domingo, 13 de octubre de 2013

Capítulo 13



Hola!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Estoy aquí lalalala Gracias por estar y leer, son lo más! :D y ME ENCANTAN sus teorías, les digo que hay varias cerca de la realidad y lo que puede ser eh ;) Gracias y si quieren, en un rato nos volvemos a leer... y si no, que empiecen la semana con todo, chichas!!!!! Besos :)

Twitter: @Caparatodos
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-Mmm... ¿Así de mal?
Eugenia le apretó un hombro.

-Yo diría que unas veinte veces peor.
¡Oh, oh!

Capítulo 13:

Tras haber terminado de revisar las noticias, Peter cometió el error de comprobar su mail. Su correo en La Corporación Lanzani había sido accesible a través de la web y, pese a que ya no trabajaba para la compañía –había presentado su renuncia el día que lo habían puesto en libertad bajo fianza, evitándole a su padre la incomodidad de tener que despedirlo- los mensajes que recibía eran transferidos a su cuenta personal.

Desde que lo habían puesto en libertad, había estado recibiendo cientos de mails al día: ofertas de entrevistas por parte de la prensa, mensajes de odio de algunas personas muy enojadas, que necesitaban seriamente tomarse un descanso de Twitter (¡Hey!, @p_lanzani ¡¡¡Eres un IDIOTA!!!), y extrañas insinuaciones de mujeres desconocidas, que parecían demasiado interesadas en conocer a un ex-convicto.

Tras comprobar que no hubiera nada realmente importante a lo que necesitare contestar, Peter borró todos los mensajes. No daba entrevistas, no valía la pena responder a los mensajes de odio y, pese a haber estado cuatro meses en la cárcel y encontrarse en el periodo de celibato más largo de su vida adulta, le parecía prudente evitar las relaciones sexuales con gente trastornada.

El teléfono de su casa sonó, interrumpiendo sus pensamientos. El doble tono le indicó que la llamada provenía de la portería del edificio.

-Nacho vino a verlo –le informó Manuel, el portero, cuando Peter respondió el teléfono, refiriéndose a su mejor amigo, Ignacio Viale. Nacho era un visitante frecuente en Casa Lanzani y Manuel había desechado el formal “Señor Viale” hacía siglos-. Y lo acompañan varios amigos –prosiguió Manuel con una nota de diversión.

-Gracias, Manuel. Mándalos.

Dos minutos después, Peter abrió la puerta y se encontró con su mejor amigo y con un grupo de al menos veinte personas, esperando al otro lado de la puerta.
La multitud, al verlo, hizo una ovación.
Nacho sonrió.

-Si Juan Pedro Lanzani no va a la fiesta, la fiesta tendrá que ir en busca de Juan Pedro Lanzani –le palmeó un hombro con cordialidad-. Bienvenido a casa, amigo.


En algún momento, alrededor de la medianoche, Peter tuvo por fin la oportunidad de escaparse del gentío. Sus veintiún invitados habían terminado triplicándose y el departamento estaba abarrotado.

Concediéndose unos instantes de soledad, Peter huyó hacia su escritorio, donde tenía un pequeño bar, y se sirvió un vaso de whisky. Tomó un sorbo y cerró los ojos, saboreando el momento antes de verse obligado a regresar a la fiesta.
Con sus supuestos amigos.
Ni uno solo de ellos, excepto Nacho, se había tomado la molestia de ir a visitarlo a la cárcel.

La prisión, situada en Devoto, fue el lugar donde Peter pasó cuatro meses como recluso. Aún así, en todo ese tiempo solo habían ido a visitarlo tres personas: su padre, su hermana y Nacho. Para todos los demás, había estado fuera de circulación. Por lo visto, Juan Pedro Lanzani no era el hombre del momento cuando vivía en tras las rejas, en lugar de un departamento.

Esos cuatro meses durante que había estado encerrado sirvieron para abrirle bastante los ojos. Al principio, se había sentido furioso pero, luego, había decidido que no valía la pena el esfuerzo. Ahora, tenía claro la clase de amigos que eran. Sin duda, gente con la que se podía pasar el rato y salir de fiesta, pero con quien no mantenía una relación profunda. En el futuro, no volvería a cometer el error de considerarlos de otra forma.

Habían cambiado muchas cosas desde el día en que fue arrestado y, sinceramente, no estaba seguro de haberlas procesado por completo. Cinco meses atrás, tenía una prometedora carrera en La Corporación Lanzani, salía con una modelo y tenía un círculo de amigos con los que pensaba que podía contar. Ahora, no tenía trabajo, ni perspectivas –ya que nadie en su campo consideraría jamás la posibilidad de contratar a un hacker convicto– y poseía un historial delictivo.

Y no había que ser un genio de la tecnología para ver cuál había sido su primer paso en falso.

Obviamente, las relaciones serias y él no eran buena combinación. Su primer –y único- intento de aceptar un compromiso, había dado como resultado que lo engañaran y lo dejaran públicamente, antes de terminar en la cárcel. Por tentador que resultara culpar de todo a Daniela, no podía hacerla responsable de su estupidez. Él había sido el idiota que había cerrado Twitter; nadie lo había obligado a hacerlo. Ni podía culparla tampoco por completo del deterioro de la relación.

Sí, ella era una insensible, por no decir algo peor, considerando la forma en que había decidido terminar las cosas. Pero, a lo largo de las frías noches que había pasado despierto en la prisión, se había dado cuenta de que, desde un principio, él había estado comprometido solo a medias con esa relación. Se había convencido a sí mismo de que estaba preparado pero, con el tiempo, él y a la mitad del mundo, habían tenido ocasión de ver lo mucho que se equivocaba.
Era un error que no volvería a cometer. Al menos no, durante mucho, mucho tiempo.

La cuestión tenía su lado positivo: él era un experto evitando comprometerse. ¿Aventuras ocasionales? Dominaba a la perfección el área. ¿Sexo? Podía garantizar que nunca había recibido ninguna queja. Así que, a partir de ahora, iba a mantenerse en esa línea. Y a dedicarse a hacer lo que mejor sabía.

Citas, coqueteos, seducciones, sexo sin ataduras… Todo estaba permitido. Pero quedaba descartada cualquier clase de sentimiento más profundo que una ligera atracción.
En ese instante, Nacho asomó la cabeza por la puerta del escritorio.

-Se me ocurrió que podías estar acá –dijo, entrando en la habitación.
Peter levantó su vaso.

-Vine a recargar energías. Pensé que sería más fácil que tener que ponerme a pelear con toda la gente que está afuera.

-¿La fiesta te está abrumando un poco?

Peter se alejó de donde estaba, encaminándose hacia la puerta. Puede que la fiesta lo estuviera abrumando algo más que un poco, pero sabía que la intención de Nacho era buena.

-Para nada –mintió, esbozando una sonrisa fácil-. Es justo lo que necesitaba.

-¿Qué crees que dirían tus amigos de la fiscalía si les llegaran noticias de esto? –preguntó Nacho, soltando una risita.

-Eh, se llama arresto domiciliario. Estoy en mi casa, ¿no? -y mientras cumpliera con los términos de su libertad condicional, le importaba un pepino lo que pensaran en la fiscalía. En tres días sería libre y se desharía de ellos.

-Hablando de amigos… Silvana Márquez acaba de llegar –dijo Nacho-. Está preguntando por ti.

-¿Ahora mismo? –Peter conocía bien a Silvana, bastante bien. Tenía veinticinco años, era una modelo de pasarela y tenía unas piernas kilométricas. Antes de salir con Daniela, había salido ocasionalmente con ella y siempre la había pasado bien-. Tal vez debería ir a saludarla. Mostrarme como un buen anfitrión y todo eso –Peter encarcó una ceja con curiosidad-. ¿Qué tal está?

-Bueno, si yo fuera un ex-convicto, privado de sexo, que ha estado encerrado en la cárcel durante los últimos cuatro meses, diría que está bastante bien –Nacho se palmeó la frente-. Ah… espera.

-Muy gracioso. Búrlate del lugar donde he vivido con el constante temor de ser apuñalado.
La expresión de Nacho se alteró, dándole un aire apesadumbrado.

-Lo siento, Peter, soy un imbécil. No debería haber dicho… -se detuvo al captar la sonrisa de del afectado-. Y… Te estás burlando de mí, ¿no?

-Sí. Ahora, como ex-convicto que ha estado encerrado en la cárcel durante cuatro meses, creo que iré a ver qué tal está Silvana –Peter puso una mano sobre el hombro de su amigo antes de salir-. Gracias, Nacho. Por todo. No lo olvidaré.
Nacho asintió, sabiendo exactamente a qué se refería. Eran amigos desde la universidad, no hacía falta agregar nada más.

-No hay de qué.
Peter salió del escritorio y se abrió paso entre la multitud. Encontró a Silvana en la entrada, junto a la puerta, absolutamente espectacular con un vestido corto plateado y unos tacos de ocho centímetros.
Ella sonrió al verlo acercase.

-¡Qué tal fiesta!
Peter la repasó con la mirada.

-¡Qué tal vestido!

-Gracias. Me lo he puesto especialmente para la ocasión –dio un paso hacia delante, bajando la voz para dirigirse a él en un susurro ronco-. Tal vez, más tarde, podría enseñarte lo que hay debajo –deslizándose junto a él, le rozó sugerentemente la mano, antes de dirigirse hacia la fiesta.
Peter la miró por encima del hombro y admiró el balanceo de sus caderas mientras se alejaba.

Así es como deberían ser las cosas. Sencillas.
Sin desordenados sentimientos ni enredos de por medio. Tal vez aún no hubiera podido asimilarlo todo tras ser liberado pero, al menos, sabía eso.

Continuará…

54 comentarios:

  1. ahhhhhhhhhh!! q ya aparezca lali, y le ponga todo patas pa arriba!! jjaa!! mas!!! saludos!
    @belteje

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  2. Yei acabo de llegar y vi que hay maraton ton ton, wiiiiiiiiiii espero que subas mas :) y si noo pues esta perfectooo!

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  3. ok ya no lo banco más a peter, quiero saber de laliiii!!

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  4. Genia! Tenias mucho que no hacias maratoon !!!!

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  5. cuenta mucho sobre peter pero nada de lali y muero de la curiosidad xD

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  6. ++++++++++++++++++++++

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  7. Y Lali cuando aparece? Creo que como ella lo conocio con otras metas a las que realizo y todo eso, ella será la encargada de bajarle los humos que tiene jajaja

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  8. Sera q Peter se metera en un nuevo conflicto y Lali será su abogada?

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  9. Ahh!!! quiero que aparezca Lali y le vuele la cabeza!! :)
    @ROCHI16TA

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  10. +++++++++++++++++++++++

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  11. Nacho siempre al pié del cañón! ;)
    Se acerca el momento del reencuentro, o no?

    Quiero más!
    Lore

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  12. Ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón -ma ra tón - ma ra tón - ma ra tón

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  13. Y ....como hombre ,vuelve a caer con una modelito ,k básico.

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  14. En los momentos más difíciles es cuando un@ se da cuenta d quienes son sus verdaderos amigos.

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  15. Se duplicaron los gorrones.

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  16. Espero k llegue Euge, y los despache a tod@s.

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  17. jajajajajajajaj Lali pondrá sus planes patas arriba jajaja

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  18. Quiero laaaaliiiiiii e Quiero maaaaaaaaassss

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