas, mañana nos leemos!!!

Twitter: @Caparatodos

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—¿Estás diciendo que me perdonas? —dijo ella con voz temblorosa.

Capítulo 65:

Peter asintió, todavía perplejo ante su reacción. ¿Por qué actuaba de manera tan extraña si lo único que quería era su perdón? ¿Acaso no lo tenía?

—Sí, supongo que es eso lo que digo. Te perdono. ¿No es lo que querías?

Lali soltó una carcajada, un sonido desgarrado y artificial antes de que las lágrimas empezaran a brotar de sus ojos. Peter olvidó sus reservas y la abrazó. Ella apoyó la cabeza contra su pecho, agradecida por el refugio que representaba, aunque sabía que no podría contar con él al día siguiente.

—Claro que buscaba tu perdón. Entiendo perfectamente que tengas que irte. No puedes ser feliz aquí después de todo lo que ha pasado. Sé que no puedes vivir en un lugar donde la gente no confía en ti.

—Entonces, ¿por qué lloras?

Lali guardó silencio unos momentos. Se debatió entre salvar su orgullo o decir la verdad. Recordó que el orgullo no le había servido de nada doce años antes y se decidió.

—Nunca me resultó fácil dejarte ir. No fue fácil cuando era casi una niña, pero ahora es más difícil. Sin embargo, ya aprendí a vivir sin ti una vez. Puedo intentarlo de nuevo.

Una chispa de esperanza se encendió en Peter. La alejó para mirar el fondo de sus ojos. Le agarró las manos. Lali notó que sus ojos grises rebosaban de sinceridad y desesperación.

Peter sonrió. Durante doce años, los recuerdos de Lali habían estado teñidos de dolor y resentimiento. Había mantenido vivo el rencor porque hubiera sido imposible vivir con sus verdaderos sentimientos. Había algo en aquella mujer que lo había atrapado para siempre. No estaba seguro de qué era, lo único que sabía era que la amaba con todo su ser. Tomás tenía razón. Era el momento de decirle cómo se sentía.

—Estuve reprimiendo mis sentimientos desde el instante en que volví a verte. Incluso después de haber dormido juntos, seguí diciéndome que no podía ser amor. Pero no era otra cosa.

Los ojos húmedos de Lali se abrieron sorprendidos.

—¿Me amas?

—No creo que haya dejado de amarte nunca. No espero que me correspondas, no por ahora. Me basta con importante un poco. Porque te importo, ¿no es así?

Lali le sonrió con todo el amor que le tenía reflejado en los ojos.

—¿Qué te hace pensar que no te quiero? ¿Qué crees que intento decirte desde que llegaste? Claro que te quiero. No creerás que me voy a la cama con todo antiguo amante que pasa por Arcadia, ¿no?

—Más te vale que no.

Se besaron con fiereza y ternura a la vez. Lali cerró los ojos y Peter le acarició el pelo como siempre le había gustado.

—Entonces vente conmigo. Tengo mi propia casa en Buenos Aires. Está justo en la esquina de una escuela de arte.

—¿Y qué voy a hacer con la tienda? —preguntó ella divertida.

—Véndela e invierte el dinero para asegurar la vejez de tu madre. Patricio quedará libre para hacer lo que más le guste. ¿No te has dado cuenta de que no soporta los negocios?

Lali asintió y fingió considerar su propuesta.

—No es mala idea.

—¿Qué? Lo solucionaría todo. Tu familia se quedaría contenta y tú podrías casarte conmigo.

—Casarnos —repitió ella rebosante de felicidad—. ¿Estás pidiéndome que me case contigo?

—Por supuesto. Ten en cuenta que te amo —bromeó—. Sé que necesitarás tiempo para pensarlo. Te será difícil dejar Arcadia y la tienda. No lo piensas mucho y piensa también en esto.

Peter inclinó la cabeza y le rozó los labios con los suyos. Lali cerró los ojos para dejarse llevar. Peter jugaba con su lengua mientras acariciaba la piel cerca de sus senos. Y luego, se separó de ella. Lali sintió el vacío donde habían estado sus brazos. Abrió los ojos y lo vio sonriendo. Estaba tan cerca que podía oler aquel aroma que sólo su cuerpo exhalaba. Los ojos le brillaban de alegría, sus rasgos nunca le habían parecido más atractivos.

—Peter, tengo que confesarte algo. Decidí vender la tienda antes de que llegaras.

Peter sonrió. Había llegado el momento de poner el pasado en el lugar que le correspondía.

—Bien. Entonces sólo tienes que pensar si quieres casarte conmigo. ¿Quieres?

Lali cerró los ojos y lo vio de mil manera diferentes. Cuando los abrió todo le pareció extrañamente brillante. Era como si al resolver el misterio todas las sombras se hubieran desvanecido. Sentía la luz en su corazón al mirar al hombre que amaría para siempre.

—Sí —dijo y al mirarlo a los ojos, supo que las sombras habían desaparecido de sus vidas.

FIN