lunes, 11 de noviembre de 2013

Capítulo 46




Twitter: @Caparatodos
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-Me encanta tu confianza, Vetrano. Paso a recogerte en un taxi, por tu departamento, a eso de las nueve.

Capítulo 46:

Peter se encontraba junto a la barra, en un rincón de la sala, rodeado por un grupo de amigos. El LightBox estaba abarrotado, con todo el mundo vestido con sus mejores trajes. Era evidente que la apertura del local parecía estar siendo un gran éxito, y se alegraba enormemente por Nacho.
Lástima que él, personalmente, no se sintiera demasiado animado.

Tal vez su decaimiento tuviese algo que ver con aquel proceso en el que Eugenia lo había involucrado. Porque, a su alrededor, la gente reía, bebía, bailaba y, en líneas generales se lo estaba pasando genial.

Además, había mujeres hermosas por todas partes, muchas de las cuales habían tratado de llamar su atención durante la noche. Sin embargo, algo no iba bien.

Peter se disculpó con sus acompañantes, argumentando que necesitaba dar una vuelta, y se fue a pasear por ahí. Encontró a Nacho al otro lado de la puerta, parado junto a la baranda, observando orgullosamente la multitud que se congregaba abajo, alrededor de la barra principal.
Peter se reunió con su amigo. Fueran cuales fuesen sus problemas, tenía más que claro que no iba a arruinarle ese momento a Nacho.

-¿Cómo te sientes?

-No voy a mentirte. Me siento feliz, verdaderamente feliz –dijo Nacho-. Hace diez años no era más que el barman de una discoteca en Mendoza. Hoy, tengo esto.

-Tú solito te lo has ganado –Peter sabía mejor que nadie lo duro que había trabajado Nacho para abrir el local.

-Sí –dijo Nacho desplazando la mirada sobre la multitud. De pronto, se detuvo al descubrir algo y se giró hacia Peter con una sonrisa burlona-. Mmm… Creo que podría haber descubierto la cura para ese bajón anímico que tienes desde hace unas semanas.

-¿Bajón? –Peter comenzó a reír al considerarlo-. ¡Nada que ver! Estoy bien.

-Sí, claro. Aún así, puede que te interese mirar a la barra principal. Vestido rojo, a las dos en punto.

Peter escaneó la multitud, interesado solo a medias, esperando encontrarse con una desconocida, vestida provocativamente. Pero cuando finalmente localizó el vestido rojo y, lo más importante, a la mujer que lo llevaba, tuvo que tomarse un minuto para… contemplarla.

Por lo visto, Acusatrix Espósito sí tenía más ropa en su closet aparte de los sastres.
El pelo le caía en forma de ondas sobre los hombros, atravesando justo el borde del tentador cuello en V del vestido rojo sin mangas que tenía puesto. Al encontrarse parcialmente oculta por la barra, Peter no lograba verla de cintura para abajo, pero su imaginación se desbocó al preguntarse cómo se vería el resto.

-¡Ah, bueno! Pero mira quién se ha animado con tan solo ver a una ayudante de la fiscalía –dijo Nacho con una risita.
Peter simuló despreocupación.

-Bueno, tiene un vestido impresionante. Es bastante lógico.

-Claro. Pero si yo fuera tú borraría esa sonrisa hambrienta antes de ir a hablar con ella. Y procuraría no mirarle las tetas esta vez.

-¿Quién dice que voy a ir a hablar con ella? –refunfuñó Peter. Considerando la “situación” abogada y testigo, y el obstáculo que eso representaba, probablemente fuera preferible que Lali y él permanecieran en extremos opuestos del bar. Sin mencionar que estaba bastante seguro de que acercarse a ella, mientras llevaba ese vestido rojo, debía estar clasificado como algún tipo de inusual y cruel castigo.

-Si no vas tú a hablar con ella, alguien lo hará –señaló Nacho-. De hecho, creo que ya tienes competencia. A las cinco en punto.

Peter examinó la escena que transcurría en la planta baja y descubrió a un tipo, con una camisa blanca medio desabrochada, en el extremo opuesto de la barra, terminando su bebida mientras miraba a Lali con obvio reconocimiento. El tipo iba con las mangas remangadas, revelando un tatuaje con algún tipo de signo celta en el antebrazo. Ohh… porque lo hacía ver más rudo, claro.

Prueba con estar en la cárcel, idiota.

Mientras permanecía allí de pie mirando a Lali, entendió repentinamente por qué llevaba tres semanas con un humor de perros. Por primera vez en mucho tiempo, deseaba algo que no podía tener.

Pero también tuvo completamente clara otra cosa. Ningún hombre –idiota o no- iba a acercarse a Mariana Espósito esa noche. Puede que ella tuviera sus reglas, pero que lo mataran si permitía que otro tipo coqueteara con Lali delante de sus ojos.
Y también supo quién era el hombre que iba a ayudarlo a evitarlo.

-Nacho, amigo. Necesito pedirte un favor.

Continuará…

16 comentarios:

  1. celos? ¿donde? esta recontra celoso Peter!! que se dejen de joder con lo de abogada y testigo que se animen a sacarse esas ganas q se tienen!!!
    Espero el proximo!!!!

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  2. Cero posesivo y celoso!! jajajja te pediría más pero se que estas de viaje asi que espero hasta mañana!!
    Ya quiero leer que tiene en mente :)
    @rochi16ta

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  3. Jajajaja me encantó!
    Quiero más!
    Lore

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  4. celos?
    hay peter q ira hacer
    quiero mas
    @mygreathappines

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  5. mmmm un favor privado??? ayyy que ganas de laliter!!!

    esperando el proximo =)

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  6. Me encanta!!! Más!!! Insisto peter no pierde oportunidad

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  7. Cuando Peter se de cuenta k no hay nada k los impida estar juntos,no lo para nadie.

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  8. uyyy que va a hacer????? d:
    masss mas !!! :)

    @mariafejesus



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  9. Ahhhh amo esta novela y mas ver a peter celoso!!
    @isakrn22

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  10. Me encanta!

    @ligiaelenaCM

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  11. que nacho ni nada
    tiene q ir peter a donde esta lali
    beso

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  12. Que se encuentren please!!!

    @laliteronfire

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  13. Hola, podrías recomendar mi novela? Besos www.tusnovelalitter.blogspot.com

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  14. Peter celoso,JAJKAJA y ella hecha una sex symboll,suena a q va a estar bueno,JAJAJA!!!!!!

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