viernes, 7 de septiembre de 2012

Capítulo 44



Hola, hola chicas!!!! Cómo les va?! Qué tal terminaron la semana??? Espero que el finde lo empiecen de 10! Besos y gracias por sus comentarios!!!! Les dejo capi larguito porque hasta yo ya quería cambiar de prota en las fotos jajajaja así que espero lo disfruten! Nos leemos mañana y gracias por el aguante siempre!!!! Son IN CRE I BLES!!! :D

Ale (Torrejón): me tentó tu comentario “mal hablado” jajjajaaj
Sofi: Bienvenida!!!! Gracias por animarte a comentar! :D
Isa: Ahhh bueno señorita! Reapareció! Jajajaj se cae el cielo eh :P gracias por volver, ponte al día rápido… extraño tus análisis jajaaja :3

Twitter: @Caparatodos
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—No fue peor que lo que él me hizo a mí.

—¿De qué diablos me estás hablando?

Capítulo 44:

—Me ignoró. Ah, cuando le convenía o necesitaba una acompañante me llevaba a cenar, a comer, o a fiestas, pero eso era todo. El resto del tiempo se la pasaba ya sea en una reunión en Tokio, o en cerrando un contrato en Milán… La mitad del tiempo no sabía dónde estaba. Y después de un tiempo dejó de importarme.

—Me dijo que no te gustaba viajar.

—Existe una diferencia entre viajar y lo que él hacía. ¿A quién le puede gustar volar hasta Tokio para que la dejen tres días metida en un hotel? Me harté después de pasar los primeros tres meses en un avión sin saber siquiera dónde aterrizaríamos. Ya lo entenderás.

Lali miró de reojo a su pasajera. Peter se había esforzado por estar junto a ella tanto como le era posible, pero todo aquello era demasiado lindo y nuevo como para utilizarlo con el fin de presumir delante de Pamela. Y, en cualquier caso, no tenía ninguna garantía de que la ex no estuviera describiendo su propio futuro. Pero ella se habría alejado un tiempo antes de estar tan desesperada como Pame.

—Eh, yo sólo me quedo porque tiene dos cocineros personales —dijo, en cambio.
Pamela agitó la mano con desprecio.

—Cualquiera puede tener un cocinero personal —respondió—. Martín y yo teníamos uno. Tuve que despedirlo cuando arrestaron a Martín. Todo por culpa de los honorarios legales. Ahora sólo tengo una mujer que viene a cocinar y a limpiar.

—Así que todavía tienes la casa de Londres —dijo Lali, subiendo hacia las rejas de fierro forjado de la propiedad de Bedoya-Agüero. Aquella residencia tenía unos cuantos miles de metros cuadrados. De todas formas no igualaba en tamaño a Sonne Brilliant, pero eso pasaba con la mayoría de propiedades.

—Mi abogado la pondrá a la venta el día menos pensado. Por desgracia, los abogados de Martín ya han antepuesto un embargo preventivo.

—¿Más honorarios legales? —Bajando la ventana, Lali presionó el intercomunicador.

—Para cuando haya terminado el juicio y las apelaciones, estaré en completa pobreza. Martín es muy egoísta al hacerme esto. Podría haber admitido todo e ido a prisión. Entonces me habría quedado algo al menos a mí.

—¿Quién? —dijo una voz a través del intercomunicador.
Más valía no confundir a nadie hasta estar dentro, decidió Lali.

—Pamela Lanzani–Valente, viene a ver a Daniel.

—¿Y quién eres tú? —exigió la voz.

—Ah, por Dios —susurró Pamela, inclinándose sobre Lali—. Es una amiga. No pienso quedarme aquí afuera para un interrogatorio.
La reja de entrada se abrió.

—Qué bonito —la halagó Lali.

—No tiene nada que ver contigo —replicó Pamela—. No está bien que la vean a una esperando afuera.

La residencia Bedoya-Agüero contaba con tan sólo dos pisos, y la ampliación del edificio no era tan pronunciada como en Sonne Brilliant. La arquitectura de ambas era de un estilo mediterráneo, al igual que la mayoría de las grandes propiedades de Buenos Aires; por aquellos lares prácticamente se adoraba al arquitecto Lanzani como si de un ídolo se tratase. Todo lo que era digno de ser visto debía estar construido bajo sus gustos y consejos.

Había visto los planos, pero éstos no describían la decoración. Sorprendentemente, el asombro por la propiedad de los Bedoya-Agüero finalizó en cuanto un mayordomo, de expresión severa con una servilleta negro alrededor del brazo, las hizo pasar. La entrada era, más bien, una bóveda de acero y cristal en forma de telaraña que se abría a la luz del cielo bonaerense. Algunas plantas pendían de la telaraña en canastas hechas de alambre, mientras que enormes árboles suavizaban las líneas de la escalera y las entradas en forma de arcos sin puerta que comunicaban con otras áreas de la casa. Mientras que en la casa de Peter todo reflejaba una antigüedad y sofisticación atemporal, Aquella casa hablaba de naturaleza manipulada.

—Es bonito —dijo Lali, moviéndose lentamente en círculo, sin sorprenderse de su preferencia por el control sutil y el sentido de la elegancia de Peter.

—Mmm —murmuró Pamela—. Siempre tuve la sensación de necesitar un repelente.

—¿Siempre? —repitió Lali—. ¿Cuántas veces has estado acá?

—Pamela —dijo una voz de mujer por encima de ellas. Lali se dio la vuelta para ver como una esbelta morocha, vestida con pantalones negros ajustados a las caderas y una blusa blanca, bajaba la escalera con elegancia. Ahora que conocía el rostro de Daniel, fue fácil reconocer a otro Bedoya-Agüero de edad similar. La mujer debía de ser Laura, la hija.

—Muchas gracias por venir a ayudarme con esto —prosiguió Laura mientras descendía—. Todo es tan… doloroso. Es evidente que a quienquiera que se le ocurriera la idea de dar una ceremonia cuando alguien muere no tuvo que hacerlo él mismo.

—Me alegra poder ayudar —dijo Pamela cariñosamente, adelantándose a saludar a Laura y darle dos falsos besos en las mejillas al pie de las escaleras.

—Con todos los eventos ya programados para la temporada, ha sido casi imposible conseguir lo necesario. —Laura devolvió los besos y luego se colocó de cara a Lali—. Tú eres Mariana Espósito —dijo.

—Pamela dijo que podrías necesitar algo de ayuda —declaró Lali, sin acercarse ni ofrecerle la mano o las mejillas. «¡Wow!» Si que reconocía la hostilidad cuando la veía.

—¿Estás segura de que no has venido para robar algo?
Las alarmas comenzaron a sonar en la cabeza de Lali.

—Perdón, ¿cómo dices? —respondió, decidiéndose por un tono de orgullosa incredulidad. Se negó a continuar sorprendiéndose por el número de personas que conocían su identidad secreta.

—Ignoro por qué quería contratarla mi padre —prosiguió Laura, describiendo un lento círculo alrededor de Lali—, pero encontré el expediente que estaba preparando sobre ti.

—¿Un expediente? —dijo Pamela, volviendo a la realidad—. ¿Qué tipo de expediente?

—Recortes de periódicos de sus apariciones con tu ex marido, unos pocos artículos de archivo de Internet sobre su padre… murió en prisión, ¿no lo sabías? Y algunas notas sobre robos cuya autoría, mi padre, creía probablemente suya.
«Genial. Una emboscada.»

—Pensar es fácil —respondió Lali—. Demostrarlo es complicado. Mi padre hizo algunas cosas malas. Pagó por ellas —y por algunas de las suyas—. Pero no somos en absoluto como nuestros padres, ¿o no, Laura?

—No sabía que ibas a traer a una amiga, Pamela —dijo la suave voz de Daniel desde la entrada de la izquierda.
Su mirada, al igual que esa mañana, se centró más en Lali que en Pamela.

—No es una amiga —dijo Pamela, pasando por el costado de Lali para llegar hasta Daniel—. No conoce a mucha gente en Buenos Aires y me compadecí de ella.

Aquello se ponía cada vez más interesante. Por mucho que Lali quisiera ver el resto de la casa, la información que estaba obteniendo justo en ese momento, en la entrada, era probablemente más útil que la visita. Ya conocía la distribución por los planos.

 La soberbia comenzaba a interferir con la tarea que tenía por hacer. Analizar todo aquello, pero no mientras esas personas intentaban acusarla de cosas.

—Conozco algunas personas en Buenos Aires —remarcó, fijando su atención en Daniel. Supuso que era el instinto lo que siempre la llevaba a buscar una grieta, un punto débil, un modo de conseguir lo que deseaba. Y tenía la sensación de que era más probable que lo obtuviera de él que de Laura—. Únicamente estoy aquí porque me caía bien tu padre. Que tengas suerte en encontrar el servicio.

No deseando que regresara el mayordomo y le abriera la puerta, se dirigió de nuevo hacia el pasillo de entrada donde estaba el Bentley. No le preocupaba Pamela; la mujer, a pesar de su manifiesta ineptitud en algunos aspectos, tenía un verdadero don para conseguir lo que deseaba. Con una excepción.

Una vez que estuvo de nuevo en la calle, Lali sacó su celular y llamó a Peter por marcación rápida. Su padre le había enseñado que la persona en que debía pensar y preocuparse ante todo era ella misma. Eso había cambiado durante los últimos meses, y esa debilidad seguramente era el motivo principal por el que había decidido retirarse de la vida del crimen. Molesta o no con él, frustrada por la forma en que continuaba intentando manipular su vida y convertirla en lo que él deseaba, la imagen de Peter era la primera que le venía a la mente por la mañana y la última que tenía cada noche. Y si algo lo conocía, era probable que para ese momento ya hubiera conseguido algunas pistas por sí mismo.

—Estaba pensando en ti —llegó su voz, sin rodeos.
Ella sonrió.

—¿De verdad? ¿Qué hice ahora?

—Nada. Decidí tomarme una Coca Cola Light.
Lali no puedo evitar reír.

—Genial. Me relacionas con una bebida sin alcohol.

—Es algo así como tu sello, ¿no crees?

—Supongo que podría ser peor.
El guardó silencio durante un momento.

—¿Qué sucede?
Dios, Peter siempre lo sabía. Pero podía utilizar aquello en beneficio propio.

—No demasiado. Se canceló mi cita para comer.

—Bueno, entonces es una suerte que estuviese a punto de salir para Las Lilas a comer.

—Ah, ¿sí? ¿La Coca Cola era sólo para abrir el apetito?

—Tenía sed. ¿Estás lo bastante cerca para que nos veamos?

—Claro. ¿En veinte minutos?

—Nos vemos allá.

Parafraseando a Sherlock Holmes: algo sucedía. El cosquilleo de su sentido arácnido le decía que no había nada ordinario ni accidental en la muerte de Bartolomé Bedoya-Agüero. Como mínimo, algunas de las respuestas seguían estando en esa residencia. A menos que estuviera equivocada, ya había visto algunas de las pistas. Y tal vez Peter tuviera unas cuantas más para ayudarla, si se las pedía de la forma adecuada.

Continuará…

17 comentarios:

  1. Queda muy patetica la Palmera al lado de lali. Encima dice que se compadecio de ella no sera al reves. Por lo que veo a daniel le esta empezando a mejorar el gusto ya mira mas a lali que a la palmera normal despues de estar tiempo en la sombras de la palmera necesita luz jejejee. Aunque prefiero que este con la palmera que no se le ocurra meterse el la relacion de lali y peter por k sino hago un asesinato colectivo jeje Massss

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  2. buenisimaa!! y estoy mas que segura que fue uno de los hijos me atreveria a decir casi obvio xd ahora no se si es laura o daniel :B

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  3. Hola, Mas Nove, Quiero decirte q siempre te leo, y me encanta esta nove.



    @nathies1024

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  4. wow me sorprendio que Lali se fuera tan rapido de la casa, pense que investigaria mas se fijaria en como se comportaban los hijos.
    Mas nove plis.
    Gracias por los caps:)

    @Titel842

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  5. Y que se habra traido en manos Bedoya antes de morir? Quiero maas!
    Espero maas (:
    Besitoo


    Arii
    @AriadnaAyelen

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  6. Esa culebra, puaj asco da,es una pobre mina!
    Y esa Laura me cayó peor que mal!
    Quiero más!
    Lore456

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  7. LALI no sr quedo en la casa de Bedoya pero por lo poco k viio y escucho saco alguans conclusiones ella siemrpe esta pendiente.

    LALI era obvio k Pame no iba despediar la ocasion para molestarla.

    ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

    MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

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  8. Son tan lindos.... todos melosos ( a su manera) me encanta más!!!

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  9. Jajajaj,me encanta la relación de ellos,es única,jajaj,seguila!!!muymuymuy buena,masmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmas,besos

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  10. Con un rápido vistazo ,y solamente prestando atención a lo k dicen ,Lali ya tiene sus conclusiones.Impresionante ,se dió cuenta k Peter sigue intentando manipular su vida, y convertirla en lo k el deseaba.Espero k Lali siga siendo ella misma ,la autentica,si decide cambiar ,k sea x ella misma.

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  11. q tramposaaaa no puede utilizar sus encantos (aunq creo q a Peter con que lo mire y le saque el tema le cuenta todo lo que haya averiguado sobre Bedoya) jajajaja

    vamossss LALITER!!!! =) ya tenia ganas ehhh jajajaja

    un expediente?? si que habia averiguado Bartolome sobre ella, y a pesar de eso queria contratarla por algo seria... como siempre, siguen los misterios en tu nove =) y me encanta =P

    espero mas nove!!!! BESOS tqqq

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  12. Se viene un encuentro entre ellos,ya extrañaba eso,la forma q tienen de enredarse me encanta.
    Lali ya esta metida a fondo con el caso Bedoya y sigue sin gustarme tanta cercania de Pamela!Le desconfío!

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  13. me encanta la forma de pensar de lali osea quiere que peter le de sus pistas y sabe como mover sus fichas y mas si se trata de peter en estos momentos aunque la verdad no creo que peter le diga ya que el lo que quiere es ganarle a ella para que no se meta en cosas raras pero bueno massss

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  14. Me encanta la forma de escribir que tenesss!
    espero mas nove! Pasate por mi blooog
    Besoo

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  15. AMOOOOOOOOOOOOO LALITER ♥ ME ENCANTOOOOOOOOOOO!!!!!! :D @LuciaVega14

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