Capítulo 44

Hola Chicas!!!! ¿Cómo  les va? Pude subirles hoy jejeje igual acuérdense que desde mañana QUEDA PROGRAMADO!!!!!! Perú 12 // Arg 14 // Esp 18 y no les voy a poder avisar por tw, así que ya saben que a partir de esa hora ya tienen capítulo :D Gracias por leer!!!! Besos y sigan disfrutando del finde!!! Lean, lean, que en unos días las leo ;)

Twitter: @Caparatodos

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-No es lo que crees, Euge –repuso-. Lali solo es…

-…una vieja amiga –con una sonrisa, Eugenia extendió la mano para alborotarle el pelo-. Lo sé.

Capítulo 44:

Finalmente, resultó que Lali no era tan buena como pensaba.

A lo largo de los cinco años que llevaba en la fiscalía, había adquirido una enorme habilidad a la hora de interpretar a los acusados y a sus abogados durante su primera comparecencia en el tribunal. En un principio, dado el obvio nerviosismo de Tejada, había dado por hecho que su abogado la llamaría en menos de dos semanas para negociar un acuerdo de culpabilidad.

En cambio, le tomó dos semanas y tres días realizar la llamada.

-Leí los informes de la policía –comenzó Miguel Contreras poco después de que Lali contestara al teléfono. Había algo menos de bravuconería en su voz, si la comparaba con la última vez que habían hablado durante la comparecencia de Tejada-. Me gustaría llegar a un acuerdo pero necesito que nos veamos en persona. Mi cliente tiene algo que decir.

-¿Qué te parece mañana? –preguntó Lali-. Estaré toda la mañana en el juzgado pero podría hacerte un hueco más tarde. ¿A las dos está bien?

-A las dos y media –dijo Contreras con brusquedad.

Claramente, iba a tratarse de una de esas discusiones.

Al día siguiente, Lali se sentó en la mesa frente a Tejada, que daba la impresión de sentirse bastante incómodo con su terno azul marino, y frente a su abogado, que parecía tan soberbio como de costumbre. Había reservado una sala de conferencias para la reunión –no considerando necesario que vieran la montaña de papeles que se acumulaba sobre su mesa. Quería transmitirles la sensación de que aquel caso era su principal y absoluta prioridad.

-¿Dijiste que queríais hablar? –repuso Lali.

Contreras le hizo una seña a su cliente para que comenzara.

-De acuerdo. Pero cualquier cosa que aquí se diga será inadmisible en un juicio, si no llegamos a un acuerdo.

Tejada observó a Lali con desconfianza, a la espera de que ella lo confirmara.

-Es lo más adecuado –le dijo-. A menos que pretenda subir al estrado durante el juicio y traicionar su palabra. Lo que le recomendaría encarecidamente que no hiciera.

Tejada se pasó una mano por la boca y luego la depositó sobre la mesa.

-Está usted equivocada sobre el tema con Darío Bonelli, señorita Espósito. No se trata de lo que piensa.

Lali permaneció inexpresiva.

-¿Y eso?

-Yo nunca le dije a Zegarra que matara a Bonelli –comentó enfáticamente-. Solo le pedí que asustara un poco al chico, eso es todo. Ya sabe, para darle una lección.

-¡Y qué lección!

-Mire, Bonelli me atacó primero. En la cárcel tienes que ir con mucho cuidado. En cuanto te descuidas un poco, los reclusos no tardan en tomar el control –Tejada esbozó una sonrisa que terminó desvaneciéndose al ver que la expresión de Lali permanecía inalterable. Entonces, sonó mucho más enojado, como si le acabara de surgir un arranque de cólera-. Puede seguir ahí, mirándome con petulancia –le dijo-. Pero, ¿ha pensado en los que debemos vigilar a esos animales, una vez que logró que los condenen? Usted los ve en el juicio durante ¿cuánto? un par de días, puede que una semana, y luego se desentiende del tema. Yo tengo que tratar con ellos durante años. Usted y toda su oficina deberían de estarme agradecidos porque haya hecho mi trabajo.

-Hacer su trabajo ha incluido matar a un recluso, señor Tejada.

-Ya le dicho que no era eso lo que debía de suceder –respondió, alzando la voz.

Se produjo una pausa durante la que ambos hombres intercambiaron una mirada. Después, Contreras tomó la palabra.

-Estamos de acuerdo en aceptar una acusación de homicidio involuntario. Siempre que se comprometa a retirar los otros cargos.

-No creo que eso sea posible –dijo Lali en tono casual-. Puso a Bonelli deliberadamente en peligro –le indicó a Tejada-. Homicidio preterintencional y mantendremos los cargos sobre los derechos civiles.

-¡No hay forma! –le dijo Tejada a Contreras-. Me arriesgaré a ir a juicio.

-Si va a juicio, se expondrá a una condena por asesinato en segundo grado –inquirió Lali.

-O podría salir libre –dijo Contreras-. Lo único que puedes demostrar es que mi cliente encerró a Bonelli en una celda con Zegarra. Que lo hiciera como venganza y en combinación con Zegarra para atacar a Bonelli, es solo una especulación.

-Eso no es cierto. Tengo dos testigos que pueden establecer tanto el motivo de las represalias como que Tejada trabajaba con Zegarra.

-Esos testigos son un par de criminales convictos –repuso Contreras-. Uno de ellos espera, sin duda, obtener un trato favorable de la fiscalía a cambio de su testimonio, y el otro es Juan Pedro Lanzani –comenzó a reír con sorna-. ¿En serio piensas que van a creer lo que le diga el Terrorista de Twitter?

Continuará…