lunes, 10 de febrero de 2014

Capítulo 5




Twitter: @Caparatodos
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—Señorita Rinaldi, mire, mire.

Capítulo 5:

Lali, que estaba pensando en qué tipo de padres podía pasar por alto la infelicidad de un niño tan maravilloso, necesitó un par de minutos para responder a la ilusionada petición. Se giró para encontrarse con que doce caritas resplandecientes la miraban como flores al sol; si supieran que sólo estaba improvisando...

—Mire lo que hemos hacido. —Ricardo estaba de pie, orgulloso, con una mano sobre la enorme calabaza.

—Hecho —corrigió Lali. Bordeó sonriente su mesa y se acercó, levantando una ceja al ver la mirada feroz de Don Grande. Los chicos habían dejado parte de las pepitas en el interior, pues tampoco había demasiado tiempo, pero habían esculpido el exterior hasta convertirlo en el sueño dorado de algún fanático de las películas de terror.
Lali ladeó la cabeza con gracia.

—Da miedo. Parece hecha por Freddy Kruger. —Los suspiros de satisfacción le provocaron un sentimiento punzante y doloroso en el pecho, y se le borró la sonrisa. Eran tan chiquitos... tener miedo a su edad era algo divertido: cosas que hacen ruido por la noche, fantasmas que salen de los closets, y mamá y papá listos para ahuyentarlos con un abrazo y una sonrisa.
¿Pero quién ahuyentaría sus fantasmas?

Se oyó un fuerte sonido metálico; Lali dio un brinco al escuchar la campana y maldijo a Felipe. Pegar un salto y maldecir a Felipe estaba empezando a convertirse en un acto reflejo.

—Adiós, señorita Rinaldi, adiós. —En uno o dos segundos el aula se vació por completo. No había nada más rápido en la naturaleza que unos niños pequeños que salen de clase al final del día. En un periodo de tiempo sorprendentemente breve, el colegio entero estaba desértico. Además, como era viernes, los profesores también se iban apenas podían.

Vería a la mayoría de los niños esa tarde vestidos con sus disfraces; una bolsa llena de caramelos esperaba que llegara el momento en la deteriorada y rayada mesita de la entrada de su casa.

Un par de veces por semana, Lali se quedaba horas más con una excusa u otra. Héctor Lavalle le había pedido que lo llamara con cobro revertido desde un teléfono público cada dos o tres días, pues la cobertura ahí, rodeada de cordillera, no era demasiado buena y tampoco quería que utilizara el teléfono de su casa.

Estaba claro que Lavalle no tenía ni idea de cómo era Fiambalá. Había tres teléfonos públicos en todo el lugar: uno en el colegio, otro en un restaurante y otro en la tienda, y Lali tenía que rotar las llamadas entre los teléfonos para no levantar sospechas.

Los pasos de Lali retumbaron por el desértico pasillo mientras se dirigía a la salida. El portero llegaría enseguida, pero por el momento estaba sola en el edificio. La alegre confusión que creaban los chiquillos ocultaba lo viejo y destartalado que estaba el edificio. Pasó por mayólicas rotas y se estremeció al ver las grietas y las amarillentas goteras que había en la pared.

Lali se detuvo un minuto en la entrada del edificio y observó el cielo. Por el momento había dejado de llover, pero las nubes anunciaban una nueva tormenta aquella misma noche. Sabía que, por muy mal tiempo que hiciera, los niños desafiarían la tormenta para poder pedir dulces. Eran unos supervivientes pequeños pero fuertes; tenían que serlo, en aquella zona tan dura.

El viento se levantó y Lali apretó más se ajustó más el saco. Por unos segundos, sólo unos segundos, se sintió como si el viento la empujara hasta el borde del mundo. Un paso más y se caería...

Se acordó de un mapa que había visto una vez. La tierra era plana y estaban rodeados de montañas y cordilleras, donde el dibujante del mapa había escrito: «Aquí están los Andes». El fin de la civilización.

«Fadul nunca podrá encontrarme, —pensó—. ¿Cómo iba a hacerlo, si no me encuentro ni yo misma?».

Gotas de lluvia golpearon a su alrededor, pero un vistazo rápido al cielo le sirvió para saber que la tormenta estaba más cerca de lo pensado. Y su estufa había escogido ese preciso momento para declararse en huelga.

Sintió un repentino y profundo nudo de nostalgia en la garganta. En casa, si le pasara algo a la estufa y no funcionara, habría llamado a José desde el trabajo y, para cuando llegara a casa, estaría arreglada. En casa, en un día frío y oscuro como aquel habría hecho lo que fuera por hacer algo especial, como alquilar una película clásica, comprarse un nuevo libro u organizar una cena con alguna amiga como Candela, por ejemplo. A Candela también le gustaban las comidas raras y picantes en los días fríos y grises. Habrían ido a ese nuevo restaurante peruano en la costanera, o puede que se hubieran animado a probar algún restaurante árabe... o a lo mejor habrían preferido algo mexicano...

O podría haber llamado a Gastón Dalmau y habrían encontrado alguna comedia para ver, habrían tomado un daikiri en algún bar y un café por la noche. Y después se habría planteado seriamente la posibilidad de dejar que Gastón la sedujera. Hacía mucho, mucho tiempo que no estaba con nadie. Desde la muerte de sus padres, de hecho. Tampoco había planeado que las cosas fueran así pero, de todas formas, así es como habían salido.

Gastón podía ser la persona adecuada para volver a introducirse en las profundidades de la sexualidad. Era guapo, gracioso y, si la cosa salía mal, siempre podrían reírse de lo sucedido.

Continuará…

10 comentarios:

  1. Pobrr Lali, que dificil se lr debe hacer!!

    Arii

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  2. Wow situacion complicada la que vive Lali

    espero mas noveee

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  3. Pobrecita ,ahora solo vive d los recuerdos .
    Menos mal k los niños parece k le dan vida.
    GRACIAS x Unido a ti .Me encantó.

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  4. Pobre Lali!!! me gusto el caítulo!! Espero el proximo y quiero saber más de Peter!!

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  5. Gastón Dalmau?? jajaja a quién engaña?? jajaja
    Obvio que este Gastón no tiene nada que ver con el real, no? jejeje
    Quiero más!
    Lore

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  6. que dificil lo q le toca a lali
    beso

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  7. Awwww Hacen Calabazas Para Hallowen Me Ubiese Gusta De Chiquita Salir Con Disfras pero Aca no se Selebra Fuck' El Capitulo Me Encanto... Gaston Enserio SiempreAme Gasli♥ Pero En Esta Me Gustaria Un Lalico♥ Cuando Apares pitt(?) SoySuperman

    jkkksd No Agas Caso Ala Ultima Frase EsQ MeAburro

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  8. Me da pena....

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