Capítulo 12

Buenas!!!! ¿Qué tal? Espero que todo bien!!!! Subo rapidito que vuelo a clases!!!!!! Gracias por leer y nos leemos más tarde ;) besos

FELIZ CUMPLE Jor!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Lo mejor para ti hoy y en este año que empiezas lectora TW! Besos y doblete dedicado a ti! ;)

Twitter: @Caparatodos

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—Por supuesto. Me encanta.

—Y a mi —dijo Lali. Agarró el monitor—. Voy con ustedes

Capítulo 12:

No le importaba para nada el partido, pero cualquier oportunidad era buena para librarse de su madre durante un buen rato. Después de ver una parte del partido, Lali decidió adelantarse y prepararse para dormir. Las cosas serían menos incómodas si se alistaban por separado. Se lavó la cara y se cambió en el baño de invitados que estaba al otro lado del corredor, enfrente del cuarto. Como su mamá solía dejar el aire acondicionado prendido toda la noche a una temperatura muy baja, había decidido llevar un pijama azul con blusa y pantalón de cintura elástica. Se miró en el espejo. No podría haberse puesto algo menos provocativo, lo cual era justamente su intención. Dejó una luz prendida para que Peter no fuera a tropezarse con algo al entrar en la habitación. Al igual que ella, él tenía un polo gris y un pantalón de pijama de rayas negras y grises.

Lali no trató de fingir que dormía cuando él se detuvo junto a la cama. Parecía desorientado, sin saber bien qué hacer.

—Puedo dormir en el piso si prefieres —dijo, hablando en voz baja para no despertar a Valentina.

—No seas tonto. Aunque estuvieras cómodo en el suelo, no hay suficiente espacio. Si no me robas las sábanas durante la noche, no tengo problema.

Él se metió en la cama y se pegó al borde todo lo que pudo.

—No robo sábanas y no ronco —le aseguró—. Pero me han dicho que a veces canto mientras duermo.

Lali levantó la cabeza.

—Eh…

 Él dejó escapar una carcajada y le dio la espalda.

—Era broma. Buenas noches, Lali, que duermas bien.

Riéndose suavemente, ella se volteó hacia el otro lado dándole la espalda del todo.

—Buenas noches, Peter.

         

         

Lali debía de estar muy cansada, o tal vez había aprendido a aprovechar bien las horas de sueño con una bebé chiquita. O tal vez eran las dos cosas. Según le pareció a Peter, se quedó dormida apenas puso la cabeza en la almohada. Él hubiera querido hacer lo mismo, pero fue inútil. Aunque permaneciera quieto y tranquilo para no molestarla, no fue capaz de conciliar el sueño durante mucho tiempo. Pasó horas en vela, viendo cómo desfilaban los números por la pantalla del reloj que estaba en la mesita de noche.

No había contacto entre ellos, pero podía sentirla a su lado. Era consciente del pijama que tenía puesto, y aunque el conjunto no tuviera nada de sexy, no podía evitar pensar en ella una y otra vez.

Debió de quedarse dormido en algún momento. Un rato antes del amanecer se despertó de golpe al escuchar un grito proveniente de la cuna. Sorprendido y desorientado, casi saltó de la cama. El corazón se le salía del pecho.

—¿Qué?

Lali ya estaba junto a la cuna, dándole palmaditas a su hija y susurrándole palabras cariñosas.

—Lo siento —le dijo en voz baja—. Supongo que se despertó y no sabía dónde estaba.

—Sé lo que se siente —Peter se pasó una mano por el pelo y volvió a apoyarse sobre la almohada. Respiró hondo—. ¿Está bien?

—Sí —Lali retrocedió.

Valentina suspiró y siguió durmiendo. Lali volvió a la cama. Se sentó y subió las piernas antes de echarse de nuevo, evitando, con sumo cuidado, cualquier contacto físico. Peter se movió un poco. Su propio cuerpo reaccionaba de una manera inesperada.

—No sabía si volvería a dormirse —susurró—. A veces, cuando se despierta de esa forma, piensa que es hora de desayunar. Pero ahora dormirá una hora más o así.

Peter miró la hora. Estaban a punto de ser las cinco de la mañana.

—¿Siempre se despierta a las seis?

—Normalmente sí. Pero, desde que cumplió cuatro meses, duerme toda la noche de un solo tirón así que no me quejo —se movió un poco.

Su pie rozó el de Peter, pero se alejó de inmediato. Él, no obstante, tuvo tiempo de sentir esa pequeña descarga de sensaciones.

—Siento que te despertara. Espero que puedas volver a dormirte.

Él se encogió de hombros. El sueño ya lo había dado por perdido.

       

—Yo suelo levantarme temprano. No olvides que trabajo al aire libre en la ciudad y en verano. Es mejor salir al alba, antes de que el calor se haga insoportable.

—Yo trabajé en la sección de jardinería de una tienda por departamento cuando estaba en la universidad —dijo Lali—. Mi trabajo era ordenar y regar las plantas que estaban en exhibición. Recuerdo tardes infernales. Este ha sido un verano muy caluroso, así que no puedo evitar sentir pena por cualquiera que tenga que trabajar a la intemperie a esas horas.

Peter rodó sobre sí mismo y apoyó la cabeza en un brazo.

—Nunca me habías dicho que habías trabajado en cosas de jardinería.

—Solo fue un verano —le recordó ella, apoyando la mejilla en una mano. Estaba frente a él—. Mi experiencia con la jardinería no es nada comparado con sus carreras en horticultura.

—¿Alguna vez te dije que pensé en estudiar fisioterapia?

Continuará…