miércoles, 16 de octubre de 2013

Capítulo 17




Hola, muchachas! ¿Qué tal? Gracias por sus comentarios! Un beso y mañana nos leemos… hoy es un día triste para una persona que quiero mucho así que no tengo palabras… solo le mando toda la fuerza y mi apoyo… Te quiero!

P.D.: Les cuento que Yas volvió con nueva nove ;) http://sientoconlyp.blogspot.com/

Twitter: @Caparatodos
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-Supongo que tendré que estarlo –le dijo a Cande.
Porque había un último punto en su plan a seis meses que estaba decidida a llevar a cabo.

Nada de remordimientos. No había vuelta atrás.

Capítulo 17:

El lunes por la mañana, Lali salió del ascensor en la fiscalía, con su maletín balanceándose a un lado. Se dirigió hacia unas puertas de cristal con el logo del departamento de justicia. Ver ese logo la hizo sentirse más cómoda.

Sí, estaba algo nerviosa al tener que enfrentarse a su primer día en la oficina de Buenos Aires, y se le hacía raro volver a ser la chica nueva. Pero ya no era una abogada que acababa de dejar su trabajo como asistente. Había llevado casos como ayudante del Fiscal en Rosario durante los últimos seis años: se había abierto camino en la división de procesos especiales y contaba con uno de los mejores expedientes del área.

Su sitio estaba detrás de esas puertas, se recordó a sí misma. Y cuanto antes se lo demostrara a todo el mundo, mejor. Así que respiró hondo –jurándose dejarlos a todos impresionados- y entró a la oficina.
La recepcionista que se encontraba tras la mesa la recibió con una sonrisa.

-Me alegro de volver a verte, Lali. La señorita Attias me dijo que empezabas hoy. Le haré saber que estás aquí.

-Gracias, Carla –Lali se hizo a un lado, parándose frente a una fotografía panorámica de la ciudad. El mes pasado se había familiarizado un poco con la oficina, durante un recorrido por las instalaciones efectuado tras la entrevista para la que había viajado hasta capital. Repartida entre cuatro pisos del Tribunal Fiscal, la oficina empleaba alrededor de 170 abogados, dos docenas de asistentes legales, y gran cantidad de personal administrativo y de soporte.

Lali había tenido la suerte de escoger el momento oportuno para su traslado. Había decidido comenzar de cero tras su ruptura con Javier, así que resultó un alivio descubrir que estaban ofreciendo un nuevo puesto como ayudante de Fiscal en Buenos Aires. Habiendo crecido a las afueras, siempre había considerado la posibilidad de regresar algún día para estar más cerca de su familia y de Cande, y es por eso que había aprovechado la oportunidad.

Lali sonrió al ver a la atractiva mujer de largo pelo castaño que se acercaba por el pasillo, con un inconfundible brillo de amabilidad en sus ojos aguamarina. Tal como le había sucedido durante la entrevista, le sorprendió lo joven que era Emilia Attias para ocupar el puesto de Fiscal –tenía treinta y cinco años, solo unos más ella. Anteriormente ayudante del Fiscal, Emilia había conseguido su puesto después de que el ex-fiscal, Lorenzo Bringas, hubiese sido arrestado y acusado de corrupción. La detención de una figura pública tan destacada había causado un gran revuelo –tanto dentro del departamento como en los medios- y se había convertido en el centro de las habladurías de todos los ayudantes de la fiscalía durante semanas.

Durante la entrevista, esa había constituido la principal inquietud de Lali –ser transferida a una oficina que había sufrido unos cambios tan drásticos recientemente- pero su impresión sobre Emilia había acabado siendo insuperable. Por lo que había deducido, la nueva Fiscal era capaz y ambiciosa, y estaba deseando limpiar el buen nombre de la Oficina de Buenos Aires.
Emilia le tendió la mano.

-Me alegro de volver a verte, Lali –dijo con calidez-. Estuvimos contando los días que faltaban para tu llegada –señaló el montón de expedientes que tenía en la otra mano-. Como puedes ver, estamos desbordados. Ven conmigo, te acompañaré a tu despacho.

Mientras charlaban, Lali siguió a Emilia hasta una escalera interior que las guió al piso veinte. La distribución de la Oficina era similar a la de Rosario, con las oficinas de los ayudantes ocupando el perímetro exterior y el personal administrativo y de soporte trabajando en mesas y cubículos en el espacio interior. Si recordaba correctamente, los veintisiete ayudantes del fiscal de la división de procesos especiales se encontraban en esa planta.

-Cuando hablé con Benjamín después de tu entrevista –contó Emilia, haciendo referencia al ex-jefe de Lali, el fiscal Rosarino-, me dijo que no olvidara preguntarte por qué te llaman Labogada los agentes en Rosario.
Lali suspiró. Aunque, secretamente, no le molestaba demasiado el apodo.

-Me pusieron el sobrenombre durante mi primer año y ya no pude quitármelo de encima.
Emilia la miró con curiosidad.

-¿Y eso? Escuchemos la historia.

-Te contaré una versión abreviada. Yo era la segunda al mando en un caso múltiple de crimen organizado y drogas, y  programé una cita con los dos agentes del FBI que llevaban la investigación del laboratorio subterráneo de metanfetaminas. Lo que los agentes olvidaron mencionarme antes de que llegara fue que el único acceso al laboratorio era a través de una trampa en el suelo, de la que partía una vieja y oxidada escalera de cuatro metros. Y, como ese día por la mañana había estado en el tribunal, aparecí vestida con un conjunto de falda y tacos. Algo bastante inconveniente.
Emilia se rió entre dientes.

-¡Ay, por Dios! Los agentes debían estar bromeando contigo, ¿cómo se iban a olvidar de decirte ese detalle?
Mientras seguía caminando junto a Emilia, Lali no negó su afirmación.

-Supongo que pretendían poner a prueba a la chica nueva, eso es obvio.

-¿Qué hiciste?

-No tuve elección –dijo Lali con naturalidad-. Entré por la trampa con mi falda y bajé por esa raquítica escalera oxidada de cuatro metros.
Emilia se echó a reír.

-Te felicito –se detuvo frente a una oficina de mediano tamaño -. Llegamos.

La placa de bronce que había en la puerta hablaba por sí misma:
MARIANA ESPÓSITO
Ayudante del Fiscal

Lali entró a su despacho. No era glamuroso, con alfombra azul oscuro y muebles carísimos pero, como ayudante senior, tenía buena vista

-Todo debería estar prácticamente igual que en tu antigua oficina –dijo Emilia-. Lo que es genial porque, estando ya familiarizada, no perderemos tiempo enseñándote el manejo de los teléfonos y de la computadora. Oh, una cosa de la que quería asegurarme: eres miembro activo del Colegio de Abogados de Buenos Aires, ¿no?
Lali asintió.

-Sí, puedo ejercer sin problema –había aprobado el examen de acceso al Colegio de Abogados en el verano después de su graduación y recuperado el estado activo en cuanto se había enterado de que había conseguido trabajo en capital.

-Perfecto. Dicho todo… -Emilia le tendió el montón de expedientes a Lali-. Bienvenida a Buenos Aires –ladeó la cabeza-. ¿Voy demasiado rápido?

-Para nada –le aseguró Lali-. Dime en qué dirección se encuentra Tribunales y dónde está la cafetería más cercana, y estaré lista.
Emilia sonrió.

-Hay un Starbucks justo al frente. Sigue a la manada de personas que sale a escondidas de la oficina, cada tarde a eso de las tres, y lo encontrarás. Los juzgados ocupan las plantas entre la doce y la dieciocho –señaló el montón de expedientes que Lali sostenía-. ¿Por qué no te tomas la mañana para revisar esos casos? Y luego pásate por mi oficina esta tarde para cualquier pregunta que tengas.

-Suena genial, Emilia. Gracias.

-La verdad es que eres la primera ayudante que he contratado desde que asumí el cargo. ¿Qué tal voy hasta el momento con el discurso de bienvenida?

-Bastante bien. La aproximación que has hecho al preguntarme por la historia del laboratorio ha sido todo un detalle. 
Con una carcajada, Emilia la observó complacida.

-Creo que vas a encajar a la perfección por aquí, Lali –se detuvo en la entrada antes de retirarse-. Casi me olvidaba. Probablemente deberías empezar por revisar el primer expediente del montón. Tenemos prevista una comparecencia en el tribunal para mañana en la mañana. Al abogado que llevaba el caso le han reprogramado un juicio para esta semana y necesito que alguien lo cubra. Se trata de una moción de acuerdo así que no creo que tengas ningún problema. Habrá reporteros pero ofréceles la respuesta habitual: estamos satisfechos con la resolución, no tenemos nada que añadir… Ya sabes. Llevas encargándote de esto mucho tiempo así que conoces perfectamente la rutina.
La demandante que Lali llevaba dentro se sintió instantáneamente intrigada.

-¿Reporteros en una moción de acuerdo? ¿Qué tipo de caso es? –incapaz de contener la curiosidad, abrió la carpeta situada en la parte superior del montón y leyó el encabezado.

El estado contra Juan Pedro Lanzani

Gracias a Dios que los seis años que llevaba asistiendo a los juzgados le habían permitido perfeccionar su cara de póquer; de lo contrario, su mandíbula habría golpeado el piso en ese instante.

¿Es broma?

Continuará…

21 comentarios:

  1. Se viene, se viene le reencuentro!! más!!!

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  2. Yeah!!!!!!!1 reencuentro, jajajaaja ya los quiero ver!!! :)
    @ROCHI16TA

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  6. q se encuentren lindo capi
    @ale_ro20

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  7. Ayy ya porrrr finn LALITERRRRR!@@ ANCIOSA.CON ME LLAMAN AHORA @isakrn22

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  8. Aaaaaaaaaaaa laliter laliter jaja
    Subí más

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  9. Hoolla nueva lectora me encanta tu noveee :3
    Tambien te queria decir que lei tus novelas anteriores y queria decirte que me encanta; otra coshita tu crees que pudiera publicar tus novelas en mi pagina pero porsupuesto dando creditos ojala que si quieras graciasss ;3

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  10. Jajaja qué final Vami!!!
    Quiero más!
    Lore

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  11. Se viene el reencuentro!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  12. Ooooo esta nove esta buenísima me encanta
    Se viene el reencuentro
    Quiero masss

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  13. Y ahi nos encontramos! Otrooo :)

    Arii

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  14. ay!! me encanto el capítulo!! Se viene el reencuentro parece!!!

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  15. =O se vieneeee se viene el reencuentro!!!

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  16. Lo dije lo dije me vi tantas novelas en mi miñez que se lo que sigue jaja estará en las manos de Lali si Peter es libre OMG
    @Masi_ruth

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  17. quiero massss
    se viene el reencuentro laliter
    beso

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  18. Viste como todo vuelve lalita?! ni ahi que te lo esperavas lalita eh ajja JUAN PEDRO LANZANI volviò a tu vida ajjaj! No te das una idea de cuanto estamos contentas nosotras ajja!beso!Espero mas, Giu

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  19. jajaajaja,su primer caso.

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