Capítulo 10

Hola, hola!!!!!!!!!!!!!!!!! ¿Cómo les va? Espero empezaran la semana igual que yo de feliz! :D Gracias por todos sus comentarios y respuestas a mi duda! Era la nove de Georgi, Más que el amor y es super recomendada al igual que la que dijo Lore la Isla de la felicidad! Muy buenas ambas!!!! Besos y que disfruten el capítulo! Mañana nos leemos!!!!!

Les recomiendo la nove de http://meriofuerte.blogspot.com/ ;) BUENISIMA!!!

Twitter: @Caparatodos

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Asintiendo con felicidad, Roberto se fue a la cocina. Peter lo vio alejarse... Después de tres años de matrimonio, Roberto Cruz seguía aguantando las órdenes militares de su esposa. ¿Cuánto le duraría el entusiasmo?

Capítulo 10:

Majo se giró hacia Lali con el ceño fruncido.

—¿No has escuchado a Valentina? —preguntó, aguzando el oído y acercándose al monitor.

—No, mamá, está dormida.

—¿No crees que deberías ir a verla? ¿Cómo sabes que ese aparato funciona?

—Funciona.

A diferencia de Roberto, Lali sí que estaba perdiendo la paciencia. En un intento por desviar la atención, Peter se dirigió a los hermanos.

—No hemos tenido tiempo de conversar hoy. Por lo que sé acabas de dejar el ejército, ¿no, Julián? ¿A qué te dedicas ahora?

—Roberto me consiguió un trabajo en su oficina —contestó Julián sin mucho entusiasmo—. Voy a clase por la noche para graduarme de contador.

Antes de que Peter pudiera decir nada, Salvador frunció el ceño.

       

—¿Lali ni siquiera te ha contado a qué se dedica Julián?

Al darse cuenta del error que había cometido, Peter reprimió una mueca, pero Lali lo salvó a tiempo.

—Peter solo trata de sacar un poco de conversación, Salvador. Además, no he podido contarle mucho de ustedes porque no tengo ni idea de qué están haciendo últimamente.

Majo se aclaró la garganta.

—A lo mejor si vinieras más seguido…

Peter volvió a hablar rápidamente.

—Lali me habló mucho de ustedes. Por supuesto. Pero pensé que podíamos llegar a conocernos mejor en persona. ¿Por qué no me cuentas a qué te dedicas, Salvador? ¿Qué hiciste en las vacaciones?

Salvador se encogió de hombros, pero la mirada que le lanzó su madre lo obligó a contestar con educación.

—Me quedé por aquí. Tengo un trabajo de medio tiempo en una tienda de videojuegos en el centro comercial.

—Salvador empieza la universidad dentro de una semana —agregó Roberto, mientras le servía un poco de jugo a Peter.

—¿Ah, sí? ¿A qué universidad vas a ir?

El adolescente murmuró el nombre de una renombrada universidad.

—Va a vivir aquí en casa —dijo Majo—. No estaba lista para mandar lejos a mi bebé. Pero eso llegará pronto, ¿no, Roberto? Tendremos que acostumbrarnos a quedarnos solos dentro de poco.

Roberto se limitó a sonreír y asintió con la cabeza. Nadie más dijo nada, así que Peter trató de mantener viva la conversación por todos los medios.

—He oído que es muy buena. ¿Ya pensaste qué quieres estudiar?

Salvador volvió a encogerse de hombros.

—Me interesan las matemáticas y la informática.

—Son buenas opciones.

Salvador empezó a comer para así evadir el resto de la conversación.

—Cuéntale algo a Peter sobre tu nuevo trabajo, Julián —dijo Majo, jugueteando con la comida que tenía delante.

—Trabajo en cosas de contabilidad, mamá —dijo Julián con sequedad—. No hay mucho más que decir.

—¿Y qué pasa con tu verdadera pasión? —le preguntó Roberto—. Lo de arreglar autos antiguos.

—Es un hobby. Eso es todo —Julián le lanzó una mirada de advertencia a su mamá.

—Una obsesión, querrás decir —murmuró Salvador—. Por lo menos, eso es lo que dice tu ex.

—Sí, bueno, es una… —Julián frunció el ceño.

—Julián —su madre lo interrumpió rápidamente, mirando a Peter al mismo tiempo, como si quisiera recordarle que tenían visita—. Peter, no te lleves una mala impresión. Julián no es mecánico. Es asesor financiero. Le gustaba mucho jugar con los autos cuando era adolescente, pero ahora ya no tiene tiempo para esas cosas. ¿No es así, Julián?

—No —dijo Julián—. No lo tengo.

—¿Qué clase de autos arreglaste? —preguntó Peter.

—Un par de Mustangs clásicos. Ahora estoy trabajando en uno del 69. Está en muy mal estado, y no he tenido mucho tiempo para trabajar en él, pero tiene bastante potencial.

—¿Del 69? ¿Qué motor tiene?

Por primera vez desde su llegada, Peter vio una chispa de entusiasmo en la mirada de Julián.

—Trescientos cincuenta y uno. V8.

—¿Qué tipo de V8?

Lali le dio un golpecito en la pierna por debajo de la mesa.

—Windsor. No es tan fácil encontrar repuestos, pero va a quedar increíble cuando lo termine.

—No hay necesidad de entrar en detalles —dijo Majo, cada vez más impaciente—. No querrás aburrir a nuestro invitado, Julián.

A Peter ya no le parecía tan divertida la madre de Lali.

De repente se oyeron ruidos en el monitor del bebé. Lali se levantó de su silla.

—Voy a ver a Valentina.

—Iré contigo —dijo Peter sin perder tiempo—. Por si necesitas ayuda.

—Regresen pronto, chicos —dijo Majo—. Todavía no comimos el postre.

Continuará…