Capítulo 40

Hola!!!!! ¿Cómo les va? Espero que todo bien!!!! Gracias, gracias por siempre estar ahí ;) Besos y nos leemos mañana!!!

Twitter: @Caparatodos

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-Ya sé lo que dicen las leyes –repuso mirándola fijamente-. Pero todo esto no es más que una pelea entre dos reclusos que acabó mal. Muéstrame alguna prueba que diga lo contrario.

Lali lo tuvo clarísimo –iba a ser un auténtico placer apelar contra él.

Capítulo 40:

-Encantada –abrió su maletín, sacó el archivo que había preparado con los informes de la investigación del Agente Morelli, y se lo entregó a Contreras en las manos -. Aquí tienes. Incluí una carta, detallando mi propuesta de programación para el descubrimiento de pruebas. Pruebas de descargo, tres semanas antes del juicio. Lista completa de testigos, dos.

Él observó el archivo, obviamente sorprendido al descubrir el informe de la policía.

-Sí, bueno… Le echaré un vistazo de inmediato.

-Hay algo más que debería mencionar. Por motivos de seguridad, Manuel Gutiérrez ha sido trasladado –velando por la seguridad del preso, Lali había optado por la acción que consideraba más fiable.

Contreras asintió.

-Ya veo.

Al observar su expresión de desconcierto, Lali supuso que, en realidad, no tenía la menor idea de lo que le estaba hablando. Probablemente, Contreras ignorara quién era Manuel Gutiérrez. De ahí, precisamente, que hubiera decidido sorprender al abogado defensor con el informe de la policía. Desde el primer momento, le estaba enviando el mensaje de que tenía que ponerse al día.

No le sorprendió en absoluto que Contreras no efectuara ningún otro requerimiento.

Por desgracia, el dulce sabor de la victoria no duró demasiado.

-No ha habido suerte con los demás reclusos –le dijo el Agente Morelli por teléfono, esa tarde cuando Lali regresó a la oficina.

Con el propósito de reforzar el caso, Lali le había pedido que hablara con algunos de los reclusos para ver si alguien podía apoyar su teoría sobre Tejada –especialmente con aquellos a los que el guardia había utilizado para hacer recaer su venganza.

-¿Tienen miedo de hablar?

Morelli resopló.

-En absoluto, todos quieren hacer un trato. Saben que Gutiérrez fue transferido tras la entrevista que mantuvimos con él. Y, por lo visto, corre el rumor de que ahora está jugando golf en una cárcel de mínima en el interior.

-Claro, el rumor. Un día de estos tengo que encontrar esa esquiva prisión donde todo el mundo deambula libremente, juega al golf, y recibe comidas de cinco platos.

-Sinceramente, no creo que la mayoría de estos tipos sepa nada sobre el trato especial que Tejada les daba a Jiménez y Romano –comentó Morelli refiriéndose a los otros dos reclusos que pensaban que habían estado haciéndole el trabajo sucio a Tejada-. Pero no dudarían en afirmar lo contrario, si eso significa una reducción de condena y un viaje con todos los gastos pagados al interior del país.

-¿Y cómo te fue en la charla con Jiménez y Romano? ¿Están dispuestos a hablar? –preguntó Lali.

-Para nada. En cuanto mencioné a Tejada, ambos pidieron hablar con un abogado. Saben perfectamente por qué queremos hablar con ellos –la acusación contra Tejada ha convertido la prisión en un hervidero –el tono de Morelli se volvió serio-. Lo siento, no pude llegar a ninguna parte.

Lali se reclinó sobre la silla. La noticia le molestaba aunque no podía decir que le sorprendiera.

-Si, tal como dices, esos tipos se muestran tan interesados en hacer un trato, no podría confiar en su palabra de todas maneras.

-Lástima que Manuel Gutiérrez no sepa nada. Considerando que ya está dispuesto a testificar, habría sido perfecto –musitó Morelli-. ¿Qué hay de Juan Pedro Lanzani? ¿También tenemos que descartarlo?

-No estoy segura. Estuve en el juzgado hasta hace un rato y todavía no tuve ocasión de tantearlo –dijo Lali.

-Podría interrogarlo yo, si quieres –se ofreció Morelli educadamente-. Aunque como has sido tú la que ha hablado con él hasta el momento…

-No, lo tengo controlado. Lo estoy agregando a mi lista de pendientes para hoy, mientras hablamos –acababa de sacar un lapicero, cuando se escuchó un pitido notificando una llamada entrante por la otra línea –y después recibió el aviso de un nuevo mensaje recibido en el celular.

Rápidamente, comprobó ambos identificadores de llamada y tomó un par de notas en la agenda.

-¿Estás segura? –inquirió Morelli soltando una risita-. Pareces bastante ocupada.

Sí. Lo cierto es que estaba un poco saturada. Pero habiendo sido la encargada de tratar con Juan Pedro Lanzani hasta el momento, resultaría raro que ahora le enviara a la policía. Además, Labogada Lali no iba a hacerse una reputación en la oficina sin demostrar su capacidad.

-Claro. Está oficialmente en mi lista –le aseguró-. Lo que significa…

Lali se detuvo abruptamente al descubrir lo que había escrito en medio de tantas distracciones.

Anda tras Juan Pedro Lanzani.

Claramente, iba a tocarle mantener una pequeña charla con su subconsciente.

Continuará…