martes, 29 de octubre de 2013

Capítulo 31



Hola, hola!!!!! ¿Qué tal su día, muchachas? Espero que todo bien y si no buscando la mejor manera de sobrellevarlo ;) Les subo tempranito así matamos varios pájaros de un tiro y ustedes también aprovechan a leer temprano... además, que si no subo ahora, que recién llego y con las mismas me voy, más tarde se me hace un poco complicado!!!! Un beso y mañana nos leemos!!!!

Twitter: @Caparatodos
____________________________________________________

-Significa que lo estoy pensando.

Pero cuando, tras llamar al ascensor, le dirigió una mirada fugaz, el familiar brillo diabólico que se apreciaba en sus ojos le indicó a Lali que lo había logrado.

Capítulo 31:

Peter se sentó frente a Lali en el reservado y miró a su alrededor. Lo había llevado a un local, alejado del tumulto y poco concurrido, a unas cuadras de su oficina.

-¿Cómo descubriste este lugar? –tomó uno de los menús-. Tienen incluso pastel de carne en la carta.
Lali se quitó el saco y lo dejó a su lado en el banco.

-Uno de los otros ayudantes me habló sobre él. Es un local muy frecuentado por los abogados.
Las luces se apagaron de pronto con un agudo ¡pop!
Lali sacudió una mano despreocupadamente.

-Solo es un plomo. Pasa bastante seguido –dejó a un lado su menú y lo miró bajo la tenue luz que se filtraba a través de las ventanas-. Bueno, he leído tu expediente.
Por supuesto que sí.

-¿Y qué te dice ese expediente sobre mí? –preguntó Peter.
Ella sacó un bloc de notas y un lapicero de su maletín.

-Bueno, voy a decirte lo que no explica: qué hacías en una celda de aislamiento –presionó el muelle de apertura del lapicero y lo depositó sobre el bloc, lista para comenzar-. ¿Sería posible que me lo contaras?
Peter contuvo una sonrisa, preguntándose si sabría lo seductora que le resultaba cuando adoptaba ese aire tan profesional.

-¿Todas las veces que estuve en una celda de aislamiento, señorita Espósito, o solo la que me encerraron junto a Bonelli?
Ella parpadeó.

-¿Cuántas veces estuviste en una celda de aislamiento?

-Seis.
Lali abrió los ojos como platos.

-¿En cuatro meses? Es todo un logro.
Las luces parpadearon, restableciéndose repentinamente, y algunos otros de los clientes del restaurante aplaudieron en señal de aprobación.

-Aquí vamos –dijo Lali con una cálida sonrisa-. Esto también forma parte del ambiente.
Hmm.

Peter recordaba esa sonrisa. En cierta ocasión, se había acercado a una completa desconocida en un bar tras haber visto una muy parecida. Una exactamente igual de descarada.

-Ibas a hablarme de las seis veces que estuviste en una celda de aislamiento –lo increpó.
Peter se recostó, apoyando un brazo sobre el respaldo del banco, con aire casual.

-Supongo que algunos de los otros reclusos pensaban que un nerd de la informática y sería un objetivo fácil. De vez en cuando, tenía que defenderme para corregir esa impresión errónea.
Lali garabateó algo en su bloc de notas.

-Así que tenías problemas con las peleas.

-En realidad, me las arreglaba bastante bien con las peleas. Era después, cuando aparecían los guardias, cuando llegaban los problemas –Peter sonrió inocentemente viéndola lanzarle una mirada. No podía evitarlo. Había algo en Mariana Espósito, en su traje y en su absurdo bloc de notas que le provocaba deseos de… alterarla.

-¿Algún incidente relacionado con las peleas que quieras destacar? –preguntó.

-Una vez le metí la cara a un tipo en un plato de puré de papas.
Peter tuvo la certeza de que, al oírlo, ella se vio obligada a esforzarse por ocultar una sonrisa.

-Cuéntame cómo era estar en la cárcel –dijo.

-Trabajas para la fiscalía. Debes tener una idea aproximada de cómo es –repuso él.
Lali asintió.

-Me gustaría oírte describirlo con tus propias palabras.

-Ah. Para saber lo que diré cuando testifique.

-Exactamente.

Peter se planteó el modo de responderle. Resultaba interesante que Lali fuese la primera persona que le preguntaba de forma directa por su experiencia en la cárcel, en lugar de darle vueltas al tema como hacía su familia y amigos.

-La mayor parte del tiempo era aburridísimo. La misma rutina cada día. Te levantas a las cinco, desayunas, esperas en tu celda a que se efectúe el recuento… Luego, si pasas la inspección, tiempo libre. Comida a las once, otro recuento, y más tiempo libre. Permaneces en tu celda para otro recuento, cena a las cinco, tiempo libre hasta las nueve y, luego –nunca lo adivinarías- otro recuento. A las diez, luces apagadas –dijo-. Nada que valga la pena ser apuntado en tu bloc.

-¿Y qué hay de las rutinas nocturnas?
Peter se encogió de hombros.

-Las noches eran largas. Frías. Interminables cuando uno no tiene nada que hacer además de pensar –tomó un sorbo de café, considerando que más podía decir al respecto.

-Has mencionado que tenías problemas con los demás reclusos. ¿También con los guardias? –preguntó.

-Aparte del hecho de que se empeñaban en meterme en una celda de aislamiento cada vez que me defendía, no.

-¿Dirías que te sientes resentido por el hecho de que se empeñaran en meterte en una celda de aislamiento?
Peter intuyó a dónde pretendía llegar con eso. Trataba de anticiparse al contrainterrogatorio del abogado de la defensa.

-No tengo nada en contra de los guardias de la prisión, abogada. Sé que se limitaban a hacer su trabajo.

-Bien –repuso ella con un asentimiento-. Ahora, háblame sobre Tejada.

-Tejada es otra historia. Ese tipo es un auténtico hijo de puta –la observó-. ¿De verdad apuntaste eso?

-Sí. Y siéntete libre de decirlo exactamente cuando testifiques.
Peter se alegró de que sacara el tema. Lali podía sentirse muy confiada respecto al caso, o al menos aparentarlo, pero él tenía sus dudas.

-¿En serio piensas que van a creer lo que yo diga?

-Por supuesto –afirmó ella con un encogimiento de hombros-. Yo te creo –cuando terminó de escribir, apartó los ojos del bloc y lo miró-. ¿Qué?
En realidad, no significaba gran cosa que lo creyera. Solo eran palabras.

-Me has hecho un montón de preguntas. Ahora, es mi turno.

-Ah, lo siento, pero esto no funciona así –dijo ella con dulzura.

-Esta vez sí, abogada, si pretendes que siga sentado en este banco…

Continuará…

20 comentarios:

  1. Te digo algo, me imagino a este peter con ese ego que tiene y siento escalofrio, jajsja, me entro demasiado en la jovela, quiero un peter asi :-(
    @isakrn22

    ResponderEliminar
  2. Me gusta! Peter quiere tomar la manija,creo q sabe q podria desestabilizarla facil si se lo propone! La srta hielo se llevara una sorpresa creo yo!

    ResponderEliminar
  3. Es mas listo que el hambre, no da puntada sin hilo... va a sacar tajada de la delcaracion ante el tribunal, y esa tajada sera.. LALI! jajajaja Peter es un gran jugador de cartas y tiene ese as en la manga =) espero masss TQ

    ResponderEliminar
  4. Peter lo ha tomado como un toma y daca.Jajajaja,no la va a soltar tan fácilmente.

    ResponderEliminar
  5. No pierde oportunidad lanzani!! Más!

    ResponderEliminar
  6. muy inteligente este chico :P jajajaja quiero mas pasate! :D y vota por proxima novela :D
    http://casijuegosca.blogspot.com.ar/ y pasate a mi otro blog: http://amorencopos.blogspot.com.ar/

    ResponderEliminar
  7. amo todos tus peter en cad auna de las historias q subis...

    ResponderEliminar
  8. Jajaja siempre sale con alguna de sus tacticas dx

    Arii

    ResponderEliminar
  9. ME encanta este Peter!!
    Quiero más!
    Lore

    ResponderEliminar
  10. Quiero saber que le va a preguntar! mas novee

    ResponderEliminar
  11. mmmmmmmmmmmmmmm
    es un picaropeter♥ me encanta

    ResponderEliminar
  12. no quiere perder peter
    me encanta
    beso

    ResponderEliminar
  13. Jajaja Peter es increible. La lleva por donde quiere a Lali con la amenaza de que sino se va jaja ya quiero saber las preguntas que le hara a Lali
    Besos, Fatima

    ResponderEliminar
  14. Mas mas mas!!!!!

    @laliteronfire

    ResponderEliminar
  15. absjadjkkjasjkasjk MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAs

    ResponderEliminar