Capítulo 50

Hola, hola!!!! Cómo las trató el día?! Les dejo nove y nos leemos mañana!!! Besos y gracias por sus comentarios siempre!!!

Giada: NO te preocupes, y cuando tengas tiempo lees!!! Mucha merd mañana!!!! ;)

Twitter: @Caparatodos

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—Te sigo. Tengo algunas llamadas que hacer. —Tenía que encontrar un acompañante y quería saber qué, exactamente, había pasado con Michael Lyon. En qué esquina había subido la chica a su vehículo, y dónde habían parado cuando ella cayó sobre su regazo. Mmm, algunas veces parecía que los buenos días de antaño eran más glamurosos que su nueva andadura.

Capítulo 50:

Lunes, 2:40 p.m.

—¿Cuánto tiempo vas a quedarte mirando por mi ventana? —preguntó Gastón Dalmau, levantado la vista del montón de papeles sobre su escritorio.

Peter bajó nuevamente la vista a la lista revisada de demandas de Michael Lyon.

—No me he quedado mirando nada —gruñó—. Solo estaba dando un vistazo.

—Has estado dando varios vistazos. De todas formas, Espósito parece capaz de cuidarse sólita.

Podía, pero no se trataba precisamente de lo que estuviera haciendo tanto como de con quién lo hacía. Pamela, Lyon… no podía estar más involucrada en su vida, y aun así seguía quejándose cada vez que él le intentaba dar consejos sobre sus asuntos.

—Sabía que no debería haberte llamado cuando Rocío me llamó.

—Siempre debes llamarme. —Lo único que le faltaba era que su ex esposa y su mujer actual salieran juntas por ahí sin que nadie le avisara de la situación.

—Sí, bueno, pensé que era muy interesante. No sabía que te pondrías así de energúmeno.

—Bien que lo sabías. Si no, no hubieras hecho que Rocío me llamara para darme la noticia. Querías que Lali y yo peleáramos.

—Bueno, bueno. Está bien, algo de eso puede ser que haya.

Peter se tomó un momento para aniquilar al abogado con la mirada.

—¿Y eso fue por qué…?

—Espósito solía buscar puntos débiles en la seguridad. Se imagina que Pamela conoce todos los tuyos, así que está claro que quiere hacerse colega suya. Afróntalo, Peter. No eres más que otra víctima.

—No soy una víctima más, Gastón —respondió—. Y si vuelves a decir tus opiniones ya sea a mí o a cualquiera, voy a dejar de jugar a que te despido y a hacerlo de verdad.

—Entonces, ¿puedo simplemente decir que estás loco?

—Eso puedes decirlo. —En esos momentos estaría de acuerdo con tal afirmación—. Una vez —exhaló. Mantener su… frustración al margen iba a provocarle un ataque al corazón. Demonios, estaba acostumbrado a la acción. Visto el problema, se resuelve. Se hace desaparecer, o se le da la vuelta en beneficio propio. Que fuera otra persona la cual le impusiera la dirección por la cual debía ir… eso era algo nuevo. Y era extremadamente difícil, aunque era importante que le concediera a ella su espacio.

—Bueno —continuó Gastón después de un largo rato de silencio—, a juzgar por lo que has dicho, Espósito estaba utilizando a Pamela para ganar la apuesta. Dudo que las dos vayan a ir juntas de compras. Es probable que sólo fuera algo exacto.

Dios, eso esperaba. A veces deseaba que Lali fuera la clase de chica que sólo iba de compras. Pero si se hubieran conocido en un shopping, jamás hubiera llegado a descubrir a la verdadera Mariana Espósito. Ella jamás se hubiera ofrecido voluntariamente a contarle a nadie sus secretos. Tan sólo el hecho de que la hubiera atrapada entrando en Sonne Brilliant y que los dos hubieran estado a punto de volar por los aires cinco minutos después de eso… aquélla era la única razón por la que había llegado a conocer a la verdadera Lali Espósito. Y daba gracias a Dios de que ambos hubieran sobrevivido a su primer encuentro, y por cada día que pasaba con ella desde entonces.

Juan Pedro se obligó a centrar la atención de nuevo en el periódico que tenía adelante.

—¿Tienes ya preparada esa cláusula laboral?

—Debería estar saliendo la impresora ahora mismo.

Peter asintió.

—Me la llevaré y la revisaré esta noche. Si supera la inspección, se la enviaré a Michael Lyon. Estaría bueno que estuviera de mi parte cuando el resto de la directiva lo vote.

—Tengo la impresión de que es más terco que sensato.

Y por tal motivo hubiera sido útil saber por qué Lyon había contratado a Lali.

—No lo necesito si consigo un voto unánime del resto de la junta. Simplemente lo haría todo más sencillo. Imagino que la mejor forma de proceder es presentar a la junta la nueva propuesta justo antes de que suban al avión. Eso les daría unas pocas horas sin interrupciones para considerar su futuro sin que Lyon los convenza para que rechacen mi oferta.

—Más te vale que hagas reserva de bebidas alcohólicas en el avión —dijo Gastón, siguiéndolo hasta la impresora de su secretaria que se encontraba fuera de la puerta de su oficina—. Lo necesitarán.

—Me enojaría esperar que así fuera.

Peter esperó mientras Sheila guardaba el documento revisado en una carpeta, luego se encaminó hacia el estacionamiento y a su auto. Antes de acomodarse para analizar las revisiones del contrato, iba a hacer caso a la sugerencia de Gastón y a tomarse una copa. Una copa muy larga.

Continuará…